Las dos semifinales apurarán todos los encuentros tras las victorias de Valencia Basket y CB Canarias sobre los dos grandes futboleros. Ambos equipos cambiaron radicalmente la imagen negativa que ofrecieron a domicilio en el primer partido y llevan la resolución de las eliminatorias al tercero y definitivo. Un cambio brusco de guion basado en una intensidad y una entrega que se echó de menos dos días antes y que apareció con el amparo de su afición. Era de esperar que los dos equipos salieran con todo para alargar la serie hasta el final, no les quedaba otra, pero quizá no se esperaba este resultado en todos los casos. Valencia Basket barrió por intensidad desde el principio a un Real Madrid que no se pareció en nada al equipo aguerrido del Palacio de los Deportes y permitió que su rival le machacara constantemente en la zona. Fue como si el equipo blanco, que está falto de efectivos, diera por bueno jugarse la clasificación en el tercer partido y no quisiera desgastarse en exceso ante un rival que saldría motivado y agresivo. Por su parte, CB Canarias basaron su primer triunfo en unas semifinales en los dos de siempre. La pareja mágica, Huertas y Shermadini, destrozaron al Barça con una actuacion magistral que limpió la pésima segunda mitad del equipo de Vidorreta en el Palau Blaugrana. Una reacción honorable que obliga a los dos gigantes del baloncesto español a jugarse todo a una carta, aunque sea en su propio pabellón.
Valencia Basket 85 – Real Madrid 67 (1-1): No podía permitirse Valencia Basket otro partido indolente como el del domingo si quería que la eliminatoria regresara al Palacio de los Deportes, así que era de esperar que saltara a la cancha con el cuchillo entre los dientes y dispuesto a arrollar por intensidad. El guion se cumplió al pie de la letra. Comenzó el partido muchísimo más agresivo e inspirado que en el primer encuentro de la serie, anotando con cierta comodidad y complicando la vida a un rival que no lograba un solo tiro cómodo (10-3, min 3). Carroll era el único capaz de anotar en el Real Madrid, que no se parecía en nada al equipo vigoroso de dos días antes. No tardó Ponsarnau en mover su quinteto, no quería que la alta intensidad aplicada sobre la pista bajara un ápice. Nada más salir, Prepelic acaparó el ataque de Valencia Basket y mantuvo la renta lograda en los primeros minutos, pero los madridistas lograron respirar cuando su defensa se asentó durante unos instantes. Incluso tuvieron oportunidad de adelantarse en el marcador con un triple de Causeur que repelió el aro. No se le volvería a presentar una oportunidad semejante. De la posible ventaja se pasó a un mal balance defensivo que acabó en tres sencillas bandejas y en un enfado evidente de Laso por permitirlo. El control del partido estaba en manos del equipo de Ponsarnau, pero a Valencia Basket le faltaba acabar con el correcalles que se instaló en la pista al inicio del segundo cuarto para reflejarlo fielmente en el marcador. Salió del desconcierto con dos alley-oops seguidos de Tobey (13 puntos, 4 rebotes, 3 tapones, 19 de valoración) que elevaron la diferencia por encima de los diez puntos (29-18, min 13). Las miserias se le acumulaban al Madrid, que sólo era capaz de anotar de tres y de forma puntual. Ni rastro de su juego interior, anulado por una defensa extenuante que contó con la permisividad arbitral. Sólo le señalaron cinco faltas en toda la primera mitad pese a su enorme ardor defensivo, una circunstancia que le ayudó a echar aún más leña al fuego atrás y provocar las pérdidas de balón rivales. Por el contrario, el Madrid no estaba a la misma altura en cuanto a esfuerzo. Especialmente indolente fue la defensa de Tavares, que nunca estuvo bien colocado. Situado en tierra de nadie en la zona, dudando si salir a por unos pívots que lanzan bien desde fuera o guardar su aro, dejó un espacio que aprovechó Valencia Basket para anotar cerca del aro sin oposición.
De este desajuste se aprovechó Labeyrie, que ni tenía que molestarse en buscar la línea de tres para encontrar tiros cómodos. Un triple contra tabla de Hermansson, que dominó a placer todo el segundo cuarto, en el último segundo puso la guinda al trabajo impecable del conjunto taronja. Había dado un paso muy importante para igualar la eliminatoria (44-29, min 20), pero no relajó su actividad tras el descanso. Consciente de que el partido solo se podía escapar por dejadez, Valencia Basket no rebajó su nivel de intensidad en el tercer cuarto. Al Madrid le seguía costando una barbaridad conseguir buenos tiros, no encontraba continuidad en su juego. El rebote ofensivo, los triples y algún balón suelto entre la defensa rival le permitieron subsistir como pudo. Tuvo la oportunidad de rebajar la desventaja de la decena tras un cruce de cables de Prepelic, pero la desperdició con dos balones perdidos de forma cómica, más propia de alevines. Un 2+1 y una canasta pisando la línea de tres de Labeyrie arreglaron el pequeño entuerto e iniciar el derribo definitivo del equipo blanco, totalmente perdido sobre la pista sin un base puro. Con el partido muy cuesta arriba, prácticamente sin solución, el Real Madrid vagó por la Fonteta sin rumbo definido. Laso ya había sentado a Tavares por su flojera defensiva, pero Poirier tampoco puso mucho empeño en acabar con todas las facilidades que encontraban los jugadores interiores de Valencia Basket cerca del aro. Tampoco el equipo blanco puso empeño en bajar a defender tras un mal tiro y su rival no tenía ni que acelerar demasiado para salir en transición. Por si fuera poco, Labeyrie (18 puntos, 4 rebotes, 22 de valoración) seguía en estado de gracia y alargó el parcial a un 12-2 que disipó cualquier duda sobre el resultado (71-50, min 33). Con todo decidido, era momento de administrar esfuerzos pensando en el duelo definitivo. Ponsarnau le dio minutos a Pradilla, mientras que Laso hizo lo propio con Núñez y experimentó colocando a Vukcevic como alero. Los pívots del Madrid aparecieron con todo resuelto y maquillaron ligeramente el marcador, pero no había duda sobre la superioridad de Valencia Basket en la Fonteta. Todo se resolverá el jueves en el Palacio de los Deportes tras dos partidos tan dispares en su desarrollo.
CB Canarias 80 – Barça 68 (1-1): Regresaba la afición al Santiago Martín tras quince meses de silencio en las gradas en Liga ACB. El impulso de un pabellón ruidoso era lo que necesitaba CB Canarias para reparar la afrenta sufrida en el Palau Blaugrana el pasado lunes, el estímulo que genere la intesidad necesaria y de la que adoleció en Barcelona. Actitud y agresividad no le faltó al equipo aurinegro, quizá demasiada porque se centró más en imponer un espíritu guerrero y cargar con fiereza el rebote en lugar de atacar. Un completo desacierto se adueñó de la cancha, nadie era capaz de anotar. De hecho, el marcador reflejó un pírrico 3-2 cuando ya habían transcurrido cinco minutos de encuentro. El Barça no tenía el punto de mira afinado, sobre todo en el tiro exterior, pero los errores locales eran producto de malos tiros. Cuando los jugadores azulgranas estuvieron más lúcidos y encontraron un filón en los cortes por la zona el dominio cayó en sus manos de forma natural. La única molestia la representaba Huertas (26 puntos, 11 asistencias, 4 rebotes, 31 de valoración), que quiso olvidar su mala noche en el primer partido acaparando todo el juego ofensivo de CB Canarias. La historia fue muy diferente en La Laguna, pues el base brasileño lució como en sus mejores días. Sus diez puntos consecutivos respondieron a la buena producción de Gasol dentro de la zona, en primer lugar, y también a los seis puntos seguidos que anotó Kuric al comienzo del segundo cuarto. Era el momento para que se activara la sociedad entre Huertas y Shermadini, una conexión clave para entender la gran trayectoria del conjunto de Vidorreta. Entre ambos fabricaron un parcial de 11-2 que puso por delante a CB Canarias (31-27, min 14), atado a su pareja mágica para mantener a raya a un Barça que vivía de su acierto infalible en el tiro libre. Pese a que le costaba sumar canastas en juego, el equipo blaugrana encontró un alivio en la recta final del segundo cuarto, cuando los errores de los bases frenaron la buena marcha de los locales. Un palmeo de Cavanaugh (10 puntos, 9 rebotes, 16 de valoración) sobre la bocina les permitió ampliar ligeramente su estrecho margen al descanso (38-35, min 20). Todo igualado, pero este escenario no tardó en variar en el tercer cuarto.
CB Canarias ampliaba su dominio aplastante en el rebote, hasta el punto de que doblaba a su rival en este apartado. Por su parte, el Barça no variaba su mala racha en el tiro exterior y no encontraba manera de salir de un atasco que le complicaba seriamente el partido. Huertas y Shermadini continuaban con su sinfonía particular, dominando a placer todo lo que sucedía en la cancha. Entre ambos consiguieron que los de Jasikevicius se sintieran un equipo doblegado, sin respuesta para un parcial de 11-0 que le colocaba en una situación incómoda (49-37, min 24). Los tiros libres eran el principal sustento, pero apareció oportuno Pau Gasol (15 puntos, 7 rebotes, 21 de valoración) para cambiar la dinámica tan negativa. Ayudó muchísimo a que el Barça mejorara en el rebote ofensivo y acudió cuando era necesario para palmear todo balón que rondaba por el aro local. Su influencia en la pista coincidió con la ausencia en ella de la pareja mágica de CB Canarias. Sin ellos, no funcionaba nada. Fitipaldo se equivocaba en cada decisión que tomaba, mientras que Fran Guerra era superado por completo en la pintura. A Vidorreta no le quedó otra que contar de nuevo con Huertas y Shermadini, ya sin la suculenta ventaja que había conseguido (56-55, min 29). Su regreso cambió todo en el equipo lagunero, dominador siempre que disfrutó de la presencia de su dúo de referencia. A su vez, el buen trabajo defensivo bloqueó al Barça, colapsado por los balones perdidos y una racha nefasta en el triple que no tenía fin. Estuvo seis minutos sin anotar, tiempo suficiente para recibir un 13-0 que dejaba encarrilado el partido (69-55, min 35). Le dieron aire las pérdidas absurdas de su rival, de nuevo con Fitipaldo por medio. Aparecía Davies en los minutos finales, pero su aportación quedó en un estéril intento de remontada. Nadie creía en ella y los dos protagonistas del partido aún no habían dicho su última palabra. Shermadini (21 puntos, 10 rebotes, 4 robos, 37 de valoración) abortó la última intentona del Barça con una canasta y un robo de balón, el cuarto en su cuenta. Huertas puso la rúbrica a un gran partido con un triple al límite de la posesión que decidió definitivamente el choque. CB Canarias se tomó su revancha y fuerza el tercer partido de la eliminatoria. Tampoco en semifinales encuentra el Barça un camino plácido hacia la final.
Y DIGO YO…:
- De los 85 puntos anotados por Valencia Basket en el segundo partido, 54 los logró dentro de la pintura. Un dato abrumador adornado por la gran cantidad de bandejas sencillas que efectuaron los exteriores y los cuatro alley-oops que sumó sin apenas oposición. Tavares y Poirier se tomaron la noche libre en la Fonteta.
- Había expectación por conocer lo que Juan Núñez podía aportar en su debut en la primera plantilla del Real Madrid. Tras sus dos primeros partidos, queda claro que no le falta atrevimiento ni ganas de ayudar, pero también que necesita un verano entero lanzando a canasta y mejorando su tiro. Repasando otros jóvenes prodigios (Doncic, Navarro, Ricky Rubio…), todos tiraban mejor que él a su edad. Incluso el propio Alocén, que nunca tuvo una mecánica depurada ni efectiva. Necesita trabajar este apartado muy en serio.
- Entre Marcelinho Huertas y Shermadini anotaron 47 de los 80 puntos conseguidos por CB Canarias en su victoria contra el Barça. Revelador de la enorme importancia que tiene la sociedad que han formado ambos en el conjunto lagunero. Se resarcieron de su mal partido en Barcelona con creces, ocupando el lugar de responsabilidad que les corresponde en el equipo.
- Tras la salida turbulenta de Heurtel del Barça, Jasikevicius pidió un nuevo base para no cargar de minutos a Calathes ni de responsabilidad a Bolmaro. Su opción era Walkup, pero la negativa de Zalgiris a dejarlo marchar y la situación económica obligaron a contratar a Westermann; que no era del gusto del técnico, pero aceptó su fichaje. Seis meses después, nadie sabe para qué ha venido porque su aportación es nula en la pista. Y los madridistas se quejaban de Tyus. En todos sitios cuecen habas.
- Moncho Fernández ha renovado esta semana su contrato y continuará en Obradoiro hasta 2023. Si cumple la duración firmada, ocupará el banquillo del equipo compostelano durante 13 temporadas, todas las que lleva desde su último ascenso. No se puede entender a Obradoiro sin el entrenador gallego a los mandos.
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