Fuente: sskit.net
El Footprint Center estaba preparado para disfrutar de un partido, a priori, sencillo porque los Pelicans habían dado la sorpresa en el Play-In. Y los primeros minutos parecían darle la razón a los aficionados locales que pensaban eso, su equipo aprovechaba la ingenuidad de su rival para robar balones y, comolos visitantes tampoco metían los tiros más cómodos, la ventaja medraba hasta los once puntos. Willie Green evitaba las concesiones defensivas de su equipo, pero el ataque seguía sufriendo. Sólo la versión más acertada de Brandon Ingram dejaba la distancia en una docena de puntos al cerrarse los doce minutos iniciales. A Phoenix le llegaba con su poder interior, y un poquito de Chris Paul, para seguir al mando del partido. El partido amenazaba con romperse definitivamente e Ingram se desesperaba, porque era imprescindible para mantener las esperanzas visitantes y desventaja al descanso rozaba los veinte puntos.Tras el cuarto de hora de reflexión Nueva Orleans buscaba implicar a sus interiores, pero no daba mostrado la intensidad defensiva necesaria para frenar el mejor juego de las estrellas locales. DeAndre Ayton se crecía en las zonas, Paul dirigía y Devin Booker anotaba. Todo parecía encarrilado aunque, para sorpresa general, el descanso del base de los Suns traía el desorden a su equipo y la ventaja se quedaba en menos de la mitad para encarar el periodo definitivo. Un cuarto donde Paul regresaba a la pista, en su versión más anotadora, para contener el intento comandado por Larry Nance Jr y CJ McCollum. La diferencia subía desde los ocho puntos hasta los catorce en cinco minutos, el base ya tenía mejores compañias y le bastaba con dirigir para que su equipo asegurase la primera victoria en la eliminatoria. Invitado inesperado: Cameron Johnson, JaVale McGee (Suns)
En el Footprint Center se esperaba un segundo partido cómodo para afrontar el viaje a Nueva Orleans con tranquilidad. Sin embargo las intenciones visitantes eran muy distintas; la defensa era más firme, el rebote ofensivo les daba vida y su estrellas funcionaban ofensivamente. El problema de los Suns era que, fuera de DeAndre Ayton y Devin Booker, nada funcionaba ofensivamente en los de Arizona y, como uno se iba al banquillo, y el otro comenzaba a notar el cansancio, los Pelicans terminaban el primer cuarto mandando en el marcador pese a los ocho puntos en el minuto final del escolta local. En Phoenix se veía cierta inquietud tras el arranque del segundo cuarto porque, aunque JaVale McGee mostraba su mejor versión, a los visitantes les llegaba con un poco de Larry Nance Jr para mantenerse en el partido. Regresaban los titulares y quedaba claro que nada iba a ser sencillo porque las zonas comenzaban a ser terreno visitante pero, con su mejor actitud defensiva para robar el balón, y el acierto de Devin Booker, los Suns conseguían abrir una pequeña brecha en el marcador. Los ocho puntos de ventaja obligaban a intervenir a Willie Green, el ataque se mostraba más cuidadoso y la diferencia, que se asomaba a los diez puntos, se reducía a la nada por el acierto exterior de Nueva Orleans. Sólo un triple de Booker, sobre la bocina, volvía a levantar el ánimo de la afición local de cara a la segunda mitad. Ambos equipos retornaban de los vestuarios con sus problemas claros, aunque el inicio del tercer acto dejaba constancia de quien los había solucionado. Mientras los Pelicans controlaban mejor sus posesiones, el cuadro local se mostraba permisivo bajo su aro. Ahora era Chris Paul el encargado de evitar el despegue visitante, los parciales se repartían por ambos bandos y la igualdad no se rompía. El Footprint Center veía necesario apoyar a los suyos porque, ver como Jaxson Hayes castigaba el mal balance defensivo local, no auguraba nada bueno. Monty Williams también lo notaba y apostaba por meter en la pista a los suplentes para mejorar defensivamente. Esa solución defensiva traía problemas ofensivos y Brandon Ingram se encargaba, junto con Larry Nance Jr, de dar a Nueva Orleans un colchón de siete puntos para los doce minutos que cerrarían el partido. Phoenix tenían asumido el problema de la lesión de su principal referencia anotadora y, ni con la mejor versión ofensiva de José Alvarado, los visitantes podían impedir que los Suns se pusiesen al mando en el partido. Regresaban los titulares y los Pelicans salían con las muñecas calientes, los triples abiertos caían constantemente (con Ingram y CJ McCollum especialmente inspirados) y Phoenix, sin Devin Booker y con problemas en el balance defensivo, no podía seguir el ritmo de anotación visitante. La eliminatoria llegaría a Lousiana con empate a uno en el marcador y con muchas dudas en el mejor equipo de la liga durante la temporada regular. Invitado inesperado: José Alvarado, Larry Nance Jr, Trey Murphy III (Pelicans)
Fuente: trashtalk.co
En Memphis no podían confiarse ante su primer partido porque, aunque su rival era el séptimo clasificado en su conferencia, era el menos adecuado para su estilo de juego; prácticamente una fotocopia en estilo y juventud. Así las cosas no sorprendía un arranque de nueve a dos para los Timberwolves donde, aunque ambos equipos tenían problemas para anotar, el rebote ofensivo concedía la ventaja a los visitantes. Como además las estrellas de Minnesota dominaban, y Ja Morant y Dillon Brooks tenían que forzar mucho el ataque local, la ventaja superaba los dos dígitos. Tenían que llegar los problemas de faltas de Patrick Beverley para desordenar el ataque visitante pero, pese a ello, las concesiones bajo su canasta hacían que los Grizzlies abriesen el segundo cuarto a ocho puntos. Las malas sensaciones se acumulaban en el Fedex Forum y Jaren Jackson Jr parecía confirmarlas al cometer su tercera falta personal sin apenas haber transcurrido un par de minutos. Tenía que llegar Brandon Clarke desde el banquillo para recomponer la defensa y dar soluciones a su ataque. Los balones robados subían el ritmo de la ofensiva local y el parcial, de quince a tres, ponía en ventaja a Memphis en apenas cinco minutos. Chris Finch levantaba la agresividad defensiva de su equipo con su rotación, Morant y Brooks cargaban con lo bueno y lo malo de la ofensiva local y los Timberwolves volvían a escaparse. Taylor Jenkins debía parar el partido y, con un poco más de orden, el segundo acto se cerraba con una mínima desventaja de tres puntos. La parada servía para que ambos equipos saliesen a la segunda mitad con su mejor juego. Dillon Brooks y Anthony Edwards seguían inspirados y, ni la cuarta falta personal de Beverley, ni una técnica a Jaren Jackson Jr, alteraban la gran igualdad en el marcador. Así las cosas, y pese a que Memphis sufría más con sus suplentes, la renta de cinco puntos se antojaba escasa para que los visitantes la aguantasen en el último periodo. Sin embargo Jackson Jr cometía el error de cometer su quinta falta personal recién iniciado el cuarto. Towns intentaba no desaprovechar la oportunidad, las dudas surgían en el ataque local y Morant tenía que retornar pronto a la pista. La defensa de Minnesota aumentaba los contactos, la precipitación en el partido aumentaba y, como sus triples entraban, los visitantes respiraban tranquilos. Los Grizzlies se encomendaban a su base y una flagrante de D´Angelo Russell ponía el partido a cinco puntos restando tres minutos. Beverley surgía del banquillo para meter un triple fundamental, Morant forzaba demasiado y Jaden McDaniels metía el triple abierto para llevar la diferencia hasta los nueve puntos con poco más de minuto y medio por jugar. Los intentos locales surgía de la desesperación de su estrella, pero Minnesota lo solucionaba con mucha tranquilidad. El primer punto de la serie de siete era suyo. Invitado inesperado: Jaden McDaniels, Malik Beasley (Timberwolves)
Había mucho en juego en el segundo partido, de perder los Grizzlies lo tendrían muy complicado y no sorprendía ver contactos constantes en las defensas de ambos equipos. Así Patrick Beverley se ganaba una técnica en apenas sesenta segundos y Steven Adams cometía su segunda falta personal, una flagrante, sin haberse cumplido el tercer minuto de partido. En el juego había grandes problemas para Ja Morant y Desmond Bane era el encargado de poner los puntos para mantener la igualdad. En Minnesota todo estaba mucho más repartido y Morant comenzaba a poder romper la defensa contraria para sacar faltas e igualar la situación. Los suplentes aparecían temprano, las faltas se acumulaban en ambos bandos y Karl- Anthony Towns comenzaba a ser un problema defensivo pero, como también necesitaba su reposo, Memphis aprovechaba la situación para tomar una ligera ventaja y sólo el desacierto local les permitía cerrar el cuarto pegados en el marcador. el paso por los banquillos traía de regreso a la pista al pivot estrella visitante pero, para sorpresa general, el protagonista era el inexperto Xavier Tillman que; con su lucha defensiva, sus rebotes ofensivos y sus continuaciones hacia el aro daba a su equipo diez puntos de ventaja. Encajar un parcial de once a dos no entraba en los planes de Chris Finch y el parón era obligado. La intensidad defensiva de Minnesota subía, podían correr tras robar el balón y el acercamiento parecía posible cuando, en medio minuto, Beverley perdía la concentración y Towns cometía su tercera falta personal de forma absurda. Las posesiones se regalaban como caramelos y Taylor Jenkins necesitaba poner calma a los suyos. La orden era clara, aprovechar la ausencia del pivot dominicano y, pese a cierta precipitación, los Grizzlies llegaban al tercer periodo con once puntos de ventaja. Un cuarto donde aparecía la versión local más reconocible; con Ja Morant mandando, Jaren Jackson Jr apoyando y la mejor defensa de equipo. Pese a la parada solicitada por el técnico visitante los Timberwolves estaban fuera del partido, Towns cometía su cuarta falta personal y la diferencia superaba la veintena de puntos. El Fedex Forum disfrutaba viendo el desconcierto, en ambos lados de la pista, de su oponente. La diferencia se acercaba a los treinta puntos y el técnico visitante provocaba una técnica intentando recuperar a su equipo. Sin embargo lo que realmente funcionaba era dejar a sus estrellas sobre la pista mientras la estrella local descansaba. Sólo así, para sorpresa de su afición,Memphis era incapaz de aprovechar la situación y llegar al cuarto final sin haber cerrado el partido. Los diecinueve puntos de desventaja eran muchos, sobre todo porque Karl Anthony Towns se había cargado con su quinta falta personal en los segundos finales del cuarto anterior y, aunque los suplentes intentaban aguantar en el partido, la defensa local y los triples de Jaren Jackson Jr y DeAnthony Melton resolvían el partido. al jugar aceleradamente intentando resolver el partido antes de tiempo. El dl empate a uno en la serie. Invitado inesperado: Xavier Tillman (Grizzlies)
Fuente: silayin.com
Se suponía que el regreso de Stephen Curry, tras su lesión, era el mayor motivo de alegría para los aficionados de San Francisco. Sin embargo su base decidía salir desde el banquillo y, como nadie frenaba el ritmo inicial del partido, los balones perdidos de Golden State dejaban la iniciativa en el marcador a los visitantes. Eran Klay Thompson, y el inexperto Jordan Poole, los que sostenían al equipo con sus triples frente a un Nikola Jokic dominante bajo canasta. Comenzaban los movimientos de jugadores desde el banquillo, Curry hacía su aparición tras un mes de reposo y la intensidad del banquillo local dejaba la ventaja de los Nuggets en la mínima expresión al cerrarse el cuarto de apertura. El regreso a pista tras los dos minutos de instrucciones permitía ver una mayor tensión defensiva en los visitantes pero, como los Warriors contaban con más recursos ofensivos, y la mejor versión de Poole, Denver tenía que conformarse con seguir el ritmo anotador a base de acierto exterior. Llegaban los minutos de los titulares y, mientras los de Colorado sufrían para circular el balón y encontrar tiros cómodos, Golden State no acertaba con buenas posiciones de tiro. el partido se complicaba para decepción del Oracle Arena y tenía que ser Poole, nuevamente, el que tirase de su equipo en ambos lados de la pista. Su energía transformaba la defensa y Thompson se inspiraba en ataque. Tras un triple de Curry, en la posesión final, los Warriors se plantaban en la segunda mitad con once puntos de ventaja. La parada era larga y permitía a Jokic darse cuenta de que su equipo necesitaba más de él. Junto a Will Barton buscaba liderar a los suyos, pero Poole volvía a aparecer. Los Nuggets buscaban soluciones individuales y Steve Kerr movía el banquillo. Nuevamente la defensa se ponía más agresiva, Curry anotaba y hasta conquistaba un rebote ofensivo. Los visitantes comenzaban a ver el marcador de lejos. Un parcial de catorce a uno permitía a Golden State mandar por veinte puntos al arrancar el cuarto final. Denver buscaba solucionar el problema a base de triples pero, en el peor momento, DeMarcus Cousins dejaba su sello en el partido con dos técnicas absurdas que rompían el ritmo del partido. Ya no había acierto exterior y Jokic no podía con todo, en cinco minutos el uno a cero en la eliminatoria era insalvable. Invitado inesperado: Nemanja Bjelica (Warriors)
Se esperaba una gran reacción de Denver para el segundo partido pero, lo que nadie contaba con ver, era una salida en frío del cuadro local. Ni la defensa de los Warriors era contundente, ni estaban afinados con el tiro exterior. El paso de los minutos iba levantando la intensidad defensiva y, gracias al rebote ofensivo, el equipo local mantenía cerca a su oponente. Sin embargo, con la segunda falta personal de Kevon Looney, Nikola Jokic cobraba protagonismo en el partido. En dos minutos los Nuggets se ponían con nueve puntos de ventaja gracias al equilibrio de su ataque. La solución de los Warriors era inesperada, venía con el acierto exterior de Andre Wiggins y la aparición sobre la pista de los suplentes. La energía defensiva de Otto Porter Jr y Gary Payton II provocaba la reacción final y, junto a la aparición en pista de Stephen Curry, era clave para dejar la ventaja de los de Colorado en nada al cerrarse el primer cuarto. El paso por los banquillos traía el desconcierto para Golden State porque, mientras su única referencia ofensiva era Klay Thompson, Denver encontraba al mejor Monte Morris y a DeMarcus Cousins. La diferencia superaba los diez puntos y, como en el primer partido, Jordan Poole tenía que acudir al rescate de su equipo. El levantaba al Oracle Arena con su intensidad, sus compañeros le seguían, Monee Morris se ganaba una técnica y el parcial, de once a cero en tres minutos, devolvía a los Warriors al partido. En los Nuggets se veían incapaces de superar una defensa de contacto; el ataque se aceleraba, la defensa no se presentaba y Curry ponía por delante a los suyos. Ni el parón solicitado por Mike Malone metía a los suyos en el partido. Poole y Curry aprovechaban la situación y, tras un parcial de veintiséis a ocho, Golden State llegaba al descanso con seis puntos de ventaja. Y la segunda mitad no traía mejores noticias para los de Colorado porque, en el primer ataque local, Jordan Poole hacía una jugada de cuatro puntos. Era un presagio de lo que estaba por ocurrir, la intensidad defensiva de los californianos desconcertaba al ataque visitante y, pese a que Malone intentaba solucionar sus problemas, la diferencia se doblaba en pocos minutos. Hasta Will Barton y Cousins tenían un intercambio de opiniones subido de tono durante el tiempo muerto y la salida de Curry, desde el banquillo, despertaba la mejor versión de su hermano, Klay Thompson. Al final ambos se retroalimentaban y, como Jokic estaba abandonado a su suerte, se ganaba una técnica. Lo sorprendente era ver que, tras un cuarto tan desastroso, la diferencia entre ambos sólo fuese de veinte puntos. El panorama era similar al del primer partido y el inicio del acto decisivo era parecido; los triples daban aire a los visitantes pero, como la defensa de los Warriors no flaqueaba, Jokic acaba expulsado tras dos técnicas de pura fustración. El dos a cero ponía mucha presión en el retorno a Denver. Invitado inesperado: Nemanja Bjelica, Gary Payton II (Warriors)
Fuente: trashtalk.co
El America Airlines Center estaba nervioso porque, aunque nadie quería admitirlo, la dependencia de Luka Doncic causaba inquietud en la multitud. No sorprendía ver como, en el inicio, todo el peso del ataque de Dallas era llevado por sus bases. Mientras, en el cuadro visitante, todo el juego se repartía mucho más y eso proporcionaba a los Jazz las primeras ventajas. Tenía que aparecer Jalen Brunson para solucionar los problemas ofensivos y mantener una desventaja mínima. El paso de los minutos atascaba el ataque visitante, porque el tiro exterior no entraba y obligaba a buscar el aro en posiciones forzadas. Los fallos se acumulaban y, como la transición defensiva no era consistente, los Mavericks tomaban siete puntos de ventaja. Por suerte Quin Snyder podía parar el partido y, con el equipo más asentado, la desventaja se reducía a tres puntos para encarar el segundo cuarto. El paso por los banquillos hacía aparecer la mejor dirección de los bases tejanos y Utah necesitaba del rebote ofensivo para seguir el ritmo. Sin embargo los triples locales no entraban y, como Dallas tampoco podía correr, Bojan Bogdanovic y Jordan Clarkson igualaban el marcador. Jason Kidd levantaba la intensidad defensiva de su equipo y el hueco volvía a aparecer. La respuesta visitante llegaba con Rudy Gobert haciéndose grande bajo su canasta y Bogdanovic buscando aprovecharse de su físico bajo el aro contrario. De esa manera los Jazz conseguían llegar al tercer periodo con una ligera ventaja en el marcador. La base seguía manteníendose en este cuarto, pese al parón Gobert seguía siendo diferencial bajo su canasta y, sin triples, los Mavericks sufrían. La única diferencia era que Donovan Mitchell era el encargado de dar puntos a la ofensiva visitante y, pese a que Spencer Dinwiddie intentaba acercar a los suyos, Utah llegaba al cuarto final con ocho puntos de ventaja. Un cuarto que amanecía con la sorpresa de ver a los visitantes tan despistados como para poner seis jugadores a la vez sobre la cancha. Nuevamente Brunson y Dinwiddie iban a marcar el destino de su equipo y, pese a que no acertaban, sacaban tiros libres que, como Mitchell y Bogdanovic se estrellaban contra la defensa, permitían un ligero recorte. A falta de tres minutos y medio la diferencia era de apenas una canasta. La experiencia de Mike Conley Jr aliviaba los problemas ofensivas de su equipo, Maxi Kleber acertaba con un triple y Royce O´Neale contestaba con otro tiro abierto para devolver la ventaja a los cuatro puntos tras un rebote ofensivo. Restaba un minuto de partido, pero Brunson iba al choque contra la defensa y su tiro a tabla no entraba. Bogdanovic devolvía el favor y se comía el tapón y Reggie Bullock enterraba las opciones locales con un triple en carrera fallado. Los Jazz conseguían romper el factor cancha y hacer buenos los malos augurios del inicio del partido. Invitado inesperado: Jalen Brunson, Josh Richardson (Jazz)
El segundo partido se convertía en fundamental para los Mavericks pero, sorprendentemente, la mayor variación se vería en el juego ofensivo de los de Quin Snyder, donde se buscaba dar más protagonismo a Rudy Gobert. Sin embargo esa vía estaba cortada, el pivot no era capaz de finalizar o no podían contactar con él. Donovan Mitchell estaba solo y los balones perdidos, y los triples de Jalen Brunson, obligaban al técnico visitante a parar el partido. Hassan Whiteside entraba al partido y se mostraba más contundente. Pese al acierto en los tiros abiertos de Dallas, todo acababa en igualdad en el cierre del primer acto. Sin embargo los problemas no tardaban en aparecer para Utah porque, a su juego precipitado, se sumaba la tercera falta personal de Mike Conley Jr tras tres minutos de cuarto. Ahora los triples locales si entraban y Jordan Clarkson se unía a Mitchell para aguantar el tirón. Snyder recurría a una zona que desconcertaba al cuadro local pero, como Spencer Dinwiddie acertaba a solucionar dos veces la situación, se abandonaba la idea. Por suerte Gobert se acostumbraba a apalancarse en la defensa de su aro y, como el tiro exterior local volvía a no acertar, los Jazz se plantaban en la segunda mitad con siete puntos de ventaja. Se veía necesario recomponer el juego local y, como era normal, Jason Kidd buscaba cambiar la cara a su equipo buscando el aro constantemente en ataque e implantando una zona en defensa. Sus bases cargaban con toda la responsabilidad ofensiva y, como los triples no entraban, el mando en el marcador pasaba a los Mavericks. Por encima Conley sumaba su cuarta falta personal en apenas dos minutos de juego y Snyder les recordaba que podían acercarse a la canasta contraria. Su estrella asumía la responsabilidad de recuperar el terreno y los tejanos seguían contando con sus bases, y los triples de Maxi Kleber, para mantener la igualdad en el marcador. Sólo la aparición de Bogdan Bogdanovic abría una pequeña diferencia en el marcador, pero otro triple del pivot alemán cerraba el cuarto para dejar la distancia en apenas cuatro puntos. La tensión era máxima y los doce minutos finales se abrían con una técnica a Hassan Whiteside. Como Utah no se alejaba del aro, la iniciativa en el marcador siempre era visitante. Sin embargo, poco a poco, las situaciones ofensivas eran más complicadas ante una defensa cada vez más cerrada. Brunson cargaba con la responsabilidad ofensiva de los suyos y encontraba el acierto de sus compañeros para, con un parcial de diez a cero, poner en ventaja a los suyos entrando en los cinco minutos finales del partido. el tiempo muerto era imprescindible, y rompía el mal momento ofensivo, pero Mitchell no tardaba en precipitarse. Mientras, al otro lado, Kleber no perdonaba con los triples ante la pasividad de los pivots visitantes para salir al exterior. Bogdanovic volvía a intentar otro acercamiento, pero ahora era Dorian Finney-Smith el encargado de responder convirtiendo otro tiro abierto. La diferencia era de cinco puntos pero, entre que los Jazz estaban demasiado acelerados, y que los tejanos ya no acertaban desde el exterior, se llegaba al minuto final sin alteraciones en el marcador. Mitchell volvía a intentarlo chocando contra la defensa y, como Brunson se hacía con el rebote y metía los tiros libres, la serie se iba a Utah con empate a uno. Invitado inesperado: Maxi Kleber (Mavericks)
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