Playoffs NBA 2021: Primera ronda en el Este. Capítulo II

Fuente: yardbaker.com

La principal novedad para el tercer partido era presentada por Washington al incorporar a Davis Bertans al quinteto titular en detrimento de Raúl Neto. Eso suponía más responsabilidades para Russell Westbrook en la dirección y, pese a que el base estabaa tocado del tobillo tras el segundo partido, el ritmo del partido era alto. Las defensas llegaban tarde y había facilidad para anotar. Sin embargo los Sixers abrían hueco aprovechando el desacierto local en el lanzamiento exterior. Pese a que Scott Brooks paraba en seco el partido, hasta en dos ocasiones, la diferencia visitante no paraba de crecer porque sus exteriores acertaban a cerrar una buena circulación de balón con éxito en los lanzamientos. La desventaja local se acercaba a los veinte puntos y tenía que ingresar en pista Ish Smith para rescatar a su equipo en ataque. Gracias al base, y a un mejor trabajo defensivo, los Wizards llegaban al segundo cuarto a ocho puntos. Y el recorte no se frenaba porque el cuadro local seguía trabajando intensamente en defensa, llegando a desquiciar a Dwight Howard con su brega. Sin embargo, no tardaba en llegar el turno del retorno de los titulares a la pista, entre Joel Embiid, y el acierto de Danny Green, la diferencia volvía a los dos dígitos.  Sólo una buena racha de Westbrook parecía meter en el partido a los capitalinos. Nada más lejos de la realidad, la estrella visitante seguía marcando las diferencias con su mejor versión y Philadelphia recobraba la diferencia por encima de la decena de puntos para encarar la segunda parte. Tras el paso por los vestuarios se veía un duelo entre interiores visitantes y exteriores locales. La diferencia casi tocaba las dos decenas de puntos y, pese al intento de Daniel Gafford por contener la progresión, el juego interior de los de Pennsylvania lo acababa consiguiendo. Por encima el juego exterior de los Sixers se unía a la fiesta, George Hill dirigia y defendía a Bradley Beal, mientras que Seth Curry ejecutaba en ataque. La ventaja al empezar el cuarto final superaba los veinte puntos y Tobías Harris se bastaba para contener cualquier atisbo de rebelión. Çphiladelphpia estaba a una victoria de cerrar la eliminatoria. Invitado inesperado: George Hill (Sixers)

El cuarto partido apuntaba a ser el último capítulo de la temporada de los Wizards y, pese a ello, Scott Brooks cumplía con su trabajo probando a cambiar el quinteto titular, Daniel Gafford entraba por un Alex Len superado en la eliminatoria. Sin embargo el experimento no funcionaba; el cuadro local no tenía el acierto exterior suficiente, ni el físico necesario para defender bajo canasta a Ben Simmons y Tobías Harris. Por encima el nuevo pivot titular capitalino se tenía que retirar con dos faltas personales. La desventaja rozaba los diez puntos y ni la mayor agresividad ofensiva de Russell Westbrook impedía que la diferencia llegase a los dos dígitos. Tenía que juntarse una mala caída de Joel Embiid, con la versión más acertada de Bradley Beal y Davis Bertans, para comenzar a reducirse la desventaja local. El intercambio se producía entre un equipo en constante búsqueda de la canasta y otro que aprovechaba su juego interior y tenía que ser el sorprendente Robin López quien, con seis puntos del tirón, consiguiese mantener el partido a tiro de triple con el cierre del primer acto. Para el segundo capítulo se esperaba un cambio en la dinámica visitante pero, para sorpresa general, seguían siendo incapaces de frenar al pivot local y tenían que sobrevivir a base de triples y la dirección de George Hill. La intensidad local subía y, como la estrella visitante se iba a los vestuarios renqueante todavía de la caída del primer cuarto y Simmons tenía que sentarse con su tercera falta personal, no había recursos ofensivos bajo canasta; Washington acababa tomando la delantera en el marcador. Para alivio visitante, un triple sobre la bocina de Danny Green, les permitía a los Sixers llegar al descanso con una mínima ventaja. Sin embargo el guión si se alteraba tras el paso por los vestuarios, porque se anunciaba que Embiid tenía molestías en la rodilla y no iba a volver al partido. Eso despertaba la ambición local, con un par de triples completaban un seis a cero de salida y obligaban a Glen Rivers a para el partido en apenas minuto y medio de juego. Philadelphia rescataba su versión más agresiva en el juego y, gracias al rebote ofensivo, se mantenía en el partido. Sin embargo el partido estaba muy acelerado y eso favorecía a los Wizards que, ante un Capital One encendido, se aprovechaban de que los visitantes estaban fuera del partido para completar un trece a cuatro dirigido por Beal. Hasta un espectador saltaba a la pista, teniendo que ser placado, y nadie se enteraba de que Betans no iba a volver a la pista por lesión. Washington contaba con doce puntos de ventaja para el desenlace del partido y eso obligaba a los visitantes a buscar soluciones desde la defensa. Los contactos aumentaban y, pudiendo correr, Furkam Korkmaz y Tyrese Maxey se conjuraban para comandar un dieciséis a tres que ponía el partido a un punto. El final se acercaba con igualdad en el marcador y soluciones ofensivas inesperadas como Raúl Neto. Desde el banquillo se ordenaba hacer faltas a Simmons y, como el australiano sólo acertaba con la mitad de sus lanzamientos, los Wizards llegaban a los dos minutos finales con un punto de ventaja. Los Sixers se aceleraban en su ataque y, con una rápida contra, Rui Hachimura ponía a los locales con una ventaja de cuatro puntos. La respuesta visitante casi traía una falta flagrante de Westbrook, pero eran sólo dos tiros libres para Simmons que, al meter sólo uno, dejaba el partido a tres puntos entrando en el minuto definitivo. Beal abría para un triple esquinado de Hachimura y Philadephia, viendo el partido a seis puntos, se la jugaba a un triple que fallaba. Washington se iba a Pennsylvania con su primera victoria en la eliminatoria, todavía quedaba historia por escribir. Invitado inesperado: Robin López, Raúl Neto (Wizards)

Fuente: empiresportsmedia.com

Tras las derrotas en Nueva York, Boston sabía que debían mejorar ofensivamente para poder mantener las opciones de victoria. Sin embargo la iniciativa era de los Nets con su mejor versión ofensiva, entre los triples y James Harden daban quince puntos de ventaja a los visitantes que se aprovechaban de el único recurso ofensivo de los Celtics era Tristan Thompson. Sin embargo la relajación llegaba al equipo neoyorquino, con menos actividad defensiva, y acierto exterior, la diferencia bajaba. Jayson Tatum y Marcus Smart cargaban con la responsabilidad, frente a un Kevin Durant individualista e inspirado. La diferencia, a minuto y medio para cerrar el cuarto, era de nueve puntos y el partido estaba control pero, para sorpresa general, los neoyorquinos se precipitaban su juego y cerraban el cuarto encajando un diez a cero comandado por Tatum que dejaba a Boston al mando cuando se cerraba el primer acto. Brooklyn presentaba mejor cara ofensiva en la salida del banquillo y los verdes se ataban a su máxima estrella y a un Thompson incontrolable bajo canasta para defender su ventaja. Los Celtics se encontraban muy cómodos llevando la delantera en el partido, incluso encontraban otras opciones de anotación, como Evan Fournier, y la estrellas visitantes forzaban el juego para anotar.  La diferencia era corta cuando se abría el tercer cuarto, pero la dinámica era similar. Las grandes estrellas visitantes anotaban con facilidad, pero sorprendía ver que los Nets no encontraban soluciones defensivas para el dúo de Thompson y Tatum. Por ello no sorprendía ver que Steve Nash recurriese a Nicolas Claxton para intentar frenar al pivot, pero no conseguía su objetivo. Todo lo que obtenía el joven pivot era dar un codazo involuntario veterano jugador local y, sin embargo, era suficiente; Boston se descentraba y Kyrie Irving ponía por delante a los neoyorquinos. La situación era apurada y tenía que aparecer Marcus Smart, con siete puntos del tirón (incluído un tres más uno), para desesperar a Brooklyn. Ni la lesión de Robert Williams III frenaba a los Celtics, que eran capaces de ponerse con diecisiete puntos de ventaja gracias a la confianza adquirida. Pese a un minuto final de cuarto menos acertado, los Nets aún debían remontar una docena de puntos durante los doce minutos restantes. Un periodo que se abría con el panorama habitual en el partido, la pareja Thompson-Tatum haciendo daño y Harden respondiendo con apuros. Y, pese a que Blake Griffin quería colaborar, no era suficiente, porque Marcus Smart despertaba la muñeca para finalizar la buena circulación de balón local. Nuevamente los Nets recurrían a sus jugadores principales para anotar pero, o encontraban el acierto de Tatum, o un triple en contra. Además las situaciones tampoco eran sencillas y los errores comenzaban a acumularse para mantener la desventaja por encima de los diez puntos a tres minutos para el final. Sólo el cansancio acumulado por la estrella local permitía la remontada visitante, Brooklyn entraba en el minuto final a cinco puntos. Sin embargo Tatum acertaba con el ataque correspondiente y Smart estaba a punto de sacar una falta ofensiva pero, tras una revisión, acababa con técnica para el escolta. Kevin Durant metía el tiro libre, pero no acertaba con el triple forzado y Fournier cerraba el partido.  Invitado inesperado: Grant Williams (Celtics)

Tras la victoria en el tercer partido, el entusiasmo en Massachusetts provocaba que el TD Garden mostrase un lleno absoluto para el cuarto enfrentamiento de la serie. El problema era que, a la baja ya sabida de Robert Williams III, se añadía la de Kemba Walker con problemas en la rodilla. Sin embargo el acierto exterior de los Celtics desperataba el rugido de la afición local y Brooklyn tardaba un par de minutos en entrar en calor. Sin embargo las estrellas visitantes comenzaban a dar respuesta a los verdes que, dirigidos por Jayson Tatum y Marcus Smart, ponían una corta renta en favor de Boston. Steve Nash paraba el partido y era Kevin Durant el encargado de responder al desafío. Como quiera que los suplentes locales no acertaban, y los titulares estaban cansados, la diferencia era mínima cuando se cerraba el primer acto. El segundo cuarto traía más agresividad defensiva en los Nets, su suo de manos les permitía robar el balón y, con un ataque más repartido se ponían por delante con una corta renta a favor. Brad Stevens buscaba compensar con más defensa, pero el problema era ofensivo. Ante una zona de ajustes los Celtics sólo encontraban tiros libres, o triples. La intensidad en el juego, y el reparto ofensivo, permitía a Brooklyn tomar nueve puntos de ventaja. Tatum se ganaba una técnica y, como los Nets podían distribuir su ataque entre sus estrellas, la primera mitad se cerraba con trece puntos de desventaja para Boston. Y el parón de un cuarto de hora no alteraba el guión establecido, los visitantes se aplicaban con la máxima intensidad y Stevens se desesperaba porque Tatum era su único recurso ofensivo. La diferencia se acercaba a las tres decenas con Bruce Brown aprovechando los huecos de la defensa local. La relajación, y dos triples locales, permitían a los Celtics tener alguna esperanza en el partido para el cuarto final. Sin embargo sólo había coraje y acierto exterior, insuficiente para competir con Kyrie Irving y Durant. La serie se ponía tres a uno para los Nets en su regreso a Nueva York. Invitado inesperado: Bruce Brown (Nets)

Fuente: behindthebuckpass.com

La apurada situación de Miami era complicada y no extrañaba ver a Goran Dragic en el quinteto titular. Pese a ello la iniciativa en el partido era de los Bucks que, gracias a una defensa muy presionante, rompía el ataque local para obligarle a realizar tiros en situaciones complicadas. Así la principal solución ofensiva en los de Florida era Jimmy Butler, pero era insuficiente ante un equipo más agresivo en todas las facetas que dominaba el rebote.La diferencia se aproximaba a los diez puntos y Erik Spoelstra no encontraba soluciones ofensivas. Por encima Jrue Holiday mostraba su mejor cara. Sólo la aparicion sobre la pista de los jugadores de banquillo, y el acierto exterior, impedían que la diferencia se disparase. Cuando menos el inicio del segundo cuarto parecía traer mejores noticias a los Heat, porque, Donte DiVicenzo se lesionaba de gravedad y tenía que retirarse a los vestuarios. Ahora eran los dos equipos los que no encontraban la canasta y la diferencia se mantenía estable en torno a la docena de puntos. Sin embargo, con el regreso de Holiday a la pista, Milwaukee volvía a ser feliz ofensivamente y no tenía problemas para superar un amago de zona local. Pese a los intentos de Spoelstra, la debilidad defensiva llevaba la diferencia hasta cerca de los veinte puntos y parecía repetirse el guion del segundo partido. Nadamás lejos de la realidad porque los de Florida por fín conseguían ajustar su defensa en el cierre de la primera mitad y al descanso llegaban con trece puntos de desventaja. Yel cuarto de hora de meditación enfríaba a ambos equipos, mostrando los peores minutos de la serie. Butler volvía a tomar el mando de las operaciones en los locales y Bam Adebayo le acompañaba por primera vez en el partido. Sin embargo los intentos eran tímidos, aún sumándose Tyler Herro a la anotación no era suficiente para recortar la distancia, porque los Bucks siempre encontraban a Kris Middleton o algún triple salvador. Asi las cosas Milwaukee cerraba el partido en el tercer cuarto y se ponía a una victoria de llevarse la eliminatoria. Invitado inesperado: Bobby Portis, Brynn Forbes, Pat Connaughton (Bucks)

Se esperaba que en una situación desesperada los Heat despertasen su mejor versión y, los primeros minutos, reflejaban la situación sobre la pista. Milwaukee sufría al no contar con Donte DiVicenzo, ya que Pat Connaughton no aportaba la misma dirección ofensiva. Los de Wisconsin sobrevivían conquistando segundas opciones para su ataque y la iniciativa era local; gracias al acierto exterior de Trevor Ariza Miami tomaba ocho puntos de ventaja y obligaba a Mike Buldenhozer a solicitar un tiempo muerto para hablar con su jugadores. La charla despertaba a Giannis Antotokounmpo que, con ponerse un poco agresivo, conseguía dejar el partido a cuatro puntos tras los doce minutos iniciales. Con el cambio de cuarto Erik Spoelstra implantaba una zona para sorprender a los Bucks, y lo conseguía. La distancia entre ambos equipos se disparaba hasta los dos dígitos por el desacierto visitante en el tiro y los balones perdidos. Pese a la versión más acertada con el tiro de tres de Brynn Forbes, hasta cuatro en el cuarto, no era suficiente para lograr acercar el marcador. Primero porque los Heat encontraban la aportación inesperada de Andre Iguodala y Kendrick Nunn y después porque aguantaban el tirón con sus estrellas a pleno rendimiento. El American Airlines Center gritaba “Let´s go Heat” y Milwaukee se presentaba en la segunda mitad con siete puntos de desventaja. Sorprendía pues, que los Bucks no consiguiesen anotación en los dos primeros minutos del tercer cuarto. Por suerte para ellos el cuadro local tampoco y el público comenzaba a contar los segundos de la estrella visitante para tirar un tiro libre. Sin embargo pronto la burla se tornaba en preocupación porque, salvo Bam Adebayo, nadie encontraba espacio para tirar en los suyos. Las estrellas visitantes sí acertaban y Milwaukee conducía el ritmo del partido a golpe de triples. Pese a los intentos de Spoelstra por frenar la escapada, entre Kris Middleton y Brook López rompían el partido. Miami se quedaba sin espíritu en su juego, encajaba un parcial de veinticuatro a seis en siete minutos y, pese a los ánimos del público ante el acierto de Nunn, los visitantes llegaban al capítulo final con seis puntos de ventaja para conquistar la eliminatoria. Y el arranque de los bases de los Heat no podían compensar la versión más agresiva de la estrella griega y el acierto exterior de sus compañeros. Goran Dragic y Middleton se daban cariño, pero los Bucks no se iban del partido. Gracias al rebote ofensivo, y a López, la ventaja se iba hasta los catorce puntos. Desde ese momento la defensa visitante llegaba para controlar el partido: que se apagaba poco a poco, como la serie. Invitado inesperado: Brynn Forbes, PJ Tucker, Bobby Portis (Bucks)

Eliminatoria cerrada: Bucks ganan cuatro a cero

Fuente: theundefeated.com

En una serie igualada a uno, el tercer partido se antojaba fundamental. Por eso la decisión de dar la titularidad a Derrick Rose en Atlanta parecía acertada y, pese a que el reloj no permitía arrancar el ritmo del partido, el inicio del base, en combinación con Taj Gibson, era suficiente para contener la salida de Trae Young alimentando a sus interiores. Poco a poco el base se convertía en la única solución ofensiva visitante frente a los triples de los Hawks. Kevin Huerter cometía una falta flagrante pero, con la defensa bien estructurada, la ventaja, aunque corta, era local. Sin embargo, un minuto final de errores en los georgianos, permitía a los Knicks cerrar el primer cuarto con un parcial de diez a dos y poníéndose por delante en el marcador. En el segundo acto el juego cambiaba, las defensas frenaban a los ataques y Lou Williams se lucía ante esa situación. Tom Thibodeau decidía incorporar a sus titulares, pero no metían ni las bandejas más sencillas y Young dirigía a los suyos para devolver el parcial encajado. Tras el tiempo muerto, con el que Reggie Bullock obtenía una buena posición para romper el nueve a cero en contra, quedaba claro que Atlanta estaba más metido en el partido. El base de los Hawks seguía dirigiendo con maestría y la defensa no permitía nada sencillo. Y, pese al intento del técnico visitante por evitarlo, la precipitación llegaba a su equipo. Con eso, y acierto exterior, en siete minutos se completaba un parcial de veintidos a cinco que complicaba el partido a Nueva York. Y la salida de vestuarios no mejoraba la situación; Young continuaba siendo un enigma indescifrable para la defensa, Rose no acerta y, pese a que Julius Randle se empeñaba en no tirar la toalla, los triples locales y la aparición de Bojan Bogdanovic, daban respuesta a la situación. Por encima Huerter cerraba el cuarto con un triple y, para no ser menos, abría el siguiente de igual manera y ponía la ventaj en diecisiete puntos. La defensa de Atlanta seguía bien compacta y, tras un triple, el State Farm Arena se ponía en pie, los Hawks controlaban el partido y se ponían por delante en la serie dos a uno. Invitado inesperado: Danilo Gallinari, Lou Williams, Kevin Huerter (Hawks)

El cuarto partido debía ser un todo o nada para los Knicks y, pese a ello, eran ambos equipos los que salían acelerados a la cancha. Sin embargo, la mezcla de Clint Capela y Trae Young se bastaba para tomar el mando en el marcador. La renta era corta y Julius Randle y Derrick Rose eran los encargados de evitar un despegue todavía mayor. Así, con la salida a la pista de los suplentes, Nueva York lograba cerrar el cuarto con una mínima ventaja a su favor. El segundo acto presentaba la versión más paciente del ataque neoyorquino y Atlanta tenía que responder a golpe de triple. Tom Thibodeau frenaba el partido porque su equipo pasaba de mandar por cinco a perder por cuatro puntos. Naturalmente la respuesta visitante se basaba en la defensa y Young tampoco era la solución para el sufrimiento ofensivo de los georgianos. Randle comenzaba a forzar el ataque de los Knicks y los locales no dudaban en aprovecharlo. Pese a la tercera falta personal de su base, conservaban una ventaja de cuatro puntos al descanso. Y, tras el cuarto de hora obligado en los vestuarios, salía a la pista la versión más coral de Atlanta y, como los neoyorquinos se había dejado atrás el acierto en el tiro, la ventaja se disparaba rápidamente por encima de los diez puntos. Sin embargo Thibodeau recuperaba el mejor juego de los suyos para ponerse a siete puntos, pero no tardaban en buscar el choque contra la defensa. John Collins se llevaba un corte en el labio en una entrada a canasta de Randle y, con el acierto de Danilo Galllinari y Bogdan Bogdanovic, los Hawks se plantaban en el cuarto final con diecisiete puntos de ventaja. Y se veía que los locales no iban a frenar pese a la interrupción, porque Kevin Huerter cometía una falta flagrante que le hacía entrar en calor. Con cinco puntos consecutivos, y la precipitación visitante, la diferencia superaba los veinte puntos. El partido se moría y quedaba tiempo de ver la expulsión de Randle por otra dura falta. Atlanta dejaba su hogar con el tres a uno a su favor para resolver la serie a domicilio. Invitado inesperado: Danilo Gallinari, Kevin Huerter (Hawks)

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