Fuente: celebrityinsider.org
En Philadelphia esperaban una serie sencilla por delante aprovechando su poder físico bajo canasta pero, para sorpresa general, Alex Len daba respuesta bajo el aro local. Claro que, la mayor calidad de Joel Embiid y Tobías Harris proporcionaba una ventaja cómoda a los Sixers, porque los capitalinos comenzaban a perder el balón con facilidad. La reacción de los Wizards llegaba con el despertar de Bradley Beal que, unido al desacierto de los suplentes locales, y con el acompañamiento de Davis Bertans, permitían completar un parcial de diez a cero y poner a Washington por delante en el marcador al cierre del primer acto. Naturalmente, el retorno de su pivot estrella cambiaba completamente el panorama, con su presencia bajo canasta los de Pennsylvania tomaban el mando en el marcador. El partido veía un intercambio de puntos entre Harris y Len y la igualdad volvía la partido gracias a la aportación de Bertans al cuadro visitante. Pese a que Raúl Neto se ganaba una técnica por protestar, los Wizards se iban a los vestuarios con un punto de ventaja. El tiempo de reflexión traia instrucciones concretas de Glen Rivers, hacer daño bajo el aro rival pero, era gracias a dos tonterías de Russell Westbrook, y a la dirección de Ben Simmons, que Philadelphia cobraba una ligera ventaja. La respuesta de Scott Brooks, cerrando la defensa, obtenía resultado inmediato y, nuevamente, el técnico local intervenía en el partido mandando mezclar esa superioridad con un mejor reparto del juego. Danny Green y Seth Curry se aprovechaban de ello y, a base de triples, hacían que Beal se viese impotente para seguir el ritmo anotador. La desventaja visitante rozaba los diez puntos y Daniel Gafford se veía incapaz de acercar el marcador; los nervios provocaban que Washington llegase al último acto con seis puntos de desventaja. Un periodo que se abría con la mejor versión de equipo en el cuadro local, mientras que los Wizards, para anotar, tenían siempre un contacto encima. Eran su base estrella, y un activo Robin López, los que mantenían el partido en disputa pero, con el paso de los minutos, el cansancio permitía el despegue de los Sixers. La diferencia rozaba los diez puntos y Embiid se sobraba para cerrar el partido. Invitado inesperado: George Hill (Sixers)
Arrancaba el segundo partido de la serie y se repetía el escenario del primer partido. Ambos equipo cargaban el juego bajo canasta. Sin embargo el reparto de juego de los Sixers, ante el dos contra uno a Joel Embiid, era más claro. Tenía que aparecer Bradley Beal para dar soluciones al ataque de Washington y apretar el marcador. Sin embargo Philadelphia frenaba la reacción visitante siendo más agresivo en las ayudas y Ben Simmons disfrutaba del campo abierto para repartir o finalizar. Así las cosas, y con Mathias Thybulle aportando desde el banquillo, los Wizards se presentaban en el segundo cuarto a once puntos y con otra actitud sobre la pista. El balón se movía con más velocidad en ataque y la defensa capitalina se mostraba más activa en las ayudas; la desventaja se reducía rápidamente. Glen Rivers ponía sobre la pista a sus estrellas para volver a tomar distancia en el marcador pero, una torcedura de tobillo de Tobías Harris, despistaba al equipo local. La ventaja, que había superado los dos dígitos, se quedaba en nada. Sin embargo el alero retornaba a la cancha plenamente recuperado yWashington se quedaba sin recursos al no entrar los triples. Gracias a la dirección de George Hill los Sixers contaban con catorce puntos de ventaja de cara a la segunda mitad. Un tercer periodo donde los Wizards no dejaban atrás sus problemas ofensivos porque, ante la falta de acierto en el tiro, se evidenciaban sus problemas para superar una defensa compacta. Por encima Philadelphia mostraba su juego ofensivo más equilibrado y, pese a que Seth Curry dejaba el partido por lesión, la ventaja local llegaba a los veinte puntos. Naturalmente los de Pennsylvania no podían mantener el ritmo ofensivo eternamente y, pese a un amago de lesión de Russell Westbrook, la diferencia bajaba un poco; hasta los catorce puntos al término del tercer periodo. Sin embargo las sensaciones tras la reanudación eran malas, Davis Bertans era eliminado del partido tras una nula aportación a su equipo, Westbrook se iba a los vestuarios lesionado y, con defensa, y un poco de descaro de Tyrese Maxey los Sixers se ponían dos a cero en la eliminatoria. Invitado inesperado: George Hill, Furkam Korkmaz, Tyrese Maxey (Sixers)
Fuente: pasionnba.com
Los Celtics sabían que la labor de vencer en tierras neoyorquinas no era sencilla y por eso salían a la pista plenamente concentrados; con una buena intensidad defensiva sobre el balón, y ataques bien trabajados, tomaban el mando en el marcador gracias al protagonismo de Jayson Tatum y Kemba Walker. Enfrente Brooklyn sufría para circular el balón, las muñecas se mostraban frías en la larga distancia y, pese a la mejoría defensiva tras un tiempo muerto de Steve Nash, la precipitación y el individualismo de su ataque procuraban una corta ventaja a los verdes tras el primer cuarto. Y las sensaciones no variaban tras el paso por los banquillos, James Harden era insuficiente ante un Tatum muy acertado que se veía acompañado por los suplentes de Boston. La diferencia alcanzaba los dos dígitos en poco tiempo, porque los Nets no acertaban con el tiro exterior. De nuevo aparecía el técnico local, la intensidad defensiva y la inteligencia de James Harden para sacar faltas personales. Además el base de los Celtics sumaba su tercera falta personal y la diferencia bajaba rápidamente. Para alivio de Brad Stevens la estrellas locales comenzaban a forzar los tiros y, con Marcus Smart haciendo de todo, la diferencia se volvía a ampliar y, de no ser por el buen minuto final en defensa, Brooklyn se hubiese presentado en la segunda mitad con una desventaja mayor de los seis puntos que reflejaba el marcador. Tras el cuarto de hora de reflexión el partido cambiaba completamente, los Nets mostraban su juego más inteligente, acertado e intenso; hasta los triples entraban. Un parcial de dieciocho a cuatro, acompañado por la cuarta falta personal de Kemba Walker, permitían a los locales tomar la iniciativa. el técnico visitante intervenía en el partido aumentando la tensión defensiva pero, pese a los intentos de Smart y los suplentes, la mejor versión de las estrellas de Brooklyn le permitía llegar con cinco puntos de ventaja al acto final. Un cuarto donde los errores primaban y Robert Williams III se multiplicaba para impedir que el rebote ofensivo distanciase a los neoyorquinos. Los Nets eran poco agresivos y la ventaja era corta. Sin embargo afloraba el cansancio en las estrellas visitantes y, con Kyrie Irving y Kevin Durant en ebullición, Boston encajaba un parcial de diecisiete a tres que resolvía el partido para alborozo de la afición local. El primer punto en la serie era para los Nets. Invitado inesperado: Nicolas Claxton (Nets)
El segundo partido sorprendía con arranque muy anotador por parte de ambos equipos pero, mientras que los Nets lo conseguían compartiendo el balón, y con Joe Harris y Kyrie Irving acertando, Boston jugaba más en individual. Brad Stevens paraba el partido, pese a que las diferencias eran mínima. Sin embargo los Celtics no podían controlar el juego porque perdían el balón con facilidad ante al agresividad defensiva local y Harris seguía siendo el protagonista principal en ambos lados de la pista, la ventaja alcanzaba los dos dígitos y no paraba de crecer. En poco tiempo la diferencia rozaba las dos decenas y sólo el descanso del alero de Brooklyn permitía el recorte de los visitantes hasta los siete puntos. La solución local era sencilla; con un poco de Irving, Jeff Green y Kevin Durant doblaban la ventaja al finalizar el primer cuarto. Las instrucciones recibidas en el banquillo traían al partido una mayor intensidad defensiva que, naturalmente, favorecía a los neoyorquinos porque contaban con la inspiración de James Harden para completar, con un triple con adicional que suponían siete puntos consecutivos, un parcial de dieciséis a dos entre los dos minutos finales del cuarto anterior y el inicio del segundo. Así la diferencia alcanzaba los veinte puntos y, con el retorno de Harris para abrir el campo, y un poco de aportación de Durant, los Nets llegaban al descanso con más de veinte puntos de ventaja. Y el tiempo de reflexión no traía mejores sensaciones para Boston; las estrellas locales eran imparables, Jayson Tatum se llevaba un golpe y se quedaba en el banquillo y Blake Griffin aprovechaba los balones doblados como en sus mejores tiempos. La diferencia alcanzaba los treinta puntos y, pese al acierto exterior de Marcus Smart (con cuatro triples consecutivos), y a una charla entre Evan Fournier y Durant, el partido se acababa en el tercer periodo. La eliminatoria se iba a Massachusetts con un dos a cero para los Nets. Invitado inesperado: Jeff Green, Landry Shamet (Nets)
Fuente: blogdebasket.com
Otra temporada de Milwaukee en playoffs y, para variar, un arranque tímido de los locales. La intensidad era mucha, pero el acierto poco. A los Heat les llegaba con el acierto de Duncan Robinson para ir por delante en el marcador. La respuesta local la daba Giannis Antetokounmpo con su versión más agresiva y conseguía mantener las distancias, porque ambos equipos jugaban precipitadamente. La salida de los jugadores de banquillo ponían más orden en el juego, la ventaja de Miami al finalizar el cuarto era mínima y los de Florida tenían suerte de encontrar el acierto de Goran Dragic para ello. El segundo acto nacía con más recursos ofensivos del equipo visitante y, pese al empeño de Bobby Portis, la diferencia de Miami crecía con Kendrick Nunn prestando una ayuda inesperada a su ataque. El retorno de los titulares traía la peor versión ofensiva de los Bucks, que se empeñaban en chocar contra la defensa. Por suerte Brook López, y el rebote ofensivo, daban vida a los de Wisconsin. Y, al sumarse la estrella griega para dar más brío al ataque, Milwaukee se ponía por primera vez al mando del partido. Erik Spoelstra no encontraba soluciones ofensivas ante las buenas ayudas de la defensa localy , con el despertar de Kris Middleton, se completaba un parcial de catorce a cuatro que, pese a ser roto por Duncan Robinson, colocaba a los Heat con una desventaja de tres puntos al abrir el tercer cuarto. No sorprendía, pues, que, ante tanta igualdad, ambos equipos saliesen acelerados a la cancha y los Bucks sacasen ventaja de su mejor actitud defensiva en las ayudas. Sin embargo su juego no tenía continuidad en el ataque y dado el recital de errores en ambos lados de la pista, a Miami le bastaba un poco de Bam Adebayo y Duncan Robinson para mantener la distancia en dos puntos de cara al último periodo. El último periodo se presentaba tenso y eso se notaba sobre la pista, todo era pasión, sin demasiado juego. Los Heat vivían de su acierto exterior y Milwaukee ataba su suerte a la inspiración de Middleton. La intensidad subía y las estrellas lo notaban llevándose unos golpes dolorosos e inesperados. Las diferencias eran mínimas pero, gracias a su mayor paciencia en ataque, los Bucks llegaban a los noventa segundos finales con cuatro puntos de ventaja y la estrella local cargaba con el ataque de su equipo para intentar resolver el partido. Su empeño acababa en la línea de tiros libres y, para desgracia de la afición de Wisconsin, los errores del griego permitían a Miami tener una última opción de empatar el partido y, como además Antetokounmpo abría los caminos al aro sin la debida protección de sus compañeros, Jimmy Butler agradecía el regalo para forzar la prórroga. Un tiempo extra donde los contactos seguían a la orden del día, Middleton se ganaba una flagrante y Duncan Robinson evitaba el despegue local. Sin embargo Brook López sacaba partido del rebote ofensivo y, dado el desacierto con los triples en los de Florida, Jrue Holiday daba tres puntos de ventaja a los suyos restando cuarenta segundos. Los Heat se líaban en ataque y erraban, pero tenían una segunda oportunidad para empatar y Dragic no la desaprovechaba. Los veinte segundos finales estaban a disposición de Milwaukee, Mike Buldenhozer dejaba todo en las manos de Midddleton que, con gran sangre fría, resolvía el partido. A Miami sólo le quedaba tiempo para colgar un balón buscando el palmeo, la derrota era inevitable.Invitado inesperado: Bobby Portis (Bucks)
Se esperaba la reacción de los campeones de la conferencia Este el año pasado de cara al segundo partido de la eliminatoria. Sin embargo, de forma inesperada, eran los Bucks los más intensos en el rebote, la defensa contenía al ataque lejos del aro y, con Donte DiVicenzo y Giannis Antetokounmpo acertados, completaban un parcial de doce a dos que obligaban a Erik Spoelstra a frenar el partido con apenas tres minutos jugados. Miami volvía a la pista mostrando más intensidad, pero no encontraba tiros claros. Dewayne Dedmond se convertía en protagonista ofensivo con cinco puntos del tirón y Brynn Forbes le daba ocho de vuelta. El técnico visitante se desesperaba porque su equipo rozaba los veinte puntos de desventaja. Y, pese a que el juego interior de los Heat seguía siendo una amenaza ofensiva, los triples de Forbes y Pat Connaughton rompían el partido. Al finalizar el primer cuarto, y tras una escasa aportación de Jrue Holiday, Milwaukee mandaba por veintiséis puntos. El segundo acto amanecía con la misma intensidad en el juego, perro menos acierto. Miami reducía las diferencias aprovechando la superioridad bajo canasta de Bam Adebayo y la estrella local respondía con su mejor versión directora y el acierto de, nuevamente, Forbes y Connaughton. En los de Florida nada salía bien y el único que metía triples era Duncan Robinson, demasiado poco para competir con el acierto de un, hasta entonces desaparecido, Kris Middleton. Como además los Heat no cerraba el rebote bajo su aro ante un Barclays Center eufórico, la diferencia se mantenía cerca de los treinta puntos al cerrarse la primera mitad. El paso por los vestuarios no sentaba bien a ambos equipos, porque los ataques estaban fríos. Tenía que ser Trevor Ariza quien activase la anotación con una falta flagrante por pura frustración. Kendrick Nunn se llevaba otra por meterse debajo en un triple y la diferencia superaba los treinta puntos. Como quiera que los Bucks no bajaban la intensidad, ni el acierto exterior, el partido quedaba cerrado al término del tercer periodo. Pese a una falta dura de Nemanja Bjelica a Giannis Antetokounmpo, los Bucks dejaban Wisconsin tras ganar los dos primeros partidos de la serie. Invitado inesperado: Brynn Forbes, Pat Connaughton (Bucks)
Fuente: theundefeated.com
Los playoffs regresaban la Madison Square Garden y ambos equipos dejaban la responsabilidad anotadora en manos de sus estrellas. Ante unas defensa que no perrmitían tiros cómodos, los mayores recursos de Trae Young daban la iniciativa a los Hawks. Julius Randle era el único anotador del cuadro local en seis minutos y era normal que, con la aparición de Bogdan Bogdanovic la diferencia visitante superase la decena de puntos. Tenían que aparecer Derrick Rose, y RJ Barrett para dar alivio al ataque neoyorquino y dejar la desventaja local en ocho puntos al finalizar el primer cuarto. La aparición de los jugadores de banquillo traía como consecuencia una mayor depencia visitante del acierto exterior, mientras que Nueva York, por su parte, sacaba su versión ofensiva más coral. La defensa georgiana sufría y, al no entrar los triples visitantes, Obi Toppin e Inmanuel Quickley ponían a su afición en pie al poner a los Knicks con una desventaja mínima, que se mantendría al descanso gracias a las instrucciones de Nate McMillan. El cuarto de hora de reflexión no servía para mejorar el ataque de Atlanta, que se quedaba atado con un hilo muy fino al acierto de su base estrella. Una vez pasado ese efecto, y sin acierto en los triples, la iniciativa era neoyorquina al poder atacar en transición con Barret de protagonista. Por suerte para los visitantes surgía Lou Williams para, con cinco puntos consecutivos en el minuto final, dejar la desventaja en dos puntos para el último acto. Un cuarto con pautas muy concretas, tiros forzados en los locales que se empeñaban en buscar a Clint Capela y tiro exterior en los visitantes. Para alivio de la afición local, el rebote ofensivo, y la inspiración de Alec Burks, permitían mantener a Nueva York por delante en el marcador. Sin embargo, el regreso de Young se convertía en un problema para defensa neoyorquina. El parcial, de ocho a cero, volvía a hacer necesaria la aparición de las estrellas locales. Randle se despertaba y, junto con Barret, lograban poner por delante a los Knicks con dos minutos por jugar. Tras un intercambio de jugadas de tres puntos, Burks lograba cinco puntos del tirón eligiendo bien cuando tirar y daba una ventaja de tres puntos a los suyos con setenta segundos por delante. Bogdanovic salvaba un mal pase y empataba el partido. Burks ya no se mostraba acertado en el tiro y Young ponía a los suyos con dos puntos de ventaja. La posesión final era neoyorquina y, pese a fallar en primera instancia un tiro forzado, el rebote ofensivo permitía a Rose finalizar una buena circulación de balón. A los Hawks le restaban unos segundos para jugar, Young esperaba su momento para romper a su defensor y solucionar el partido. La única opción de los Knicks era milagrosa y Atlanta rompía el factor pista en el primer partido de la eliminatoria Invitado inesperado: Danilo Gallinari, Lou Williams (Hawks)
Era normal que, tras la derrota en el primer partido, en el Madison Square Garden se repsirase con una cierta tensión. Así los Knicks salían al primer cuarto acelerados y forzando situaciones y, como los visitantes si mostraban su mejor cara ofensiva con Trae Youg repartiendo el juego, gracias al acierto exterior de DeAndre Hunter Atlanta se ponía con siete puntos de ventaja y obligaba al tiempo muerto a Tom Thibodeau. Nerlens Noel realizaba su segunda falta personal y, pese a que la calma llegaba al ataque local, Young no frenaba su buen juego y ponía la diferencia en la decena de puntos. Nate McMillan optaba por dar una descanso a su base y el equipo se atascaba. Sólo la defensa permitía a los Hawks llegar al segundo cuarto con siete puntos a su favor. Una diferencia que se mantenía porque las defensas se imponían en ambos lados de la cancha y las acciones individuales se convertían en la norma. Con el ritmo disparado los novatos neoyorquinos disfrutaban corriendo y, como Young no calmaba el ritmo en su retorno al partido, la diferencia se quedaba en nada rápidamente. El partido se convertía en una duelo entre Bogdan Bogdanovic y Derrick Rose. Los contactos eran constantes y el ataque local se espesaba con la entrada de los titulares. Por encima el base georgiano hacía siete puntos consecutivos que daban pie a la reacción visitante. Con un parcial de doce a tres, y una canasta en juego en los cuatro minutos finales del cuarto, los Knicks cerraban la primera mitad a trece puntos. Se presentaba complicado el tercer periodo para el cuadro local, pero sacaba su espíritu competitivo para forzar balones perdidos en el ataque georgiano y, como Rose y Barret acertaban desde el exterior, la diferencia se reducía ligeramente. Atlanta comenzaba a mostrarse inseguro en su ataque, las acciones individuales primaban en el partido y sólo una falta flagrante de Reggie Bullock frenaba el ritmo de la remontada. El ataque visitante se convertía en una lluvia de triples que daban contenido los intentos del base neoyorquino. Sin embargo los tiros dejaban de entrar, volvían los balones perdidos por inseguridad y Young se veía cada vez más abandonado a su suerte. Con el descanso obligado a su base, el despertador anotador de Julius Randle y un par de triples de Bullock, los Knicks se presentaban al cuarto final con una mínima ventaja. Desde la retirada de su base los Hawks sólo habían anotado desde el tiro libre y, pese al tiempo de meditación en los banquillos, el ataque visitante seguía espeso en el arranque del último acto. Los problemas en la circulación de balón permitían correr a los locales, el Madison atronaba con gritos de “Defense” y los novatos lideraban a los de Nueva York hasta lograr diez puntos de ventaja. La solución de McMillan era sencilla, hacer regresar a pista a su base estrella. Los Knicks ya no acertaban con los triples, el ataque visitante comenzaba a sentirse cómodo y, con un parcial de trece a tres, se igualaba el partido entrando en los cinco minutos finales. Inesperadamente volvían los problemas para pasarse el balón a Atlanta y los neoyorquinos tomaban cinco puntos de ventaja. Restaban tres minutos pero los Hawks no tenían ritmo ofensivo; los tiros abiertos no entraban, el equipo se aceleraba y Randle mostraba sus progresos para poner la diferencia en nueve puntos entrando en el minuto final. Como quiera que los visitantes no metían ni las bandejas sencillas, el empate a uno en la eliminatoria era inevitable.Invitado inesperado: Obi Toppin, Derrick Rose, Alec Burks (Knicks)
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