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El Ball Arena presentaba su ambiente más cargado en los instantes previos al primer partido de las finales NBA y, aunque a nadie le sorprendía ver a Caleb Martin en el quinteto inicial de los Heat tras sus buenas actuaciones en las finales de conferencia, sí llamaba la atención la falta de presencia en las zonas por la ausencia de Kevin Love. Así las cosas Denver cargaba hacia el aro visitante de manera implacable y Aaron Gordon se convertía en el protagonista del primer despegue local basado en la intimidación interior, la falta de acierto exterior de Miami y el abuso del pivot del equipo de Colorado de la defensa de Gabe Vincent. La mínima desventaja hacía que Erik Spoelstra parase el partido y, aunque la defensa se recomponía, la distribución de Nikola Jokic y el acierto de Jamal Murray permitía al público local disfrutar el periodo entre cuartos viendo a los suyos con casi diez puntos de ventaja.

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El segundo cuarto se abría sin Jokic sobre la pista y una agresiva defensa zonal en el cuadro visitante. Así los Nuggets se veían obligados al tiro de tres puntos, con bastante acierto, y podían mantener la diferencia pese a que el ataque visitante era más equilibrado al contar con Bam Adebayo para completar sus triples. Con la diferencia en ocho puntos, y ciertos nervios locales con los árbitros, Mike Malone paraba el partido para meter a su principal referencia ofensiva. Curiosamente, al mismo tiempo que el pivot serbio volvía a la pista, Adebayo descansaba y Denver llevaba la diferencia a los dos dígitos. El técnico visitante se levantaba para dar unas instrucciones a los suyos pero, sin acierto exterior, y con Murray acertado en el tiro, los Nuggets cerraban la primera mitad con una ventaja de diecisiete puntos.

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El tiempo de asueto renovaba las energías visitantes que, al regreso de los vestuarios, salía con su mejor versión de equipo en defensa y ataque. Bam Adebayo continuaba con su mejor versión ofensiva y, pese a que el ataque de Denver sufría para anotar con una mala selección de tiro, sus estrellas le permitían mantener las diferencias y, ante la mínima relajación del equipo de Florida, Spoelstra paraba el partido. Sin embargo los Nuggets encontraban el acierto de sus jugadores secundarios y Bruce Brown comandaba un parcial de siete a cero que llevaba la desventaja de los Heat por encima de los veinte puntos de cara al acto final.

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La diferencia convertía el inicio del último cuarto en fundamental para la resolución del partido y Mike Malone optaba por dejar a sus estrellas en la pista desde el inicio. Y era necesario porque Miami implataba una zona agresiva y mostraba un acierto exterior desconocido hasta entonces, gracias a un Kyle Lowry descarado. Sin embargo los de Colorado volvían algo relajados del banquillo y, con un parcial de ocho a cero, Mike Malone se veía obligado a reaccionar. Jeff Green era el encargado de romper la sequía local cuando la diferencia amenazaba con bajar de los diez puntos y la defensa de los Nuggets les permitía volver a llevar la diferencia hasta los dieciséis puntos, obligando a Spoelstra a poner a Jimmy Butler sobre la cancha. Al mismo tiempo el técnico local optaba por dar un respiro a Jokic y la jugada le salía bien; el desacierto era general y ese breve descanso permitía al pivot lucirse en su regreso ante un cuadro visitante sin continuidad en su juego. Denver se llevaba la primera victoria en la serie y se sacudía ligeramente la presión. Invitado inesperado: Bruce Brown (Nuggets)