Fuente: clutchpoints.com

El TD Garden reflejaba cierta sorpresa cuando se anunciaba que, pese a contar con Kripstas Porzingis, en el quinteto inicial de Boston para el primer partido estaría sobre la pista Al Horford. Y el partido arrancaba con alternativas con los locales mostrando una versión de equipo muy potente, completada por el acierto exterior del pivot dominicano, ante la que los Mavericks sólo encontraban soluciones ofensivas en el talento individual de sus estrellas ante la imposibilidad de circular el balón. A mitad de cuarto nadie tomaba la iniciativa y la entrada en pista de Porzingis alteraba el partido. Con su intimidación bajo canasta alteraba al ataque visitante, las individualidades tejanas ya no podían finalizar bajo canasta, las dudas crecían y el juego de Dallas comenzaba a acelerarse. Por encima el pivot letón se mostraba imparable en ataque y, gracias al acierto exterior de Derrick White,  la diferencia alcanzaba los dos dígitos rápidamente obligando a Jason Kidd a realizar una llamada de atención a sus jugadores. Servía de poco, en los Celtics seguían entrando los triples y Porzingis ya dominaba el partido. Los Mavericks estaban noqueados y se presentaban al segundo cuarto a diecisiete puntos.

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El segundo cuarto traía de vuelta a Al Horford y a ambos equipos les costaba anotar, así las cosas el despertar de Jaylen Brown bastaba para mantener la ventaja de Boston. Sin embargo Joe Mazzulla decidía alterar la rotación local poniendo a sus dos referentes interiores juntos sobre la cancha. Nuevamente Porzingis se mostraba como un problema para la defensa visitante y Dallas tenía que parar el partido ya que la desventaja superaba los veinte puntos. Los Celtics no necesitaban realizar ayudas y de nuevo las soluciones tejanas llegaban desde el talento individual, y no era suficiente pese a que Porzingis se iba a descansar. Los balones perdidos llegaban al cuadro visitante y Brown disfrutaba con el cambio de ritmo en el partido. La diferencia se acercaba a los treinta puntos pero, inesperadamente, la defensa de los Mavericks se activaba. Su defensa comenzaba a recuperar balones con su constante actividad y, aunque Mazzulla recuperaba a su pivot, en Boston preocupaba ver como su amplia renta se quedaba al límite de los veinte puntos.

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En Dallas sabían que habían salvado una situación complicada y debían mostrar otra cara en la segunda mitad. Sin embargo su juego ofensivo seguía basándose  en el talento individual de sus estrellas pero, como los locales salían a jugar sin espíritu, la diferencia se recortaba ligeramente y Joe Mazzulla decidía intervenir en el partido. Aparte del tiempo muerto retornaba a la pista Porzingis, aunque su aportación ya no era tan decisiva porque los tejanos había despertado su cara más agresiva. Dereck Lively II se comía a contactos al pivot letón y la diferencia bajaba de los diez puntos obligando al técnico local a intervenir. Esta vez los Celtics mostraban su cara más reconocible y, con un parcial de ocho a cero por el desacierto visitante, obligaban a Jason Kidd a dar instrucciones a los suyos. Pese a ello, cuando Daniel Gafford rompía la sequía, el parcial era de catorce a cero y la diferencia regresaba a los veinte puntos para encarar el último cuarto.

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El último cuarto permitía a los Mavericks romper más de cinco minutos sin anotar en juego, pero Doncic estaba muy sólo en el ataque visitante y, aunque Kidd buscaba recuperar a su equipo, sus lanzamientos eran cada vez más forzados y el desgaste acababa por decidir el partido. En Boston disfrutaban tras llevarse el primer punto de la eliminatoria. Invitado inesperado: Sam Hauser, Joe Mazzulla (Celtics)