Fuente: heatnation.com
Si en Miami estaban entusiasmados con el primer puesto de su equipo tras la temporada regular, ver como los Hawks no podían contar con Clint Capela era un aliciente a mayores pensando en disfrutar de un primer partido de la serie plácido. En los visitantes la buena noticia era el retorno de John Collins tras su lesión, aunque dejase su puesto en el quinteto titular a Onyeka Okongwu. El inicio era tímido para ambos equipos, con pocos puntos, aunque la diferencia era clara; mientras los Heat no acertaban con sus tiros bien seleccionados, Trae Young sufría para superar una defensa de cambio constante en los bloqueos que le alejaba de la zona. Tal era el desconcierto del base que intercambiaba una técnica con Jimmy Butler, los balones perdidos aparecían en el cuadro visitante y PJ Tucker metía los tiros abiertos. Miami estaba muy cómodo en ataque, repartiendo bien el balón al compañero libre. La distancia entre ambos equipos llegaba a los dos dígitos y, pese a la mejora defensiva de Atlanta, los de Florida cerraban el primer acto con una cómoda ventaja. Las malas sensaciones continuaban en los de Nate McMillan, pese a no contar con Young dirigiendo el juego, y sólo la precipitación local evitaba su despegue. Erik Spoelstra ponía calma en los suyos con un tiempo muerto. Regresaban los balones perdidos en el equipo georgiano, todo su juego ofensivo acababa fuera de la zona.Mientras, en defensa no daban contenido a Bam Adebayo y Butler, y, por encima, Duncan Robinson y Kyle Lowry aprovechaban los tiros abiertos a su disposición. Al descanso la desventaja visitante rozaba los veinte puntos para difrute del America Airlines Arena. La larga parada obligada traía más orden al ataque de los Hawks pero, para sorpresa general, Young volvía a olvidarse de asentar el ataque de su equipo y se enredaba con el balón, PJ Tucker disfrutaba aprovechando los descuidos de la defensa visitante y nadie podía frenar a Butler cuando atacaba el aro. La diferencia se acercaba a los treinta puntos y ni la entrada de los suplentes evitaba que el partido estuviese decidido de cara al cuarto final. Invitado inesperado: Duncan Robinson (Heat)
Nate McMillan tenía mucho que pensar tras la mala imagen del primer partido y su primera decisión era incorporar a John Collins al quinteto titular. Esta decisión daba más solidez a la defensa visitante pero, como Trae Young tenía problemas, y el balance defensivo no era bueno, el tiempo muerto acababa llegando. Pese a todo era claro que el ataque de los Heat estaba más cómodo en el partido, Max Strus y Jimmy Butler daban las primeras ventajas a su equipo y tenía que llegar la versión más inteligente del base visitante, y los balones perdidos en los de Florida, para igualar la situación cuando se cerraba el primer cuarto. El breve instante de reposo entre cuartos traía el acierto exterior a Atlanta pero entre Butler y Tyler Herro se las arreglaban para seguir el ritmo anotador sin problemas. DeAndre Hunter y Kyle Lowry charlaban demás y se ganaban cada uno su técnica correspondiente. Miami comenzaba a tener problemas en la circulación de balón y, en su peor momento, le caía la tercera falta personal a Bam Adebayo. La emergencia, y las faltas de Dewayne Dedmond, hacían que Erik Spoelstra recurriese a un quinteto bajo; eso permitía que las ayudas fuesen más presentes en la defensa local y los Heat se presentaban al tercer periodo por delante en el marcador. Y, pese a la cuarta falta personal de su pivot titular, Miami seguía aprovechando la buena actividad de manos de su defensa de bajitos para robar el balón a los georgianos. Estos encontraban algo de alivio en el tiro de tres puntos pero, como los Heat también metían de fuera y Jimmy Butler estaba imparable, la ventaja local alcanzaba los dos dígitos. Con un parcial de once a cero, en noventa segundos, la diferencia llegaba a los trece puntos. Sin embargo no podían terminar de romper el partido, porque los triples ya no entraban y Bogdan Bogdanovic comenzaba a aparecer en el ataque visitante. Así las cosas, con un Trae Young desesperado que se ganaba una técnica, disponían de once puntos de ventaja para administrar en el último cuarto. No era una diferencia insalvable para los de McMillan pero, contrariamente a lo esperado, no había intensidad en su juego. Casi todo el juego era exterior, en ambos equipos, y, ante el desacierto general, las segundas opciones conquistadas por Dewayne Demond permitían a los locales ampliar la ventaja. En la situación más desesperada para los Hawks surgía el mejor Bogdan Bogdanovic y, junto con algo de ayuda de su jugador franquicia dirigiendo el ataque, conseguía poner el partido a tres puntos entrando en los tres minutos finales; mientras el FTX Arena intentaba levantar a su equipo. Sin embargo, con al ánimo a favor, Young se precipitaba, Bogdanovic cogía posiciones de tiro forzadas y Jimmy Butler no perdonaba. La segunda victoria permitía a los Heat relajarse durante su viaje a Atlanta. Invitado inesperado: Gabe Vincent, Dewayne Dedmond (Heat)
Fuente: celticsblog.com
Los Nets sabían que necesitarían de su mejor versión para lograr la primera victoria de la eliminatoria en Boston. No sorprendía, por tanto, ver una gran intensidad y su mejor versión de conjunto desde el inicio. Las estrellas de ambos equipos sufrían para anotar pero, con el paso de los minutos, la buena actividad defensiva local les permitía correr tras robar el balón. La iniciativa era suya pero, con la salida a la pista de los jugadores de banquillo, la defensa visitante subía su actividad y lograba cerrar el cuarto con el marcador prácticamente igualado. Naturalmente, con el reposo en el banquillo, las referencias ofensivas de ambos equipos tomaban el mando aunque, al ser más constantes las del cuadro local, la ventaja volvía a los Celtics. Steve Nash tenía que intervenir para centrar a los suyos en la distribución del balón en ataque y alcanzar el descanso con el partido totalmente igualado. Sin embargo, en los primeros minutos del tercer cuarto, todo ese trabajo parecía venirse abajo. El equipo regresaba muy frío a la pista, no estaban concentrados ni para apoyar en un saque de fondo. La diferencia llegaba a los quince puntos en poco tiempo, pese a que Kevin Durant y Kyrie Irving intentaban impedirlo por todos los medios. Tenían que salir del banquillo Goran Dragic y Nicolas Claxton para dar más consistencia a la defensa de Brooklyn y recortar la desventaja hasta los seis puntos. Una diferencia que se iba por encima de la decena de puntos en el minuto final del tercer cuarto porque, inesperadamente, el partido se volvía loco. Ante la complicada situación los Nets salían a los doce minutos finales con su actitud más agresiva. Kyrie Irving salía en su mejor versión de director de juego y anotador. En cuatro minutos los neoyorquinos estaban por delante en el marcador. Boston tardaba más de cinco minutos en anotar su primera canasta en juego en el cuarto final y la corta ventaja, de cuatro puntos, era visitante. Una renta que no aguantarían por su juego más individualista, llegándose al minuto final con empate en el marcador. El base de los Nets metía un triple confirmando su gran actuación durante la remontada y la defensa, para no permitir un triple, concedía una canasta sencilla a Jaylen Brown. Brooklyn tenía la posesión para cerrar el partido pero, para sorpresa general, Irving se enredaba botando el balón y, cuando quería soltarlo, a Durant sólo le quedaba tiempo para levantarse. El tiro no entraba e Ime Udoka decidía dejar el ataque final a sus jugadores. Estos exprimían bien hasta el último segundo de los doce disponibles y, ante una defensa no establecida, Jayson Tatum encontraba una bandeja sencilla para cerrar la primera victoria de la serie. Invitado inesperado: Derrick White (Celtics)
Tras el primer partido el TD Garden tenía claro que su equipo iba a necesitar de su ayuda en cada minuto de juego y ponía presión sobre la pista desde el arranque. Sin embargo los primeros tres minutos dejaban claro que Brooklyn no se iba a amilanar. Su mejor defensa le permitía atacar rápido tras robar el balón y Bruce Brown se convertía en protagonista de un parcial de nueve a cero. Pese a que Ime Udoka intentaba asentar a los suyos en ataque, lo que conseguía era repartido los balones perdidos por ambos bandos. Seth Curry se ganaba una falta flagrante en medio del frenesí pero, pese a los esfuerzos locales, Kevin Durant se unía a Brown para llevar la diferencia por encima de los diez puntos. La única mala noticia para los visitantes era ver a Kyrie Irving dirigirse hacia los vestuarios, pero no tardaba nada en retornar a su banquillo y, aunque Grant Williams acertaba con dos triples consecutivos, los Nets llegaban al segundo cuarto con nueve puntos de ventaja. Un cuarto que seguía mostrando la mejor defensa visitante, que además añadía un ataque bien repartido e Ime Udoka evitaba un mayor distanciamiento con sus tiempos muertos. Ni la mejor versión de Marcus Smart era suficiente porque, sorprendentemente, Goran Dragic sumaba puntos con facilidad para apoyar a Durant. La diferencia alcanzaba casi los veinte puntos pero, en el peor momento de los de Massachusetts, Jayson Tatum y Nicolas Claxton se ganaban una doble técnica que frenaba el ritmo del partido y permitía al cuadro local recomponer la figura gracias a la anotación de su alero estrella. Verse con sólo diez puntos de desventaja para la segunda mitad era una buena noticia para Boston y Al Horford no tardaba en mostrar el camino a sus compañeros. Se dejaba la piel en defensa y, como también acertaba en ataque, la diferencia se quedaba en nada rápidamente. Seth Curry añadía su cuarta falta personal a la lista de problemas neoyorquinos y, como sus estrellas no acertaban, el sufrimiento era constante . Sólo la mejor defensa de sus suplentes, y la llegada de los tiros libres, permitían a Brooklyn llegar al cuarto de cierre con cinco puntos de ventaja. Estaba claro que los Celtics casi podían tocarlo pero, en los primeros minutos, la precipitación podía con ellos. Por suerte Steve Nash quería solucionar el atasco de los suyos parando el partido y lo que conseguía era dar calma al ataque local. Payton Pritchard ponía por delante a los verdes y Jaylen Brown ampliaba la ventaja ante unos Nets que hacían dos puntos en siete minutos de partido. La ventaja local era de siete puntos y, con Tatum acertando y Durant fallando, ni la eliminación de Horford con su sexta falta impedía la segunda victoria de Boston en la eliminatoria. Invitado inesperado: Grant Williams, Payton Pritchard (Celtics)
Fuente: chicagocrusader.com
Los defensores del título tenían mucho que demostrar en el arranque de la primera ronda y no sorprendía ver su versión más agresiva sobre la pista desde el primer minuto. Lo inesperado era una versión timorata de los Bulls. Así las cosas entre Brook López y Giannis Antetokounmpo completaban un parcial de nueve a cero en noventa segundos. Billy Donovan recomponía al equipo como podía con un tiempo muerto pero, como los de Illinois no tenían recursos para imponerse bajo canasta, el equilibrio ofensivo de Milwaukee permitía elevar la ventaja local por encima de los diez puntos al cerrarse el periodo de apertura, pese a la mejora defensiva visitante con sus jugadores de banquillo. El parón entre cuartos traía pocas novedades al juego, el nivel defensivo de Chicago salvaba la situación a duras penas y Antetokounmpo seguía mostrándose imparable al buscar el aro contrario y la diferencia era de ocho puntos al arrancar el tercer acto. El paso por los vestuarios traía las mejores defensas en ambos equipos, sumar puntos era complicado hasta para la estrella griega y, con su salida del partido para descansar, los Bulls encontraban en Nikola Vucevic y Coby White las soluciones ofensivas para darle la vuelta al marcador. Un parcial de trece a cero ponía a Chicago con cinco puntos de ventaja y obligaba a Mike Buldenhozer a poner sobre la pista a su jugador franquicia. el rendimiento de su decisión era máximo, el cuarto se cerraba con un parcial de ocho a cero para los Bucks y la algarabía de su afición al ver a los suyos mandando de nuevo en el partido. Los doce minutos finales se presentaban con la máxima tensión y el inicio era tímido en puntos, aunque la diferencia entre ambos equipos era clara; mientras los Bulls no acertaban en sus tiros abiertos, Milwaukee sufría buscando la canasta contraria. Por encima, Alex Caruso sacaba dos faltas en ataque a la estrella local y este se tenía que retirar al banquillo porque estaba a una de la expulsión. Los Bulls sacaban provecho de la situación para ponerse por delante pero, pese a ello, Jrue Holiday tomaba los mandos de su equipo y, con su mejor versión y la más dominante de Brook López en las zonas, se abría la diferencia local hasta los cinco puntos tras un parcial de ocho a cero. Retornaba a la pista Antetokounmpo buscando resolver el partido, pero DeMar DeRozan evitaba la escapada y permitía a Chicago plantarse en los noventa segundos finales a un punto.Brook López finalizaba en contacto bajo el aro visitante mientras que, bajo la canasta contraria, Vucevic erraba un tiro más cómodo. Con tres puntos de ventaja los Bucks tenían una oportunidad para dejar sin opciones a los visitantes, pero se estrellaban contra la defensa innecesariamente. Ahora los Bulls tenían el balón para ponerse por delante y Zach LaVine decidía asumir la responsabilidad precipitadamente con un triple. El tiro no entraba y Caruso hacía la falta obligada a Holiday. El base no erraba con los tiros libres y Milwaukee se llevaba la primera victoria de la eliminatoria. Invitado inesperado: Bobby Portis (Bucks)
Se esperaba otro partido duro en Wisconsin y el inicio de Chicago no dejaba lugar a dudas. Los dos contra uno de la defensa visitante sorprendían a los Bucks y con su precipitación perdían el balón tontamente. el nueve a cero de salida obligaba a Mike Buldenhozer a llamar al orden a sus jugadores. Giannis Antetokounmpo tomaba la responsabilidad en ataque, cuando no anotaba, repartía. Wesley Matthews y Brook López le acompañaban con su acierto y, como los Bulls sufrían atacando en estático, la diferencia se quedaba en nada rápidamente. DeMar DeRozan se tenía que multiplicar en ataque y, gracias a dos triples de Coby White, conseguía mantener una mínima ventaja a su favor para encarar el segundo acto. Un cuarto que se abría con muchos errores tontos, como si faltase tensión en el partido. Se daba pues una competición entre las dos figuras acertadas en cada equipo; por un lado había las entradas a canasta de Zach LaVine y por otro los tiros abiertos de Brook López. Sin embargo el retorno de los titulares traía acompañamiento en el ataque visitante, ya fuese de Nikola Vucevic o de DeRozan, y los balones perdidos en el cuadro local permitían a los de Illinois mandar por catorce puntos al retirarse a los vestuariosque comenzaba a cobrar una ligera ventaja. El reposo no traía mejores noticias para Milwaukee, porque Bobby Portis indicaba que veía doble y ya no podía volver al partido. Sin embargo lo peor era ver que el ataque seguía apagado y la defensa era cada vez más permisiva. La diferencia rondaba los veinte puntos, cuando aparecía la intensidad en los Bucks. Chicago se aferraba al partido con el acierto de Patrick Williams y DeRozan, pero el recorte era constante porque Antetokounmpo se hacía inmenso para los jugadores de banquillo visitantes. Acompañado por el acierto de Khris Middleton, el griego ponía el partido a tres puntos. Pese a todo DeRozan mantenía la calma y conseguía dejar a los suyos con una cómoda renta de siete puntos para el capítulo final del partido. El parón no le sentaba bien a Milwaukee, que se olvidaba de buscar el aro en su ataque y, por encima, Vucevic regresaba del banquillo acertado en ataque. Buldenhozer debía reaccionar porque la distancia se había doblado en pocos minutos y mandaba a los suyos ser agresivos en ataque. El problema era que defensivamente el equipo no era sólido ante la mejor versión de DeRozan. Además Middleton se tenía que ir a los vestuarios, pero el jugador más valioso de las pasadas finales de la NBA no se rendía. Los tiros abiertos daban aire a los Bulls y, pese a los acelerados ataques locales, Vucevic parecía asegurar el empate en la serie con el tercer triple consecutivo. No era suficiente para ganar a los actuales campeones, que se situaban a tres puntos entrando en el minuto final. Los triples ya no entraban y Alex Caruso y Vucevic capturaban dos rebotes ofensivos fundamentales. Ante el desconcierto defensivo provocado por la situación, DeRozan cerraba el partido con una cómoda bandeja. La eliminatoria se iba a Chicago con el empate a uno y la necesidad de los Bucks de ver el parte médico de algunos de sus jugadores para no dejarse llevar por los nervios. Invitado inesperado: Alex Caruso (Bulls)
Fuente: yebscore.com
Todo estaba listo en Philadelphia para dar comienzo a la fase definitiva de la competición, tras una convulsa temporada regular marcada por la situación de Ben Simmons el público estaba eufórico y ansioso por el comienzo. Enfrente se encontraban los sorprendentes, y siempre incómodos, Raptors de Nick Nurse. Sin embargo la salida local era muy buena porque, aunque no había mucho acierto, el rebote ofensivo les facilitaba la labor anotadora y, como el ataque canadiense abusaba del bote de balón, las primeras ventajas eran para los Sixers. Pese a que el técnico visitante aclaraba el ataque con un tiempo muerto, no había soluciones para proteger la zona porque, en cuanto la defensa de Toronto se cerraba, aparecían los triples para castigar la situación. Tras un cuarto la desventaja visitante rozaba los diez puntos y la salida del banquillo, tras el parón entre cuartos, tampoco era buena. Los Raptors se aceleraban en sus ataques, reliazaban malos tiros y no podían aprovechar el descanso de Joel Embiid. Las diferencias se mantenían estables hasta el regreso del pivot de Philadelphia y este, pese a realizar una falta flagrante bastante absurda, salía a por todas. Con su presencia bajo canasta, y el acierto exterior de sus compañeros, la ventaja local se acercaba a los veinte puntos al descanso. El cuarto de hora para la reflexión no servía para cambiar la dinámica del partido; Embiid seguía imponiendo su ley bajo los aros, para desesperación de Scottie Barnes que cometía una falta flagrante. Esto despertaba la mejor versión defensiva del cuadro canadiense, la desventaja amenazaba con bajar de la decena de puntos pero, en un minuto de inspiración,James Harden recomponía la situación para los suyos. Ni Fred Van Vleet, ni Pascal Siakam, nada era suficiente porque la defensa volvía a flaquear; ahora el que se aprovechaba de ello era Tyrese Maxey y la distancia seguía al borde de los veinte puntos cuando se entraba en los doce minutos finales. Toronto intentaba dar más intensidad al juego pero, la lesión accidental de Scottie Barnes, y la eliminación con seis faltas personales de su base titular, dejaban a los de Nick Nurse sin opciones. Sólo quedaba por ver un reparto de técnicas entre las estrellas de ambos equipos y unos cuantos minutos de juego intrascendente. Invitado inesperado: Tyrese Maxey (Sixers)
El segundo partido amanecía con buenas noticias para Toronto porque, aunque Scottie Barnes no estaba disponible, Gary Trent Jr sí podía salir en el quinteto titular; la importancia del partido estaba clara y las primeras chispas no tardaban en aparecer sobre la pista, Joel Embiid y OG Anunoby se decían las cosas claras y se ganaban una técnica. No era más que un conato que hacía levantarse de sus asientos al público del Wells Fargo Center, pese a que la salida de su equipo era tímida. Fred Van Vleet dominaba el partido a su antojo y el parcial, de once a dos, hacía necesaria la mejor versión de Joel Embiid. Con el pivot abusando bajo canasta, y una adecuada intensidad defensiva, los Sixers taponaban la única vía de agua en su defensa. A mitad de cuarto despertaba James Harden y Philadelphia estallaba al ver a los suyos mandando en el partido. Sólo gracias a la aparición de los suplentes, y al mejor Pascal Siakam, los Raptors finalizaban el primer acto con una mínima ventaja. No sorprendía ver que, sin su jugador franquicia la defensa local flaqueaba pero, como su ataque estaba mejor repartido, y Danny Green acertaba con los triples, la ventaja volvía al bando de los Sixers. Además el paso de los minutos traía un exceso de bote en los canadienses, aparecían los balones perdidos y Tobías Harris y Tyrese Maxey aprovechaban la situación para llevar la diferencia local hasta los dos dígitos. Por encima retornaba la estrella de Philadelphia y, aunque la defensa visitante mejoraba, los problemas ofensivos dejaban su desventaja en quince puntos al descanso. Y el reposo no le sentaba bien a Gary Trent Jr que, tras dos minutos de juego, se retiraba del partido definitivamente. Una rémora demasiado importante porque, justo en esos minutos, la defensa local se activaba; Embiid se mostraba implacable en la protección de su canasta y la diferencia se disparaba hasta los veinte puntos. La superioridad en las zonas era total, el pivot camerunés disfrutaba y la ventaja al finalizar el cuarto era casi definitiva. Ni el intento final de Chris Boucher y OG Anunoby inquietaba a los de Pennsylvania. Pese a acercarse a once puntos la serie se iba a Toronto con el dos a cero para los Sixers. Invitado inesperado: Tyrese Maxey (Sixers)
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