Del 17 al 20 de febrero se vivirá una nueva edición de la competición más especial y colorida del baloncesto español. Como es de imaginar, se trata de la Copa del Rey, el torneo que reúne a ocho aficiones diferentes en la misma ciudad, el mismo pabellón durante cuatro días de partidos a vida o muerte en busca del primer trofeo de relevancia del curso. Este año se recupera buena parte de la esencia de la Copa con el regreso de los aficionados a las gradas tras la edición a puerta cerrada que se celebró el año pasado en Madrid debido a los rigores de la pandemia. Aún con algunas restricciones y medidas de seguridad (como la inevitable mascarilla), pero se volverá a disfrutar del ambiente inigualable que distingue a esta competición. La sede, curiosamente, no se fijó en la ciudad de equipo alguno de la Liga ACB, aunque tenga un pasado extenso en la élite del baloncesto nacional. Granada es el lugar escogido para una edición con un toque diferente si se echa un vistazo a la nómina de participantes. A primera vista, sorprende la ausencia de equipos habituales en la zona noble, como Baskonia o Unicaja, y que sí disputen la competición invitados a los que nadie esperaba. Manresa, UCAM Murcia o el ascendido Breogán consiguieron su billete por sorpresa, aunque de forma muy merecida tal como están compitiendo esta temporada. Nombres distintos a lo acostumbrado que suponen la primera noticia inesperada antes siquiera de que comience la competición, pero todo esto se valorará con mayor detalle en el análisis de cada eliminatoria que sigue a continuación:
JOVENTUT – CB CANARIAS:
El ambicioso proyecto emprendido en Badalona desde la temporada pasada, una vez asegurada la supervivencia económica, ha consolidado definitivamente a la Penya en la zona noble de la Liga ACB, la que ha ocupado históricamente. Pese a que la marcha de las jóvenes perlas de su inagotable cantera sigue siendo la tónica inmutable (este año le tocó a Dimitrijevic y López-Aróstegui), la llegada de veteranos contrastados mantiene al equipo verdinegro en una posición de prestigio. Con Tomic como principal referente y uno de los jugadores más valorados de la competición, Joventut conserva su esencia de equipo veloz y atrevido, de mezcla de canteranos y extranjeros de apreciable rendimiento. El juego exterior tiene un claro aroma de la casa (Pau Ribas, Bassas, Vives, Ventura, Busquets), mientras que el trabajo en la zona queda en su mayor parte para los foráneos. Un equipo bien equilibrado, que cuenta con el liderazgo y experiencia de Ribas, la amenaza exterior que suponen Brandon Paul o Ferrán Bassas, la experiencia de Vives en la dirección, la evolución imparable de Joel Parra en la posición de alero o la versatilidad que aportan al juego interior Brodziansky y Willis. Un bloque de altas miras, pero que tiene como asignatura pendiente sus enfrentamientos contra los grandes. Un serio hándicap en un deporte donde los enfrentamientos directos son fundamentales para pelear por logros destacables. Además, la Copa no llega en el mejor momento para Joventut, que acumula malos resultados en las jornadas previas. El último de sus derrotas llegó, precisamente, contra su rival en la eliminatoria que abre esta edición y que dejó al descubierto la irregularidad que le persigue recientemente.
Hace años que CB Canarias se ha asentado entre la élite del baloncesto español, convertido en un participante habitual en cada edición de la Copa. Sin embargo, esta temporada ha bajado un peldaño respecto a las últimas campañas, en las que llegó a codearse durante muchos momentos con los grandes futboleros. Su efectividad en el juego exterior no está al nivel de la temporada pasada, la movilidad del balón no es tan fluida, Fitipaldo no luce el gran estado de forma del curso anterior. Problemas que le han situado más abajo de los acostumbrado y que provocaron que le costara horrores su clasificación, ya que no la consiguió hasta el último momento y por resultados ajenos. Lo que nunca falla ni falta en el equipo aurinegro es la sociedad que forma su pareja mágica. Huertas y Shermadini siguen ejerciendo de pilar maestro del juego de CB Canarias y en su funcionamiento reside buena parte del rendimiento dentro de la cancha del conjunto de Vidorreta, que necesita que ambos funcionen para pelear por encuentros de tanta exigencia. Como alternativa a este dúo aparece Wiltjer, fichado esta temporada y que esté ofreciendo un gran rendimiento como abrelatas cuando sale a lanzar a la línea de tres. El buen momento de Sastre en los últimos partidos también ha servido para mejorar los resultados del club lagunero en las semanas previas a la Copa, a la que llega con el efecto moral que supone su rotundo triunfo el pasado domingo ante Joventut, el rival que tendrá enfrente en cuartos de final. Parece que a CB Canarias le llega en el momento idóneo la cita en Granada y la victoria en Badalona le da una pequeña ventaja en la primera eliminatoria.
REAL MADRID – BREOGÁN:
No es extraño que el Real Madrid sufra un bajón a finales de enero y principios de febrero, se repite con cierta frecuencia en la etapa de Pablo Laso en el banquillo, pero este año el equipo blanco llega con más dudas e incertidumbre que nunca a la Copa. En los últimos partidos parece un conjunto fundido, sin vigor y con tendencia a sufrir acusados bajones en ataque y poca tensión defensiva. Al desconcierto se une el propio técnico con su tardanza en parar los encuentros y que arrastra al Madrid a encajar parciales abultados sin que medie intervención desde el banquillo. La sonrojante derrota en el Clásico disputado en Euroliga en el Palacio de los Deportes activó todas las alarmas y despertó todo tipo de suspicacias sobre el estado de forma y el potencial real de una plantilla que ya había sufrido anteriormente tres derrotas consecutivas en casa en Liga ACB. Principalmente, la atención se centró en los bases. Heurtel no está ofreciendo un mal rendimiento en general y ha sido importantísimo en varios encuentros, pero le señalan su flojo rendimiento en cada partido contra el Barça. Por su parte, Williams-Goss llegó esta temporada entre elogios de crítica y público, pero su papel está resultando muy discreto. Por si fuera poco, la grave lesión sufrida el pasado domingo por Alocén resta una alternativa en puesto de ‘1’, ya que Llull no está en condiciones de ofrecer una dirección sensata. No son los únicos elementos bajo sospecha. Se esperaba más de Poirier, demasiado condescendiente en defensa en ocasiones y que se diluye con facilidad, lo que amplifica más si cabe la importancia y el número de minutos de Tavares. Incluso Yabusele, que impresionó en la primera parte de la temporada, no es el mismo desde su renovación. La dudosa fiabilidad del tiro exterior y los problemas físicos de Taylor y Rudy, fundamentales en defensa y que serán duda hasta el último momento, suponen otro problema añadido antes de arrancar la competición. No es la primera vez que el Madrid llega en un momento bajo a la Copa; en 2016 nadie daba un duro por él y se proclamó campeón, al igual que en 2020 cuando se presentó en Málaga bajo amenaza de crisis, pero nunca antes entre tantos interrogantes. Su carácter competitivo exige que siempre se cuente con él, aunque ni siquiera hay total garantía de que vaya a superar la primera eliminatoria.
Antes de arrancar la temporada, Breogán parecía condenado a sufrir toda la temporada. Recién ascendido y con una plantilla repleta de retales y jugadores desconocidos para el gran público, se convirtió en una de las grandes sorpresas en la primera vuelta, hasta el punto de acabar entre los ocho primeros y clasificarse por primera vez para la Copa. Seguramente, si algún aficionado lucense leyó mi previa de la temporada aún se estará riendo en mi cara y me mandará a pastar cada mañana, pero ni el hincha más optimista podía imaginar el rendimiento de Breogán, que se ganó su sitio en Granada de forma merecida con un juego agresivo y sin complejos, capaz por igual de fajarse en el juego interior como de reventar una defensa en el perímetro. Dos son los nombres que más destacan en este sorprendente Breogán. Musa fue un joven prodigioso en categorías inferiores, una de las grandes promesas del baloncesto europeo, pero un prematuro y fugaz paso por la NBA y otra breve e infructuosa estancia en Fenerbahçe cortaron la progresión del jugador bosnio. Sin embargo, en Lugo ha encontrado el lugar idóneo para que aflore todo su talento de tirador letal y anotador insaciable. Sus recitales en la primera vuelta le han convertido en una de las grandes sensaciones de la Liga ACB, hasta el punto de despertar el interés de muchos equipos importantes en su contratación. No en vano, en Bosnia apuntan que es uno de los objetivos del Real Madrid para reforzar su juego exterior. La otra pieza clave es Bell-Haynes; un base más anotador que director, pero con muchos puntos en sus manos y capaz de romper las defensas con su facilidad para entrar hacia canasta. Un punto de desequilibrio que facilita la vida a un juego exterior muy eficaz. No obstante, que la importancia de estos dos jugadores sea capital no significa que sean los únicos que puedan aportar. La buena labor de Mahalbasic en la zona, la puntería en el tiro de tres de Kalinoski o el trabajo de Sergi Quintela e Iván Cruz son muy importantes en un equipo con una rotación corta, pero que no acusa cansancio por el momento. El rotundo triunfo sobre Valencia Basket el pasado domingo es un serio aviso sobre lo que puede conseguir. Si Musa y Bell-Haynes tienen el día, no sería ninguna sorpresa inesperada que pudiera dejar en la cuneta a todo un Real Madrid. Tal como está el equipo blanco no es nada descabellado.
VALENCIA BASKET – UCAM MURCIA:
La plaga de lesiones que asoló a Valencia Basket durante los primeros meses de competición convirtieron el camino del equipo taronja en una complicada carrera de obstáculos. No facilitó nada el arranque de la etapa en el club de Joan Peñarroya, que en varios encuentros sólo dispuso de ocho jugadores del primer equipo y tuvo que echar mano de la cantera, no sólo para completar las convocatorias sino para dar minutos a los jóvenes en la rotación. Esta apuesta por la juventud ha tenido frutos, como la evolución de Josep Puerto, que se ha ganado un sitio valioso en los planes del técnico, o la consolidación definitiva de Jaime Pradilla. El conjunto valenciano tuvo la suficiente capacidad de supervivencia para mantenerse a flote en los momentos delicados mientras recuperaba lentamente a los lesionados. Cuando ha contado con el plantel casi al completo, Valencia Basket demostró que cuenta con una plantilla larga, llena de recursos valiosos y con un talento ofensivo capaz de plantarle cara a cualquier equipo en Liga ACB. No por casualidad, se ha impuesto a domicilio a Barça y Real Madrid. Con la recuperación de Claver, Peñarroya contará con todos sus jugadores en la Copa, a la que llega en un momento dulce pese al tropiezo inesperado en Lugo ante Breogán. La progresión durante la temporada le llevó a conseguir un puesto de cabeza de serie en la Copa, cuando se puso en duda incluso su presencia en pleno azote de las lesiones. Sin duda alguna, estamos hablando del tapado en la sombra, de la principal alternativa si los dos grandes futboleros se despistan o no tienen el día. Seguramente, sea el único equipo en España capaz de competir con ellos en un duelo anotador, sobre todo por su potencial en el tiro exterior. De hecho, todos sus hombres altos pueden tirar de tres perfectamente, aunque el triple no sea el punto fuerte de Rivero o Pradilla. Eso no quita que la aportación en el juego interior también es considerable, ya que Dubljevic y Tobey son dos pívots más que contrastados. En definitiva, un rival muy peligroso y en gran forma, capaz de romper los pronósticos.
Durante años el sello que identificaba a UCAM Murcia era el de un equipo anárquico, con muchos anotadores que hacían la guerra por su cuenta y convertían al conjunto murciano en una banda sin orden ni concierto. Una tendencia que Sito Alonso ha conseguido paliar progresivamente, aunque no ha cristalizado en resultados destacables hasta esta campaña. Sigue contando con una amplia nómina de anotadores que tienden a las acciones individuales, pero la mezcla ha gestado en esta ocasión en un bloque mucho más homogéneo de lo acostumbrado. La velocidad ya no se convierte en precipitación, las jugadas individuales no se transforman en decisiones excesivamente arriesgadas, el despliegue físico no se reserva tan sólo para acciones espectaculares. Un factor clave para que todo el talento individual se oriente al bien colectiva es la presencia en el puesto de base de Bellas, el único jugador nacional de la plantilla. Pone el punto de ortodoxia y pausa, de dirección sensata que ordena y encauza todo el caudal ofensivo de jugadores como Isaiah Taylor, Jordan Davis, James Webb o McFadden. Por su parte, el juego interior no se dedica exclusivamente a un trabajo oscuro, sino que se ha convertido en una alternativa fiable cuando los exteriores no encuentran espacios a campo abierto. Lima, Radovic y Cate, jugadores rocosos que aportan una solidez y oficio que ha dado buenos frutos dentro de la zona toda la temporada. Otra de las sorpresas destacables de la temporada, que no sólo ha conseguido clasificarse para la Copa por primera vez sin oficiar de anfitrión, sino que estuvo cerca de alcanzar su plaza como cabeza de serie. Sin embargo, el reciente brote de coronavirus dentro de la plantilla y que obligó a aplazar el partido contra el Barça siembra dudas sobre su estado físico y las opciones de competir con un rival en un buen momento de forma. Ya es un premio estar en Granada, pero sería frustrante que su primera experiencia pasara sin opciones de competir.
BARÇA – MANRESA:
A estas alturas nadie duda sobre que el actual campeón de Liga y Copa parte como principal y único favorito al título en Granada. Más que el rival a batir, el Barça se presenta como el terrible ogro que apenas muestra puntos débiles. Ello no quiere decir que no tuviera que afrontar dificultades, que las hubo. No ha podido contar en toda la temporada con Abrines, se quedó sin el concurso de Calathes durante más de dos meses y perdió recientemente a Higgins, operado de fascitis plantar. Dificultades que Jasikevicius siempre supo salvar con su recetario de intensidad y vigor hasta el extremo para complementar el inagotable talento de la plantilla azulgrana. Raro es el jugador que no ha ofrecido su mejor versión en manos de Saras, capaz de obrar un prodigio como convertir a Laprovittola en un jugador determinante en un equipo con grandes aspiraciones, algo que no consiguió ni de lejos Pablo Laso. Su peculiar libreto y su constante intervencionismo en el rumbo de los partidos ya es seña de identidad en el conjunto azulgrana y va incorporando paulatinamente nuevos elementos. Por ejemplo, Jokubaitis y Sanli ya ofrecen un rendimiento apreciable tras unos meses de adaptación. Lo mismo ocurre con Exum, un número 5 del draft muy castigado por las lesiones, que ha evolucionado su juego eléctrico del desorden de los primeros encuentros a un nuevo factor desequilibrante. Todo ello se añade al considerable arsenal con el que contaba el Barça; a las diferencias que marca Mirotic, al mejor tiro exterior de todo el continente, al despliegue físico que convierte su defensa en un camino lleno de trincheras hacia el aro. Resulta difícil concebir que en España exista algún rival cualificado en estos momentos para presentarle una seria oposición en la pelea por los títulos, ni siquiera parece un gran inconveniente que haya caído en el lado duro del cuadro, aunque no creo que Jasikevicius se muestre confiado hacia el rival que le deparó el sorteo y que ya le venció en el Palau Blaugrana.
Ya hace tiempo que Manresa es uno de los equipos que despliega un juego más espectacular en la Liga ACB, con ataques vertiginosos y una velocidad de balón asombrosa que engancha a cualquier buen aficionado al baloncesto. La temporada pasada las lesiones en los últimos meses de competición evitaron que peleara por entrar en los playoffs, pero esta campaña le va todo rodado al conjunto del Bages. Conserva ese estilo de juego veloz y ofensivo que imprime con Pedro Martínez como entrenador, pero la ejecución roza lo sublime en ocasiones gracias a los fichajes de jugadores muy explosivos que se han adaptado como un guante al estilo de juego de Manresa. Es todo un espectáculo ver sobre la cancha a los Francisco, Moneke, Bako o Thomasson. Todos ellos aportan rapidez, fuerza, explosividad, velocidad, puntos… Un dechado de facultades bien organizado por Dani Pérez; un base que nunca llama la atención, pero con un criterio exquisito para dirigir la orquesta a una velocidad de vértigo. También el banquillo ofrece soluciones muy valiosas dentro de la rotación. Maye ha oficiado de perfecto revulsivo, de microondas que tarda poco tiempo en calentar la muñeca. Valtonen, por su parte, se ha distinguido como un desatascador muy apreciable por su gran capacidad para penetrar a canasta y cargar el rebote ofensivo. Pero la mayor sorpresa la representa Yankuba Sima, que ha pasado de jugador que ofrece unos minutos de refresco a un pívot con muchos recursos dentro de la zona y que cuenta con muchas opciones de formar parte de la selección española en el próximo Eurobasket. El reciente regreso de Vaulet añade otra pieza más para las labores de intendencia y la entrega física que caracteriza a este equipo. 24 años llevaba Manresa sin aparecer por la Copa, pero el retorno no se queda solo en un motivo para la ilusión de sus aficionados. Probablemente, el rival más peligroso para cualquier cabeza de serie, que se presenta en Granada en un gran momento y no descarta nada, ni siquiera el derecho a soñar ante un gigante que cayó a sus pies en su propia fortaleza en Liga ACB.
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