Playoffs NBA 2024: Semifinales de conferencia en el Este. Capítulo II

Fuente: troyrecord.com

El Rocket Mortgage Fieldhouse asistía, con cierto pasmo, al despliegue de ritmo ofensivo que Cleveland mostraba sobre la pista en el inicio del tercer partido de su serie contra los Celtics. Sin embargo, a pesar del acierto de Donovan Mitchell con los triples, y al dominio de Evan Mobley bajo canasta, la respuesta visitante era ciertamente sorprendente porque, aparte de un Jayson Tatum imfalible en el tiro exterior, los de Massachusetts encontraban en Jrue Holiday su acompañante. Así las cosas las defensas comenzaban a asentarse y, gracias al mayor acierto de sus jugadores de banquillo, Boston cerraba el primer acto con una mísera renta de dos puntos. Estaba claro que se necesitaba algo más para romper el partido y los Cavaliers se encontraban con una defensa que les cerraba opciones en su ataque. Así la acción individual y el exceso de bote provocaban que los Celtics, sacando provecho del dominio bajo canasta de Holiday, tomasen siete puntos de ventaja. JB Bickerstaff reintegraba a la pista a su jugador franquicia, Mitchell no erraba en el lanzamiento de tres puntos aunque no podía dar los puntos suficientes a su equipo para impedir el despegue visitante. Con un Jaylen Brown activo en las contras,  y un Tatum dominante en estático, Boston abría la segunda mitad con nueve puntos de ventaja. Una renta que invitaba a la reflexión en Cleveland, aunque no debían de llegar a ninguna conclusión porque, en menos de dos minutos, la buena defensa visitante y su movimiento de balón en ataque, doblaban la renta de Boston. El parcial, de ocho a cero, despertaba la preocupación de Bickerstaff pero, a pesar de ello, los triples visitantes no dejaban de entrar y, como Mobley se retitaraba al banquillo cojo, la diferencia superaba los veinte puntos. Inesperadamente el técnico local buscaba en Dean Wade al sustituto de su pivot estrella, la defensa subía de nivel y el parcial, de siete a cero, asustaba a Joe Mazzulla. El tiempo muerto calmaba a los jugadores visitantes, Tatum asumía toda la responsabilidad ofensiva y se bastaba para mantener una diferencia de quince puntos para el cuarto final, por mucho que Caris LeVert apoyase a Mitchell en el ataque local. Parecía que los Cavaliers ya no tenían más recursos para competir el partido, aunque Darius Garland se apoyaba en Mobley para comandar un parcial de seis a cero que llevaba al técnico visitante a solicitar un parón. Ahora era LeVert el protagonista del ataque local pero, entre el acierto exterior de los Celtics, y la precipitación local, el partido se iba cerrando. Jaylen Brown se ponía agresivo en la búsqueda del aro contrario para hacerlo. Boston se ponía por delante en la eliminatoria, dos a uno. Invitado inesperado: Sam Hauser (Celtics)

Tras la derrota en el tercer partido los Cavaliers casi que se lo jugaban todo a una carta y, para inquietud del público local, no podían contar con Donovan Mitchell. Su sutituto era un Caris LeVert siempre desequilibrante, aunque los primeros minutos estaban marcados por dos triples de Max Strus. Como quiera que Boston no se encontraba cómodo en el ataque, Joe Mazzulla paraba el partido y el efecto era inmediato. Con su versión más seria, y el acierto exterior de Jaylen Brown y Jayson Tatum, el marcador se daba la vuelta; de ver el partido a seis puntos a encabezarlo por cuatro. JB Bickerstaff buscaba dar soluciones ofensivas al equipo, pero el parcial crecía hasta un diecinueve a dos preocupante. Strus se ganaba una técnica por protestar el criterio arbitral y Sam Merril metía dos triples que levantaban al Rocket Mortgage Center. Sin embargo hasta el rebote ofensivo de Luke Kornet era un problema para la defensa local y, con su mejor defensa y el acierto de Tatum, los Celtics cerraban el primer cuarto con una cómoda diferencia de siete puntos a su favor. El paso por los banquillos no aliviaba al ataque local y Jrue Holiday volvía a ser un referente ofensivo de nivel para el equipo visitante distanciando a los suyos por encima de los diez puntos. Pese a ello en Boston no se encontraban cómodos y Jaylen Brown hacía la tontería de agarrar, desde el suelo, a un jugador que salía a la contra. Los árbitros se solidarizaban con él y hacían la tontería de considerarla una falta normal y corriente y, en medio del dislate, aparecía una técnica al banquillo visitante por silbar durante la jugada. Todo esto desconcentraba a los de Massachusetts, Strus encontraba en Darius Garland un aliado ofensivo y la defensa local propiciaba un parcial de trece a dos que acercaba a los locales por mucho que Mazzulla buscaba evitarlo. La combinación de Tatum y Kornet planteaba problemas a la defensa local, pero el técnico visitante sacaba al pivot para amarrar en defensa y Tatum llegaba para mantener a los Cavaliers a cinco puntos al descanso. Cleveland necesitaba más para remontar y lo conseguía con sus mejores minutos defensivos y equilibrando su ataque. El tiempo muerto visitante era obligado, la defensa de Boston apretaba y los de Ohio se veían obligados a coger tiros que no le interesaban. Bickerstaff volvía a intervenir en el partido, llegaba la cuarta falta personal de Brown y, en medio de un escenario marcado por las defensas, Payton Pritchard aparecía para dar respuesta a un Evan Mobley que se hacía grande bajo el aro visitante. Así las cosas los Celtics abrían el cuarto final con diez puntos de ventaja y todo a favor para resolver el partido. Más todavía viendo que Garland se encontraba muy solo en el ataque local, y como Boston si encontraba más soluciones en ataque, la diferencia se ampliaba ligeramente. No contento con ello, Mazzulla decidía dar instrucciones a los suyos, el ritmo del ataque visitante bajaba para centrarse más en sus individualidades y los Cavaliers levantaban el ánimo de su afición con dos triples. El cansancio de las estrellas de los Celtics era evidente y, aunque los locales no disponían de muchos recursos, el acercamiento era constante. Los árbitros daban otra muestra de incompetencia en una revisión de una falta y el parcial, de doce a dos, era roto por un Tatum agresivo. El alivio era temporal, los más de cuatro minutos sin anotar en juego no eran una casualidad pero, por suerte para ellos, Cleveland estaba seco en ataque. Gracias a un triple de Jaylen Brown, Boston se ponía con ocho puntos de ventaja entrando en el minuto final. Los Cavaliers ya no tenían más que ofrecer la victoria era visitante y se ponían con tres a uno en la eliminatoria. Invitado inesperado: Luke Kornet, Payton Pritchard (Celtics)

Fuente: redacaoemcampo.com

En el Gainbridge Fieldhouse sabían de la complejidad de la situación local y, aunque OG Anunoby no podía jugar con los neoyorquinos, estaban dispuestos a dejarlo todo animando a su equipo. De igual manera las defensas se dejaban la piel, costaba anotar con Precious Achiuwa en el quinteto titular y dos triples de Tyrese Haliburton obligaban al entrenador de los Knicks a reaccionar. El parcial, de doce a cuatro, no asustaba a los visitantes y su defensa subía de nivel. Josh Hart crecía con el paso de los minutos y Rick Carlisle reordenaba el juego ofensivo local. A pesar del acierto exterior de Donte Di Vicenzo, y de los balones perdidos locales, Indiana cerraba el primer cuarto con nueve puntos de ventaja aprovechando las malas decisiones de Jalen Brunson en el minuto final. Sin embargo el segundo cuarto comenzaba con buenas noticias para los neoyorquinos; seguían recuperando el balón con facilidad, Pascal Siakam cometía su tercera falta personal y Di Vicenzo seguía con su mejor tono. Como la aportación local ofensiva se limitaba a TJ McConnell, el marcador se apretaba y los Pacers intentaban evitar lo inevitable, Nueva York se ponía por delante en el partido aprovechando que Alec Burks salía del banquillo con su mejor versión ofensiva. Justo en ese momento Haliburton encontraba su mejor momento en el tiro, con dos triples llevaba la ventaja local a los cinco puntos. En cuanto bajaba ese acierto en el tiro de los locales, los Knicks respondían y el partido iba y venía en función de la aportación de Haliburton. Como este no podía mantener el tono, la igualdad parecía el destino final pero, como Burks intentaba evitar un mate con una falta flagrante, Siakam permitía respirar al Gainbridge Fieldhouse al ver la diferencia, al descanso, en cinco puntos. Nueva York tenía el partido bien encarrilado y, tal vez por el desangelado ambiente tras el paso por los vestuarios, Tom Thibodeau tardaba un minuto de juego en parar el partido. Myles Turner aprovechaba la relajación visitante para casi doblar la ventaja de Indiana. Aparecía un Di Vicenzo imparable y los triples y Siakam mantenían la diferencia de los locales. Llegaba el turno a los suplentes y en Indiana veían con preocupación como no estaban acertados. Haliburton no era suficiente para impedir la remontada neoyorquina. Intervenía Carlisle para darle un descanso a su base y, con un Hart fresco tras unos minutos en el banquillo, en Nueva York veían con alegría la corta renta con la que contaban para el último acto del partido. Eso provocaba que los de Thibodeau saliesen a por todas, la diferencia rozaba la decena de puntos y los titulares de los Pacers tenían que salir a la pista tras dos minutos de partido. La defensa, y un Haliburton imparable, propiciaban un parcial de diez a uno que hacía obligado el tiempo muerto visitante. Anotar era costoso, los tiros libres cobraban importancia en el partido y Brunson rompía seis minutos de los neoyorquinos sin anotar en jugada. Los Pacers llegaban al minuto final con un punto de ventaja y, como el ritmo de partido era frenético, una entrada a canasta de Siakam era taponada a destiempo por la defensa visitante. Los tres puntos de desventaja eran abortados por un triple de Brunson, la igualdad era total y, con cuarenta segundos por jugar, la posesión era para los locales. Haliburton se arriesgaba con un triple demasiado temprano, el rebote ofensivo lo conquistaba Aaron Nesmith y, sabiendo que la estrella local iba a tomar la responsabilidad de nuevo, los Knicks planteaban un dos contra uno. El balón salía hacia un Andrew Nembhard desastroso ofensivamente y casi se le iba el balón, hasta en dos ocasiones. Se recomponía para ganar espacio en el uno contra uno y, para algarabía del Gainbridge Fieldhouse, metía un triple desde diez metros. Thibodeau disponía de dieciséis segundos para armar una jugada ganadora, el balón llegaba a Brunson que, como recibía una falta abajo, se precipitaba en un tiro que se quedaba corto. La falta no era pitada y el rebote era, de nuevo, para un Nesmith que cerraba el partido desde la línea de tiros libres. En Indiana se celebraba la primera victoria de los suyos en la serie. Invitado inesperado: Desierto (Pacers)

Llegaba el momento de comprobar si Nueva York encajaría bien la derrota tras su buen juego del tercer partido y ver como la primera posesión acababa con un mate parecía un buen augurio. Sin embargo los primeros minutos del partido parecían apuntar en la dirección contraria; los Pacers mostraban un juego dinámico en ataque, Tyrese Haliburton metía los triples que intentaba y el parcial, de diez a cuatro, era frenado por Tom Thibodeau. La realidad era que los Knicks no jugaban mal en ataque, pero los tiros no entraban y, jugando a la carrera, la ventaja era local. Lo peor era ver como sólo Precious Achiuwa anotaba tras el tiempo muerto, algo insuficiente totalmente para seguir el ritmo de Indiana. Los neoyorquinos hasta comenzaban a perder balones de todas las formas posibles, hasta por no cruzar el mediocampo en ocho segundos. Por encima su defensa se volvía transparente y Myles Turner encontraba el apoyo de sus compañeros, salidos desde el banquillo, para romper el partido al cerrarse el primer cuarto con veinte puntos de ventaja. Ni el tiempo entre cuartos aliviaba a los Knicks, para desesperación de su técnico Pascal Siakam anotaba con facilidad y veía necesaria dar otra charla a sus jugadores. El ritmo se aceleraba; los balones perdidos y los fallos en el lanzamiento a canasta hacían del rebote ofensivo algo fundamental para que los Pacers se mantuviesen con la misma diferencia a su favor. Thibodeau volvía a frenar el tiempo ante la complicada situación visitante, aunque era el orden, y el acierto en los tiros abiertos, lo que permitía pensar que Rick Carlisle había hablado mejor en ese tiempo muerto. Como quiera que los neoyorquinos sólo podían oponer a Alec Burks como principal anotador, era normal que Indiana se presentase en la segunda mitad con casi treinta puntos de ventaja. La única oportunidad para Nueva York era que los locales se relajasen pero, muy al contrario, la diferencia no paraba de crecer. Haliburton se lucía ante unos Knicks sin físico para defender o atacar en condiciones. Bastaba el regreso a la pista de TJ McConnell y Obi Toppin para hacer trizas las esperanzas visitantes. La eliminatoria volvía a Nueva York con empate a dos. Invitado inesperado: Obi Toppin, TJ McConnell (Pacers)

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