Fuente: soaringdownsouth.com
Para el quinto partido de la serie se esperaba la versión más sólida de Philadelphia ya que, el final desastroso del anterior partido, exigía una demostración de poderío por parte del mejor equipo de la conferencia durante la temporada regular. Liderados por Joel Embiid, y con su mejor versión de equipo, dejaban a unos Hawks donde sólo brillaban Trae Young y John Collins. Pese al parón solicitado por Nate McMillan la ventaja local seguía creciendo. Danilo Gallinari era la única aportación ofensiva del banquillo visitante y, pese a que la estrella local se ganaba una técnica que encendía al Wells Fargo Center, la diferencia era de catorce puntos cuando se cerraba el primer periodo. El paso por los banquillos enfríaba el partido, los errores eran constantes en ambos equipos y sólo el despertar del tiro exterior del banquillo local parecía querer levantar la diferencia. Con su aportación, y el regreso de los titulares de Sixers, la desventaja visitante era de veinte puntos. McMillan recurría a las faltas a Ben Simmons para frenar la anotación local. El partido se enredaba con una técnica a un Clint Capela muy superado bajo canasta, Atlanta hasta se ganaba una flagrante por hacer una falta a campo abierto para evitar una contra. El partido le pesaba al equipo georgiano; Simmons no acertaba, ni los tiros libres, ni con un mate, y la diferencia llegaba hasta los veinticuatro puntos. La retirada a los vestuarios debida dar tiempo para recomponer el juego de los Hawks, pero Seth Curry se aliaba con Embiid para mantener las diferencias. Bogdan Bogdanovic se cargaba con su quinta falta personal pero, dado su nivel en el partido, su equipo no le echaba en falta. Sólo la relajación local, y el descanso de su jugador franquicia, permitía a Atlanta soñar con la victoria viendo el partido a dieciocho puntos. Y los dos minutos de asueto no cambiaban la dinámica; sin su referencia ofensiva Philadelphia sufría, ni el tiempo muerto de Glen Rivers, evitaba el recorte visitante. Los Hawks se ponían a once puntos y se hacía necesario el retorno de los titulares locales. Lou Williams y Gallinari eran los anotadores visitantes, pero no podían seguir el ritmo de Embiid y Curry. Con el partido a quince puntos el técnico visitante frenaba el partido. Poco a poco los de Pennsylvania se quedabban sin anotación de su jugador franquicia. Williams y Curry intercambiaban canastas y Collins ponía, con un triple a tabla, la diferencia por debajo de los diez puntos con cinco minutos por jugarse. La estrella local se pegaba un costalazo, Simmons volvía al potro de tortura de los tiros y Young tomaba el relevo de Lou Williams. Ni el tiempo muerto del técnico local lograba frenar la remontada; los balones perdidos eran habituales en los Sixers y Embiid estaba bloqueado. El base visitante seguía haciendo daño y ponía el partido a dos puntos entrando en los dos minutos finales. Y el parón visitante seguía, el parcial era de diecinueve a cuatro cuando Atlanta se ponía por delante en el marcador con tres tiros libres de su jugador franquicia. Tobías Harris se tenía que jugar tiros tras haber sido ignorado y, ni acertaba en sus decisiones, ni en el tiro. Gallinari si acertaba jugando al poste y ponía tres puntos de diferencia en el marcador. La ventaja era visitante, los equipos no escogían bien sus tiros y Embiid sacaba dos tiros libres restando once segundos pero, inesperadamente, no metía ninguno. Trae Young cerraba con dos tiros libres el partido. En los cuatro minutos finales Philadelphia no había anotado hasta la intrascendente canasta de Curry casi sobre la bocina que, curiosamente, era la primera canasta en juego en medio cuarto. Invitado inesperado: Lou Williams, Danilo Gallinari (Hawks)
El sexto partido traía novedades a la serie. Por primera vez los Sixers salían nerviosos a la pista y las primeras ventajas eran para Atlanta gracias a la dirección de juego de Trae Young. Poco a poco Philadelphia intentaba asentarse en el partido gracias a su jugador franquicia, aunque era insuficiente ante el vendaval local. A mitad del primer cuarto la desventaja visitante era de una docena de puntos y Glen Rivers apostaba por anticipar la salida de los suplentes. Un movimiento que salía bien porque la intensidad defensiva subía y Tyrese Maxey se mostraba muy descarado. Los Hawks usaban un recurso inesperado, la conexión con Onyeka Okongwu aliviaba al ataque local y, pese a que Seth Curry daba síntomas de entonarse en el partido, la ventaja seguía siendo para la franquicia georgiana cuando finalizaba el primer cuarto. Tras el paso por los banquillos Maxey volvía a protagonizar otro arreón, con un parcial de siete a cero Philadelphia empataba el partido en dos minutos. Nate McMillan paraba el partido para meter a su jugaddor franquicia, el ataque local jugaba con más criterio y, como los de Pennsylvania mostraban cierta precipitación en su ofensiva, Atlanta se ponía con seis puntos de ventaja. Ahora era rivers quien paraba el partido pero, para sorpresa general, no encontraba defensa para Trae Young. El parcial era de diez a cero en tres minutos, Ben Simmons se iba al banquillo por exceso de nervios y el juego interior visitante recobraba el peso habitual en el ataque de los Sixers. Gracias a eso, y a una mejor actitud defensiva, el marcador se apretaba. Los Hawks tenía que dar las gracias a Kevin Huerter porque, gracias a su inspiración en los minutos finales, contaba con cuatro puntos de ventaja para la segunda mitad. Una diferencia que se quedaba en nada ya desde el arranque del tercer cuarto porque, Curry salía con la muñeca suelta y anotaba tres triples. Además el ataque local no tenía paciencia para encontrar buenos tiros y dejaba todo en las manos de su base. En tres minutos Atlanta no anotaba, mientras que encajaba doce puntos, y lo peor era ver que Young comenzaba a dar síntomas de cansancio. El State Farm Arena comenzaba a temblar porque a Philadelphia le llegaba con su juego interior para mantener las distancias. Por suerte, la salida a la pista de Danilo Gallinari, aclaraba las situaciones ofensivas y, junto con Young, el italiano era básico para poner el partido a cuatro puntos con doce minutos por jugarse. La tensión era demasiado fuerte para ambos equipos que, durante dos minutos, intercambiaban errores. Las dudas surgían en algunos momentos y, pese a la quinta falta personal de Ben Simmons, Philadelphia sobrevívia al intento local a base de tiros libres. Y es que los Hawks no estaban mucho mejor y la presencia de Joel Embiid bajo canasta, hacía todo más fácil a los visitantes. John Collins se enzarzaba con el pivot visitante sin mayores consecuencias que un par de técnicas y eran de nuevo, Gallinari y Young, los que ponían el partido a un mísero punto tras acertar con dos triples consecutivos. Quedaban dos minutos donde el base local se mostraba demasiado agotado para conseguir a anotar, mientras que Embiid era una solución sencilla en los Sixers. Así era normal ver a los visitantes con cuatro puntos de ventaja cuando apenas quedaba medio minuto por jugarse. Maxey erraba un tiro libre y con anotación rápida bajo el aro contrario, Gallinari ponía el partido a tres puntos. Por suerte nadie más erró un tiro libre en Philadelphia y los intentos visitantes se quedaban en nada; habría séptimo partido en el Wells Fargo Center. Invitado inesperado: Tyrese Maxey (Sixers)
El lleno era absoluto para el séptimo partido y el pabellón vibraba en los instantes previos al inicio de la eliminatoria contra los Hawks. Sin embargo la salida de su equipo enfriaba los ánimos, Philadelphia tenía un único recurso en su ataque, su jugador franquicia, y Trae Young encontraba un socio en Kevin Huerter para sus pases. La ventaja era visitante y, pese a que la aparición de los suplentes permitía el acercamiento local, era el liderazgo de Tobías Harris lo que propiciaba que los Sixers llegasen al segundo cuarto con una corta renta. Claro que, viendo la situación, sorprendía la timidez del equipo de Pennsylvania en el inicio del segundo cuarto; los balones perdidos se convertían en una rémora y, tras dos triples de Danilo Gallinari, Glen Rivers veía la necesidad de hablar con sus jugadores. La mejora defensiva era evidente pero, en ataque, la espesura era la norma. Trae Young se ganaba una técnica por protestar a los árbitros y Seth Curry cogía una buena racha de tiro. Sin embargo los Hawks estaban más ordenados en su juego y contaban con dos puntos de ventaja cuando arrancaba la segunda mitad. Un periodo donde Joel Embiid mostraba su versión más decidida, frente a un equipo visitante poco agresivo en su ataque. Pese a ello todo el ataque local se reducía a chispazos de calidad y Atlanta oponía su mejor versión de equipo para encontrar a Clint Capela bajo canasta. Nadie se disparaba en el marcador y llegaba el turno de los jugadores de banquillo. Dwight Howard salía nervioso y se ganaba una falta flagrante, Harris ya no tenía el acierto necesario para dar solidez a los suplentes de Philadelphia y Gallinari volvía en su versión más acertada. Pese a que Matisse Thybulle daba puntos inesperados a los locales, los Hawks llegaban a los doce minutos finales con cinco puntos de ventaja. Y, nuevamente, surgía la estrella local para empatar el partido en apenas noventa segundos. Nate McMillan tenía que pisar el freno del partido pero, contrariamente a lo esperado, el juego interior de los Sixers dominaba el partido porque enfrente se habían quedado sin anotación. A pesar de que Gallinari tardaría cinco minutos en romper la maldición visitante, Atlanta llegaba con vida a mitad de cuarto gracias pequeñas aportaciones de sus exteriores. Su base, por primera vez en el partido, encontraba anotación para complementar su buena dirección de juego y los Hawks tomaban seis puntos de ventaja para encarar la recta final del partido. El tiempo muerto local era obligado, la defensa mejoraba su intensidad y permitía a Philadelphia colocarse a un punto entrando en el minuto final. Sin embargo Thybulle demostraba su bisoñez haciendo una falta innecesaria a Huerter en un triple, Embiid tampoco estaba muy hábil y Gallinari aprovechaba para robarle el balón mientras botaba en busca de la canasta. La diferencia volvía a sus orígenes, el esfuerzo defensivo anterior no había servido para nada. Restaban cuarenta segundos pero, pese a que Young daba algún resquicio de ánimo al público local al errar un tiro libre, el triple errado por Embiid, lo cerraba para cabreo del Wells Fargo Center. Atlanta volvía a las finales de la conferencia Este. Invitado inesperado: Danilo Gallinari (Hawks)
Eliminatoria cerrada: Hawks ganan cuatro a tres
Fuente: jumberbrasil.lance.com.br
El Barclays Center volvía a rugir de cara al quinto partido de la eliminatoria. De igual manera regresaba James Harden al quinteto titular de Brooklyn, por el lesionado Kyrie Irving y, pese a que la primera canasta la ponía Kevin Durant, el dominio del marcador volvía a llevarlo el cuadro visitante. Gracias a su mejor versión de conjunto los Bucks, dejaban cinco minutos sin anotar a los neoyorquinos y tomaban una ventaja de diez puntos que obligaba a Steve Nash a parar el partido. Pese a ello los Nets estaban muy incómodos en ataque, aún tardarían otro minuto más en lograr su segunda canasta del cuarto, y en Nueva York se temían lo peor. Incluso mejorando en defensa y ataque, y con la mejor versión de Jeff Green, Milwaukee se presentaba en el segundo periodo con catorce puntos de ventaja. Un cuarto donde ambos equipos mostraban su mejor juego y eso, naturalmente, permitía un ligero recorte local. La desventaja se estabilizaba en torno a los diez puntos hasta que, a mitad de cuarto, Giannis Antetokounmpo tenía un chispazo de inspiración y levantaba la diferencia hasta los dieciséis puntos. Steve Nash levantaba la intensidad defensiva de su equipo, que robaba el balón con facilidad y encontraba anotación a la contra. Ahora era Mike Buldenhozer el que aclaraba las ideas ofensivas de los suyos e, inmediatamente, la diferencia volvía a crecer para quedarse donde estaba antes del tiempo muerto del técnico local. Así las cosas, el Barclays Center se temía lo peor de cara a la segunda mitad. Sin embargo Blake Griffin y Jeff Green no estaban dispuestos a rendirse, los triples no paraban de caer dentro del aro de los Bucks. Durant los encontraba de forma aparentemente sencilla y, pese a que los visitantes siempre solían encontrar una respuesta, la diferencia acababa por reducirse cuando el cansancio hacía mella en sus decisiones ofensivas. El público local se ponía en pie al ver una desventaja inferior de la decena de puntos, tras otro triple de Landry Shamet, y Buldenhozer llamaba a capítulo a sus jugadores. Durant aparecía de nuevo como anotador en el partido y, como Milwaukee ya no aprovechaba ni la debilidad defensiva de Harden, encajaba un parcial de diecisiete a cinco para dejar su ventaja en seis puntos de cara al último cuarto. Unos doce minutos con Durant en su mejor versión ofensiva, anotando y encontrando al compañero libre. En el ataque de Milwaukee había cada vez más bote y menos pases, las acciones individuales eran la norma y Durant no erraba un tiro para acabar poniendo a Brooklyn al mando del partido. Los Bucks no acertaban ni con los tiros más sencillos, se olvidaban de atacar la defensa de Harden y dejaban que Durant manejase el partido a su antojo. En Nueva york se celebraba un triple de Green como una victoria porque, dada la dificultad visitante para anotar, cuatro puntos de ventaja entrando en los tres minutos finales era un gran botín. los de Wisconsin recurrían a su jugador franquicia y lograban empatar el partido porque los locales ya no acertaban con los tiros abiertos. La estrella griega no forzaba con Harden delante y erraba, Harden sacaba dos tiros libres con una pillería y Antetokounmpo erraba un tiro libre. Los Nets entraban en el minuto final con un punto de ventaja y la posesión del balón. Durant metía un triple sin forzar con la posesión casi agotada, quedaban cincuenta segundos y Jrue Holiday encontraba a Brook López para una canasta fácil. Steve Nash frenaba el partido y le daba el balón a su estrella. Durant se veía incapaz de superar la defensa de PJ Tucker y erraba el triple. Buldenhozer no paraba el partido, Khris Middleton buscaba el aro y doblaba para la canasta fácil de Antetokounmpo pero, inesperadamente, la estrella visitante no lograba atrapar el pase. El balón se deslizaba entre sus manos y la posesión pasaba a los neoyorquinos. Durant no erraba los tiros libres y devolvía los cuatro puntos de ventaja a los suyos con quince segundos por jugar. En Wisconsin se preocupaban al ver como su jugador franquicia erraba un tiro libre con doce segundos por jugar y Durant no quería ser menos agotado por haber jugado todo el partido. Restaban once segundo y Middleton realizaba el último intento visitante con un triple. No entraba y Brooklyn se ponía por delante en la serie, tres a dos. Invitado inesperado: Jeff Green, Landry Shamet (Nets)
Las buenas sensaciones del quinto partido convencían a Steve Nash de poner en el quinteto titular a Jeff Green por delante de Bruce Brown y, sin embargo, la mayor experiencia del primero no servía para calmar los nervios de los Nets que, pese a ir por delante en la eliminatoria, se mostraban más acelerados en su juego en los primeros minutos. Entre los malos tiros, y los balones perdidos, daban a Giannis Antetokounmpo la oportunidad de poner a los suyos en ventaja al poder correr. En seis minutos, y gracias a la ayuda de Jrue Holiday y Btook López, Milwaukee cogía trece puntos de ventaja. Steve Nash dotaba de más calma al ataque visitante y, como la defensa también se activaba, la diferencia se reducía a la mitad en dos minutos tras un parcial de siete a cero y ahora le tocaba parar el partido a Mike Buldennhozer. Con la mejor aportación de sus estrellas, los de Wisconsin lograban mantener una cómoda renta para el segundo cuarto. Y, pese a todo, la aportación de sus referencias ofensivas era necesaria para aguantar el desafío de las estrellas visitantes. Los secundarios despertaban la mejor versión de conjunto en ambos equipos pero, como los Bucks tenían más recursos, la diferencia volvía a superar los dos dígitos. Los jugadores franquicia se tomaban su primer respiro en el partido y, en ausencia de Kevin Durant, James Harden tomaba los mandos de Brooklyn y, al juntarse con los mejores minutos de Blake Griffin, propiciaba un parcial de nueve a cer que colocaba el partido a cuatro puntos. Se acercaba el descanso, volvía Durant y los segundos espadas de los Nets ya no estaban tan acertados, Durant se precipitaban y Khris Middleton, con tres triples seguidos, llevaba la diferencia hasta los once puntos cuando se cerraba el segundo cuarto. Los neoyorquinos sabían que necesitaban poner algo más sobre la pista para cerrar la serie y aparecían en la segunda mitad con una versión más agresiva en defensa que les permitía robar el balón. Con eso, y con un mayor reparto de su juego ofensivo, el recorte era inmediato. Milwaukee respondía compactando su defensa y, nuevamente a la contra, volvían a llevar la diferencia a los dos dígitos. Durant se dejaba el alma sobre la pista, hacía de todo para mantener a los locales cerca y, con el paso de los minutos, conseguía dejar la desventaja en cuatro puntos. Tanto esfuerzo resultaría baldío, en los noventa segundos finales el ataque visitante se quedaba seco y, con el rebote ofensivo y Middleton acertando de nuevo, los Bucks llegaban al cuarto final con once puntos de ventaja. Los doce minutos finales eran la última opción visitante para evitar el séptimo partido y era lógico que su jugador franquicia saliese algo precipitado; los de Buldenhozer lo aprovechaban para aumentar la ventaja pero, inmediatamente, se relajaban ligeramente. Brooklyn no se rendía, sus estrellas estaban más tranquilas y, con una mejoría en defensa, volvían a colocar el partido a cinco puntos. Los nervios comenzaban a actuar; Steve Nash hacía una reclamación en una falta clara, el acierto visitante comenzaba a caer y la defensa de PJ Tucker permitía a las estrellas locales finiquitar los contraataques fácilmente. El parcial, de catorce a cero, parecía cerrar el partido y, pese a que Durant lo rompía buscando el aro con agresividad, un triple con adicional de Middleton confirmaba la victoria local. Con cinco minutos por jugar, y la diferencia superando las dos decenas de puntos, Steve Nash decidía encarar el séptimo partido en el Barclays Center. Invitado inesperado: Pat Connaughton (Bucks)
La derrota en Milwaukee propiciaba un cambio en el quinteto titular de Brooklyn, ahora era Bruce Brown el que sentaba a Jeff Green. No sorprendía ver, pues, una buena versión defensiva local. El tiro exterior de los Bucks competía ante el acierto de las estrellas locales y, cuando los triples no entraban, los de Wisconsin encontraban cierto alivio en el rebote ofensivo. Giannis Antetokounmpo se sentaba en el banquillo apenas un minuto y salía dsipuesto a romper el partido, pero James Harden contestaba mostrando su versión más inteligente para ir a la línea de tiros libres. Bruce Brown tenía su primera aparición destacada en el partido al ganarse una técnica por seguir activo tras pitarle una falta personal y Kevin Durant lograba poner a los Nets con una mínima ventaja de cara al segundo cuarto. Eso revitalizaba el ataque local que, a base de triples, conseguía abrir la brecha hasta casi los diez puntos. La respuesta de Milwaukee llegaba poniendo orden en su ataque, así conquistaba el rebote ofensivo y, junto con un mejor trabajo en las ayudas defensivas, propiciaba que la distancia a donde estaba al inicio del cuarto. El tiempo muerto de Steve Nash no ocultaba la dependencia de Brooklyn del acierto de Durant y, sólo cuando conseguían contactar con Brown, el equipo comenzaba a sacar rendimiento de los errores desde los tiros libres de la estrella visitante para llevar la diferencia hasta los dos dígitos. Pese a los intentos de Brook López, y al posterior de Antetokounmpo, la ventaja local era de seis puntos al descanso. El cuarto de hora para la reflexión le sentaba bien a los visitantes que, gracias a su jugador franquicia y a su mejor versión de equipo, los Bucks se ponían por delante en el marcador. Pese al intento de Steve Nash por frenar la reacción, el parcial era de doce a dos. Tenían que volver a mostrar su mejor cara ofensiva las estrellas de los Nets para mantener a su adversario cerca en el marcador. Eran los mejores minutos del partido , porque ambos equipos daban su máximo nivel y los parciales eran de ida y vuelta. PJ Tucker tenía que sentarse con problemas de faltas personales y Brooklyn buscaba romper el partido pero, como su ataque perdía agresividad y se empeñaba en tirar de tres, Milwaukee llegaba a los doce minutos finales con una cortísima renta. Una ventaja que, en pocos minutos, cambiaba de bando porque los Nets encontraban el acierto de jugadores secundarios. Al otro lado todo estaba en manos de la mejor versión de Khris Middleton, Antetokounmpo ya estaba exhausto pero, inexplicablemente, los Nets se precipitaban y no sacaban más rendimiento a la situación. Aparecía Jrue Holiday en el partido, por primera vez mostraba acierto en el tiro y, con un buen reparto del juego ofensivo y la ayuda de la buena defensa de PJ Tucker, ponía a los suyos con cuatro puntos de ventaja en el minuto final. Durant necesitaba dos intentos para reducir la desventaja a dos puntos, Middleton agotaba casi toda la posesión y tiraba forzado, pero Holiday rescataba la posesión y, nuevamente, los Bucks gastaban el tiempo sin tirar. En esta ocasión no había rebote ofensivo y Nash llamaba a sus jugadores para organizar los seis segundos finales. La jugada era un sencillo uno contra uno de Durant ante PJ Tucker que la estrella local solventaba pisando, por centímetros, la línea de tres. Pese a que Antetokounmpo tenía un segundo para resolver el partido, su tiro a la media vuelta tras el tiempo muerto de Mike Buldenhozer se iba lejos del aro. Había un tiempo extra que el Barclays Center celebraba como una victoria y el calor de la afición local se dejaba notar cuando Bruce Brown anotaba, tras rebote ofensivo, la primera posesión de la prórroga. El partido se convertía en una lluvia de errores, Milwaukee fallaba tiros abiertos y los locales, además de forzar sus lanzamientos, comenzaban a perder el balón. A dos minutos para cerrarse el partido el parcial era de dos a cero para Brooklyn, porque los visitantes no notaban la eliminación por su sexta falta personal de PJ Tucker. Giannis Antetokounmpo chocaba contra la defensa hasta empatar el partido, tras realizar la primera canasta de su equipo en todo el tiempo añadido. Los Nets aceleraban su ataque innecesariamente y Middleton, jugando con cabeza, ponía a los Bucks por delante en el marcador. Quedaban cuarenta segundos, el público saltaba al borde del Fiserv Forum y Nash necesitaba dar unas instrucciones a sus jugadores. Durant no acertaba, Middleton tampoco y Brooklyn tenía trece segundos para solventar el problema. El técnico local no gastaba el tiempo muerto disponible, Durant se jugaba un triple a la media vuelta con Holiday a sus pies y no entraba. Los Nets no habían anotado en más de cuatro minutos y medio y los Bucks volvían a una final de conferencia. Invitado inesperado: Pat Connaughton (Bucks)
Eliminatoria cerrada: Bucks ganan cuatro a tres
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