La aparición del terrible coronavirus evitó la celebración de los playoffs la pasada temporada, que tuvo que dilucidarse en dos semanas con una fase final celebrada en Valencia y que finalizó con el sorprendente triunfo de Baskonia. Esta vez, ni la pandemia impidió que se retome el habitual plan de final de curso, aunque si ha obligado a algún retoque. La recuperación de los partidos aplazados por los diversos brotes forzaron a alargar la Liga Regular una semana más de lo previsto, lo que suponía un serio inconveniente en un calendario cargado y condicionado por la celebración de los torneos preolímpicos y los Juegos Olímpicos a finales de julio. Como medida de urgencia, la ACB decidió reorganizar el formato de los playoffs y todas las eliminatorias se disputarán, a partir del lunes 31 de mayo, al mejor de tres partidos. Se añade una dosis de imprevisibilidad que convierte cada error en una rémora más difícil de solventar que en una serie a cinco encuentros. Evidentemente, el riesgo de aparición del factor sorpresa aumenta de forma considerable y relativiza la posición lograda en la Liga Regular y el factor campo; máxime con las gradas vacías, a excepción de Valencia. Seguramente, pocas veces el primer puesto importó tan poco como ahora, aunque existen más razones para sostenerlo y las explicaré detalladamente en los análisis de cada una de las eliminatorias de cuartos de final que realizaré a continuación.
REAL MADRID – GRAN CANARIA
Sin duda, ha sido la campaña más dura que ha afrontado Pablo Laso desde que llegó al banquillo del Real Madrid hace diez años. El equipo blanco se ha pasado toda la temporada sorteando numerosos obstáculos que le han complicado su trayectoria desde que arrancó el curso: escaso número de refuerzos en una plantilla necesitada de renovación, la marcha de Campazzo a la NBA en noviembre, la rotura del tendón de Aquiles de Randolph, los problemas físicos y cansancio de piezas importantes, la repentina salida de Gabriel Deck rumbo a Estados Unidos… La artroscopia a la que se sometió Thompkins y que le aparta de los playoffs es el último contratiempo que nadie sabe cómo ha conseguido sobrevivir a tanto infortunio, sobre todo en una Liga ACB que ha terminado liderando con sólo dos derrotas y sin tropezar en un solo partido a domicilio, un hecho inédito en la competición en la era ACB. Bien podría escribir un tratado de supervivencia el Madrid sobre cómo salir adelante con todo lo acontecido, aunque de nada sirve por sí solo terminar en lo más alto la Liga Regular cuando el título se decide en unos playoffs con escaso margen de error. Más presión para un equipo que no ha pasado dos años seguidos sin levantar la Liga desde que llegó Laso, aunque la situación no es la más favorable para mantener la racha. Al menos, el equipo blanco se ha permitido un pequeño descanso para Tavares, afectado por unos problemas de pubis que son la consecuencia de una sobrecarga de minutos durante la temporada.
Fuente: meritocraciablanca.com
El reciente fichaje de Poirier debería aliviar tanta responsabilidad que recae sobre el jugador más importante y desequilibrante de la plantilla, vital para que el equipo blanco conserve alguna esperanza de pelear el título. No es el único jugador necesitado de relevo, ya que las lesiones de Randolph y Thompkins han dejado a Garuba como único ‘4’ puro y Laso ha tenido que recurrir al decepcionante Tyus en esa posición a menudo. Por supuesto, no hay que olvidar el problema en la posición de base que dejó la marcha de Campazzo a Denver, ya que el equipo blanco echa en falta un director de primer nivel. Las lesiones han evitado que Llull tenga continuidad (y si no está pletórico suele tomar malas decisiones como base); Alocén progresa, pero aún está verde y Laprovittola, pese a su evidente mejoría en los últimos dos meses, tiene la cabeza más puesta en ponerse en el escaparate que otra cosa. Un sinfín de inconvenientes, pero el Madrid sigue en pie. Siempre le queda su inagotable carácter competitivo, el tiro exterior, la fina muñeca de un Carroll eterno, la inevitable intimidación de Tavares (siempre que recupere el resuello), el liderazgo defensivo de Rudy, la imparable progresión de un Garuba que apunta a la NBA de forma inminente, la experiencia y oficio de unos veteranos que no escurren el bulto bajo ningún concepto, la pizarra y las encendidas arengas de Laso, que se ha pasado toda la temporada haciendo encaje de bolillos. Como decía Tomjanovic, nunca se puede dudar del corazón de un campeón, aunque el liderato de la Liga Regular no suponga ningún refuerzo en sus posibilidades de alcanzar el título.
Una reacción asombrosa en el tramo final de la Liga Regular ha permitido a Gran Canaria alcanzar la última plaza que daba paso a los playoffs en la jornada definitiva. Una situación inimaginable en los primeros meses de temporada, cuando el equipo de Porfi Fisac acumulaba derrotas abultadas y daba una imagen triste y lamentable sobre la pista. La trayectoria negativa auguraba una nueva campaña frustrante y repleta de sufrimiento para salvar la categoría, pero los movimientos en los despachos para reforzar la plantilla iniciado el curso sirvieron como revulsivo. La secretaría técnica se movió con habilidad y trajo a varias jugadores que ha dado un giro radical al rendimiento sobre la pista de Gran Canaria. La llegada de AJ Slaughter, base con mucho protagonismo ofensivo, pero con talento sobrado para un equipo mediano, supuso una revolución en la posición, tanto por lo que aportó el jugador estadounidense, nacionalizado polaco, como por la ayuda que supuso para Albicy, ahora más dedicado a la dirección y aportar intensidad defensiva. Por otra parte, el aroma NBA que trajo Kilpatrick significó un espaldarazo importante a la contribución del juego exterior en el ataque del conjunto amarillo. Por último, Stevic llegó como recurso de emergencia ante las lesiones en el juego interior, pero ha realizado un buen trabajo como hombre de rotación.
A partir de los fichajes de emergencia, Gran Canaria fue elevando progresivamente su nivel de juego, al mismo tiempo que ascendía en la clasificación. La solidez adquirida supuso un buen punto de partida para los puntales del equipo fueran recobrando su mejor forma. Costello, una vez superados sus problemas físicos, recuperó su papel como pilar básico en la cancha. Resolutivo bajo el aro, eficaz en el rebote ofensivo y con buena mano en la línea de tres, representa un perfil que le crea muchos problemas a Tavares. Por otro lado, asombra la rápida redención del capitán, Javi Beirán, que pasó de ser apartado del equipo durante varias semanas por Fisac a recuperar sus mejores virtudes en una tramo final de Liga Regular en el que fue uno de los jugadores más destacados del equipo. Como tercer elemento, destaca el buen rendimiento de las últimas jornadas de Shurna; el alero de la peculiar mecánica de turo, pero que suele firmar buenas actuaciones contra el Real Madrid. Puntos y buen trabajo en el rebote que aportan robustez a un equipo mucho más batallador que al inicio de temporada. La línea ascendente de jugadores como Okoye y Balcerowski completan las buenas noticias para Gran Canaria, que llega a los playoffs en el mejor momento de la campaña y no será un rival cómodo a tres partidos, aunque con público en las gradas su peligro hubiera sido mayor.
BARÇA – JOVENTUT
El inicio de estos playoffs para el Barça quedan marcados por su participación en la Final Four de la Euroliga. Dos días después de disputar la final continental contra Efes Pilsen comenzará su camino en la lucha por el título en la Liga ACB con el derbi catalán por excelencia. Sin duda, el desgaste y el estado físico y mental van a condicionar el arranque de la eliminatoria. Por lo pronto, la lesión en el tobillo de Calathes pone en duda su participación en la final de Euroliga y ya veremos cómo se encontrará para arrancar la pelea por el título liguero. De todos modos, al equipo azulgrana le sobran motivos y recursos para confiar en un recobrar rápidamente el resuello tras los duros duelos europeos. No en vano, nadie pone en duda que su plantilla es la más potente del baloncesto español con diferencia. Sorprendentemente, no acabó la Liga Regular en primer posición. El gran rendimiento del Real Madrid y aquella victoria inesperada del equipo blanco en el Palau Blaugrana le dejan sin factor campo en una posible final, pero este punto no parece demasiado importante esta temporada, sin público en las gradas que genere un ambiente terrible y con la amplia variedad de elementos de calidad de los que dispone Jasikevicius. Si no puede contar con Calathes, Bolmaro ha demostrado en el último mes que está perfectamente cualificado para llevar la dirección del equipo azulgrana y desbordar la defensa rival con su gran capacidad física. Si necesita dar un respiro a jugadores como Mirotic, Davies o Higgins tampoco faltan piezas de garantías para encaminar la eliminatoria. Pau Gasol, Smits e, incluso, Pustovyi son perfectamente capaces de dominar la zona contra Joventut. Para el perímetro, Abrines, Kuric y Hanga no tendrán tanta carga de minutos y son tiradores contrastados que pueden asumir mayor protagonismo. Hasta Oriola y Claver, que han perdido mucho peso en la rotación, puede ser elementos valiosos para Saras, aunque el alero valenciano parece fuera de forma desde su reaparición. Por tanto, aunque el cansancio con el que llegue al primer encuentro no es desdeñable, no parece que vaya a poner en peligro la clasificación para semifinales con cierta comodidad.
Joventut ha conseguido el objetivo mínimo marcado en el proyecto ambicioso que emprendió esta temporada. La clasificación para los playoffs con solvencia cumple con lo esperado a principio de temporada tras los refuerzos ilustres que llegaron al equipo verdinegro. Tomic fichó por la Penya como faro del juego de Joventut, rol que ocupó durante meses, aunque ha perdido peso en los esquemas últimamente. Respecto a los demás fichajes de renombre, Ribas ha confirmado su importancia en el juego ofensivo de Joventut y atesora un gran acierto en el tiro de tres en los últimos partidos, mientras que Bassas mantiene una línea de juego con mayores altibajos. De todos modos, pese a estos nombres de relumbrón, lo más destacado es la gran progresión de dos canteranos. Dimitrijevic y López-Aróstegui se han convertido en jugadores vitales en el conjunto verdinegro, seguramente los más desequilibrantes de la plantilla. El base macedonio vive el año de su confirmación definitiva como director de juego de garantías, transformado en un factor decisivo por su facilidad para romper las defensas rivales con sus entradas hacia canasta. En cuanto al alero, se convirtió en el jugador revelación de la temporada, el que más ha progresado. Buena capacidad física y eficacia en el triple que le han transformado en un anotador fiable y que se unen a sus cualidades para buscar el rebote. A ellos dos se le puede unir con justicia Joel Parra, que aprovechó las lesiones para hacerse con un hueco importante en la rotación y apunta a una de las alternativas de futuro en el puesto de ‘4’ en el baloncesto español. El buen porcentaje de Ventura en el triple esta temporada, la buena mano de Morgan y el buen trabajo de Birgander en la zona completan las virtudes del conjunto de Carles Durán, aunque éste ha arrastrado toda la temporada una falta de carácter ante los grandes que les ha llevado a mostrarse demasiado blando contra rivales de enjundia. Es la asignatura pendiente de los verdinegros y parece tarde para recuperarla ante un contrincante tan poderoso como el Barça por mucho que llegue con la reserva justa tras la Final Four. Necesita más que el cansancio de los azulgranas para presentar batalla y no recibir dos derrotas contundentes de su eterno rival como ocurrió en la Liga Regular.
CB CANARIAS – BURGOS
Ya no se puede calificar como sorpresa el rendimiento de CB Canarias durante la temporada. Si el año pasado nadie esperaba que el equipo aurinegro se codeara en los primeros puestos bien avanzado el curso, en esta ocasión se ha reafirmado el potencial de una plantilla experta que ha ofrecido un rendimiento muy alto. La fase final improvisada después de tres meses de parón con la que despachó la edición anterior no le vino bien a unos jugadores veteranos y que necesitan un mayor tiempo de rodaje para funcionar a toda máquina, pero en un desarrollo de curso más parecido a lo habitual las opciones de realizar un gran papel aumentan considerablemente. Cualidades no le faltan a CB Canarias, que no acabó en tercera posición con comodidad de forma casual. Durante casi toda la temporada fue el equipo con mejor porcentaje en el tiro de tres de la Liga ACB, lo que habla a las claras del potencial de su lanzamiento exterior. A los Salin, Doornekamp, Butterfield, Fitipaldo, Dani Díez o Yusta se une el reciente fichaje de Charles Jenkins, un tirador contrastado en Euroliga que eleva aún más el peligro desde el perímetro. Por otro lado, la pareja de bases, una de las mejores de toda la competición, tiene buena parte de responsabilidad en la gran temporada en Liga ACB. Huertas y Fitipaldo se complementan a la perfección y facilitan una velocidad vertiginosa en la circulación de balón, uno de los puntos fuertes del equipo de Vidorreta y que tan difícil resulta de contrarrestar. Puntos, gran visión de juego y arrojo para atacar la canasta contraria son sus señas de identidad, sobre todo de un Huertas que ejerce de arquitecto en los esquemas de CB Canarias. Además, el base brasileño ha establecido una fructífera sociedad con Shermadini, MVP de la Liga Regular y el otro puntal del conjunto lagunero. El pívot siempre ha rendido a un grandísimo nivel en equipos medianos, una cabeza de ratón que sigue dando muchas alegrías. La conexión entre Huertas y Shermadini será fundamental para la suerte de un equipo que no llega en el mejor momento a los playoffs. Varias derrotas abultadas y el fallido intento de alcanzar su tercera final de la FIBA Champions League han generado ciertas dudas en sus posibilidades de alcanzar las semifinales de la Liga ACB, un hecho inédito en la historia del club.
Nunca olvidarán en Burgos esta temporada, la más exitosa en la trayectoria de un equipo en continuo crecimiento. En apenas unos meses ha sumado dos títulos de la FIBA Champions League y una Copa Intercontinental, los primeros logros en la historia de un club joven, pero bien asentado por un proyecto muy serio. En la fase final del año pasado sorprendió a todo con su clasificación a semifinales y victoria contra el Real Madrid incluida, pero en esta campaña no hizo sino confirmar que no fue flor de un día, sino que se basa en un modelo labrado con un trabajo bien hecho. No en vano, la continua progresión de Burgos se refleja en la construcción de una plantilla completa y experta que ha estado a altura de las expectativas. El proyecto de esta temporada tenía como objetivo alcanzar los playoffs por primera vez y se ha cumplido con creces. Buena parte de responsabilidad radica en el excelente trabajo en el banquillo de Joan Peñarroya, cuyo nombre figura en las agendas de equipos con altas miras. Su modelo de juego veloz, presión agresiva y primacía del tiro exterior ha cuajado en Burgos y se convirtió en seña de identidad de la etapa dorada que atraviesa el club. Aunque sea un novato en la pelea por el título, no le faltan jugadores con suficiente recorrido para no amedrentarse en partidos tan comprometidos. Renfroe y Omar Cook tienen veteranía y oficio de sobra para dirigir con sobriedad y aportar buena actitud defensiva y peligro desde la línea de tres. Forman parte de esa amenaza exterior que supone contar con elementos como Benite, McFadden o Horton, muy certeros cuando les acompaña la inspiración. Por supuesto, el juego interior está a la altura de lo que ofrece su plantel de tiradores. Kravic, fuerte y hábil al mismo tiempo, bien podría ocupar un puesto en la rotación de equipos importantes. Por su parte, Jasiel Rivero añade una capacidad atlética, facilidad reboteadora y versatilidad (aunque no es del todo fiable cuando lanza de tres) que resultó fundamental para la buena temporada de Burgos. El trabajo sordo de secundarios como Rabaseda, Sakho o Miquel Salvó añade un esfuerzo en labores de intendencia para un equipo que no descarta repetir la posición del año pasado. CB Canarias no es un rival cuyo nombre infunda terror ni llega en su mejor momento, así que una nueva hazaña es posible.
VALENCIA BASKET – BASKONIA
Los playoffs suponen la última oportunidad para un Valencia Basket que iniciaba la temporada con una elevada ambición, pero que ha dejado un aroma a decepción hasta el momento. En verano se construyó una plantilla de considerable poderío, que bien pudiera entrar en las quinielas de los aficionados sobre cuál es la más potente en la historia del club. No es de extrañar, puesto que los refuerzos que llegaron son de primera categoría. Sólo un equipo con bases sólidas y poder de convicción es capaz de arrancar a Fenerbahçe jugadores como Kalinic y Derrick Williams o traer hombres contrastados en Europa como Prepelic y Hermansson. Sin embargo, el equipo taronja ha alternado rachas de triunfos y baches prolongados con demasiada facilidad, con el añadido de no estar a la altura en los partidos más importantes de la temporada. Hasta ahora, suma un fracaso rotundo en la Copa tras caer eliminado a las primeras de cambio por el Real Madrid y no fue capaz de acabar entre los ocho primeros de la Euroliga, una de las prioridades de la temporada, debido a derrotas inoportunas que, en algún caso, rayaron en el ridículo. Muchos dedos señalaron a Jaume Ponsarnau, principal culpable a ojos de los aficionados valencianos, y parece improbable que el técnico continúe la próxima temporada. De hecho, algunas voces apuntan a que Peñarroya es el principal candidato a sustituirle. De todas formas, tiene una última oportunidad en las eliminatorias por el título. La consecución en el último momento del factor campo le puede ayudar en esta serie, habida cuenta de que la Fonteta será la única cancha que admita público en los playoffs.
Por falta de recursos no será, puesto que la plantilla de Valencia Basket tiene un potencial notable. Van Rossom se ha erigido esta campaña como el base de referencia en un trío competente de directores, el más regular aunque Hermansson ha mejorado su rendimiento en los últimos partidos. Buen porcentaje en el tiro de tres y habilidad para penetrar hacia canasta como principales puntos fuertes del jugador belga, que atraviesa el mejor momento de su carrera. Dubljevic y Tobey forman una pareja interior de total garantía, tan capaz de dominar la zona como de romper la defensa rival desde la línea de tres. La facilidad para tirar desde fuera es un rasgo distinto del juego interior de Valencia Basket, ya que Labeyrie también tiene buena mano. De hecho, el tiro exterior es una de las principales armas del conjunto de Ponsarnau, sobre todo cuando Prepelic, Hermansson o los hombres altos tienen el día desde el triple. Pero por encima de todo está Kalinic, el jugador más destacado en esta campaña y que ha recuperado el mejor nivel que tuvo en Fenerbahçe, cuando se convirtió en el mejor alero de Europa. Es el hombre para todo: duro en defensa, capaz de jugar de ‘3’ o ‘4’ con el mismo éxito, buen reboteador y con buena mano. A diferencia de Derrick Williams, que no ha estado a la altura de lo esperado, su rendimiento acompañó a la fama con la que llegó a Valencia. Será fundamental en un equipo inestable y que se mete en líos con demasiada frecuencia. Falta le hará encontrar una mayor regularidad para presentarse como una alternativa seria de poder.
El mes de mayo ha sido fatídico para el actual campeón, que ha visto cómo su final de temporada se ha complicado. Ya terminó el mes de abril con malas sensaciones tras no conseguir el pase a cuartos de final de la Euroliga, pero la peor noticia llegó semanas después con la marcha repentina de Vildoza a los Knicks sin siquiera finalizar la campaña. El equipo vitoriano fue la última víctima de la nueva costumbre adquirida por los equipos NBA de pescar en Europa en cualquier momento, aunque la temporada esté llegando a su final y el pescado esté vendido para algunas franquicias. La marcha del base argentino dejó un hueco enorme en el puesto de base, que Baskonia trató de paliar con los fichajes a toda prisa de Colom y Massenat, buenos jugadores pero ninguno de los dos a la altura de Vildoza. Esta baja produjo un enorme impacto en el conjunto de Ivanovic, que perdió el factor cancha en las últimas jornadas de la Liga Regular. Un serio contratiempo, puesto que ya se sabía que esperaba una dura eliminatoria contra Valencia Basket y en la Fonteta habría público en las gradas. Tampoco Baskonia cuenta con una plantilla larga y algunas posiciones no tienen demasiadas alternativas. Pese al fichaje de Colom, que aún tiene que afinar el punto de mira en el triple, la importancia de Henry aumenta tras marcharse Vildoza. Le encanta acaparar la responsabilidad a este base de gran intensidad defensiva y enorme talento individual, pero que genera un caos excesivo en ocasiones por su afán de protagonismo. En el juego interior tampoco existe una alternativa fiable para Jekiri, que ha firmado una buena temporada. Tanto Diop como Fall han sufrido continuos altibajos y aparecen y desaparecen de la rotación con enorme facilidad. Mejor cubierta está la posición de alero, que ocupan dos de los jugadores más importantes para Ivanovic. La muñeca de seda de Giedraitis y el despliegue de facultades físicas de Polonara son dos de las mejores virtudes de Baskonia y a las que se añade la buena puntería en el perímetro de Alec Peters, otro miembro más de la amplia nómina de ala-pívots que pisan la pintura de manera ocasional. Las entradas a canasta de Zoran Dragic y el trabajo de Sedekerkis, que se hizo con un hueco importante en la rotación con su capacidad defensiva y una mejoría apreciable en el tiro, son los mejores recursos con los que cuenta Ivanovic en el banquillo, menos de los que le gustaría. Tal como llega al final de temporada, no parece que el optimismo embargue al equipo vitoriano cuando se inicia la fase decisiva de la defensa del título.
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