Historias. Las piedras tienen historias labradas en pliegues y aristas. Historias que recorren sus caras angulosas. Historias que susurran cuando te acercas a ellas, cuando las tocas, cuando las acaricias. Son historias que, cuando las pisas con tus botas o te aferras a ellas con todas tus fuerzas, se cuelan en tu interior. O no, quizás eres tu quien pasa a formar parte de ellas.
Al fondo de la llanura veneciana veía alzarse murallas relucientes, toda una barrera de paredes grisáceas con las puntas teñidas de blanco, como las olas rompiendo espumosas en un malecón durante una tarde de tormenta.
Dolomitas.
Y la furgoneta con la que Santi me había recogido minutos antes del aeropuerto Marco Polo iba directa hacia allí.
Conduciento entre viñedos de Prosecco, entre viaductos imposibles y túneles inacabables, a través de las primeras elevaciones del terreno, nos llegamos a Belluno y de allí a Longarone, pueblo extraño, todo hecho de hormigón.
Hace casi 50 años, acabada de rellenar la presa de Vajont, justo encima de Longarone, una ladera entera se deslizó dentro del embalse provocando un tsunami de 250m de altura que destrozó completamente el pueblo y varias villas adyacentes. Casi 2000 personas fallecieron. (Al reconstruirlo, siguiendo las modas de entonces, lo hicieron todo de hormigón y por eso destaca tanto entre el resto de pueblos). La historia de la presa es más larga y sorprendente, os recomiendo ojear esto: http://www.yesano.com/vajont.htm http://www.unizar.es/aguariospueblos/pdf/caso/VAJONT_UNA_TRAGEDIA_ANUNCIADA.pdf
Allí paramos a comprar un gore en una acogedora tienda de montaña, ya que había extraviado el mío. Dejamos el Piave, río principal por cuyas orillas habíamos ido subiendo y nos encaramamos a un angosto valle formado por el afluente Maè que terminaba abriéndose y dando lugar a la Val di Zoldo.
Este es un pequeño valle dominado por dos imponentes montañas, Pelmo y Civetta, que como todo el resto de Dolomitas cuenta con una profunda e inmensa capa de bosque mixto que combina pinos mugos, abetos, hayas, piceas y alerces en su mayoría.
Son las 6:05 de la mañana y un sms llega a mi móvil, la luz de la pantalla contrasta con la oscuridad del lugar donde estoy. Donde??? Italia!!!! Mierda, me he dormido!!!! Habíamos quedado a desayunar a las 6 en casa de Santi y yo ya llego tarde el primer día, bufff vaya impresión se va a llevar. Todavía medio groggy tras la boda del sábado, dormilón, cansado… aún quedan 8 días por delante???
Vestirme y hacer el macuto es todo uno, bajo corriendo las 84 escaleras y ya sin resuello entro a desayunar, pidiendo disculpas con vergüenza.
Cargamos la furgo con lo necesario y claro, las prisas me han hecho olvidar el arnés en la habitación, algo más para empezar??
Subimos por el passo Cibiana para cambiar de valle hasta el Cadore y en un hora escasa estamos en Cortina d´Ampezzo, cuna del ski pijo de la zona.
Un café en el pueblo nos despeja del todo, más que por la cafeína por el contraste de temperatura entre el coche y la calle.
Andamos los primeros 400-500m de desnivel por una empinada ladera, primero abarrotada de un húmedo bosque de píceas y más adelante por otro de pino mugo, que más bien parece una zona de matorral. Se trata de una conífera que pese a seguir siendo árbol crece pegada al suelo, expandiéndose ladera abajo y a los lados. De esta manera combate el peso de la nieve durante muchos meses.
Finalmente por una gravera amanecemos en la base propiamente dicha de la pared, y es aquí donde nos equipamos. Unas instrucciones de recordatorio y adelante.
Aunque me han hablado mucho de las ferratas italianas, no es hasta que llego a los primeros hierros cuando realmente me doy cuenta de cuánto cambian respecto a las españolas o francesas. Son vías donde no prima la espectacularidad o la deportividad, sino que tratan de subir una pared o una cresta por la vía más lógica, evitando duros desplomes o placas muy lisas. No han de buscar un extra de espectacularidad porque ya es inherente a ellas. Y no precisan de pasar zonas muy difíciles y deportivas porque no hay clavijas ni grapas. No. No hay. Solamente en pasos muy muy concretos encontramos alguna grapa o algún hierro que sirven de ayuda. De continuo nada más que hay una línea de vida, la sirga anclada a la pared de donde chaparse con el disipador. Y a veces ni eso…
Así las fotos no dan la impresión de estar en la estructura de un edifico, sino en una pared donde eres tú el que tiene que ir buscándose las habichuelas.
Mientras cuento todo esto, el coche se ha ido alejando, hundiéndose paulatinamente junto con el río, la carretera y la pista de atletismo en una sima de claridad reluciente, al fondo, muy al fondo. Tan abajo que casi se puede tocar.
Un rato después, al llegar una pequeña proa en la pared nos detenemos para tirar fotos y comentar las sensaciones. Estamos por fin al sol y la temperatura ya es agradable. Nos quitamos una capa y rebuscamos algo de chocolate en los macutos.
Sin tiempo para más reanudamos la trepada, flanqueando una gigantesca chimenea que aporta un ambiente tremendo a la ascensión. Una escala ayuda a salvar la placa más lisa de la vía y tras un rato más de continuo mano-pie-mano-pie salimos a lo alto de la pared. Aquí la nieve ya es muy copiosa, una pala sencilla colgada entre abismos y crestas que ascendemos en zigzag con nieve hasta las rodillas.
En pocos minutos estamos en lo más alto de la Punta Fiames. Una cruz hace de vértice geodésico, y es a su vera, resguardados del aire, donde echamos el merecido bocado.
Las vistas sobre Cortina, abajo hundida en el valle, y sobre las bellas paredes que la encierran son embriagadoras. Sólo el viento corta el silencio cuando mi mente huye al horizonte, imaginando cómo, por dónde y cuándo podré encaramarme a todos los riscos que se atisban, pasear por los bosques que se intuyen bajo la roca o perderme buscando todos los rincones imborrables que mis ojos no ven.
Nos ponemos en movimiento buscando un camino que se esconde bajo la nieve, si bien la memoria de Santi demuestra funcionar a pleno rendimiento y no le cuesta guiarme montaña abajo. Unos pasos algo delicados por la nieve nos conducen al inicio de una empinada gravera donde nos tiramos pendiente abajo surfeando piedras y grava. Esperando un descenso tedioso, esto es un regalo. Disfrutamos horrores y en escaso minutos hemos perdido muchos metros de desnivel.
Una diagonal de nuevo por bosque nos conduce a al furgoneta.
Mientras estamos cambiándonos un amigo de Santi le llama y nos invita a comer con el. Lo que no se yo entonces es que voy a comerme un delicioso plato de pasta picante en el cuartel de bomberos de Cortina d´Ampezzo. Pasta, ensalada, prosecco y un corretto (carajillo) de la grappa más fuerte que he probado nunca. Como curiosidad la ensalada se come justo antes del postre, al final de la comida, y el café tanto antes como después de la comida.
De vuelta paramos a comprar sustento alimenticio en un súper que hay bajo la sombra del pico Antelao. Salir del local y ver eso no tiene precio.
Me ducho, estiro y fotografío las maravillas que se ven desde mi balcón. Luego cenamos en casa de Santi charrando un poco de todo y a la cama que mañana hay que levantarse a las 5!!!!
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9 Comments on "CRÓNICAS DOLOMÍTICAS: DÍA1"
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Vaya sensaciones, Jorf. He leído dos veces tu post para intentar empaparme de cada detalle. Gracias. Se esperan con ansia tus siguientes entradas.
PD: No tiene nada que ver, pero siempre que veo Cortina d’Ampezzo me viene a la memoria David Niven esquiando allí en La pantera rosa y ligando con Claudia Cardinale y Capucine a la vez.
Impresionante relato lleno de sensaciones, jorf. Le dan ganas a uno de ponerse las botas y salir a subir el primer cerro que tengamos a mano.
Una delicia.
Sencillamente…DOLO-MITICO…
sigue sigue, no te cotes.
Jorf:
Me vas a perdonar, porque la entrada es soberbia pero lo que más me ha llamado la atención ha sido el enlace sobre la presa de Vajont.
Me ha recordado muchísimo a la tragedia de Ribadelago:
http://loslugaresolvidados.blogspot.com/2008/01/presa-de-vega-de-tera.html
Aparte de eso, me ha encantado y espero con mucha impaciencia los siguientes.
Un verdadero regalo para los que amamos las montañas. Absolutamente mágico. Lo malo es que deja a uno con ganas de más… ¡a esperar tocan!
Gracias por compartir esta experiencia con nosotros.
Vialegre, Cortina impresiona por su contraste: pueblo bastante bonito, arquitectura completamente tradicional, y bajo los tejados y balcones de madera… tiendas de las firmas y empresas más caras del mundo de la moda y el deporte. Tous o Gucci es lo mas barato que puedes encontrar. Paseando por las calles nos reíamos con los precios: una bufanda 600€, unas botas de trekking 3000€, pantalones por 2000€, bolsos por 1800€, orejeras para el frío por 150€… increíble. Ya no es el glamour de hace 20 años pero sigue atrayendo a los ricos muy ricos. Aún me duelen los 12,20€ por 2… Read more »
Jorf, emocionante y tremendamente bien escrito.
Tiene una pinta espectacular aquello.
Muy bueno Jorf, destila pasión
Ahora la 2
grande jorf que maravilla y que envidia (nos e cual de las dos en mas grande cantidad)
yo tambien voy por la segunda parte.