PREVIA SUPERCOPA ACB 2021. En camino hacia la normalidad

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El largo camino hacia la normalidad en el baloncesto español comienza este fin de semana en tierras canarias. Atrás quedan el año eterno en la clandestinidad, las gradas vacías, la decepción olímpica, el definitivo adiós a una generación irrepetible en la selección española, la más que previsible despedida del mayor mito que alumbró este deporte en España. Muchos momentos especiales que se vivieron en absoluto silencio, roto por el regreso de las aficiones en un porcentaje apreciable y no con la cifra simbólica que asistió a los playoffs. La Supercopa que se celebra el 11 y 12 de septiembre significa el primer paso hacia ese retorno. Como el año pasado, la primera competición oficial del curso se disputará en La Laguna, como pequeña compensación por la edición silenciosa de 2020. No será el ambiente habitual del Santiago Martín antes de la pandemia, pero incluso con el 40% de aforo y las inevitables medidas sanitarias sabrá a gloria disfrutar de algo más parecido a lo que representa una pista de baloncesto.

Tres equipos repiten presencia un año después en La Laguna: Barça, campeón de los dos títulos nacionales de envergadura y subcampeón de Europa; Real Madrid, actual poseedor del título; y CB Canarias, que ejerce de nuevo como anfitrión. Cierra el cuarteto de participantes Valencia Basket, que ocupa la plaza que disfrutó Baskonia la pasada temporada. La Supercopa no pasa de torneo de pretemporada envestido por un halo de oficialidad y no suele entrar en los balances de final de temporada, pero siempre es agradable endulzar el inicio de curso con un título de relativa importancia ante rivales de nivel. Un test exigente para ajustar los últimos detalles antes de que se levante el telón de la Liga ACB un año más, con cuatro equipos que analizaré a continuación.

BARÇA – VALENCIA BASKET:

El doblete conseguido tras imponerse con autoridad en Liga y Copa supuso la confirmación de un cambio de poder en el baloncesto español. El ambicioso proyecto del Barça cuajó en la primera temporada de Jasikevicius en el banquillo y elevó al equipo azulgrana hacia la hegemonía que ostentó su eterno rival durante la prolongada etapa de vaivenes que produjo la frustración en el barcelonismo. El éxito logrado en la campaña pasada le permitió recuperar el trono y el lugar perdido entre la élite continental, convertirse en el nuevo modelo a imitar, aunque la sombra de la nefasta situación económica amenazaba con afectar seriamente al futuro como ocurrió en el fútbol. Pese a los negros nubarrones, ha conseguido retener a las piezas más valiosas con las renovaciones de Higgins, Davies y Mirotic. En algunos medios de Barcelona se han arrojado dudas sobre el hispano-montenegrino debido a que ha dado largas a todo intento del club por rebajar su cuantiosa ficha, pero no parece un problema de calado a corto plazo. Una vez asegurado el concurso de las principales figuras, quedaba la tarea de reducir costes con la salida de jugadores de menor importancia en los esquemas de Saras y que cobraran unos emolumentos cuantiosos. Las rebajas provocaron el descarte de Claver y Hanga, nombres ilustres pero con un papel secundario (incluso residual a final de temporada en el caso del alero valenciano) en la rotación. Sacrificio obligado para mantener a las estrellas más rutilantes, si bien el equipo azulgrana ha sabido reforzarse este verano para que no se acuse una pérdida de potencial de la plantilla. Sanli, pívot titular de Efes Pilsen y una de las revelaciones de la pasada temporada en Euroliga, llega como valioso complemento para Davies en el puesto de ‘5’ y sustituto de un Pau Gasol que se encamina hacia una retirada que se da por segura.

Jokubaitis defendido por jugador de AndorraFuente: archynewsy.com

Para dar un respiro a Calathes, demasiado solo en la dirección en los momentos clave de la temporada, llega Jokubaitis, una de las grandes promesas del baloncesto europeo. Clase a raudales, aunque su estancia se presume corta, ya que la vista del joven lituano está puesta en la NBA más pronto que tarde. Como ocurriera con Bolmaro, parece que cruzará el Atlántico sin explotar por completo. Para reforzar la posición de alero, una vez frustrados los intentos por jugadores de primer nivel continental como Kalinic o Deck, el Barça reclutó a Nigel Hayes; otro conocido de Jasikevicius, que valora su valentía para pelear en la zona, su trabajo y el acierto puntual en el perímetro que aporta pese a no ser un tirador excelso. Cierra el capítulo de incorporaciones un fichaje de lo más extraño: Laprovittola. Un jugador que salió sin pena ni gloria del Real Madrid, que necesita protagonismo absoluto para lucir y con nula actitud defensiva. Una rareza conociendo los gustos de Jasikevicius, pero el riesgo no es excesivo al llegar como tercer base. Si al enorme potencial de la plantilla le sumamos gran poderío físico, la amenaza exterior que suponen Abrines y Kuric y el trabajo oscuro que aportan Smits, Oriola o Sergi Martínez, se obtiene al principal favorito a ganar todas las competiciones nacionales. La Supercopa fue el único título que se le escapó en España y se aproximó hacia ella esta temporada con una imagen firme y sólida en pretemporada hasta que se vio sorprendido por Manresa en la final de la Lliga Catalana (es curioso, se le ha escapado el título los dos últimos años). Solo otro último cuarto aciago como en el Nou Congost podría privar a los azulgranas de levantar la Supercopa, algo que no consigue desde 2016.

El decepcionante balance que arrojó la pasada temporada dejó un poso de frustración en Valencia Basket, que aspiraba a pelear por los títulos con una de las plantillas más poderosas de su historia, pero acabó lejos de los objetivos marcados. Jaume Ponsarnau fue el primero en abandonar el equipo taronja, señalado por su incapacidad para dirigir a un equipo que le quedaba grande, pero su salida solo fue el inicio de la notable reforma que afectó a la plantilla. Los dos fichajes estelares del verano anterior, Kalinic y Derrick Williams, abandonaron el club aunque ambos dejaron una imagen y un rendimiento muy diferentes. También dejó el equipo gran parte del núcleo de jugadores nacionales. Hombres como Vives, Sastre o San Emeterio, parte de aquella plantilla que logró el título de Liga ACB en 2017, ponían punto y final a su etapa en Valencia. Significaba el final de una era, la puerta de entrada hacia una etapa nueva, aunque los cambios no son tantos. En primer lugar, el banquillo queda en manos de Joan Peñarroya, que afronta una merecida oportunidad de dirigir a un equipo con aspiraciones. La velocidad, el descaro y la apuesta decidida por el tiro de tres marcan el estilo del nuevo técnico y serán las nuevas señas de identidad de Valencia Basket. No le será complicado imprimir su sello, puesto que incluso todos los pívots saben lanzar desde fuera.

Claver captura un reboteFuente: cadenaser.com

Le acompaña desde Burgos Jasiel Rivero, donde maravilló con su poderío físico y reboteador que le permite rendir con eficacia tanto de ‘4’ como de ‘5’. Un año más, el equipo valenciano miró hacia Joventut, que se ha convertido en un caladero habitual del club en los últimos años. Dos de las perlas rutilantes de la cantera verdinegra, Dimitrijevic y López-Aróstegui, recalan en Valencia Basket como apuestas de sangre nueva aunque la explosión de ambos la temporada pasada les convierte ya en realidades. Por último, completa la remodelación en el puesto de alero con el regreso del hijo pródigo, Víctor Claver, que vuelve a casa diez años después. No son refuerzos tan rutilantes en nombres como en el verano pasado, pero sí son incorporaciones con sentido, que se amoldan a la perfección al juego veloz que imprime Peñarroya y que arroparán a un juego interior (Dubljevic, Labeyrie y Tobey el Esloveno) versátil y poderoso y un perímetro (Van Rossom, Prepelic, Hermansson) muy peligroso cuando tiene el día en la línea de tres. Un equipo que figurará de nuevo como una alternativa en la sombra, que ha dejado buenas sensaciones en pretemporada y que suponía una prueba exigente para calibrar el estado de forma del actual campeón de Liga y Copa, pero las bajas de tres de los nuevos fichajes y de Labeyrie lastran mucho las opciones del conjunto de Joan Peñarroya en esta Supercopa.

CB CANARIAS – REAL MADRID:

Los crudos estragos de la pandemia impidieron que CB Canarias disfrutara en 2020 del apoyo de su animosa afición en su primera presencia en la Supercopa, pero la vida le da una segunda oportunidad de sentir su aliento un año después, aunque el pabellón Santiago Martín no cubra ni la mitad del aforo y las medidas de seguridad estén siempre presentes. Repite premio con una segunda participación consecutiva que refleja la solidez que arroja el equipo aurinegro desde hace años. No es un anfitrión de pega, pues se ha convertido en una habitual en los puestos nobles de la clasificación. La continuidad es la tónica que marca el paso de un equipo en el que prima la experiencia y vuelve a presumir de una plantilla contrastada y con una trayectoria consolidada en el baloncesto español. No hay mejor prueba de que todo sigue igual en la La Laguna que la apuesta redoblada por su veterana pareja mágica, el dúo formado por Marcelinho Huertas y Shermadini como santo y seña del juego del conjunto aurinegro en esta época de vino y rosas.

Jugadores de CB Canarias chocan las manosFuente: basketmaniatenerife.es

La conexión de esta fructífera sociedad, la magia y visión de juego del base y la eficacia en la zona del pívot, vuelve a presentarse como el principal arma de CB Canarias, aunque no es el único recurso. No en vano, la pareja de bases que forman Huertas y Fitipaldo es una de las mejores de la Liga ACB y el juego exterior goza de una eficacia que le llevó a liderar la clasificación en porcentaje de tiro de tres durante buena parte de la pasada temporada. Para los contados refuerzos se ha mantenido la apuesta por la experiencia y el conocimiento del baloncesto español. Joan Sastre busca ese protagonismo que perdió en Valencia con las lesiones y la falta de continuidad, mientras que Wiltjer formará con Doornekamp la pareja de ala-pivots más extraña de la ACB por su fobia a la pintura. Tanto Borg como Sean Smith (aunque el nombre evoque a jugador estadounidense, es de Madrid y jugaba en Palencia en LEB Oro), las otras dos incorporaciones, representarán un rol muy secundario en una maquinaria bien engrasada y compensada, con armas de sobra tanto cerca como lejos del aro y que mueve el balón a una velocidad vertiginosa . Solo le falta rematar la faena en los duelos contra los equipos grandes, la asignatura pendiente que impidió que alcanzara cotas más altas la temporada pasada.

No será sencillo que el Real Madrid afronte tantos contratiempos como en la temporada pasada, un año convulso marcado por la marcha de Campazzo y Deck a la NBA con la campaña iniciada, las lesiones, la escasez de refuerzos, el cansancio de una plantilla veterana e incluso casos de coronavirus que pusieron en riesgo su participación en los playoffs. Muchas dificultades que no impidieron que compitiera con un orgullo y rendimiento admirables, pero demasiado obstáculo para sortear el vigor y el inmenso talento que atesoraba el Barça, su verdugo en las finales de Liga ACB y Copa del Rey. Las derrotas claras y contundentes ante el eterno rival auguraban el definitivo cambio de ciclo, que implicaba una renovación postergada demasiado tiempo y que no podía esperar más. Era obligado un rejuvenecimiento en el equipo blanco, apuntalar la posición de base (huérfana de un jugador de nivel tras la marcha de Campazzo) y un relevo que diera un respiro a un Tavares, cargado de minutos durante el curso anterior. Este último punto se resolvió en la parte final de la pasada temporada con el fichaje de Poirier, que regresaba a Europa tras dos años frustrantes en la NBA. Para la dirección, el Madrid cuenta con dos nuevos bases: Heurtel, que llega definitivamente meses después de su tormentosa salida de Barcelona y el sórdido episodio en el aeropuerto de Estambul, y Williams-Goss, un jugador del que todos los expertos hablaban maravillas pero que en pretemporada se mostró tímido en la pista y dejó un imagen un tanto decepcionante.

Williams-Goss trata de librarse del marcaje de un defensor de UCAM MurciaFuente: latribunadealbacete.es

Como refuerzo en el puesto de ala-pivot, mermado por las graves lesiones de Randolph y Thompkins y la marcha de Garuba y que ya no contará más con el retirado Felipe Reyes, se incorpora a las filas de Laso el francés Yabusele, que realizó una temporada muy brillante en Asvel Villerbaunne. Un portento físico no exento de buena mano, con capacidad para rendir de ‘4’ y de ‘5’ y que cobrará mucha importancia en los sistemas del técnico vitoriano. Por último, se cerró el capítulo de fichajes con Hanga, que tomó el puente aéreo una vez formalizada su salida del Barça. Pese a las reticencias que despierta en algunos aficionados la etiqueta de descarte de su máximo rival, el húngaro es un valioso jugador de equipo con un perfil del agrado de Laso: intenso, atlético, buen defensor y con un tiro apreciable desde la línea de tres. Son las nuevas caras de un Madrid afrancesado, puesto que tiene tantos jugadores galos como españoles en la plantilla. Nombres importantes para recuperar el terreno perdido, pero la discreta pretemporada evidenció que le queda tarea por delante. Problemas como la falta de efectivos en el tiro exterior, una ironía en un equipo que poseyó el mejor perímetro de Europa durante años y que se acrecenta con la ausencia de Carroll (quien sabe si para siempre), las desconexiones en ataque o la flojera defensiva de Poirier, que aún no se ha enterado que en España no se defiende mirando, arrojan dudas sobre el rendimiento de los madridistas en esta puesta de largo. La lesión de última hora de Abalde, que estará de baja cerca de un mes, supone otra piedra más en el camino del Madrid, que ni siquiera puede sentirse favorito en su partido ante el anfitrión.

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