Dos equipos, Real Madrid y CB Canarias, ya están en las semifinales tras despachar sus eliminatorias por la vía rápida. Como van por lados del cuadro diferente, tendremos que esperar hasta el sábado para conocer todos los emparejamientos, en los que ambos equipos dispondrán de dos días más de descanso. Sin embargo, la noticia más destacada llegó el miércoles a mediodía, cuando el CSD aceptó la presencia de público para lo que resta de playoffs. Un máximo de mil espectadores podrán asistir en directo a las canchas, quince meses después de los últimos encuentros con aficionados que se disputaron en la Liga ACB. Aunque sea una cifra limitada, supone el primer paso en el largo camino hacia la vieja normalidad en el baloncesto; aún lejana, pero que arranca en estos cuartos de final. Aún no disfrutaremos de los ambientes espectaculares y ensordecedores de antaño, pero la presencia reducida de aficionados nos sabe a gloria en estos momentos. Los seguidores están de vuelta, ojalá como avanzadilla de todos los que deseamos regresar lo antes posible a una cancha de baloncesto.
Baskonia 76 – Valencia Basket 65 (1-1): A Valencia Basket se le presentaba la primera oportunidad de sentenciar la eliminatoria y salió decidido a cerrarla cuanto antes. No fue un dominio incontestable, pero el conjunto taronja se las apañó para conseguir una ligera ventaja durante los primeros minutos y que duró hasta que Baskonia apretó seriamente en defensa. Siempre aparecía una mano en la zona local, sobre todo de un Pierria Henry (8 puntos, 10 asistencias, 4 robos, 19 de valoración) que estuvo involucrado en la mayoría de los robos de balón de su equipo en el primer cuarto. Hasta siete recuperaciones consiguió Baskonia en el primer cuarto, una cifra asombrosa y de la que no recuerdo precedentes en la Liga ACB. Valencia Basket se vio desbordado por la enorme actividad defensiva de su rival, no encontró alternativas para sortear tantas trampas colocadas en el camino al aro. Sin respuesta, el equipo entrenador por Jaume Ponsarnau se fue hundiendo progresivamente y unió a su incapacidad ofensiva una fragilidad atrás que permitió al conjunto vitoriano anotar con comodidad al comienzo del segundo cuarto. Un 9-2 de inicio dejaba a Valencia Basket fuera del partido (35-18, min 13), sin argumentos para superar una defensa que colapsó con éxito su zona. La diferencia y la falta de anotación no eran los únicos motivos de preocupación para los visitantes, puesto que Baskonia dominaba con mucha claridad el rebote ofensivo y se llevaba cada balón suelto que circulaba por la zona. Ya fuera en una segunda oportunidad o atrapando un balón dividido, los de Ivanovic siempre sumaban. El único rayo de esperanza lo encontró Valencia Basket en Prepelic (20 puntos, 4 rebotes), el único jugador con acierto y que acabó la primera mitad con doce puntos.
El esloveno se ocupó de que su equipo no sufriera males mayores al descanso (41-28, min 20), aunque la remontada seguía muy lejos. De hecho, tampoco le convino al equipo valenciano el menor ritmo anotador del tercer cuarto. Aunque Baskonia había perdido eficacia, no le funcionaba el tiro exterior (tampoco a Valencia Basket) y Giedraitis (15 puntos, 7 rebotes, 4 robos, 24 de valoración) era el único con la muñeca caliente, le valía con su solidez defensiva para evitar cualquier tipo de acercamiento. Su rival solo conseguía anotar desde el tiro libre, algo insuficiente para recuperar terreno por mucho que el conjunto de Ivanovic fallara demasiados tiros sencillos. Es más, un buen final de cuarto de Dragic y Peters encarrilaban el partido de forma definitiva en apariencia (66-47, min 32). No se esperaba ninguna reacción de Valencia Basket, sumido en una espiral de balones perdidos que le llevaba hacia el desastre, pero la intensidad defensiva apareció cuando el partido parecía ya resuelto. Esta mejora pilló por sorpresa a Baskonia, que entró en una fase de desacierto que le pudo complicar la existencia. Después de un parcial de 0-11, Valencia Basket se permitió el lujo de pensar en la idea de llegar con vida al final del encuentro, pero no hubo forma de abandonar el vicio de los balones perdidos. Sus propios errores evitaron un acercamiento mayor y al equipo vitoriano le bastó con el acierto puntual de Peters para sentenciar. Pese al bajón ofensivo, Baskonia pudo gestionar con tranquilidad los últimos compases del encuentro y fuerza el duelo definitivo el viernes en la Fonteta.
Gran Canaria 75 – Real Madrid 81 (0-2): Sólo eran 200, pero los aficionados regresaron por fin a las gradas del Gran Canaria Arena. Un primer paso tímido como inicio del camino hacia el regreso de la normalidad verdadera en el baloncesto. Por contra, el Madrid seguía acumulando bajas. Laprovittola no era de la partida por un problema muscular y Garuba estaba disponible, pero renqueante tras el golpe sufrido en el primer partido. La ausencia del primero le otorgó la titularidad a Alocén, que no estuvo nada acertado en los minutos iniciales. Demasiado ansioso por anotar, se jugó buena parte de los tiros del equipo blanco sin ningún éxito. Gran desacierto que contrastó con la eficacia de otro joven, Khaliffa Diop, dentro de la zona y el buen cuidado del balón que tuvo Gran Canaria (no perdió un balón hasta el minuto 15, el único en toda la primera mitad). Laso no esperó más de cinco minutos en sustituir al desafortunado Alocén por Llull porque su equipo no funcionaba (13-6, min 5). Le mantuvo a flote el tiro exterior, que sirvió como argumento para la reacción tras la mejoría que experimentó con Llull a los mandos. Un parcial de 0-10 propició que los madridistas enjugaran la ventaja rival antes del final del primer cuarto, pero la imagen de los locales era muy diferente a la ofrecida en el primer encuentro. Más guerrero, más concentrado, más poderoso en el juego interior. Balcerowski confirmó al inicio del segundo periodo el dominio de Gran Canaria en la pintura, donde apenas estaba sumando el Real Madrid. Por otro lado, Shurna respondió a un par de buenos lanzamientos de Garuba con ocho puntos consecutivos que adelantaban de nuevo a los de Porfi Fisac. El conjunto de Laso encontraba más dificultades que el pasado lunes, pero los triples le servían para mantener la situación controlada. También ayudó el buen trabajo de Taylor en la defensa sobre AJ Slaughter, aunque el base internacional por Polonia apareció en los últimos instantes, ya sin el marcaje del sueco como incordio. Unos puntos valiosos para que Gran Canaria se mantuviera cerca en el marcador (35-37, min 20), circunstancia a la que ayudó la falta de acierto de los pívots del Madrid.
Tavares, que no anotó en todo el partido, parecía un novato fallando palmeos y tiros cerca del aro continuamente. Los locales cargaban mejor el rebote ofensivo y aprovechaban la intensidad de Okoye para mantener el encuentro igualado, pero les faltó un poco de cabeza fría para recuperar el mando en el marcador. Laso, por otra parte, confió de nuevo en Alocén pese a su mala primera parte. La historia sería muy diferente, ya que el base maño reaccionó como es propio de un jugador con talento y carácter. Ahora le entraba todo y todas sus decisiones eran de utilidad para el juego ofensivo blanco. Los pívots seguían sin meter una, pero el dominio en el rebote ofensivo fue tan apabullante como en el anterior encuentro. Con eso bastaba para tomar distancia, ya establecida en términos serios tras un parcial de 0-7 que empezaba a decantar la eliminatoria (51-63, min 31). Slaughter (22 puntos) reclamó su cuota de protagonismo y se jugó todo, pero de nada servía ante la eficacia en el triple de Rudy (15 puntos, 4 rebotes, 17 de valoración), pletórico durante el último cuarto. Suficiente para conservar la tranquilidad. En cambio, Gran Canaria se veía apurado por la falta de tiempo y a algunos jugadores les faltó decisión para lanzar de tres en posiciones de tiro claras. Difícil de entender, puesto que no faltó acierto en el perímetro en los últimos minutos. Slaughter y Costello mantuvieron a su equipo con un hilo de vida. Incluso tuvo oportunidad de poner emoción al partido en los últimos segundos tras un mal pase de Llull, pero Poirier apareció de la nada y despachó con un tapón a Costello cuando se disponía a machacar el aro. Punto final a la temporada de Gran Canaria, que pudo despedirse con el reconocimiento de un puñado de aficionados en la grada. Pese a los problemas interminables, el Madrid se deshizo con solvencia de un rival que llegaba en un buen momento de forma y obtiene como premio un pequeño descanso mientras de decide la dura eliminatoria entre Valencia Basket y Baskonia.
Burgos 68 – CB Canarias 92 (0-2): Los mil espectadores presentes en el Coliseum de Burgos tuvieron el honor de presenciar en directo el primer partido de Burgos en un playoff. Premio para una pequeña parte de una afición entusiasta y entregada y que pudo volver a las gradas tras la decisión tomada el miércoles por el CSD. El aliento de sus aficionados le sirvió a los locales para salir muy centrados, aunque delante estuviera un Huertas (20 puntos, 9 asistencias, 28 de valoración) inspirado que anotó los siete primeros puntos de CB Canarias. Renfroe y Kravic respondieron de inmediato en un comienzo marcado por la alternancia, pero el tiro exterior acabaría con esa igualdad paulatinamente. La entrada a pista a McFadden supuso una revolución para el perímetro de Burgos, que empezó a tomar distancia con tres triples seguidos del escolta (22-15, min 7). No podía funcionar mejor desde la línea de tres, ya que firmaba un espectacular 7/10 en el triple al comienzo del segundo cuarto. Además, Kravic (20 puntos, 7 rebotes, 23 de valoración) sacaba buen provecho del rebote ofensivo. Sin embargo, las defensas fueron ganando protagonismo a lo largo de este periodo. Muchos balones perdidos por ambos equipos ante el aumento de la intensidad atrás, aunque Burgos mantenía una discreta ventaja por mucho que el tiro exterior permitiera a CB Canarias hacer la goma. Un par de cortes bajo el aro que desataron las iras de Vidorreta fueron suficiente para que Burgos llegara por delante al descanso (41-35, min 20) y sus aficionados mantuvieran el optimismo en forzar el tercer partido. Una esperanza que se vino abajo en la segunda mitad.
Fitipaldo (13 puntos, 6 asistencias, 16 de valoración) leyó bien la defensa local y CB Canarias contó con tiros muy cómodos en la reanudación. Se benefició Doornekamp, negado desde fuera durante toda la primera mitad, pero que en los segundos veinte minutos se convirtió en una pesadilla desde el triple. En cambio, pronto se vio que Burgos no funcionaba tras el descanso, que todo lo bueno que hizo en la primera parte se quedó en el vestuario. En lugar de dirigir, Renfroe se dedicó a buscar triples a la mínima oportunidad y sin ningún acierto. Contrastaba con la efectividad de CB Canarias, que a golpe de triple dio la vuelta la marcador, pero el imparable ascenso del equipo aurinegro no se detuvo ahí, ni mucho menos. No fallaba absolutamente nada, hasta el punto de que no erró su primer tiro hasta que habían trascurrido ocho minutos y medio desde que se reanudó el partido. Es más, sólo desperdició un tiro de campo en todo el tercer cuarto. Tal demostración de acierto acabó con la templanza de Burgos, que se derrumbó con estruendo entre muestras de precipitación y ansiedad. Si un equipo anota todo y otro no mete absolutamente nada es fácil adivinar que la diferencia alcanzaría cotas muy elevadas. El parcial fue subiendo rápidamente hasta cifras escandalosas en los diez minutos en los que los locales no fueron capaces de sumar más que un tiro libre. Burgos se puso en una zona 3-2, pero Doornekamp (18 puntos) la destrozo con más triples que ampliaron la tortura. El parcial acabó con un humillante 3-31, un dato del que cuesta encontrar precedentes y que hizo añicos las ilusiones de Burgos (55-81, min 35), que firma una triste despedida para una temporada inolvidable. Toda la alegría se la llevaba CB Canarias, que disputará por primera vez unas semifinales en la Liga ACB.
Joventut 72 – Barça 63 (1-1): No podía haber nada mejor que un derbi para reabrir las puertas a los aficionados en Badalona, el momento más apropiado para cualquier seguidor verdinegro. Aunque sólo fueran mil personas, a los jugadores de Joventut les debió saber a gloria que el apoyo de sus aficionados estuviera tan cercano de nuevo. Desde luego les motivó, como lo demuestra la intensidad y juego veloz que impuso en los minutos iniciales, desbordando a un Barça que no mostró la agresividad de la Penya. Lo refleja que no capturara un solo rebote en los primeros cinco minutos de partido. Tanto el acierto de Bassas como el dominio verdinegro en el rebote ofensivo fueron labrando una ventaja que obligó a Jasikevicius a parar el partido, aunque no le sirviera de mucho. Los azulgranas no carburaban, les costaba horrores superar una defensa muy seria. Además, el acierto en el triple le daba alas al conjunto de Carles Durán, que amenazaba con dejar el encuentro roto antes siquiera de terminar el primer cuarto (20-5, min 6). No despertó el Barça hasta que la salida a pista de Bolmaro supuso un pequeño revulsivo para un juego enmarallado. Un soplo de aire fresco que le permitió ponerse en pie, aunque sería desde la defensa donde empezaría a recortar distancias. En una fase de mucho contacto y predominio de las defensas, el Barça salió mejor parado que un rival que se atascó por completo y apenas anotó un tiro libre en ocho minutos. A los verdinegros les salvó que el conjunto azulgrana no estaba demasiado lúcido en ataque, aunque sí lo suficiente para apretar el marcador (24-23, min 17) e incluso disponer de oportunidades para adelantarse, pero ni Davies convirtió el tiro libre de un 2+1 ni Higgins evitó el tapón que le colocó Brodziansky cuando el escolta lo tenía todo a su favor para anotar tras otra pérdida absurda de Joventut.
Pese al colapso en ataque y a que Dimitrijevic dio un susto enorme tras dañarse el tobillo izquierdo, la Penya aguantó el tipo y consiguió marcharse con ventaja al descanso (31-27, min 20). No le duró mucho, puesto que dos buenas acciones de Davies bajo el aro dejó el encuentro en tablas al inicio del tercer cuarto. Partido nuevo que Joventut afrontó con una defensa en zona que despistó al Barça. Por otro lado, Bassas (20 puntos, 3 rebotes, 19 de valoración) continuaba de dulce, anotando triples muy meritorios que proporcionaban una ventaja valiosa tal como se había puesto el partido (49-39, min 27). Las buenas noticias seguían llegando para los verdinegros, ya que Dimitrijevic pudo volver a la cancha. Con gestos de dolor, pero el base macedonio puso de su parte para sacarse de la manga más de una notable acción individual. Se le ponía feo el encuentro a los hombres de Jasikevicius. Sin ritmo, sin acierto, sin capacidad para aprovechar el rebote ofensivo. Las pérdidas rivales frenaron la escapada local, pero la diferencia quedó estabilizada en un margen de cinco y siete puntos durante casi todo lo que restaba de partido. Higgins tomó un claro protagonismo en ataque, pero sus destellos no ocultaron que le faltaba regularidad. Caían los hombres altos tras las eliminaciones de Tomic y Davies, por lo que la clave en los minutos finales estaría en otra parte. Por ejemplo, en detalles como los tiros libres. Desperdició demasiados el Barça en el último cuarto, a diferencia de la eficacia que tuvo Pau Ribas en ese apartado durante los minutos finales. Su frialdad desde el 4’60 y los rebotes ofensivos de Morgan pusieron el broche a la fiesta verdinegra. Hace muchos años que Joventut se lleva pocas alegrías en los derbis contra el Barça, pero esta vez le sirve para forzar el tercer partido, ya entrados en viernes.
Y DIGO YO…:
- 13 balones recuperó Baskonia en el segundo partido contra Valencia Basket, siete de ellos en el primer cuarto. Una cifra inaudita. Aparte de un gran trabajo defensivo y de anticipación, en el que destacaron Henry y Giedraitis durante el partido, algunos jugadores del conjunto valenciano no tienen motivos para volver contentos de Vitoria. 6 balones perdidos es una cifra impropia para jugadores como Kalinic o Van Rossom y que tendrán que subsanar. No creo que perdiendo 21 balones tengan opciones de vencer a Baskonia en la Fonteta.
- Una de las claves del abultado triunfo del Real Madrid en el Palacio de los Deportes estuvo en los 21 rebotes ofensivos que consiguió y que preocupaban seriamente a Porfi Fisac. Era la tarea pendiente a resolver en el segundo encuentro, pero sus jugadores no debieron hacerle mucho caso, ya que los pívots del equipo blanco se pusieron las botas a rebotear en la zona rival. Otros 17 rebotes en ataque, un registro que confirma el potencial del Madrid bajo tableros.
- Por mucho que pienso, me cuesta encontrar un partido en el que un equipo sólo fallara un tiro de campo en todo un cuarto. Así ocurrió con CB Canarias en el tercer cuarto disputado en Burgos y que supuso el punto de inflexión en el encuentro. Le sobra potencial ofensivo al equipo aurinegro, al igual que inexperiencia en este tipo de partidos a su rival. El 3-31 de parcial que encajó supone una despedida indecorosa para Peñarroya, que será difícil que continúe ante las importantes ofertas que tiene sobre la mesa. En Valencia no le pierden de vista.
- La lesión de Calathes ha dejado de manifiesto que la posición de base es la que arroja más dudas cuando el base heleno está ausente. Bolmaro tiene cualidades físicas de sobra y ha evolucionado enormemente en el tiro, pero le falta experiencia para controlar el ritmo de un partido. Hanga puede hacer un apaño como base improvisado, pero ni tiene visión de juego ni fundamentos de director. Westermann ni se sabe para qué está. Al final, la baja de Calathes ha convertido al Barça en un equipo sin ritmo y falto de la velocidad que le ha distinguido buena parte de la temporada, más pendiente del talento individual. Un problema si no llega una pronta recuperación.
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