Fuente: heatnation.com
Las dos derrotas, por inesperadas, habían sido duras y, por encima, Miami no podía contar con Kyle Lowry. La situación era complicada y Jimmy Butler salía a por todas. Sin embargo no era suficiente porque, atacando en transición los Sixers se mantenían en el partido. Una situación artificial porque, para sorpresa general, los visitantes perdían el balón con facilidad y, con Max Strus acertado, Glen Rivers tenía que parar el partido. Pese a que conseguían atacar mejor, sus tiros abiertos no entraban y James Harden mantenía la ventaja local en la docena de puntos tras la disputa del primer cuarto. El segundo periodo, sin embargo, nacía con los Heat perdiendo el balón y Philadelphia, pese a no meter desde el exterior, podía mantenerse en el partido ante la única aportación de Bam Adebayo para los de Florida. Regresaban los titulares y la inquietud recorría Pennsylvania cuando Joel Embiid recibía un manotazo en su cara y quedaba quejándose sobre la cancha. El técnico visitante se ganaba una técnica por sus protestas pero, como la máscara había realizado su labor de protección, el pivot podía continuar jugando.Víctor Oladipo permitía a Miami coquetear con los veinte puntos de ventaja y la respuesta visitante llegaba con los triples. Dadas las sensaciones de la primera mitad, los Sixers podían estar conformes con mantener su desventaja en los doce puntos. La salida de los vestuarios se antojaba fundamental para poder ponerse por delante en la serie y Embiid por fín daba síntomas de vida en el ataque visitante. Era un espejismo, los Heat estaban confiados en su juego y la diferencia alcanzaba los veinte puntos por los regalos de Harden. Sumar puntos era un calvario para Philadelphia y sólo el despertar de su jugador franquicia permitía ver el partido a quince puntos al encarar los doce minutos finales. Unos minutos que apenas aportarían drama al público del FTX Arena, porque Max Strus salía a por todas y los Sixers se precipitaban en tiros exteriores. En poco más de un minuto los visitantes encajaban un parcial de doce a cero y Miami se situaba a una victoria de cerrar la eliminatoria. Invitado inesperado: Tyler Herro, Víctor Oladipo (Heat)
El Wells Fargo Center no sabía que esperar de su equipo en el quinto partido porque, tras las malas sensaciones del quinto partido, la ilusión se había desvanecido. Además el partido nacía con una zona de los Heat que desconcertaba al ataque local, que encontraba la solución para anotar en el juego en transición. La igualdad en el marcador era ficticia y, para preocupar más a la afición de Philadelphia, a Danny Green le caía encima Joel Embiid. El escolta tenía que retirarse sin poder apoyar la pierna izquierda y todos los recursos ofensivos de los Sixers se centraban en su juego interior. Naturalmente no era suficiente para evitar la escapada de Miami, comandado por Max Strus y Jimmy Butler. Sólo la intensidad de los jugadores de banquillo, y su acierto exterior, permitía a los de Pennsylvania mantenerse a tres puntos tras un cuarto. Glen Rivers tenía que ajustar a su equipo y Philadelphia mostraba un ataque más incisivo como recurso para superar el descanso de su jugador franquicia. La única respuesta visitante era Tyler Herro y la afición se frotaba los ojos al ver a los suyos por delante en el marcador. El partido se convertía en una sucesión de jugadas, con más errores que aciertos, y Strus encontraba a Gabe Vincent para finalizar la primera mitad con una mínima ventaja. Erik Spoelstra debía responder al desafío local y levantaba la actividad en las ayudas de su defensa. El parcial, de siete a cero, era inmediato porque los locales no eran tan contundentes bajo su canasta. Jimmy Butler se encargaba de sumar puntos fácilmente y, como Embiid tampoco aportaba al ataque local, el parcial se completaba con un diecinueve a cuatro, en siete minutos, y la diferencia alcanzaba los dieciséis puntos. El destrozo era considerable y sólo el carácter de Shake Milton permitía al Wells Fargo Center mantener la ilusión de cara al acto final. Los once puntos de desventaja eran asequibles pero, entre los balones perdidos, y el juego individualista en su ataque, a los Heat les bastaba con la versión más dominante de Butler para cerrar el partido y la serie. Invitado inesperado: Tyler Herro (Heat)
Eliminatoria cerrada: Heat ganan cuatro a dos
Fuente: couchguysports.com
El TD Garden respiraba calor ante lo que se aproximaba, un quinto partido para ponerse por delante en la serie ante los defensores del título en la NBA, los Bucks. Y desde los primeros minutos quedaba clara la dificultad del partido; no había tiros claros y casi toda la anotación provenía del lanzamiento exterior. Bajo esa situación las diferencias eran mínimas y, aunque las defensas comenzaban a flaquear, el dominio visitante era escaso para la gran aportación de Jrue Holiday durante esos doce minutos. Se esperaba más de Boston y el arranque del segundo acto no decepcionaba. Milwaukee dejaba muy solo a su estrella, las pérdidas de balón se convertían en un problema y los locales sacaban provecho de la buena racha de Derrick White desde el banquillo. Estaba claro que Giannis Antetokounmpo no podía descansar mucho tiempo, porque la diferencia se aproximaba a los diez puntos y, pese a los esfuerzos de Mike Buldenhozer por evitarlo, esa barrera era derribada por la versión más intensa de Jaylen Brown. Por suerte para los Bucks los balones perdidos cambiaban de bando y, como Antetokounmpo estaba imparable bajo el aro, la distancia entre ambos equipos se quedaba en los siete puntos al descanso. El TD Garden se había quedado con la miel en los labios y el inicio de la segunda mitad, con los triples de Milwaukee entrando, no auguraba buenas noticias. Ime Udoka tenía que intervenir y los Celtics iban recuperando su versión más intensa y, pese a que los Bucks encontraban soluciones ofensivas con su jugador franquicia y el rebote ofensivo, acababan por no poder seguir el ritmo de anotación local. En Massachusetts se disfrutaba del partido, el público se levantaba de sus asientos y Boston llegaba al cuarto definitivo con nueve puntos de ventaja tras un recital ofensivo de Jaylen Brown. Y, para sorpresa general, las cosas mejoraban para los Celtics en los primeros minutos del capítulo final. Antetokounmpo salía acelerado y, al perder el balón, los locales llevaban la diferencia hasta los catorce puntos. Restaban por jugarse diez minutos y el técnico visitante tenía mucho que decir; el efecto era inmediato. La defensa aumentaba su nivel de contacto y en ataque circulaba el balón con soltura. Tras dos triples de Pat Connaughton, Udoka optaba por llamar al orden a sus jugadores. Sin embargo los caminos hacia la canasta visitante se encontraban cerrados y Boston llegaba a los dos minutos finales con apenas seis puntos de ventaja, todo gracias a los esfuerzos de Jayson Tatum. Buldenhozer se movía entre el cabreo con los árbitros y la desesperación. Milwaukee erraba un tiro abierto, pero la constante pelea de Bobby Portis daba otra oportunidad a los visitantes. Antetokounmpo no erraba el triple frontal por evitarlo y Tatum ya no acertaba, aunque los Bucks no sacaban provecho de ello porque Portis erraba una bandeja sencilla. Marcus Smart quería dejar pasar el tiempo, aunque se relajaba demasiado y Jrue Holiday le robaba el balón siendo agresivo sobre el bote de balón. El base visitante no desaprovechaba la ocasión de empatar el partido con un triple en transición. Los Celtics tenían que volver a ganar el partido con menos de cuarenta segundos por delante. El técnico local buscaba una jugada que permitiese a Tatum anotar con facilidad y, aunque este no lo conseguía en primera instancia, no erraba con los tiros libres. A Milwaukee le quedaba medio minuto para empatar y Antetokounmpo buscaba el aro, tenía la recompensa de una falta personal y no erraba el primer tiro desde la línea. El TD Garden abucheaba para solicitar el error del griego y su deseo le era concedido; el problema era que el rebote caía en las manos de Bobby Portis que, con un tiro a tabla, ponía a los suyos por delante en el marcador. Ahora Boston tenía que anotar para no perder el partido y, con once segundos disponibles, el tiempo podía ser un problema. O al menos eso pensaba Smart que buscaba la sorpresa buscando el aro casi inmediatamente, el choque contra el defensor le dejaba sin otro recurso que un tiro perfectamente visible para un Jrue Holiday que se anticipaba para quitarle el balón de las manos antes de activar su muñeca. La falta llevaba a la línea de tiros libres a Pat Connaughton, el escolta no erraba y los Celtics buscaban el empate con seis segundos por delante. Marcus Smart subía el balón precipitadamente y Holiday volvía a ser agresivo sobre su bote de balón. El balón era visitante y los Bucks podían cerrar la serie en casa. Invitado inesperado: Pat Connaughton, Bobby Portis (Bucks)
El sexto partido debía ver una celebración del Fiserv Forum pero, como era natural, los Celtics no querían ponerlo fácil. Su lanzamiento de tres puntos estaba bien afinado, sobre todo en Jayson Tatum, y les permitía ir por delante pese a los envites de Giannis Antetokounmpo, que sacaba tiros libres para evitar el distanciamiento visitante. Los balones perdidos comenzaban a hacer mella en el ataque de Boston e Ime Udoka tenía que parar el partido. Pese a ello Milwaukee se ponía por delante en el marcador porque, además de algo de compañía, Antetokounmpo ya no tenía que ir a la línea de personal para sumar puntos. Sin embargo Marcus Smart aparecía en el partido a golpe de triple y Boston cerraba el primer cuarto con una escasa renta. El segundo acto se presentaba interesante y con grandes novedades. Los de Massachusetts seguían cargando en Tatum la responsabilidad ofensiva, aunque cada vez podía romper más fácilmente la defensa y acercarse al aro, mientras que los Bucks veían como su estrella comenzaba a notar el cansancio. En dos minutos el parcial era de ocho a cero y la diferencia visitante alcanzaba los dos dígitos. La reacción local venía marcada por las mejores combinaciones entre sus estrellas pero, sin el acierto de sus compañeros, volvían a recurrir a acciones más individuales. Con Derrick White aportando puntos desde el banquillo, y la precipitación instalada en las filas locales, los Celtics cerraban la primera mitad con la ventaja de diez puntos de nuevo instalada en el marcador. La segunda parte se presentaba interesante y llena de tensión. Tal vez por eso Milwaukee regresaba del vestuario acelerado y la mayor paciencia visitante, junto al acierto de Tatum, les permitía aumentar su ventaja. La diferencia se asomaba a las dos decenas de puntos y, aunque Mike Buldenhozer intentaba calmar la situación, los Bucks vivían de momentos de inspiración y de sus posibilidades de atacar a la contra. Pese a que la diferencia visitante bajaba de los diez puntos, Boston respiraba al contar con trece puntos de ventaja para los doce minutos del cierre; todo gracias al empeño de su jugador franquicia. Claro que el Fiserv Forum no se iba a rendir, sobre todo porque la estrella griega no reservaba nada. Bastaban tres minutos de juego para reducir la diferencia hasta los cuatro puntos, pero Tatum encontraba respuestas de todo tipo para mantener la ventaja visitante entrando en los cinco minutos finales. Los Celtics convertían dos triples consecutivos y el Fiserv Forum iba apagándose ante los nervios locales. Milwaukee tendría que ganar a domicilio para poder aspirar a retener su corona. Invitado inesperado: Derrick White (Celtics)
El TD Garden esperaba con impaciencia, y confianza, el séptimo partido de la eliminatoria. La última victoria había sido sencilla pero, ante la mejor versión ofensiva de Giannis Antetokounmpo, la primera ventaja era visitante. La defensa de Boston mejoraba aunque su ataque mostraba una gran dependencia del tiro de tres puntos y, como el ataque visitante se mostraba más equilibrado, la diferencia en favor de los Bucks alcanzaba la decena de puntos. Sólo un pequeño descanso de la estrella griega permitía a los Celtics respirar de cara al segundo cuarto. Un periodo donde los locales comenzaban a encontrar puntos fáciles bajo el aro con su movimiento de balón y, en apenas tres minutos, el marcador se ponía de su lado ante la falta de acierto con los triples en los de Wisconsin. Por encima Bobby Portis se cargaba con su tercera falta personal y Mike Buldenhozer ordenaba cargar el juego en la zona para aprovechar sus superioridad física bajo canasta. El efecto era inmediato, los cinco puntos de desventaja obligaban a Ime Udoka a llamar a sus jugadores. La defensa local se cerraba y Milwaukee se quedaba seco en anotación. La igualdad era máxima, Jayson Tatum se iba al banquillo con su tercera falta personal y Marcus Smart era agraciado con una falta de las que no se suelen pitar casi sobre la bocina. La primera mitad finalizaba con cinco puntos de ventaja para Boston, a pesar del dominio visitante durante casi todo el partido. Y la segunda no se presentaba con mejores noticias, a los Celtics les comenzaban a entrar los tiros abiertos y tras dos minutos la diferencia se había doblado. Jrue Holiday se unía a Antetokounmpo buscando rescatar a los Bucks y Tatum se ganaba su cuarta falta personal por un codo involuntario al levantarse para interior. Pese a la desventaja Milwaukee tenía una gran oportunidad, pero el cansancio hacía mella en sus mejores jugadores ofensivos, los tiradores no metían y el juego se volvía más individualista. Los Celtics se sentían cómodos y seguían tirando triples porque, aunque no entrasen, los visitantes no tenían anotación para seguir su ritmo. La confianza crecía y Boston podía jugar el cuarto final con tranquilidad gracias a su ventaja de quince puntos. Además recuperaba a su jugador franquicia para los doce minutos finales y, con un par de minutos jugados, la diferencia local alcanzaba los veinte puntos. Buldenhozer no quería ceder, pero el cansancio de los suyos era evidente. Payton Pritchard y Grant Williams cada vez metían más triples y, cuando no acertaban, podían volver a tirar de tres porque el rebote era suyo. El TD Garden temblaba de emoción, la final de conferencia se jugaría allí. Invitado inesperado: Payton Pritchard (Celtics)
Eliminatoria cerrada: Celtics ganan cuatro a tres
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