Fuente: hiptoro.com

En el State Farm Arena se respiraba cierto optimismo de cara al tercer partido de la eliminatoria, después de todo ya se conocían las molestías en el gemelo de Giannis AntetoKounmpo y el desastre del segundo enfrentamiento era dificil de repetir. Bastaban dos minutos de partido para dar por bueno ese razonamiento, las buenas ayudas permitían robar el balón y, dada la mala transición defensiva de los visitantes, Mike Buldenhozer tenía que parar el partido. El ataque jugaba con más paciencia pero, aunque ya no se regalaba el balón, seguía desacertado. Por encima Trae Young se mostraba inspirado, los triples entraban y en Atlanta se celebraba un parcial de diecisiete a cuatro antes de llegar a la mitad del primer acto. Sin embargo ese acierto exterior comenzaba a decaer y, de igual manera la actividad defensiva, los Bucks  anotaban cada vez con más facilidad bajo el aro local. Pese a los esfuerzos de Danilo Gallinari, la ventaja local se reducía a cinco puntos cuando se llamaba a los jugadores a descansar. La importancia del partido hacía que la tensión fuese subiendo y, con los suplentes en la pista, el juego se mostraba cada vez más enrachado. El intercambio era constante, con Antetokounmpo imparable bajo canasta, hasta que la estrella local volvía a mostrar todo su repertorio ofensivo; la diferencia volvía a llegar a los dos dígitos y el parón se veía insalvable. El técnico visitante ordenaba dos contra uno ante el base rival y el frenazo a la ofensiva local era inmediata. En los dos minutos que cerraban el cuarto se daba un parcial de diez a cero y todo quedaba abierto de cara a la segunda mitad. Un tercer periodo que se abría con malas noticias para los Hawks porque, antes de cumplirse el primer minuto de juego, John Collins cometía su cuarta falta personal. Pese a ello se veía la mejor versión defensiva local y, como su base volvía a mostrarse alegre en su juego ofensivo, Atlanta cogía una renta cómoda. Tan sufrido era el ataque visitante que Jrue Holiday metía un triple tras colgar un balón a su jugador franquicia y eso despertaba la mejor versión de Khris Middleton. Un acierto que duraba poco y tenía que ser la estrella visitante el encargado de dar la primera ventaja en el partido a los Bucks. Trae Young tenía un amago de lesión al apoyar mal el pie derecho y se iba a los vestuarios. Sin embargo, pese a todo, el mando en el marcador era para el equipo local y, tras el reposo en los banquillos, , los Hawks volvían a mostrar su mejor cara jugando en equipo. La diferencia crecía y Buldenhozer paraba el partido para meter a su estrella en la pista. La defensas visitante comenzaba a ser cada vez más agresiva, pero el ataque estaba espeso y Onyeka Okongwu ponía a Atlanta con siete puntos de ventaja. Tenía que aparecer Middleton, gracias a un par de triples, para darle la vuelta al marcador y poner a Milwaukee por delante. Trae Young estaba tocado y todo lo que intentaba eran triples, como además el escolta visitante seguía con la muñeca suelta; ni el frenazo en seco de Nate McMillan, ni la corta visita a los vestuarios del base, impedían el distanciamiento visitante. El ataque local se llenaba de dudas, los balones perdidos aparecían y Middleton seguía dando lecciones de tiro. La diferencia no paraba de crecer, en Wisconsin se saltaba de alegría viendo a su equipo con diez puntos de ventaja con noventa segundos por jugar y John Collins rompía casi tres minutos sin anotar. El parcial en los siete minutos finales había sido de veinticinco a siete y los Bucks se ponían por delante en la serie. Invitado inesperado: Bobby Portis (Bucks)

Fuente: elperimetro.es

La baja de su base titular, para el cuarto partido, dejaba en una situación muy apurada a los Hawks. Nate McMillan recurría a un Lou Williams que, sin tener los mismos recursos ofensivos que la estrella local, podía dirigir al equipo en su ausencia. Y los primeros minutos le daban la razón, el veterano escolta estaba preparado para dar juego a sus compañeros y, junto a una gran defensa de ayudas y al dominio de las zonas, eran motivo suficiente para que Mike Buldenhozer se dirigiese a la mesa para solicitar un tiempo muerto tras tres minutos de juego. Milwaukee seguía mostrando espesura en su ataque, jugaban demasiado acelerados pero la defensa ya no permitía canastas fáciles. Con el paso de los minutos se veían soluciones ofensivas menos obvias, los tiros abiertos comenzaban a entrar y era Danilo Gallinari, con dos triples, el encargado de dar una pequeña ventaja a Atlanta de cara al segundo cuarto. El periodo de reposo era bien aprovechado por los locales, que veían en Onyeka Okongwu a su principal referencia bajo los aros; en defensa y ataque. La defensa de los Bucks era demasiado tierna y en ataque la única solución era Giannis Antetokounmpo pero, dado que le costaba anotar hasta con tiros libres, la diferencia local casi acababa superando los diez puntos tras un triple de Bogdan Bogdanovic. Khris Middleton intentaba despertar la ofensiva visitante, pero nadie seguía el ritmo y los Hawks llegaban al descanso mandando por trece puntos gracias a un ataque bien repartido. El intercambio de los campos, también traía un cambio de actitud en Milwaukee, su jugador franquicia buscaba el aro constantemente y la defensa parecía frenar el juego bajo canasta de los georgianos. Atlanta no tardaba en responder con su defensa más contundente y un mayor trabajo en los bloqueos. La diferencia no bajaba de los diez puntos cuando la estrella de los Bucks apoyaba mal la rodilla izquierda y se tenía que ir a los vestuarios. El State Farm Arena, hasta entonces entusiasta con sus gritos de “Defense”, enmudecía; y había tímidos aplausos mientras el griego salía de la cancha. Los Hawks no desaprovechaban la ocasión de buscar el aro constantemente, las estrellas visitantes se precipitaban tratando de compensar la baja de Antetokounmpo y Bogdanovic cerraba, con un triple, un parcial de doce a cero en poco más de dos minutos. La diferencia llegaba a los veinte puntos cuando el alero regresaba al banquillo visitante tras la revisión médica correspondiente. La confianza era máxima en Atlanta, Cam Reddish metía los triples y Buldenhozer no encontraba soluciones para recortar la desventaja; Milwaukee se encontraba a veinticinco puntos cuando arrancaba el cuarto final y se confirmaba la baja de la estrella visitante para el resto del partido. Pese a ello la salida de los Bucks no podía ser mejor, el ataque local comenzaba a dudar ante la firmeza de su defensa y el ataque hacía daño bajo canasta. McMillan tardaba dos minutos en parar el partido, pero el parcial crecía hasta un nueve a cero antes del despertar de los Hawks a nivel ofensivo. Milwaukee iba perdiendo efectividad en ataque y , por encima, sugrfría para frenar las llegadas bajo su aro. La diferencia volvía a superar los veinte puntos, Clint Capela daba el susto tras recibir un codazo involuntario y el técnico visitante rendía el partido. Se volvía a Wisconsin con la eliminatoria empatada a dos. Invitado inesperado: Danilo Gallinari, Onyeka Okongwu, Cam Reddish (Hawks)