COPA DEL REY ACB 2022. Final. Por todas las formas posibles

Barça campeón Copa 2022

Por cuarta vez en los últimos cinco años el Barça consigue levantar el título de la Copa del Rey, una hegemonía evidente en esta competición en el último lustro que se refleja también al marco general del baloncesto español. El nuevo triunfo contra el eterno rival supone otra muestra más de que está en marcha un nuevo ciclo, que el cetro de poder ha cambiado de manos desde la llegada de Mirotic y se consumó definitivamente con Jasikevicius en el banquillo. Cada partido contra el Real Madrid acaba de forma invariable con el mismo desenlace, con la victoria del equipo azulgrana, capaz de imponerse en cualquier tipo de encuentro que se le plantee. En Granada afrontó otro escenario nuevo, en el que pasó del festival anotador de las dos eliminatorias anteriores a la dura pelea en el barro. Laso diseñó en la pizarra una final al puro estilo del Limoges de Maljkovic en los años 90, orientado en el vigor físico y la defensa a ultraza, aunque el marcador se reduzca hasta los 60 puntos para disgusto del aficionado. Este partido de alta tensión defensiva le descuadró al Barça en el primer tiempo, pero tampoco fue obstáculo insalvable para dar la vuelta al marcador tras el descanso e imponerse en un final apretado, resuelto por talento y una clara superioridad en la dirección, el apartado que está marcando las diferencias entre los dos grandes futboleros. Da la impresión que el Madrid será incapaz de ganar algún partido más a los hombres de Saras con este equipo y este entrenador, salvo que medie despiste azulgrana como en la Supercopa. El Barça ha encontrado la manera de vencer por todas las formas posibles para certificar su posición de poder absoluto.

Real Madrid 59 – Barça 64: Laso repitió la idea de situar como base a Abalde en un quinteto muy físico, que presentaba como novedad a Poirier de ‘5’. El alero, convertido en director por accidente, sacó provecho de la superioridad física para superar a Laprovittola en las primeras acciones del encuentro, que ya dejaba entrever que el desgaste defensivo sería extremo. El entrenador madridista planteó un choque de corte completamente opuesto al estilo alegre y ofensivo que ha definido al Real Madrid bajo sus órdenes, basado ahora en un vigor e intensidad física que le asemejaba al famoso Limoges de Maljkovic. La trampa de Bozidar Laso funcionó a la perfección en el primer cuarto, ya que el Barça estuvo completamente anulado por el colapso de la zona, provocado por las continuas ayudas que no dejaban un solo resquicio. Como muestra, la jugada en la que Davies acabó rodeado por cuatro jugadores del Madrid, que negaron cualquier tipo de avance o pase hacia los tiradores. Por supuesto, el pívot perdió el balón entre el mar de brazos. Probablemente, nunca antes Jasikevicius afrontó un atasco semejante en ataque desde que llegó al banquillo azulgrana. El Barça sólo pudo anotar un tiro de campo en todo el primer cuarto, que finalizó con cinco míseros puntos. Se encontraba a merced de su eterno rival, lanzado a partir de una defensa asfixiante que había reducido a la nada el juego ofensivo culé (19-3, min 9). Por momentos se asemejó, a la inversa, lo vivido en el encuentro de Euroliga de la semana pasada. El aplastante dominio del rebote, la amenaza que suponía Tavares en la zona, el inagotable despliegue defensivo de un Taylor que aparecía por todas partes. Las señas de identidad de un equipo que, por una vez, había conseguido que un Clásico se disputara a la manera que proponía. El problema para el Real Madrid es que, aparte de una defensa que rayaba la perfección, también debía sumar en ataque y este aspecto se le olvidó después del primer cuarto.

Llull perseguido por CalathesFuente: telemadrid.es

Salieron a la superficie los habituales problemas en la dirección que atrapan al equipo blanco en cada duelo contra el Barça. Llull generó una confusión excesiva en un partido muy trabado, lo que derivó en que el Madrid cada vez tuviera más problemas para encontrar un tiro claro. Una falta de fluidez que supuso un alivio para el Barça. Había igualado la eficacia defensiva de los madridistas, aunque lo seguía viendo crudo en ataque y la diferencia no baja de los diez puntos. Apenas anotó 18 puntos en la primera mitad, ni un punto por minuto. Una escasez inaudito en un equipo con un talento ofensivo inagotable, pero la mejor noticia es que no había descarrilado al descanso pese a tanta penuria (29-18, min 10). El balón perdido por Abalde a los tres segundos del tercer cuarto fue indicativo de que los problemas estaban a punto de llegar para el Real Madrid. Se agudizaron los problemas generados por la carencia de un director de juego solvente, hasta el punto de que ni elaboraba jugada alguna que permitiera lanzar. El conjunto de Laso perdió seis balones en cuatro minutos, una concesión que se suele pagar cara ante el Barça. Los azulgranas redujeron con 2-7 de inicio, pero les faltó continuidad para igualar el marcador con rapidez. La entrada de Heurtel devolvió la presencia de un base puro en el quinteto y el Madrid pudo mantener una cierta calma atacando el aro con penetraciones hacia canasta. La pega estaba en que entró en bonus a mitad de cuarto, una circunstancia que le causaría problemas hasta el final de periodo. El Barça necesitaba un plus en ataque, obligado para aclarar un panorama que aún conservaba un tono grisáceo. Lo consiguió cuando Mirotic tomó el peso del juego ofensivo y anotó ocho puntos consecutivos. Aportó la confianza que estaban esperando el barcelonismo, ya que sus compañeros comenzaron a anotar con mucha más frecuencia. No le temblaba el pulso al Barça desde el tiro libre y empezó a pasar los nervios al Madrid, sin fluidez en ataque y desacertado desde el 4’60.

Mirotic anota en la final de CopaFuente: tribunaavila.com

De nuevo, Llull convirtió el ataque madridista en pura espesura, carente de ideas, y esta vez el Barça no desperdició el desastre ofensivo del conjunto de Laso. Un triple de Laprovittola, con la mano de Taylor en la cara, igualaba el marcador y una bandeja de Calathes completaba un parcial de 2-11 que adelantaba al Barça por primera vez (46-48, min 33). Había completado la remontada, devolvía el pesimismo a un oponente al que le tiene ganada la batalla mental desde hace tiempo. Volvió a entrar a pista Heurtel, era un momento que exigía un base puro y contrastado, pero el Madrid quedó atrapado en una sucesión de triples errados, sin contemplar la posibilidad de buscar a Tavares en la zona. Por el contrario, el Barça encontró en Jokubaitis un elemento desequilibrante que rompió la defensa madridista. Un triple y dos acciones de 2+1 colocaron a los hombres de Saras camino del triunfo (53-59, min 37), pero aún tendrían que sudarlo. El Madrid se aferró a su defensa, centrada especialmente en Mirotic. Un soberano tapón de Tavares sobre el propio ala-pívot y una entrada a canasta de Llull igualaron a 59 a menos de un minuto del final, lo que llevaba el partido a un final de infarto. Mirotic consiguió forzar personal en la siguiente jugada y poner dos arriba a su equipo, pero aún quedaban dos jugadas como mínimo. Sorprendentemente, la siguiente posesión se diseñó para Deck, que superó al hispano-montegrino en una poderosa entrada a canasta. Una jugada perfecta, salvo por el detalle de que el argentino erró una bandeja sencilla contra tabla. Un fallo impropio que condenó al Madrid. A Mirotic (19 puntos, 5 rebotes, 19 de valoración) no le tembló el pulso en el tiro libre y el equipo blanco se vio forzado a triples precipitados que no fueron a ninguna parte. La historia se repetía y el Barça volvía a imponerse, la tónica habitual en la era Jasikevicius. Da igual cómo, pero siempre lo consigue.

Y DIGO YO…:

  • Mirotic, MVP de la Copa del Rey. La perla de Montenegro fue decisivo en el inicio de la remontada azulgrana anotando ocho puntos consecutivos en el tercer cuarto y decidió la final con su fiabilidad en el tiro libre. Con su fichaje cambió la hegemonía en el baloncesto nacional y abrió una era que se antoja muy larga, salvo que el Madrid encuentre un jugador franquicia con un desequilibrio similar. Tarea ardua se le presenta.
  • Como hay tres extracomunitarios en la plantilla, Williams-Goss fue el descartado en semifinales y la final. A Laso ni le importó quedarse con un único base puro disponible con esta decisión. Su fichaje recibió la aclamación de crítica y público, que le señalaban como uno de los mejores ‘1’ de Europa, pero su rendimiento no pasa de discreto y decepcionante. Si se concreta el supuesto interés por Larkin para la próxima temporada, parece claro quién será el base sacrificado.
  • Tras su grave lesión quedó de manifiesto que Llull no está en condiciones de dirigir al equipo, al que conduce al descontrol y la precipitación por su empeño en jugarse tiros que no vienen a cuento. Hace tiempo que se pretende usarle exclusivamente como escolta, pero el rendimiento de Laprovittola y Williams-Goss ha propiciado que Laso acabe recurriendo al menorquín como director de juego, aunque sea sin buenos resultados. Con la baja prolongada de Alocén, quizá es hora de que el técnico piense en darle minutos a Núñez lo que resta de temporada.
  • Además de los innegables problemas en el puesto de base, el otro gran agujero está en el tiro exterior. El Real Madrid firmó un 4/23 en la final, un porcentaje nefasto que se asemeja al aún peor 2/23 en el Clásico disputado en Euroliga. Ha pasado de disfrutar del mejor juego exterior de Europa a no ofrecer garantías en ese apartado. Queda de manifiesto que es imprescindible el fichaje de un par de tiradores contrastados. También alguien debería ponerle las pilas a Yabusele, que volvió a achicarse en un Clásico. No creo que a los madridistas les haga gracia un nuevo Tanoka Beard.
  • Como pequeño consuelo para el Real Madrid, sus infantiles recuperaron el título de Minicopa tras imponerse por 73-66 a CB Canarias, el mismo rival contra el que ha logrado sus últimos tres triunfos en la competición. El MVP correspondió al portorriqueño Felipe Quiñones, que ocupó plaza de jugador invitado en el equipo blanco, pero todos los comentarios giran sobre la actuación de Babel Lipasi, que impresionó con 32 puntos y 31 rebotes en la final y unos fundamentos (gran movimiento de pies, sobre todo) que hacen pensar que es mucho más que potencial físico. A tener en cuenta en el futuro si pulen esta joya convenientemente.

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