La temporada 2020-21 ha deparado el cambio de ciclo en el baloncesto español que se esperaba desde que arrancó el curso. El ambicioso proyecto del Barça, repleto de grandes nombres y fichajes rutilantes en las dos últimas temporadas, ha cristalizado definitivamente en el primer año de Jasikevicius en el banquillo azulgrana y consagró el relevo en la hegemonía que ostentaba el Real Madrid en la era Laso. Superioridad indiscutible, reflejada de forma fidedigna en las finales de Liga ACB y Copa del Rey, que aventuran un dominio largo ante la continuidad de todas sus figuras y las noticias de futuros refuerzos que aumentarían más si cabe el potencial de una plantilla muy poderosa. El relevo en el trono es un hecho y parece que el Barça no tendrá mucha competencia en el baloncesto nacional a corto plazo, salvo que se produzca algún golpe de efecto en el eterno rival inesperado o aparezca alguna alternativa que nadie contempla. Es la principal conclusión que se encuentra en el resumen de la temporada, pero encontraremos más detalles en el análisis de cada uno de los equipos que realizaré a continuación:

Fuente: 20minutos.es

Barça: El doblete de Liga y Copa, un logro que no conseguía el equipo azulgrana desde hace diez años, supone el definitivo cambio de poder  en el baloncesto español. El relevo iniciado con la llegada de Mirotic al club se ha completado en el comienzo de la etapa de Jasikevicius en el banquillo, el entrenador deseado y que ha logrado que una plantilla llena de talento se comprometa con un elevado despliegue físico y una defensa agresiva al servicio de la inagotable calidad que posee. Sólo le faltó la ansiada corona europea, que se escapó en los últimos minutos en pleno éxtasis de la pareja diabólica de bases de Efes Pilsen. La Euroliga será el gran objetivo en el futuro cercano, por algo es el principal motivo que llevó a la creación de un proyecto tan ambicioso. La superioridad en España parece asegurada con la continuidad de todas las figuras y la llegada de nuevos refuerzos (Sanli y las posibles fichajes de Jokubaitis y Hezonja) que aumenten aún más el potencial de la plantilla y la diferencia con todos los principales rivales. Nuevos tiempos que aseguran la hegemonía del Barça.

Real Madrid: El equipo blanco ha afrontado su temporada más difícil en las diez campañas que lleva Laso en el banquillo. Escasos refuerzos, la marcha de Campazzo y Deck a la NBA a mitad de temporada, numerosas lesiones, envejecimiento de una plantilla desequilibrada que acumuló una excesiva carga de minutos. Multitud de contratiempos y errores de planificación que han llenado de dificultades el camino del equipo blanco. No se le puede negar el orgullo y el carácter competitivo, pero la sensación de inferioridad con el Barça en las finales fue indiscutible y tuvo como resultado el primer año en blanco de la era Laso. Sí, ganó la Supercopa, pero este título nunca entra en los cálculos al final de curso. Renovada la confianza en el técnico vitoriano dos años más, el Madrid afronta una renovación que ha retrasado demasiado tiempo, aunque los nombres que se barajan motivan poco y parecen insuficientes para frenar el auge imparable del Barça la próxima temporada. La transición se presenta larga en el equipo blanco.

Fuente: madridistareal.com

CB Canarias: El gran rendimiento de la pasada temporada se repitió en esta, ya con un final de competición habitual que reflejó fielmente el buen trabajo del equipo aurinegro. La veloz circulación de balón y el acierto en la línea de tres fueron dos puntales en el juego de un equipo experto, compensado y sustentado por la fructífera sociedad que forman Marcelinho Huertas y Shermadini. Las primeras semifinales en la historia del club en Liga ACB suponen un hito para el conjunto de Txus Vidorreta, que tuvo una justa recompensa a lo ofrecido en la Liga Regular. La pequeña decepción en la FIBA Champions League, una competición que siempre ilusiona en La Laguna y donde cayó en cuartos de final, no empaña un resultado que consolida a CB Canarias en el segundo escalón del baloncesto español.

Valencia Basket: Cierto aroma a decepción en Valencia en una temporada que arrancaba ilusionante, con una plantilla que se apuntó como la más potente en la historia del equipo taronja, y que no cumplió con las expectativas. A la hora de la verdad, no rindió como se esperaba en los partidos importantes. Algunas derrotas imperdonables le dejaron fuera de los ocho primeros en la Euroliga y en las competiciones nacionales no fue capaz de superar al Real Madrid, con una mala imagen en cuartos de Copa y sin capacidad para aprovechar las bajas y el cansancio del equipo blanco en las semifinales de Liga ACB. Los dedos acusadores señalaron a Jaume Ponsarnau, que será sustituido la próxima campaña por Joan Peñarroya. Un nuevo rumbo en busca del regreso a la Euroliga y la consolidación de alternativa seria a los grandes futboleros.

Baskonia: El sorprendente campeón de Liga ACB la temporada pasada no estuvo libre de dificultades en la defensa del título. Ivanovic tuvo que exprimir una plantilla algo corta para la alta exigencia de una temporada larga y repleta de encuentros como peaje obligado que cobra la participación en la Euroliga. Demasiada dependencia de los bases en un equipo que alternó arrolladoras rachas de acierto con bajones prolongados y que siempre acusó la diferencia entre titulares y hombres de banquillo. La marcha de Vildoza a los Knicks en la recta final de la Liga Regular desestabilizó definitivamente al equipo vitoriano, que no tuvo margen de reacción para sobreponerse a una baja semejante. Un duro golpe como colofón a una temporada discreta. En los despachos, la preocupación se reparte entre el interés en algún jugador importante que suponga un salto de calidad (Punter) como en el intento por retener a piezas clave de la plantilla (Henry, Polonara). De los éxitos de Querejeta dependerá la ambición el equipo vitoriano el próximo curso.

Fuente: playoffmagazine.com

Burgos: Esta temporada supuso la consolidación definitiva de un proyecto muy serio que crece año tras año de forma constante. La confección de una plantilla con experiencia y talento contrastado suponía un salto de calidad y una mayor nivel de exigencia que trajo los primeros grandes éxitos del club. La primera participación en los playoffs y la Copa ya suponía un logro para Burgos, pero quedó en un segundo plano ante los éxitos internacionales que logró el equipo burgalés. Los dos títulos de la FIBA Champions League y la Copa Intercontinental conquistada suponen todo un hito para un equipo que es ejemplo de buena gestión y planificación sensata. Una pena que su incondicional afición no pudiera disfrutar en las gradas de la etapa triunfal del club, que deberá afrontar el relevo en el banquillo de Joan Peñarroya.

Joventut: Los ambiciosos fichajes que abordó el equipo verdinegro durante el pasado verano han cumplido con los objetivos mínimos que se marcaron al comienzo de temporada. La clasificación con solvencia para la Copa y los playoffs supone el paso adelante esperado, aunque se echó de menos algo más de regularidad y de nivel competitivo contra los grandes pese a excepciones como en el segundo partido de cuartos de final contra el Barça. Por otro lado, la consolidación de jóvenes como Dimitrijevic, López-Aróstegui y Joel Parra demuestra la buena salud de la cantera de la Penya. Sin embargo, los dos primeros abandonarán el club este verano y a Joventut le tocará recomponer de nuevo el equipo con más jóvenes promesas de su inagotable vivero y acertar con los fichajes. Al menos, tiene respaldo y margen para hacerlo una vez estabilizada la grave situación económica.

Gran Canaria: Parece increíble la transformación sufrida tal como empezó la temporada, plagada de derrotas abultadas en las que ofreció una imagen lamentable. La misteriosa decisión de apartar del equipo a Beirán de forma temporal añadió otro frente a Porfi Fisac, que resistió en el cargo y acabó encontrando una salida a un inicio aciago cuando llegaron los refuerzos necesarios. Los fichajes a mitad de temporada de AJ Slaughter, Kilpatrick y Stevic cambiaron la dinámica y Gran Canaria firmó una reacción espectacular en las últimas jornadas de la Liga Regular que le permitió acceder a los playoffs por sorpresa. Del sufrimiento que se esperaba para salvar la categoría al regreso entre los ocho primeros tres años después. Dulce final para un equipo que vuelve al lugar que ocupó por costumbre durante muchas temporadas.

Fuente: diariosur.es

Andorra: Temporada muy digna para todos los problemas que se le han presentado al equipo andorrano. Apenas ha podido contar con Diagne, su referente en el juego interior, que no ha superado los problemas físicos que arrastraba desde la temporada pasada y le obligaron a pasar por el quirófano. Las lesiones y el azote del coronavirus han perseguido al conjunto de Ibon Navarro toda la campaña y le obligaron a buscar refuerzos temporales y aplazar partidos que convirtieron el final de Liga Regular en una exigente maratón. Pese a todo, ofreció un buen rendimiento bajo la batuta de Hannah, alma y cerebro de este equipo, y peleó hasta el último momento por un puesto en los playoffs. Puede estar satisfecho con el resultado final vistas las dificultades que tuvo que afrontar.

Manresa: Otro año más, no solo se ha salvado sin apuros, sino que su rendimiento le permitió pensar en cotas mayores. El gran trabajo de Pedro Martínez y el buen resultad que dieron los esfuerzos convirtieron a Manresa en uno de los equipos que practicó un juego más veloz y atractivo durante la temporada. En todo momento rondó los puestos de playoffs, pero las lesiones de los bases en los dos últimos meses de competición supusieron un importante lastre que pesó demasiado en la pelea por acabar entre los ocho primeros. Pese a todo, actuación muy meritoria para el equipo manresano, que tendrá que afrontar la delicada tarea de recomponer la plantilla como ocurre cada verano. No será sencillo encontrar sustituto a un jugador como Eatheron, una de las sorpresas de esta campaña.

Unicaja: Nuevo fracaso sin paliativos del equipo malagueño, incapaz de encontrar el rumbo perdido ni el lugar que ocupó entre los grandes del baloncesto español. El proyecto pensado en una potente base de jugadores nacionales empezó a hacer aguas con las lesiones de los principales líderes del equipo. La debilidad en el juego interior y la falta de regularidad de jugadores importantes en los sistemas ofensivos de Unicaja (Bouteille, Deon Thompson, Waczynski) se unieron a los problemas físicos para llenar de altibajos una trayectoria que no se alteró con el cambio en el banquillo de Luis Casimiro por Katsikaris en febrero. La única nota ilusionante estuvo en la explosión definitiva de Brizuela, que no fue suficiente para clasificar al conjunto malagueño para los playoffs. Pese a la mala temporada, Katsikaris continuará la próxima campaña como entrenador de un equipo para el que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Fuente: diariosur.es

UCAM Murcia: El equipo que representa el culto al individualismo en el baloncesto nacional en los últimos años ha disfrutado de una temporada tranquila, lo que no es poco para un plantel que se maneja entre el desorden y el excesivo protagonismo en el tiro de algunos jugadores. Al menos, Sito Alonso consiguió que el conjunto murciano tuviera un cierto rigor ofensivo y no cayera en la anarquía con demasiada frecuencia. Le ayudó a este propósito una pareja de pívots, Cate y Radovic, que dio buen resultado dentro de la zona, y el fichaje de Bellas una vez iniciada la temporada, que aportó una dirección sensata para evitar que el juego de UCAM Murcia cayera en un absoluto desmadre. Rendimiento aceptable, aunque da la sensación que se ha acostumbrado a terminar en terreno de nadie.

Basket Zaragoza: Una demostración de lo que puede cambiar un equipo con un entrenador u otro. La marcha de Porfi Fisac, con quien Basket Zaragoza desarrolló un juego atrevido y espectacular la pasada temporada, dejó una difícil sucesión que se reflejó en los resultados. Ni Diego Ocampo, que volvió a fracasar en un banquillo en ACB, ni Sergio Hernández, que abandonaría el club por motivos personales, hicieron olvidar al técnico segoviano. Finalmente, fue Luis Casimiro, una vez cesado en Unicaja, quien enderezó el rumbo del equipo maño, que coqueteó durante demasiado tiempo con los puestos peligrosos en la clasificación. El buen rendimiento de un par de fichajes de última hora y el gran final de temporada de Brussino, pieza clave el año pasado y que jugará en Gran Canaria la próxima campaña, evitaron sufrimientos a un Basket Zaragoza que ha dado dos pasos atrás en su evolución.

Obradoiro: Fue una de las sorpresas del tramo inicial de temporada, en el que ocupó la parte alta de la clasificación gracias al gran rendimiento de Birutis en el juego interior y el acierto de jugadores como Kassius Robertson y Beliauskas en el tiro de tres. Sin embargo, los problemas físicos del pívot lituano dieron comienzo a una seria crisis de resultados que cambió los planes de Obradoiro. De posible equipo revelación pasó a uno de los sufridores en la dura pelea por la permanencia. La gran evolución de Enoch, un pívot polivalente que ha sorprendido a los aficionados, y la mano de Robertson acabaron con la agonía y firmaron la presencia del equipo compostelano en Liga ACB un año más. Lo seguirá disfrutando Moncho Fernández, que continuará dos años más en el banquillo del Obra. Como siempre, seguro que encontrará un equipo casi nuevo este verano.

Fuente: fullbasket.es

Fuenlabrada: Otra temporada de sufrimiento que exigió numerosos cambios una vez iniciada, tanto en la plantilla como en el banquillo. El mal comienzo le costó el puesto a Paco García, sustituido por Javi Juárez. Las cuatro victorias en los cuatro primeros partidos con el nuevo entrenador levantaron unas expectativas que se diluyeron cuando el individualismo de algunos jugadores y la falta de solidez devolvieron al Fuenla a la parte baja de la tabla. Tuvo que ser Josep María Raventós, el tercer entrenador de la campaña, quien sacara el mejor rendimiento de los fichajes y funcionara como el revulsivo que llevó a Fuenlabrada hacia la permanencia. Un buen trabajo en el último mes y medio de Liga Regular que le valió para continuar en el cargo la próxima temporada.

Betis: En su cuarta temporada en la Liga ACB, es la primera vez que ha conseguido la permanencia por sus propios medios, sin intervención de los despachos ni indulto general en materia de descensos por parte de los responsables de la competición, como el año pasado. El buen rendimiento de la pareja interior formada por Ndoye y Kay contrastó con la intermitencia y falta de rigor táctico de los exteriores. La llegada de Joan Plaza a mitad de temporada aportó una disciplina defensiva que resultó decisiva en los enfrentamientos con rivales directos por la salvación. Pese a acumular serios rapapolvos en los partidos contra los grandes, rozando el bochorno en ocasiones, sí estuvo a la altura contra los equipos de abajo. Suficiente para asegurar su estancia en la Liga ACB con todas las de la ley.

Bilbao Basket: El disfrute de la temporada de regreso a la élite, en la que se convirtió en una de las sensaciones de la Liga ACB, se transformó en pavor esta campaña. Entre que los fichajes no hicieron olvidar a Bouteille y Lammers, el rendimiento de jugadores importantes (Jaylon Brown, Kulboka) ni se acercó al del año pasado y las lesiones prolongadas de Rousselle y Balvin en ciertos momentos del curso afectaron al rendimiento del equipo y le situaron al fondo de la clasificación durante casi toda la temporada. Una pelea angustiosa que acabó en final feliz en la última jornada con un triunfo en casa contra Joventut. La remontada en el maratón de partidos con el que acabó la Liga Regular significó un respiro para Mumbrú, que conoció el otro lado del banquillo tras un su exitoso debut como entrenador en la ACB. Miribilla seguirá disfrutando del baloncesto de máximo nivel cuando regresen los aficionados a su grada.

Fuente: telemadrid.es

Estudiantes: La crónica de una muerte anunciada. Tantos años de fichajes de jugadores extranjeros sin nivel, de entrenadores sin capacidad mínima para un banquillo de la ACB, de olvido deliberado de la cantera. Tanto tiempo jugando con fuego que se acabó quemando. Estudiantes cae a LEB Oro y parece que esta vez sí es de manera definitiva, sin ninguna maniobra en los despachos ni milagro que evite la caída en desgracia del equipo colegial. Un descenso plasmado en un desplome general a final de temporada que le llevó a perder los nueve últimos partidos. Las lesiones de varios jugadores y el inevitable coronavirus no faltaron a la cita para derribar a un equipo mal diseñado y que no soportó la presión cuando se acercó a la zona de descenso. Espera un futuro muy incierto en el Ramiro, asediado el Estu por una mala situación económica que le obliga a regresar a los orígenes en su descenso de categoría. Solo así podrá regresar a la Liga ACB, pues el camino en LEB Oro no está cubierto de rosas precisamente. Son muchos equipos los que lo pueden atestiguar.

GBC: Pelear por la permanencia con un equipo diseñado en dos semanas y con un entrenador sin experiencia en la Liga ACB suponía un duro reto para el equipo donostiarra en el retorno a la máxima categoría. Pese a la confianza depositada en Nicola durante toda la temporada y que el club se movió para buscar refuerzos a mitad de campaña, la lesión de Jaime Echenique y las carencias de una plantilla llena de retales fueron obstáculos imposibles de sortear. El buen rendimiento de Okouo y Radoncic en el juego interior fue un argumento insuficiente para evitar una zona de descenso que ocupó prácticamente toda la temporada. Deberá afrontar, una vez más, la ingrata labor de reconstruir el equipo con mimbres curtidos en LEB Oro con los que pelear por un retorno próximo a la élite del baloncesto español. Un destino al que está muy acostumbrado en los últimos años.