Fuente: watchstadium.com
En Atlanta había expectación por ver como encaraba su equipo la posibilidad de poder acercarse, de nuevo tras unos pocos años, a unas semifinales de conferencia. Pese a ello la exigencia era máxima y los Sixers lo dejaban claro desde el inicio. Los locales tenía problemas para anotar, sólo Bogdan Bogdanovic acertaba y Trae Young se desperezaba con calma; era lógico que Philadelphia, aprovechando su mejor físico y pese a que Danny Green se tuviese que ir a los vestuarios cojeando, acabase tomando la iniciativa en el marcador. Naturalmente llegaba el reposo de los jugadores importantes equipos con una corta ventaja para los de Pennsylvania, los Hawks encontraban la solución a sus problemas de anotación con Danilo Gallinari, pero era insuficiente porque Furkan Korkmaz sumaba de tres en tres. El State Farm Arena tenía poco que celebrar tras los doce minutos disputados, su equipo estaba ocho puntos por debajo en el marcador y el segundo cuarto se presentaba fundamental para las aspiraciones de Atlanta. Sin embargo salían más entonados los visitantes, básicamente porque la defensa de la franquicia georgiana se mostraba débil en las ayudas y su ataque se reducía a tirar de tres. De este modo Dwight Howard se hacía el dueño de las zonas y, con un poco de acierto de Shake Milton, llevaba la diferencia por encima de los diez puntos. Reaccionaba Nate McMillan poniendo subiendo la intensidad de su defensa, con un dos contra uno constante a Joel Embiid y dejando el ataque en manos de su base. Las combinaciones con John Collins hacían daño a la defensa visitante y la respuesta de los Sixers venía dada por su juego interior. Con una corta desventaja de cinco puntos se llegaba al descanso y la afición local respiraba aliviada mientras los jugadores salían de la cancha. Apenas duraría un cuarto de hora el respiro, el ataque de Philadelphia se mostraba inteligente para sacar partido de su superioridad bajo canasta y la defensa sacaba las manos para atacar el bote de balón en el ataque de los Hawks. La diferencia superaba la docena de puntos en cuatro minutos y la única buena noticia para los locales, y lo que más se comentaba en la grada durante el tiempo muerto de McMillan, era como Embiid se había agarrado la rodilla tras recoger un rebote. Daba igual, el State Farm Arena veía como la defensa era superada por un Ben Simmons acertado en todas sus decisiones y el ataque seguía espeso. Hasta el balance defensivo hacía aguas y era necesario otro parón en el partido porque la diferencia se acercaba a los veinte puntos tras cinco minutos sin fallo en el tiro del cuadro visitante. El parcial, en cuatro minutos, había sido de quince a dos y los Sixers no se frenaban. Gracias a la superioridad física de su base creaban el juego y el balón no necesitaba tocar las manos de Embiid tan frecuentemente. Tal vez por ello el juego visitante se relajaba y, como Atlanta no se rendía, su técnico tenía que parar el partido. Philadelphia subía el tono defensivo con los suplentes en pista, su máxima estrella imponía su presencia en las zonas y la diferencia, cuando se cerraba el tercer periodo, era de veinte puntos. Naturalmente la estrella visitante tenía que descansar y el juego interior local no desaprovechaba la oportunidad de anotar. Sin embargo, los Sixers encontraban soluciones en su ataque bajo la dirección de George Hill y la diferencia se mantenía cuando Rivers decidía reintegrar a su estrella al juego faltando siete minutos. Desafortunda decisión porque, tras apenas un minutos sobre la pista, el pivot se pegaba un costalazo contra el suelo tras caer mal buscando el tapón. Un minuto más tarde, con la diferencia ya en trece puntos gracias a la actividad defensiva local, llegaba la polémica del partido. Embiid buscaba el aro ante Collins y caía de maduro. El árbitro decretaba falta y las protestas le costaban una técnica a Trae Young. El árbitro no quería ver la jugada en el marcador, pero McMillan le obligaba para no conseguir nada. Pese los intentos locales el partido estaba decidido, los Sixers se ponían dos a uno en la serie. Invitado inesperado: Shake Milton, Furkam Korkmaz, Dwight Howard (Sixers)
El cuarto partido traía novedades en los quintetos iniciales de ambos equipos; mientras que Glen Rivers optaba por Furkan Korkmaz para sustituir a Danny Green, Nate McMillan decidía abrir el juego ofensivo de su equipo prefiriendo a Kevin Huerter sobre Solomon Hill. Así las cosas, el partido comenzaba con un alto ritmo del que renegaba el técnico de Philadelphia tras apenas dos minutos de juego. El State Farm Arena celebraba la soltura ofensiva de los suyos, donde Bogdan Bogdanovic brillaba especialmente (incluso en la defensa) y tomaban la delantera en el marcador porque, por una vez, la pareja interior visitante no anotaba con facilidad bajo canasta. Sin embargo, con el paso de los minutos, el ataque de los Hawks perdía claridad; ni había acierto exterior, ni recursos bajo los aros para seguir el ritmo de anotación de unos Sixers cada vez más equilibrados en su juego ofensivo al comenzar a ver aro Tobías Harris. Gracias a Seth Curry, y sus dos triples, se completaba una parcial de dieciséis a dos que permitía a los de Pennsylvania cerrar el primer cuarto con ocho puntos de ventaja. Una desventaja que aceleraba el juego de los suplentes de Atlanta al retomarse el partido y, al juntarse con un amago de lesión de Bogdanovic, el técnico local frenaba el partido. Su decisión principal era poner al equipo en las manos de su base titular y el efecto era inmediato; el marcador se apretaba y Rivers respondía poniendo sobre la pista a sus titulares. Joel Embiid y Harris se volvían imparables para la defensa local, Young commenzaba a dar síntomas de no poder seguir el acierto visitante y se ganaba una técnica. Philadelphia se marchaba en el marcador con un parcial de diecisiete a tres y McMillan necesitaba hablar con sus jugadores. La mejora ofensiva era inmediata pero, pese a ello, los Hawks llegaban al descanso perdiendo por trece puntos. Sin embargo el intercambio de campo cambiaba el escenario del partido, Embiid forzaba demasiado los tiros, no estaba cómodo en el partido y hacía que la dependencia del acierto exterior de su equipo aumentase. Algo que Atlanta aprovechaba, con un juego más repartido, para reducir ligeramente la desventaja. La diferencia se manejaba en torno a los diez puntos hasta que, una falta flagrante de Ben Simmons intentando evitar un mate a la contra de John Collins, despertaba la versión local más agresiva en ataque. Philadelphia veía como su estrella seguía sin acertar y se retiraba al banquillo quejoso de su rodilla. El State Farm Arena celebraba el final del tercer cuarto porque, para sorpresa general, su equipo estaba pegado en el marcador y Bogdanovic no tardaba, ni veinte segundos del último cuarto, en levantar al público de sus asientos al poner al equipo georgiano al mando del partido. Los Sixers ponían su versión más física en el partido y Dwight Howard lo disfrutaba, tanto que soltaba un codazo a un Collins siempre combativo al rebote y, pese a ello, esquivaba la señalización de otra falta flagrante. Entre Lou Williams, y el rebote ofensivo, los Hawks aguantaban la mejor versión de Shake Milton. El partido se aceleraba, los contactos eran frecuentes y los ataques se resentían. Rivers se desesperaba viendo los balones perdidos por su equipo y Trae Young ponía a su equipo por delante con su buena dirección de partido al no desperdiciar las segundas opciones concedidas por Philadelphia. Embiid seguía con su recital de errores y Ben Simmons rompía, con un tiro libre, cinco minutos de sequía anotadora en los visitantes. Viendo sus problemas para anotar, la estrella de los Sixers optaba por repartir el juego y Korkmaz anotaba un triple, la primera canasta en juego de su equipo en seis minutos, para poner a los suyos con cuatro puntos de ventaja. Restaban poco más de dos minutos y Collins daba aire a su equipo con un triple, tras su propio rebote ofensivo, dejando el partido a un punto. Naturalmente Embiid seguía errando tiros que no venían a cuento, dada la mala racha, y el jugador franquicia de Atlanta no desaprovechaba la oportunidad de poner con tres puntos de ventaja a su equipo. El técnico visitante necesitaba aclarar las ideas de su equipo con cincuenta segundos por jugarse. Una falta personal, bien sacada por Embiid, permitía al pivot de Philadelphia romper la mala racha y dejar una diferencia mínima en el marcador. El ataque de los Hawks movía el balón buscando un buen tiro pero Collins, ingenuamente, demostraba no estar preparado para ello. El balón perdido daba aire al cuadro visitante y su técnico gastaba su último tiempo muerto con dieciséis segundos por delante. El bloqueo y continuación no era finalizado bien por la estrella de los Sixers y el rebote ofensivo tampoco entraba. Young daba tres puntos de ventaja a su equipo con los tiros libres de rigor y Philadelphia tenía seis segundos para empatar el partido con un triple. Rivers buscaba una jugada para que recibiesen sus tiradores tras un bloqueo, pero Curry no acertaba y la serie volvía a Pennsylvania con empate a dos. Invitado inesperado: Lou Williams (Hawks)
Fuente: fanstreamsports.com
El Fiserv Forum hervía pese a que las malas sensaciones de su equipo durante los dos primeros partidos y Milwaukee respondía mostrando la versión más agresiva de su juego, con Giannis Antetokounmpo finalizando bajo canasta y Khris Middleton acertando. Mientras, los Nets, estaban tímidos y parecían pensar que el partido caería de su lado por inercia, así la diferencia rozaba la decena de puntos. Pese al tiempo muerto de Steve Nash las acciones individuales aparecían en el cuadro visitante y la diferencia seguía creciendo porque las estrellas locales seguían siendo imparables. Al finalizar el primer cuarto los neoyorquinos tenían un partido complicado por delante porque, tras pasarse cuatro minutos sin anotar, la diferencia casi se había doblado. Con el paso por los banquillos Brooklyn despertaba, sacaba su cara más reconocible, apretando en defensa y mostrando su calidad de tiro. Así encadenaban un parcial de siete a cero y, como los Bucks no tenían acierto, y su defensa no sabía frenar un sencillo bloqueo y continuación con Bruce Brown de apoyo, se daba un parcial de quince a dos en cuatro minutos. La incredulidad se extendía por el pabellón cuando a su estrella le sancionaban por pensar demasiado para lanzar un tiro libre. La ventaja local se iba quedando en nada conforme su estrella veía menos huecos para llegar bajo canasta y Mike Buldenhozer optaba por darle un descanso. Bobby Portis aparecía en el mejor momento para su equipo. Con su aportación, y la de Middleton, Milwaukee cerraba la primera parte con una mínima ventaja en el luminoso. Y el tercer cuarto lo que traía era un dolor de cabeza para ambos equipos, las estrellas fallaban demasiado. El nivel era tan bajo que, pese a tener más recursos, los Nets no lograban ponerse por delante en el marcador. Hasta Kevin Durant y PJ Tucker se enzarzaban para dar algo de entretenimiento a los espectadores. Dadas las circunstancias era normal ver que los Bucks llegaban al cuarto final con una mínima ventaja y, naturalmente, salían reforzados para encarar el cuarto final. Giannis Antetokounmpo aprovechaba la soledad de Kyrie Irving para abrir un pequeño hueco y tenía que volver Durant para mantener el partido en el aire. Los contactos aumentaban y los espacios para tirar eran reducidos. Con Middleton acertando se llegaba a los dos minutos finales con empate en el marcador. Durant acertaba con un triple, Middleton respondía con una bandeja rápida y Joe Harris fallaba el tiro abierto. El escolta local seguía siendo el faro de su equipo, pero forzaba demasiado y Brooklyn buscaba su jugada más efectiva del partido, pero Brown no tenía la muñeca suelta y Jrue Holiday aprovechaba la situación para atacar en transición y poner a Milwaukee con un punto de ventaja con once segundos por delante. Los Nets daban un mal pase a la salida del tiempo muerto, el balón acababa en las manos de Bruce Brown que chocaba contra la defensa y acababa fallando. Khir Middleton metía los dos tiros libres de rigor y Durant tenía que tirar un triple forzado para empatar el partido. No entraba y los Bucks conseguían su primera victoria en la eliminatoria. Invitado inesperado: Bobby Portis (Bucks)
Se esperaba la reacción de Brooklyn para el cuarto partido y no sorprendía ver la mejor versión de sus estrellas recién iniciado el partido. El parcial, de nueve a dos, obligaba a Mike Buldenhozer a dejar las cosas claras con una pequeña charla. La reacción era inmediata; la defensa local subía en intensidad y Giannis Antetokounmpo mostraba su mejor cara ofensiva, anotando y repartiendo juego. Se devolvía un parcial de siete a cero y el partido se estabilizaba en la igualdad, con mabos equipos acertando en los tiros abiertos. Así las cosas, los Nets se presentaban al segundo acto con una escasa renta y buenas sensaciones para competir el partido. Y nuevamente llegaba el tirón visitante en el marcador nada más salir de los banquillos, la diferencia superaba los dos dígitos desde la defensa y el tiempo muerto del técnico local no tardaba en aparecer. Los contactos aumentaban, PJ Tucker se convertía en protagonista del partido al meter los tiros abiertos y ser un sello siempre a la espalda de Kevin Durant. Las acciones individuales comenzaban a aparecer en los Nets ySteve Nash pretendía parar el partido porque la estrella local disfrutaba corriendo. Daba igual, Durant se veía superado por la agresividad de las manos de la defensa local. El parcial era de diecinueve a dos porque Jrue Holiday se sumaba a la fiesta con su mejor dirección de juego y, para complicar más las cosas a los visitantes, Kyrie Irving se dejaba el tobillo tras apoyar mal en un salto. Su equipo perdía el rumbo y, pese a que Nash conseguía dar orden al juego ofensivo de su equipo, Milwaukee se plantaba en la segunda mitad con cinco puntos de ventaja porque Khris Middleton comenzaba a activarse. Y el paso por los vestuarios no paraba las ganas locales, todo eran contactos y la única estrella que quedaba en pie por parte neoyorquina se desesperaba. A PJ Tucker lo mandaban a tratamiento de reposo tras un bloqueo, pero no tardaba en volver para disgusto de Durant. El ataque local combinaba a sus tres estrellas de forma sabia. Los Nets se desangraban en el marcador y Pat Connaughton sobre el campo tras un codazo involuntario de Joe Harris. El cansancio era evidente en Durant que cada vez se volvía más individualista, los balones perdidos eran constantes en el bando visitante y la diferencia de Milwaukee se acercaba a los veinte puntos. Sólo el cansancio de las estrellas locales, y la versión más acertada de Durant, permitía a los Nets seguir soñando con la victoria al iniciarse el último cuarto. El partido estaba a once puntos y los visitantes salían mostrando su juego ofensivo mejor repartido. sin embargo los Bucks siempre encontraban alguna solución a su ataque, ya fuese con los tiradores abiertos o con sus estrellas mostrándose agresivas y, como Durant estaba reventado tras no descansar en todo el partido, Steve Nash rendía el partido restando cuatro minutos. La serie volvía a Nueva York con un inesperado empate a dos. Invitado inesperado: Pat Connaughton (Bucks)
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