Fuente: onlinegambling.com
En el Targe Center se respiraba un ambiente de mucha tensión para encarar un partido a vida o muerte para Minesotta. Una tensión que no se veía reflejada sobre la pista, los jugadores locales salían a por todas y, desde el rebote ofensivo y la búsqueda constante de la canasta contraria, daban respuesta al Luka Doncic más acertado con el tiro. Las primeras ventajas eran visitantes y la salida a la pista de Dereck Lively, tras apenas tres minutos jugados, agravaba la situación. La diferencia llegaba a los dos dígitos pero, como la estrella eslovena comenzaba a fallar, y los interiores locales no descansaba, los Mavericks veían con preocupación el acercamiento local. Los nervios se disparaban tras un contacto entre Derrick Jones Jr y Rudy Gobert en un intento de mate, el reparto de técnicas entre ambos jugadores calmaba el partido y desconcentraba a los tejanos. Los Timberwolves lograban empatar el marcador a mitad de cuarto pero, inesperadamente, el cansancio hacía acto de presencia. Todo su juego se basaba en gastar energía chocando contra la defensa para finalizar y las dudas comenzaban a hacer acto de presencia entre los locales. Por encima Doncic volvía a mostrar su mejor versión ofensiva y el doce a cero encajado, en tres minutos, obligaba a Chris Finch a reaccionar. El tiempo muerto servía de poco, un tiro libre de Anthony Edwards era la única anotación local en los cinco minutos finales del cuarto y Dallas se llevaba una cómoda renta, de dieciséis puntos, para el segundo cuarto. El parcial encajado en poco más de cinco minutos, de diecisiete a uno, acongojaba al Target Center y, pese a que Mike Conley rompía una racha de siete minutos sin anotar en juego, Kyrie Irving se bastaba para llevar la diferencia por encima de los veinte puntos. Karl-Anthony Towns era de lo poco que funcionaba en Minnesota y era por insistencia pero, con una colaboración de acierto exterior de Anthony Edwards, los locales lograban aproximarse en el marcador y rebajar la diferencia hasta los diecisiete puntos. Jason Kidd intervenía en el partido y el cansancio del pivot local comenzaba a notarse. Con Towns limitado por su juego y su físico, los Mavericks mantenían la diferencia en torno a las dos decenas de puntos. Naz Reid se desesperaba y soltaba un manotazo a la cabeza de Lively para llevarse una falta flagrante por su innecesaria acción y bastaba el despertar de las estrellas tejanas para romper definitivamente el partido. El parcial, de diecisiete a cuatro en cinco minutos, colocaba la diferencia a las puertas de los treinta puntos y el descanso era más necesario que nunca para los Timberwolves. Ahora el Target Center si estaba realmente asustado y el retorno a la cancha de los suyos no alimentaba las esperanzas del público local. Nuevamente Doncic e Irving volvían a mostrarse imparables y el técnico local tenía que parar el partido tras apenas dos minutos de juego. El problema era que, mientras los Mavericks encontraban soluciones ofensivas jugando con calma y en equipo, los locales ya se mostraban precipitados y forzaban cada vez más los tiros y eso contagiaba a los tejanos. Ahora el tiempo muerto era visitante, aunque eso daba aliento a Minnesota. Los tiros abiertos comenzaban a entrar y en Dallas veían con cierta preocupación que, a pesar de su equipo se había tranquilizado, todo su ataque dependía del acierto de su base. Para su tranquilidad, con un Irving inspirado, los visitantes contaban con una renta de más de veinte puntos para el cuarto final. Los embites de los Timberwolves ya no tenían fuerza ante unos sólidos Mavericks jugando en equipo. Bastaban unos instantes de acierto ofensivo de sus estrellas para finiquitar el partido y poder celebrar su pase a las finales de la NBA. Invitado inesperado: Dereck Lively II (Mavericks)
Eliminatoria cerrado: Mavericks ganan cuatro a uno
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