Haciendo un análisis canónico de esta temporada diríamos que el francés ha sido el gran triunfador ganando el título con la meritoria de no tener la mejor máquina, un detalle muy importante.

Quartararo ya tenía ganado virtualmente el  Mundial a falta de seis carreras sin que hubiera tenido que demostrar un dominio aplastante en los anteriores doce GP. Simplemente sus rivales no tuvieron la calidad que se les presuponía por moto (Bagnaia y Miller con la Ducati oficial o Zarco con la satélite –este  se vino abajo tras un gran primer tercio de temporada – o porque sin moto no todos los años va a sonar la flauta. Especial mención a Mir en este sentido quien sin tener posibilidades de campeonato hizo una magnífica temporada. Personalmente pienso que ha sido el mejor piloto de esta parrilla aún sin ganar un Gran Premio este año. En el otro extremo se podría poner a su compañero, Alex Rins, muy por debajo de su potencial.

Supongo que hablando de decepciones quien se lleva la palma es Viñales (compañero de Quartararo), inexplicable saber que tiene este chaval en la cabeza pero no merece perder ni una línea más con él, ya son muchos años haciendo el canelo y la guinda de este fue sabotear su propia moto. Se le puede dar tranquilamente el premio al tonto del año opositando este honor a toda una trayectoria.

En este resumen no me puedo olvidar de KTM que sigue consiguiendo resultados siendo la sexta o séptima escudería, este año dos victorias – una de Olivera y otra de Binder (quien ha cuajado una gran temporada) -.

Y para terminar está Honda, ¿Qué se puede decir de la debacle, por segundo año consecutivo, de la marca más laureada en esto?

Pues que desde hace años decidieron hacer unos reglajes exclusivos para Márquez y mientras este ganaba lo tapaba todo -yo hubiera hecho lo mismo porque era apostar a caballo ganador –pero que al ser tan especiales solo el de Cervera podía controlarlos. Digamos que la comparativa podría estar en una Ducati 2.0 donde cualquier otro piloto se las veía y deseaba para controlarla – lo de Lorenzo fue bastante penoso -.

El problema es que aún Marc ganando tres carreras este año no es el anterior a la lesión, nada que ver con esas inclinadas o soltar la moto para adelantar a rivales, es tan bueno que ha conseguido victorias pero que nadie se engañe, no está a nivel superior y la cuestión es si puede recuperar bastante – no ya todo – para volver a reinar.

Y retornando a las dudas del encabezado, Fabio llegó a MotoGP en el 2019 creando la sensación de ser la alternativa a Márquez e, incluso, con la ilusión de ser el nuevo Rossi o el de Cervera. Esto ya de por sí pudiera resultar algo ilusorio ya que la trayectoria anterior nada tiene que ver con estos dos gigantes pero el hecho de la lesión de Marc en el 2020 y los resultados en los primeros GP quizás indujeran a una expectativa errónea porque la temporada anterior fue desastrosa.

La cuestión que yo me planteo es si esto es el comienzo de un dominio los próximos años o un suceso aislado debido a la falta de talento de varios contendientes.

Me voy a ir por los cerros de Úbeda pero la cuestión está en Ducati. Es la moto más rápida desde hace quince años pero nadie, salvo Stoner, ha sido capaz de domarla. No es cuestión de echar las tintas sobre medianías como Dovizioso porque tipos como Rossi o Lorenzo han padecido igual.

Por último está Rossi quien se retira tras veintiséis años subido en una moto y uno solo puede hablar desde la patata.

Lo primero sería decir que el italiano ha sido mi ídolo la mayor parte de su carrera – puede que sea personalmente sea el caso inverso a Federer quien me empezó a ganar cuando era humano -. Pero fuera de esto estamos hablando de alguien quien él solo mantuvo este espectáculo mediáticamente durante más de dos décadas, quien les dijo a los jefes de Honda que lo importante no era la moto sino el piloto y se fue a Yamaha para demostrarlo. Todo eso fue  superlativo.

Después vinieron las decepciones, la primera no triunfar con Ducati y, como está reciente, el alargar su carrera un lustro cuando no venía a cuento. Tema aparte está ese 2015 que sigue sin olvidar cuando Márquez impidió que tuviera más posibilidades de ser campeón. Quizás fue su última bala y seguramente notó en sus carnes algo que él estuvo haciendo durante más de una década. La mayor decepción para uno es que no supo asumirlo porque en aquel momento quien lo sufrió fue él (hay un reportaje reciente en DAZN – RiVale – que muestra las opiniones de algunos de sus máximos contrincantes aunque, para mí, quizás sea un poco sensacionalista).

Dicho todo esto, uno se queda con lo bueno, con las grandes alegrías que le dio un ÍDOLO y solo decir HONOR y GLORIA.

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