Sé que hace mucho tiempo que dejó de ser noticia, pero la Copa del Rey se decidirá un año más con un Clásico. Como costumbre ya establecida en el baloncesto español, los dos grandes futboleros han convertido cada pelea por los títulos en una final inevitable, con escaso espacio para otro invitado que altere el orden imperante. Curiosamente, ambos se han plantado en el encuentro decisivo de manera bien diferente a lo previsto en los pronósticos. Se esperaba que el Real Madrid tuviera un partido complicado contra CB Canarias y, en cambio, lo despachó con mucha solvencia en el mejor partido del equipo blanco en las últimas semanas, bien diseñado por Laso en la pizarra y ejecutado a la perfección por unos jugadores excelsos en el tiro de tres. Por el contrario, el paseo que se vaticinaba para el Barça ante un rival cansado y en condición física precaria se convirtió en un maravilloso espectáculo ofensivo propiciado por la gran actuación de UCAM Murcia, que llegó a situar entre las cuerdas a los de Jasikevicius en el tercer cuarto. Un recital anotador de Kuric en el último periodo evitó que la rebelión destrozara todas las previsiones y sitúa a los blaugranas en la pelea por retener el título. No han llegado por la vía anunciada, pero lo que no varía es el destino final de la competición: un nuevo Clásico a la hora de la merienda.
Real Madrid 94 – CB Canarias 74: Laso tenía como principales preocupaciones que Huertas no pudiera generar juego y evitar que el tiro exterior de CB Canarias entrara en escena. Aplicó un recurso muy habitual, asignar la defensa del base brasileño a Taylor, repuesto de sus problemas físicos, y otro más heterodoxo colocando a Abalde como base. La apuesta le salió a pedir de boca, tanto como el rendimiento del Real Madrid en ataque. Tavares estuvo dominador en el rebote ofensivo y sacó del partido a Shermadini, con dos faltas a los cuatro minutos de encuentro. Por otro lado, Taylor comenzó sorprendentemente fino en el triple y anotó tres con rapidez. Que un jugador de su perfil, lejos de distinguirse como un tirador, estuviera así de sembrado podía ser presagio de un día lúcido en el perímetro. Así fue, como lo atestigua el 6/7 en triples que acumulaba avanzado el primer cuarto (21-10, min 6). Con este acierto tan elevado en el tiro de tres pudo dominar el equipo blanco con claridad, sólo aparecían dudas cuando se cayó la intensidad defensiva con la entrada de Poirier. Ya ni extraña que suceda esto con el pívot francés en pista. Sin embargo, el Madrid no llegó ni a inquietarse, pues siempre apareció un jugador en racha para mantener a distancia a CB Canarias. Primero fue Thompkins, que anotó ocho puntos seguidos y defendió bien para lo que suele ser costumbre en el bueno de Trey. A continuación, Rudy sumó otros ocho más para seguir tomando distancia en el marcador (42-28, min 16). En cambio, los hombres de Vidorreta pagaban la falta de continuidad de Marcelinho Huertas, de nuevo peleado con los balones perdidos. Siempre dejó detalles, pero la pegajosa defensa no le dejó moverse con comodidad por la pista.
Todo marchaba de forma diferente para el Madrid, ya que el buen trabajo atrás negaba cualquier posibilidad de lanzar desde fuera al equipo aurinegro. Contrastaba con la facilidad que encontraban los de Laso para anotar de tres. El porcentaje en el triple superaba el 60%, un dato impresionante en el que basó una superioridad manifiesta durante la primera mitad (50-38, min 20) y que se extendió en la segunda. CB Canarias seguía pagando el eficaz marcaje sobre Huertas y que impidió que se activara la pareja mágica más que en contadas ocasiones. Por otro lado, el castigo desde el perímetro continuaba inalterable, demoliendo cualquier resistencia posible. También recurrió al tiro exterior el conjunto lagunero, con mayor éxito que en los primeros veinte minutos, pero le faltaba continuidad a su juego. Ni comparación con el ataque inteligente del Real Madrid, que jugaba con cabeza y forzaba las pérdidas de balón rivales. Tavares (15 puntos, 3 rebotes, 19 de valoración) fue imparable cada vez que recibió en la zona, siempre superior a un Shermadini que estuvo impotente para defender y un Fran Guerra al que le faltó agresividad. La única mala noticia para el Madrid fue la lesión de Causeur, que se retiró con un problema muscular tras una entrada a canasta. Huertas asumió la responsabilidad y acaparó los lanzamientos en CB Canarias, pero no sirvió para mucho más que intercambiar canastas. Era cuestión de minutos que llegara la sentencia, sellada por Heurtel y Poirier al inicio del último cuarto (82-60, min 33). CB Canarias dependía por completo del tiro exterior, pero los puntos de Wiltjer y Todorovic no valían de nada. Heurtel (12 puntos, 7 asistencias, 17 de valoración) se movía a sus anchas, mientras que Poirier se redimió de una primera parte floja y estuvo mucho más eficaz para atacar el aro. El Madrid había recuperado su mejor nivel, del que ni hubo rastro desde hace semanas. Buen momento para recuperarlo, justo en la víspera de la pelea por un nuevo título.
Barça 103 – UCAM Murcia 90: Por momentos, parecía que la historia del partido se iba a escribir rápido y en pocas páginas. Aunque dominaba el rebote ofensivo, UCAM Murcia no aprovechaba las oportunidades extra y se encontraba muy incómodo en ataque. Sin necesidad de acelerar, el Barça anotaba con una comodidad aplastante, lanzado por un Laprovittola que abría la defensa murciana con su acierto en el triple (16-6, min 5). Además, a los azulgranas les salió rentable cometer faltas sobre Lima, que volvió a convertir el tiro libre en su potro de tortura. A los de Sito Alonso se les notaba con falta de vigor, como si el cansancio acumulado el viernes se hubiera presentado desde el salto inicial y que se reflejaba en el pobre porcentaje de acierto en tiros de campo, apenas superior al 20%. Sólo James Webb (15 puntos, 9 rebotes, 19 de valoración) veía aro con relativa frecuencia, escaso argumento para oponerse a un rival que gozaba de un acierto infinito. La apuesta por un quinteto bajito le salió redonda a Jasikevicius porque el Barça estuvo letal en el triple. Hasta jugadores sin gran muñeca, como Smits o Sergi Martínez, anotaba desde el 6’75 para desesperación de los jugadores de UCAM Murcia, que miraban desesperadamente a Sito Alonso para que cambiara de defensa. La realidad quedaba plasmada por los fríos números. El Barça acabó el primer cuarto con 11/14 en tiros, sólo falló tres lanzamientos en diez minutos. Con un rendimiento ofensivo semejante el encuentro iba camino de decidirse por la vía rápida (32-16, min 10), pero el conjunto murciano tuvo todo el carácter y fe que le faltaron a Manresa un día antes. Recurrió a las acciones individuales como vía de escape y tomó la decisión de aplicar un doble marcaje sobre Mirotic, flotando descaradamente a Sergi Martínez. Pólvora fina que cristalizó en un 0-8 de inicio que cargó de razones a UCAM Murcia para creer en la gesta.
Poco a poco se fueron añadiendo más actores. Cate (15 puntos, 5 rebotes, 16 de valoración) estuvo muy productivo en ambas zonas y creó numerosos problemas al juego interior culé. Bellas aportó la calma que necesitó su equipo en el primer cuarto, la entrega defensiva aunque fuera a costa de cometer tres faltas (la última en un claro error arbitral, ya que era falta en ataque de Jokubaitis). Los tiros libres anotados por Mirotic detuvieron durante unos instantes el avance rival, pero las entradas a canasta de los exteriores de UCAM Murcia estaban volviendo el partido completamente loco. Tres triples seguidos de McFadden (18 puntos) completaron la remontada para delirio de los aficionados murcianos, que aún estaban frotándose los ojos ante tamaña reacción (43-43, min 17). El Barça salió a flote en medio del desenfreno con el jugador que mejor se adapta al caos: Laprovittola. Tiró del conjunto de Jasikevicius en un momento delicado, en pleno festival ofensivo del equipo de Sito Alonso, y se las apañó para que llegara con ventaja al descanso (55-49, min 20). Bendita locura que estaba convirtiendo el partido en todo un espectáculo ofensivo. Los 16 puntos anotados por Laprovittola (19 puntos, 4 asistencias, 17 de valoración) en la primera mitad impidieron que la reacción de UCAM Murcia fuera a más antes del intermedio, pero no quebró su confianza. Dos triples de Isaiah Taylor (21 puntos, 7 asistencias, 24 de valoración) nada más comenzar el tercer cuarto igualaban el encuentro, anticipando la batalla de intensidad extrema que plantearía el conjunto murciano dentro de la zona durante todo el periodo. Calathes (12 puntos, 8 asistencias, 5 rebotes, 17 de valoración) mantuvo arriba al Barça unos minutos más, pero el choque había virado a lo que más le interesaba al contrario.
El aplastante dominio en el rebote de UCAM Murcia, que no ahorró una gota de esfuerzo ni de intensidad, conducía a los azulgranas a una guerra de guerrillas en la que salió perdiendo. Su rival desperdiciaba ocasiones para adelantarse hasta que un triple de Bellas le puso en ventaja por primera vez. Al Barça se le veía perdido, sin un referente ofensivo y superado por la agresividad de un oponente que volaba sobre la pista (65-70, min 27). Quién dijo cansancio. Jasikevicius comenzaba a ver en peligro el partido y movió ficha desde el banquillo. Entró Mirotic (15 puntos, 8 rebotes, 7 faltas recibidas, 30 de valoración), extrañamente ausente en pleno atasco en ataque, y cambió la dinámica con seis puntos consecutivos. Aún no había acumulado ni un solo fallo por entonces. Saras también dio paso a Kuric, de vuelta del vestuario tras sufrir un golpe en el hombro. Su aparición supuso el cambio definitivo en el partido, ya que sería el hombre decisivo en el último cuarto. Fue el encargado de abrir margen, de reventar el choque con doce puntos en el periodo definitivo. Por el contrario, UCAM Murcia estaba ya en reserva, justo de fuerzas y tocado físicamente. Demasiados despistes bajo el aro y mucha precipitación de McFadden, que se marchó lesionado en el tobillo. Ni siquiera controlaba el rebote como hizo hasta entonces. No quedaba energía suficiente para frenar la escapada del Barça, que recuperó el acierto demoledor del inicio de encuentro y logró un parcial de 18-2 que sofocaba la revuelta (96-80, min 36). El partido había volado ya de las manos de UCAM Murcia, pero nunca le faltó orgullo. No tenía nada que reprocharse, se había vaciado en un gran partido, pero el inagotable arsenal del Barça impuso la lógica más aplastante.
PREVIA DE LA FINAL:
Ya son 32 finales de las 36 últimas disputadas en todas las competiciones nacionales en las que se repiten los mismos protagonistas en el encuentro decisivo por el título. Real Madrid y Barça, otro Clásico como desenlace habitual e inalterable en el baloncesto español. Siempre se recalca el carácter especial de estos partidos de máxima rivalidad, ajeno a estados de forma o dinámicas, pero la tendencia en los últimos dos años marca un claro favoritismo azulgrana. Desde la llegada al banquillo de Jasikevicius ha virado de manera definitiva el eje de poder, hasta el punto de causar cierta psicosis en el madridismo. En cada duelo queda la sensación de que el lituano siempre va un paso por delante de Laso en la lectura de partido, que se anticipa a cualquier movimiento con un rápido intervencionismo, mientras que el técnico vitoriano acaba perdido en una excesiva espera que deriva en parciales abultados. Esta crisis de confianza se refleja en algunos jugadores, que suelen firmar partidos especialmente malos contra el Barça. Los bases del equipo blanco naufragan por costumbre contra los directores de juego del Barça, lo que influye en gran medida en que el conjunto azulgrana acabe imponiendo el juego que le interesa. Yabusele también se muestra perdido, incapaz de firmar una actuación destacada en un escenario donde debería lucir. Poirier acaba superado en cada ocasión que debe ocuparse de Brandon Davies, que le tiene tomada la medida. Y, cómo no, está el factor Mirotic como desequilibrio deportivo y emocional. Cuesta encontrar un apartado donde el Madrid pueda dominar, más allá de la amenaza que supone en la pintura Tavares, al que le faltó acompañamiento en muchos Clásicos. No cabe duda que será el pilar maestro del juego madridista, pero necesitará ayuda para no acabar como un solista en pleno hundimiento. El recuerdo de la victoria aplastante del Barça en el Palacio de los Deportes en Euroliga, sólo nueve días antes, está aún muy presente y refuerza la condición de favorito del conjunto azulgrana para alcanzar el que puede ser su cuarto título de Copa en cinco años. El Madrid deberá apelar a su tradicional carácter competitivo, a igualar el despliegue físico del Barça, a firmar un partido completamente opuesto a todo Clásico de este curso para presentar batalla en una final donde los pronósticos le dan escasas opciones.
Y DIGO YO…:
- En las once temporadas que lleva Laso en el banquillo del Real Madrid, sólo ha faltado a la final en 2013. Nueve finales consecutivas para el equipo blanco, que se ha acostumbrado a plantarse en el encuentro definitivo por el título de forma habitual. Si se observa la racha anterior a su llegada, se entenderá que ha convertido en costumbre lo que antes resultaba una rareza.
- Al descanso de la primera semifinal, Vidorreta se despachó a gusto sobre la actuación arbitral, a la que acusó veladamente de condicionar el partido. Sus quejas al respecto se han transformado en una malsana costumbre que se repite en cada encuentro contra el Real Madrid; siempre la culpa es del arbitraje. A ver si él no tiene algo que ver en que su equipo haya caído por duodécima vez consecutiva contra el equipo blanco, podía empezar por buscar ahí si quiere encontrar razones.
- El Barça ha superado la centena de puntos tanto en cuartos de final como en semifinales, algo que no ocurría desde 1987. El inagotable arsenal ofensivo del que dispone le ha llevado a alcanzar cotas de un baloncesto muy diferente al actual y deja de manifiesto que no suele traer a cuenta un duelo anotador con el equipo azulgrana.
- Pese a que al partido no le faltó intensidad y una dura pelea en las zonas, el Barça acabó el choque con un espectacular 57% de acierto en tiros de campo. Un dato demoledor, ya que a UCAM Murcia no le faltó actitud defensiva. El equipo murciano bordeó el 50%, lo que dejó un precioso espectáculo ofensivo, pero ante cifras así resulta osado desafiar a los de Jasikevicius a un bombardeo.
- La derrota no empaña en absoluto el papel de UCAM Murcia en estas semifinales. Su lección de carácter y orgullo le permitieron sobreponerse al cansancio, los problemas físicos y el acierto demoledor del Barça para plantar batalla hasta los minutos finales en un espectacular partido. Merecidísimo homenaje el que le tributó su afición tras el encuentro en las gradas, no se le puede pedir más al que lo da todo. Clavadito a Manresa el viernes, vamos.
Leave a Reply
Be the First to Comment!
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.