Fuente: crossingbroad.com
El Wells Fargo Center, pese a las dos derrotas a domicilio, había recobrado las esperanzas de ver una victoria de Philadelphia en el tercer partido de la serie porque, aunque los Heat contaban con Kyle Lowry en su quinteto inicial, los locales ya podían contar con un enmascarado Joel Embiid. Era natural, por tanto, ver a los de Pennsylvania mejor protegidos bajo canasta y más agresivos en su ataque. Así, pese a que su ataque sufría y vivía de los tiros libres, podían mantener la igualdad en el marcador. Bastaba un poco de acierto exterior de Danny Green, y un par de ataques en transición, para que Erik Spoelstra tuviese que parar el partido. El dominio del pivot local se iba acrecentando y la ventaja local alcanzaba los dos dígitos. Sólo con la entrada de jugadores de banquillo el ataque visitante despertaba, gracias a la muñeca de Tyler Herro, y como el ataque local se desconcertaba en la circulación de balón ante una zona, la desventaja visitante se reducía a la mitad al cerrarse el primer cuarto. El parón no le sentaba bien a Miami que, ante la mayor agresividad de los Sixers, encajaba un parcial de nueve a cero en tres minutos. Sólo el rebote ofensivo, y los problemas locales para conservar el balón, ayudaban a los de Florida a mantenerse en el partido. El partido se había complicado para los visitantes y el arranque de la segunda mitad no auguraba nada bueno. Su juego ofensivo abusaba del lanzamiento de tres puntos, sin acierto, y a Philadelphia le bastaba con ir a la línea de tiros libres para doblar su diferencia. Los Heat mejoraban su circulación de balón y Jimmy Butler comenzaba a mostrarse imparable para la defensa local. Por encima James Harden se iba al banquillo por las faltas personales, los balones perdidos volvían a ser una cruz para los de Pennsylvania y tenía que aparecer Danny Green, con dos triples, para romper un parcial de trece a cero y dar un respiro al Wells Fargo Center. Pese a la aparición de Tyrese Maxey en el partido, y al descanso de la estrella visitante, Herro volvía a dejar el partido a tres puntos entrando en el cuarto final. Un periodo que amanecía con mucho reparto de cariño entre ambos equipos, Mathias Thybulle y PJ Tucker se repartían un par de técnicas por efusivos y, como los triples no entraban en Miami, estos se pasaban hasta cinco minutos sin una canasta en juego. La diferencia se estabilizaba en torno a los diez puntos y,Butler se quedaba solo en el ataque visitante. En los Sixers, sin embargo, todo funcionaba, desde los tiros abiertos hasta un Maxey eléctrico. A tres minutos para el final Philadelphia podía disfrutar de su primera victoria en la eliminatoria. Invitado inesperado: Danny Green (Sixers)
El cuarto partido se había convertido en un peligro para Miami y bastaba ver la energía y la confianza del equipo local en los primeros minutos del partido para darse cuenta de que nada iba a ser sencillo. A Joel Embiid se le veía más cómodo sobre la pista y, pese a que las segundas opciones daban vida a los visitantes, los Sixers llevaban la iniciativa en el marcador. Víctor Oladipo salía del banquillo para dar más agresividad al juego visitante y, junto a Bam Adebayo, conseguía mantener a su equipo tras los pasos locales. No había motivos para el entusiasmo en los Heat; Kyle Lowry comenzaba a mostrarse renqueante por su lesión, su ataque sufría para anotar y los suplentes locales lograban dar un buen descanso a su máxima estrella. Por encima las dudas comenzaban a surgir en el ataque de los de Florida, Danny Green hacía siete puntos con dos triples y James Harden comenzaba a crecerse en el partido. Ni un tiempo muerto lograba frenar su racha, pero Miami encontraba en Jimmy Butler su tabla de salvación para mantener la diferencia por debajo de los diez puntos al descanso. El reposo activaba la intensidad de ambos equipos, los contactos eran abundantes y Butler lo sabía aprovechar con inteligencia. Ni la cuarta falta personal de Adebayo cambiaba la dinámica del partido, ni cuando Embiid hacía una falta flagrante sobre Butler. Los locales no atacaban con claridad y sus puntos llegaban de su referencia interior. Así las cosas, todo quedaba en el aire para el acto final. En Philadelphia sabían que la renta de cuatro puntos era escasa y los locales ponían toda la atención en la defensa. Bastaban tres minutos de partido, y cinco puntos consecutivos de Harden, para levantar al Wells Fargo Center de sus asientos. La diferencia llegaba a la docena de puntos y Erik Spoelstra paraba el partido. Butler volvía a ser el ancla de su equipo y los Heat se acercaban en el marcador, pero Harden estaba con la confianza al máximo y, ante la precipitación visitante, cerraba el partido con todo su catálogo ofensivo. El empate a dos daba esperanza a los Sixers para encarar el quinto partido. Invitado inesperado: George Niang (Sixers)
Fuente: harwoodhoudini.com
Los Celtics, tras la victoria en el segundo partido, estaban empeñados en poner la serie en orden ganando a domicilio y no extrañaba ver a Marcus Smart en el quinteto titular para disputar el tercer punto de la eliminatoria. Desde el primer minuto quedaba claro que ambos equipos sabían lo que estaba en juego, los contactos eran constantes y los interiores de ambos equipos eran los protagonistas ante la falta de acierto exterior. Poco a poco Milwaukee iba mejorando la circulación de balón y se llegaba al final del primer cuarto con una corta ventaja local. Y el segundo periodo no variaba el rumbo del partido, la anotación exterior era mínima y Brook López y Giannis Antetokounmpo eran los encargados de seguir manteniendo a los suyos ante los mayores recursos visitantes. Sin embargo Boston encontraba una mayor paciencia en su ataque y encontraba soluciones ofensivas que le permitían seguir los pasos de los de Wisconsin, aunque fuese desde la línea de tiros libres y, como el griego se quedaba solo, los Celtics llegaban al descanso con cuatro puntos de ventaja tras realizar un parcial de siete a cero. La segunda mitad se presentaba interesante porque, aunque bastaba con su jugador franquicia para mantenerse en el partido, las sensaciones no eran buenas para los campeones y estaba claro que alguien más debía acompañarle. La reacción, sin embargo, venía dada por una actitud defensiva más agresiva de manos. Los balones perdidos comenzaban a acumularse en el bando visitante y Antetokounmpo disfrutaba de los espacios a la contra. Ime Udoka debía intervenir en el partido, pero su equipo no reaccionaba. A los de Massachusetts se les notaba nerviosos y los Bucks sacaban rendimiento de ello. Ahora sí había apoyo en ataque para la estrella local y el Fiserv Forum vibraba viendo la diferencia en los dos dígitos. Al segundo intento el técnico visitante lograba controlar a sus jugadores, aunque la calma era momentánea. El juego visitante no tardaba en caer en la precipitación y Milwaukee llegaba al acto final con trece puntos de ventaja tras los mejores minutos de Jrue Holiday en el partido. La reacción visitante no tardaba en llegar; aprovechando cierta precipitación local, con Jayson Tatum por fin inspirado, Jaylen Brown atacando en transición y el tiro exterior funcionando. Mike Buldenhozer intentaba dar tranquilidad a los Bucks, pero era su jugador franquicia el único que respondía al aprovechar la quinta falta personal de Grant Williams. La diferencia jugueteaba alrededor de los cinco puntos, con Al Horford dando soluciones ofensivas a Boston. El partido se convertía en una sucesión de triples y ataques acelerados y, faltando dos minutos, pese al constante esfuerzo de Antekounmpo, los Celtics se ponían por delante en el marcador. El primer minuto continuaba con la dinámica de desacierto en los tiros abiertos y situaciones forzadas y se llegaba a los cincuenta segundos finales con la posesión para Milwaukee. La estrella local recibía en la cabeza de la zona y, para sorpresa general, aprovechaba su mayor envergadura ante Grant Williams para dejar una cómoda bandeja. Jaylen Brown se iba contra la defensa local casi inmediatamente y fallaba su bandeja. Jrue Holiday imitaba el uno contra uno de la anterior posesión local pero, sin esos largos brazos, optaba por desplazar a su defensor con un choque y convertía su lanzamiento. Ime Udoka llamaba a sus jugadores, encesitaban un triple para empatar y restaban once segundos. Marcus Smart intentaba levantarse desde la línea de tres pero, a criterio arbitral, la falta era abajo y el base tenía dos tiros libres restando cinco segundos. Metía el primero, el base lanzaba al tablero el segundo, capturaba el rebote y fallaba. La segunda opción, de Grant Williams, tampoco entraba. Los Bucks se ponían por delante en la serie, dos a uno. Invitado inesperado: Pat Connaughton, Bobby Portis (Bucks)
Boston se lo jugaba casi todo en el cuarto partido y, con la baja de Robert Williams III, Grant Williams aparecía en el quinteto titular visitante. Ese cambio traía una menor capacidad defensiva bajo canasta y, aunque los balones perdidos eran habituales en ambos lados de la pista, el poder de los de Wisconsin en las zonas les daba la iniciativa. La diferencia se iba a la decena de puntos y tenían que llegar los suplentes para mejorar la situación desde la defensa. El segundo periodo se presentaba interesante porque, de repetir otro cuarto similar, la situación sería muy complicada para los visitantes. Sin embargo Giannis Antetokounmpo se convertía en la única referencia ofensiva de los Bucks y la paciencia de los visitantes para encontrar una buena selección de tiro tenía su recompensa. El partido se igualaba y los locales llegaban al descanso con una mínima ventaja gracias al acierto de Pat Connaughton. El tercer cuarto nacía con un punto más de agresividad en el equipo local que, pese a los intentos de Jayson Tatum, conseguía abrir una pequeña diferencia apoyado en un Antetokounmpo que hasta se ganaba una técnica. El griego resultaba imparable para la defensa de los Celtics y su descanso era una bendición que Jaylen Brown aprovechaba hasta que se tenía que retirar al banquillo con su quinta falta personal. Así las cosas, Milwaukee tenía siete puntos de ventaja para administrar en los doce minutos finales. Unos minutos que surgían con una versión más tranquila en el equipo local en contraste con la intensidad visitante, donde hasta el Al Horford hacía un mate y soltaba un codazo innecesario para acabar recibiendo una técnica. Eso no frenaba su acierto en el tiro y, como los balones perdidos cambiaban de bando, la ventaja era visitante. El juego interior sostenía a los Bucks, pero no era suficiente ante un Horford imparable. Los nervios llegaban al cuadro local y Jayson Tatum no perdonaba, con ocho puntos consecutivos ponía a los de Massachusetts con diez puntos de ventaja. La serie volvía a Boston con empate a dos. Invitado inesperado: Derrick White (Celtics)
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