Fuente: hoopshabit.com
Tras saltar todas las alarmas por la aparición de un paquete sospechoso en las inmediaciones del StateFarm Arena, Atlanta se encaminaba a un partido a todo o nada con la cabeza un tanto distraída tras el retraso para comenzar el partido. Los Heat no tenían esa presión y, aunque Jimmy Butler se quedaba tocado tras un choque, el marcador siempre soplaba a su favor por sus constante aportación. DeAndre Hunter y Danilo Gallinari ya no tenían acierto para seguir la anotación visitante y la desventaja local se aproximaba a los diez puntos. El único alivio era ver como los triples visitantes ya no llegaban y los Hawks cerraban el cuarto con apenas una canasta de diferencia tras completar un parcial de ocho a cero. Y las buenas noticias continuaban en el siguiente periodo; Kevin Huerter y Delon Wright era protagonistas de la reacción, con sus robos de balón y su acierto en ataque. Atlanta se ponía con seis puntos de ventaja y Erik Spoelstra paraba el partido. Eso asentaba la prudencia en su ataque, pero no frenaba los ataques en velocidad georgianos; Miami encajaba un parcial de diez a cero que llevaba la diferencia a los dos dígitos y tenía que encomendarse a Tyler Herro ante la desaparición de Butler. Pese a ello, la renta local de cara a la segunda mitad era de siete puntos. El paso por los vestuarios traía más contactos al partido y, por su falta de experiencia y físico, Atlanta era el principal afectado. Con Max Strus como principal anotador, los de Florida le daban la vuelta al partido. Un parcial de veintiuno a cero, en cinco minutos de juego, ponía la distancia por encima de los diez puntos y las esperanzas de la afición local se venían abajo. Nate McMillan metía a los suplentes y con su defensa, y la mejor versión de Trae Young, los Hawks respiraban viendo el partido a ocho puntos. Para reforzar su ambición desde el banquillo de los Heat se anunciaba que Kyle Lowry no regresaría al partido. Sin embargo, tras jugarse tres minutos del acto final, estaba claro que Miami no estaba dispuesto a permitir la remontada. La diferencia se doblaba con su mejor juego de equipo y Nate McMillan paraba el partido. De nuevo aparecían los jugadores de banquillo de Atlanta, con su versión más intensa, para acercar a su equipo. Onyeka Okongwu dominaba las zonas, Bogdan Bogdanovic se soltaba en ataque y, aunque ahora era el técnico visitante el encargado de parar el partido, tres triples del escolta serbio permitían a Trae Young empatar el partido con poco más de tres minutos por jugarse. Un triple de Strus era contestado por el base estrella de los Hawks, Herro perdía un balón importante forzando hacia la canasta y Okongwu conquistaba un rebote ofensivo que daba la iniciativa en el marcador al equipo local. El StateFarm Arena entraba en ebullición y Butler era el encargado de bajar la temperatura con un triple desde la esquina. Young sacaba dos tiros libres y, tras un rebote ofensivo, PJ Tucker aprovechaba otra esquina para meter un triple y permitir a los suyos mandar en el marcador entrando en el minuto final. La diferencia, de un punto, era ridícula, pero el ataque local era muy espeso y acababa con un triple sin mucho sentido. Los Heat decidían agotar la posesión y Butler se jugaba una suspensión forzada que se quedaba corta, Trae Young tenía diez segundos pero, apenas cruzado el medio campo, ya veía la debilidad de la defensa en transición visitante. La bandeja era sencilla y daba la ventaja a Atlanta con cuatro segundos por jugar. La jugada final de Miami estaba diseñada para Jimmy Butler pero, inexplicablemente, el alero decidía jugarse un triple en carrera sin mucho sentido y los Hawks conseguían la primera victoria en la serie. Invitado inesperado: Delon Wright, Onyeka Okongwu, Bogdan Bogdanovic (Hawks)
Las ambiciones de los Hawks habían renacido con la victoria y, con la ausencia confirmada de Kyle Lowry, y el retorno de Clint Capela, el StateFarm se preparaba para un cuarto partido plácido. Sin embargo el equipo local salía falto de agresividad en su juego, casi todo su juego ofensivo se basaba en el acierto exterior (con DeAndre Hunter especialmente acertado) y tampoco podía contener a Jimmy Butler. Sin embargo, y pese conceder el rebote bajo su aro, sólo su acierto en el tiro de tres puntos le daba a los Hawks una mínima ventaja de cara al segundo periodo. La falta de recursos interiores no había sido un problema para anotar triples, pero Erik Spoelstra apostaba por activar su defensa con una zona. Danilo Gallinari, y algo de fortuna, solucionaban las dudas que estaban apareciendo en el ataque de Atlanta y, como Miami no metía los triples, los georgianos contaban con una ventaja de ocho puntos cuando regresaban los titulares. Sin embargo los problemas ofensivos locales eran evidentes y bastaba un poco de actividad de Butler para que los errores del bando local permitiesen el acercamiento de los Heat. Cada vez era más evidente el dominio físico en las zonas del equipo de Florida y, aunque John Collins rompía un parcial de quince a cero, los Hawks se precipitaban cada vez más. Con otro parcial de once a cero, comandado por PJ Tucker y Jimmy Butler, la diferencia se iba por encima de los diez puntos al descanso. Los catorce puntos de desventaja eran muchos y, tal vez por eso, la paciencia que el equipo local iba mostrando en el inicio del tercer cuarto se iba perdiendo con el paso de los minutos. Sólo los mejores minutos de Trae Young, y el buen tono defensivo, permitían un ligero recorte a los locales. Naturalmente la situación no duraba, Miami seguía aprovechando su poderío físico (con Tucker castigando en el poste bajo) y el parcial, de nueve a cero en dos minutos, era suficiente para retomar la diferencia inicial. La intensidad del juego de los Heat no era igualada por los locales y los de Florida llegaban al acto final con casi veinte puntos de ventaja y los visitantes no frenaban. Bastaba la intensidad de Butler y Bam Adebayo para asegurar la tercera victoria de Miami en la serie, que ahora podía resolver la eliminatoria en casa. Invitado inesperado: Victor Oladipo (Heat)
Fuente: heavy.com
Los Celtics buscaban dar el empujón definitivo a la eliminatoria con una victoria a domicilio y para ello contaban con un recuperado Robert Williams III que esperaba su oportunidad en el banquillo. Sin embargo, los problemas visitantes no llegaban para proteger su canasta, necesitaban un poco más de paciencia en ataque y Brooklyn conseguía una corta ventaja con su mejor movimiento de balón. Jayson Tatum mostraba su mejor versión ofensiva tras el tiempo muerto visitante y, en apenas dos minutos, el partido estaba igualado con un parcial de diez a dos. Pese al parón solicitado por Steve Nash, los Nets tenían problemas ofensivos, perdían el balón con facilidad y les salvaba la mejor versión de Bruce Brown. El segundo cuarto amanecía con apenas cinco puntos de desventaja, pero las sensaciones eran horribles desde el inicio. Los neoyorquinos tenían problemas para circular el balón, Kevin Durant se desesperaba al no poder tirar y Payton Pritchard elevaba la diferencia visitante a los dos dígitos pese a los intentos del técnico local por impedirlo. Pese a los puntos de los secundarios locales, con un Nicolas Claxton imparable bajo los aros, Boston controlaba el partido por tres puntos al encarar el túnel de vestuarios. La larga parada dejaba congelada la reacción local, que volvía a su versión más descuidada en defensa y ataque. La bronca de Steve Nash traía la mejor versión defensiva de Brooklyn pero, ofensivamente, el equipo seguía siendo un desastre salvo por la inspiración de Kevin Durant y el toque de Bruce Brown. Los Celtics volvían a llevar la diferencia a la decena de puntos, con la mejor versión de Tatum, y los neoyorquinos volvían a necesitar el refuerzo de su banquillo para dejar el partido con vida para el cuarto final. Los nueve puntos de ventaja daban a los de Massachusetts una sensación de seguridad, que permitía a Jaylen Brown sostener a su equipo durante los mejores minutos de los Nets, con Blake Griffin siendo indescifrable para la defensa verde. Esa sólida versión ofensiva iba desapareciendo con el paso de los minutos y a mitad de cuarto la ventaja visitante superaba los diez puntos. Los balones perdidos y la precipitación aparecían al cuadro local que, irremediablemente, encajaba su tercera derrota consecutiva en la serie. Invitado inesperado: Derrick White (Celtics)
Tras la derrota en el tercer partido los Nets tenían toda la presión para mantenerse con vida en la eliminatoria. Sin embargo la preocupación principal se daba en el bando visitante, donde se hablaba mucho de la designación arbitral para el partido. Ese estado de nervios parecía reflejado en la actitud del técnico de Boston durante los primeros minutos del partido. Lo curioso era que no había motivo, el arbitraje hasta le era favorable al equipo verde y su juego se mostraba muy ordenado, con un Jaylen Brown muy cómodo en los primeros minutos. Eso no gustaba a Steve Nash que, en cuatro minutos, cambiaba dos piezas de su quinteto titular. Enfrente la principal oposición era Kevin Durant, pero no era suficiente cuando llegaban las primeras rotaciones. Derrick White salía muy acertado desde el banquillo y, con un parcial de diez a cero, la preocupación asomaba en la afición del Barclays Center. Por suerte ese acelerón se frenaba cuanto más se ampliaba la rotación visitante y Durant encontraba el apoyo de Nicolas Claxton para dejar la desventaja de Brooklyn en cuatro puntos. El paso por los banquillo traía la mejor versión defensiva local y contaba con Seth Curry para solventar los problemas ofensivos ante la precipitación de Durant. No era suficiente, Jayson Tatum comenzaba a acertar desde el exterior y la diferencia volvía a crecer. La situación se ponía complicado para los neoyorquinos pero, inesperadamente, el partido se volvía loco y los Nets se ponía a un punto. Ime Udoka intervenía en el partido para poner orden y Grant Williams encontraba el espacio para levantarse, con tres triples, y el cansancio de Durant, la ventaja visitante se quedaba en ocho puntos al descanso. El cuarto de hora de reflexión parecía haber cambiado el criterior arbitral, Daniel Theis se cargaba con su cuarta falta personal y el partido se anclaba en un intercambio desigual; por un lado el buen reparto de los Celtics, al otro Durant y lo que pudiese crear para sus compañeros, especialmente Claxton. Con el paso de los minutos Marcus Smart y Tatum se iban haciendo con el mando del partido ante la precipitación de las estrellas locales. El panorama se antojaba complicado para Brooklyn, tenían que remontar doce puntos para seguir con vida en la serie. Lo que nadie esperaba era que los locales saliesen calmados del paso por los banquillos, su paciencia ofensiva, y la quinta falta de Tatum, llenaban de esperanza al público local. El partido se convertía en un intercambio de triples y Goran Dragic, con ocho puntos consecutivos, capitalizaba el intento de los Nets. Boston aguantaba con la mejor versión de Jaylen Brown y Smart. Kyrie Irving despertaba para apoyar a Durant cuando se entraba en el tramo decisivo del partido. Tatum era expulsado con su sexta falta persona y Durant ponía el partido a un punto con noventa segundos por jugarse.Jaylen Brown ponía a los suyos contres puntos de ventaja, Durant se precipitaba y los Celtics jugaban demasiado calmados para poder anotar. Quedaban veinte segundos y Smart tenía claro que prefería hacer una falta a Durant que encajar en triple. El líder del equipo neoyorquino sólo metía un tiro libre y, ante la pasividad de la defensa local, Smart erraba una bandeja relativamente sencilla con la única oposición de Blake Griffin y Al Horford, a falta de un apoyo defensivo en la defensa en transición, anotaba un rebote ofensivo para elevar la ventaja a cuatro puntos con doce segundos por jugar. Durant erraba el triple precipitado y la temporada de Brooklyn se cerraba con una gran desilusión. Invitado inesperado: Grant Williams, Derrick White (Celtics)
Eliminatoria cerrada: Celtics ganan cuatro a cero
Fuente: thespun.com
La visita de los Bucks a Illinois se presentaba complicada porque, aunque podían contar con Bobby Portis para sustituirle en el quinteto titular, Khris Middleton era una referencia principal para su ataque. El United Center mostraba el ambiente de las mejores ocasiones pero, en apenas cinco minutos, esa pasión se apagaba. Jrue Holiday finalizaba bajo canasta, Portis estaba entonado y los tiros abiertos de Chicago no eran suficientes para seguir ese ritmo de anotación. DeMar DeRozan no encontraba la forma de encontrar sus puntos y desventaja llegaba a los dos dígitos rápidamente. Nikola Vucevic ya no metía los triples, y, como Grayson Allen sí, la ventaja de Milwaukee al cerrarse el primer periodo era de dieciséis puntos. Sin embargo el paso por los banquillos no aliviaba la situación local; un parcial de trece a cero en cuatro minutos, comandado por Giannis Antetokounmpo, llevaba la diferencia por encima de los veinte puntos. Por suerte el retorno de los titulares, y cierta relajación visitante, permitían a los Bulls ver la segunda mitad con más optimismo al ver la diferencia por debajo de las dos decenas de puntos. Una esperanza que se veía destruída en unos pocos minutos porque, sin acierto en los triples, Chicago ya no tenía opciones ofensivas y, como la estrella griega estaba imparable en ataque, la diferencia se encaminaba hacia los treinta puntos tras otro parcial de trece a cero. Para desilusión del United Center esa desventaja acababa llegando, por mucho que los mejores minutos ofensivos de los suyos acercasen el partido a veinte puntos, y los Bucks tomaban el mando de la serie tras su segunda victoria. Invitado inesperado: Pat Connaughton, Grayson Allen (Bucks)
Ahora la presión era para los Bulls y era normal que el partido empezase con más contactos que acierto. Zach LaVine y Jrue Holiday eran los primeros en despertar en el horario mañanero y nadie se distanciaba. El abuso del tiro de tres puntos era claro pero, gracias a los balones robados por Grayson Allen, y a la mejor versión ofensiva de Bobby Portis, Milwaukee tomaba una ventaja cercana a los diez puntos. Billy Donovan dotaba de paciencia al equipo local y Nikola Vucevic apoyaba la reacción de LaVine. Así la diferencia era de tres puntos al cerrarse el primer acto. El segundo, sin embargo, mostraba la versión ofensiva más limitada de Chicago mientras que, al otro lado, Grayson Allen y Pat Connaughton rompían la igualdad con dos triples. Pese a los intentos del técnico local, Allen y Giannis Antetokounmpo ponían la diferencia en quince puntos al descanso. Era obvio que los Bulls tenían que salir a la segunda mitad con otra actitud, pero el United Center veía con asombro como, en un minuto, la desventaja superaba los veinte puntos. El técnico local dotaba con agresividad a sus jugadores tras la bronca de rigor y ponía en la pista a un Ayo Dosunmu que, con dos triples, lideraba un parcial de once a cero que obligaba a Mike Buldenhozer a reaccionar. Pese a ello DeMar DeRozan seguía con la remontada y bajaba la diferencia de los diez puntos. Sin embargo el escolta se queda solo a nivel ofensivo y la estrella visitante encontraba en Pat Connaughton y Allen los compañeros ideales para devolver la diferencia a su lugar natural con un parcial de once a cero. Pese al descanso necesario para su jugador franquicia, y tras un triple de Allen sobre la bocina, Chicago tenía que remontar dieciséis puntos en el cuarto final. La complicada situación era peor porque, desde el banquillo local, se anunciaba que Alex Caruso no volvería al partido. Los Bucks ya contaban con su jugador franquicia y, junto con su buena defensa, le bastaba para mantener la distancia y asegurar la victoria. Sin nada más reseñable que la doble técnica a Zach LaVine y Bobby Portis por pasionales, Milwaukee podía resolver la eliminatoria en casa con el tres a uno en la serie. Invitado inesperado: Grayson Allen, Pat Connaughton (Bucks)
Fuente: thenationalreporterng.com
El Scotiabank Arena estaba preparado para demostrar que, pese al dos a cero en la serie, nada iba a ser sencillo en Toronto. Nick Nurse, además, había dado otro aire al equipo canadiense con la salida en el quinteto titular de Khem Birch. El pivot protegía mejor su canasta de la estrella visitante y los Raptors se encontraban equilibrados en su ataque con la aportación de Gary Trent Jr y Pascal Siakam. Enfrente los Sixers seguían el ritmo a golpe de triple. Un acierto que se extendía al bando local y que, ante el juego acelerado de Philadelphia, permitía a la afición local disfrutar con una ventaja de dos dígitos al cerrarse el primer cuarto. Por encima Precious Achiuwa disfrutaba de sus mejores minutos de la eliminatoria y, como los Sixers comenzaban a perder balones, la diferencia se acercaba a los veinte puntos y Glen Rivers solicitaba un parón en el partido. El tiempo muerto traía la versión visitante más sólida, Fred VanVleet se ganaba una técnica protestando y James Harden aproximaba a los suyos rápidamente. La respuesta canadiense no se hacía esperar; fotocopiando su primer cuarto lograban desesperar a Danny Green (que también recibía una técnica) y dejar la distancia inalterable tras los doce minutos del segundo acto. El paso por los vestuarios recuperaba la mejor versión de Joel Embiid, en ataque hacía de tod y en defensa cerraba las opciones bajo su canasta. En poco tiempo la diferencia entre ambos equipos era mínima y los Raptors debían recuperar su mejor defensa para llegar al cuarto final con una mínima diferencia a favor. Naturalmente el pivot camerunés precisaba de un descanso y los canadienses comenzaban a buscar el aro para abrir un poco la diferencia. James Harden se cargaba con quinta falta personal y la estrella visitante regresaba a la pista para evitar la escapada de Toronto. Los ataques se solucionaban a golpe de triple y, como los Sixers no alcanzaban el mismo acierto, los canadienses entraban en los dos minutos finales con cinco puntos de ventaja. Sin embargo los tiros abiertos dejaban de entrar y Tyrese Maxey y Harden empataban el partido con poco más de medio minuto por delante. Achiuwa sacaba la sexta falta del base de Philadelphia pero, para desilusión del Scotiabank Arena, no acertaba con los tiros libres, Restaba una posesión ofensiva donde la falta de Harden dejaba todo en manos de Embiid, este no acertaba con el triple y, como Tobías Harris tampoco acertaba con el rebote ofensivo, el partido se decidiría en los cinco minutos extra. Un tiempo a mayores donde los Sixers salían más agresivos en su ataque y tomaban un punto de ventaja para encarar el minuto final. Toronto no metía el tiro abierto, Maxey se liaba botando el balón y OÇÇG Anunoby atacaba el aro para sacar dos tiros libres. Sólo acertaba con uno y la posesión definitiva era para Philadelphia. Embiid se despistaba con el balón y casi lo perdía. Rivers intervenía para poner orden en el segundo de posesión que restaba, el balón iba a Embiid que, a la media vuelta, metía el triple de la victoria porque, aunque restaba un segundo de juego, los Raptors rifaban el saque de banda. La serie se ponía imposible para los canadienses con el tres a cero. Invitado inesperado: Tyrese Maxey, George Niang (Sixers)
Los canadienses tenían su última oportunidad de alargar la serie y por ello no sorprendía ver como Scottie Barnes se sumaba a la causa, aunque fuese desde el banquillo. Y desde el inicio su defensa se mostraba preparada, pero su ataque estaba atascado, sólo Pascal Siakam y Gary Trent Jr se mostraban con acierto y Philadelphia tomaba el mando del partido. Para alivio del Scotiabank Arena Joel Embiid estaba bastante controlado y casi todos los puntos visitantes llegaban desde el exterior. Fred VanVleet comenzaba a sumar anotación a su equipo y los doce minutos de apertura se apagaban con un empate entre ambos equipos. Claro que las desgracias no tardaban en llegar a los Raptors, el novato del año pisaba mal y se resentía de su lesión en la primera jugada del segundo cuarto. Por suerte bastaba un tiempo muerto para ver que el tobillo aguantaba y se reintegraba a la pista.De nuevo la defensa de Toronto controlaba el partido y su ataque volvía a depender del talento individual de sus estrellas. La renta canadiense era corta, pero no tardaba en ampliarse y, justo cuando la diferencia se aproximaba a la decena de puntos, Van Vleet se rompía y tenía que retirarse a los vestuarios. Pese a todo Trent Jr conseguía, con un triple, llevar la ventaja canadiense hasta los doce puntos. Glen Rivers decidía intervenir en el partido y recordar a Embiid que debía establecer su poderío bajo el aro contrario. Con eso, y una subida de líneas en defensa, la desventaja visitante se quedaba en cinco puntos. La segunda mitad debía ser dura para el equipo local y, seguramente por eso, el quinteto inicial del tercer cuarto presentaba dos novedades. Lo que no cambiaba era la dinámica de igualdad del partido y, con las defensas brillando, no sorprendía ver que las alternancias en el marcador dependían del acierto exterior visitante. Como quiera que el ataque canadiense se mostraba más equilibrado, pese a no meter un triple, estos llegaban al último periodo con tres puntos de ventaja. Y el cuarto final mostraba, ya desde los primeros minutos, la tensión del partido. Todo era peleado y Siakam mantenía a los suyos por delante, pese a la insistencia de James Harden por buscar la remontada.Por encima Tobías Harris quedaba tocado tras defenderle extraordinariamente y ganarse su quinta falta personal. El alero se retiraba de la pista y el pivot francés ya se encontraba más cómodo. Además Embiid estaba controlado por los constantes dos contra uno de la defensa canadiense y en el Scotiabank Arena se relamían viendo a los suyos con diez puntos de ventaja entrando en los cinco minutos finales. Philadelphia veía como ninguna de sus estrellas tenía la energía necesaria para anotar y, tras un triple de OG Anunoby, y dos tiros libres de Siakam, el partido parecía decidido. Sólo quedaba tiempo para que Embiid mostrase su frustración ganándose una técnica y Anunoby devolviese la situación en la otra zona. Los Raptors aguantaban los minutos finales y la serie volvía a Pennsylvania con un tres a uno en su contra. Invitado inesperado: Chris Boucher (Raptors)
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