Fuente: dmagazine.com

Para los Mavericks llegar a la final de conferencia ya era un éxito, pero no por ello cejaban en su ambición por llegar a la disputa del título. Por eso no sorprendía ver como Kyrie Irving cargaba con toda la responsabilidad ofensiva del conjunto visitante para intentar dar respuesta al acierto exterior de Jaden McDaniels en Minnesota. Naturalmente, el mejor reparto de juego de los locales les daba la delantera en el marcador. La ventaja, cercana a los diez puntos, se cimentaba en su acierto con los tiros abiertos y, en cuanto este bajaba, el resultado se ponía en su contra por su debilidad para protegerse de la finalización bajo su canasta. Con la entrada de los jugadores de banquillo Kyle Anderson se convertía en el referente ofensivo de los Timberwolves y, como el base del equipo tejano se iba a descansar, Dallas llegaba al segundo acto con una desventaja de seis puntos. Un periodo donde ambos equipos encontraban dificultades para anotar pero, como el ataque visitante estaba más espeso, Jason Kidd paraba el partido y reintegraba a la pista a Irving, que rompía cuatro minutos sin anotar de los Mavericks. En Minnesota sus estrellas seguían escondidas y los secundarios eran protagonistas del ataque local. Naturalmente esto no daba los puntos suficientes para contener el acercamiento visitante, bien llevado por Luka Doncic. Dallas cerraba las opciones bajo su canasta y era el acierto con los triples lo que propiciaba que los Timberwolves contasen con una escasa renta para encarar la segunda mitad. El cuarto de hora de asueto no cambiaba la tendencia del partido, los Mavericks sumaban puntos con facilidad bajo canasta y en el Target Center veían con preocupación como a los suyos les costaba anotar y seguir el ritmo de su adversario. En Minnesota tenían que ordenar su ataque para poder sacar rendimiento de su superioridad bajo los aros y ante esta situación el técnico tejano ajustaba la defensa. De esta forma Dallas abría el cuarto final con una mínima desventaja y dos triples locales, nada más empezar, levantaban el ánimo del Target Center. Sin embargo su ofensiva no tenía continuidad y, como no daban frenado a las estrellas tejanas, Chris Finch tenía que parar el partido. Daba igual, los Mavericks estaban más frescos y agresivos en su juego y, tras un parcial de trece a cero, la ventaja visitante se acercaba a los diez puntos. Los Timberwolves recurrían a su mejor defensa, y al acierto de sus estrellas, para recuperar el terreno perdido y ponerse por delante en el marcador. Los visitantes vivían de los tiros libres durante cinco minutos, hasta que Doncic rompía la mala racha en el tiro. Una canasta que revitalizaba a la defensa tejana, Minnesota volvía a atascarse y un triple de PJ Washington permitía a Dallas volver a mandar en el partido entrando en el minuto final. La renta, de dos puntos, era escasa y, a pesar de que la posesión era para los visitantes, el Target Center mantenía la esperanza. Sin embargo Doncic anotaba tras conseguir espacio para levantarse con el bote y Karl-Anthony Towns se precipitaba con un triple que no entraba. Kyrie Irving tampoco mantenía la calma y erraba una bandeja sencilla. A los Timberwolves le quedaban diecisiete segundos para acercarse y, tras otro tiro exterior errado por Towns, el rebote era conquistado por Naz Reid para dejar la diferencia en dos puntos con diez segundos por disputarse. La falta personal era necesaria y el base visitante sí mantenía la tranquilidad para casi cerrar el partido al convertir los dos tiros libres. Sin embargo la defensa tejana cometía el error de cometer una falta sobre el triple desesperado de Mike Conley aunque, para alivio de los Mavericks, el base erraba el segundo tiro libre y en Texas se celebraba la primera victoria de la eliminatoria. Invitado inesperado: Dereck Lively II (Mavericks)

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En el Target Center esperaban mucho más de su equipo para el segundo partido pero, bastaban veinte segundos de juego, para que un tiempo muerto gastado para poder sacar de fondo trajese un mal presagio a la afición local. El alivio llegaba con el discurrir del juego, los Timberwolves presentaban su versión más agresiva sobre la pista y, a pesar de la segunda falta personal de Karl-Anthony Towns, las primeras ventajas eran locales porque Luka Doncic estaba muy solo en el ataque tejano. Jason Kidd ajustaba la defensa visitante pero, con el descanso de la estrella eslovena, el ataque empeoraba y Dallas cerraba el primer cuarto con una desventaja de seis puntos. Lo peor, para los visitantes, era que el ataque de Minnesota encontraba en los triples de Naz Reid y Mike Conley la forma de superar a la defensa tejana. Pese al intento de su técnico por evitarlo, al ataque de los Mavericks le faltaba agresividad y vivían del rebote ofensivo ante un Kyle Anderson muy activo en ataque. La energía era mayor en los Timberwolves y su ventaja se acercaba a los veinte puntos. Sólo desde su mejor defensa, y pudiendo correr, Dallas volvía a anotar en juego tras cinco minutos. Pese a ello, Minnesota abría la segunda mitad con una diferencia de doce puntos y la sensación de tener el partido controlado. Sobre todo porque en el arranque Towns parecía imparable para la defensa visitante. Sin embargo los locales comenzaban a tener problemas para frenar el ataque de los Mavericks y Chris Finch paraba el partido. Los Timberwolves ya no metían los tiros abiertos, todo era cada vez más forzado en su ataque y Doncic surgía en su mejor versión ofensiva para poner el partido a una canasta. El problema era que la estrella tejana necesitaba de cierto reposo y, sin su reparto de juego, la ventaja local se iba hasta los siete puntos al cerrarse el tercer cuarto. El último acto se preveía una lucha sin cuartel, aunque el más entonado de salida era Kyrie Irving. Gracias a dos triples suyos, y a la buena defensa de equipo, Dallas se ponía por delante en apenas cien segundos de juego. El parón del técnico local daba aire al ataque local con el acierto en los tiros abiertos de Naz Reid, aunque el base visitante seguía entonado para mantener la igualdad en el marcador. Poco a poco secundarios tomaban el relevo anotador en ambos equipos, los triples tejanos ya no entraban y dos tiros libres de Anthony Edwards ponían a Minnesota con cinco puntos de ventaja a falta de noventa segundos porque Irving había errado otros dos lanzamientos desde la línea de personal en la posesión previa. Sin embargo el base se resarcía con un tiro abierto para poner el partido a dos puntos entrando en el minuto final. El ataque de los Timberwolves no estaba ordenado y el balón perdido levantaba las opciones de los Mavericks. Doncic lo intentaba con un triple rápido pero, con su desacierto, la posesión era para Minnesota restando medio minuto de partido. Los locales dejaban pasar el tiempo pero, nuevamente, el ataque acababa regalando el balón en cuanto la defensa tejana apretaba. Jason Kidd dejaba toda la responsabilidad a su jugador franquicia, este se quedaba emparejado con Rudy Gobert tras el cambio en el bloqueo y metía un triple que ponía a Dallas por delante restando tres segundos. La decisión final, tras el tiempo muerto local, la tendría Anthony Edwards que soltaba el balón a Reid para un tiro de tres puntos más cómodo que no entraba. Los Timberwolves dejaban su hogar con un cero a dos en contra y muy malas sensaciones. Invitado inesperado: Dereck Lively II, Josh Green Jaden Hardy (Mavericks)