La fase regular de la Euroliga está dando sus últimos coletazos y ello está repercutiendo claramente en la concentración y mentalidad de los equipos españoles que la disputan. Esta temporada el corte que marca los cuartos de final es el más duro desde que se adoptó el actual formato y tres de los cuatro conjuntos de la ACB que participan están centrando esfuerzos en la competición europea, poniendo todos los huevos en la cesta de la clasificación entre los ocho primeros del Viejo Continente. Aunque el Madrid sigue sumando triunfos en la competición liguera, no es ajeno a la distracción que ejerce el sufrimiento en Euroliga y también se ve exigido con mucha frecuencia en la Liga ACB. El Barça, que tiene encarrilada la primera posición en Euroliga, estuvo a punto de llevarse un buen disgusto en casa ante el modesto Fuenlabrada, que tiró de forma absurda en los últimos segundos un partido que tenía en la mano. Por su parte, hace semanas que Baskonia y Valencia Basket han centrado todos sus esfuerzos en los encuentros de Euroliga, a costa de cosechar resultados adversos en la competición doméstica y que podían comprometer su camino en los playoffs. Todo justificado por una obsesión por Europa, una apuesta arriesgada que puede condicionar el tramo final de la campaña.
Unicaja 93 – Burgos 101: Una vez superado el brote de coronavirus, Burgos regresaba a la competición con una visita comprometida al Martín Carpena. Pese al parón obligado por las circunstancias, empezó el encuentro con las ideas claras y centrando su ataque en un solo objetivo. Primero, buscó con insistencia dentro de la zona a Jasiel Rivero, que anotó los seis primeros puntos de su equipo. Los siete siguiente serían obra de Renfroe, pero la aportación individual le serviría de poco a Burgos habida cuenta de que Unicaja se mostraba infalible en el tiro de tres. De hecho, el equipo malagueño no falló un solo triple en el primer cuarto, que finalizó con 6/6 en este apartado. De nada le sirvió a Burgos desperdiciar sólo un lanzamiento de dos en los primeros diez minutos, que Sakho (16 puntos, 3 rebotes, 18 de valoración) anotara con comodidad cerca del aro, pues el acierto rival en el tiro exterior resultaba demoledor. No obstante, aparte de la enorme inspiración de los tiradores locales, ayudó en buena medida la flojera defensiva de los hombres de Joan Peñarroya. Por mucho que los triples de McFadden y la potencia de Rivero para entrar hacia canasta mantuvieran a Burgos dentro del partido, la nula intensidad en defensa permitía a Unicaja anotar con una facilidad pasmosa, en especial desde el perímetro. El enfado de Peñarroya alcanzó niveles elevadísimos, harto de las concesiones, de la comodidad que encontraba Brizuela (18 puntos) para lanzar tiros sencillos, de tanto triple tan mal defendido y que convertía en estéril la producción del juego interior (54-41, min 17). A una media de 120 puntos encajados al final del partido no tenía ni una sola opción de competir, así que a Burgos no le quedaba otra opción que ponerse el mono de trabajo y pelear con más decisión en su propia cancha. El cambio de mentalidad sería espectacular tras el descanso.
La zona que ordenó el técnico visitante se le atragantó a Unicaja, que no tenía la lucidez en el tiro exterior que tuvo en la primera mitad y tardó más de tres minutos en anotar sus primeros puntos en el tercer cuarto. Por contra, Burgos no bajaba su producción ofensivo. Como ocurriera al comienzo del encuentro, Rivero (26 puntos, 3 rebotes, 26 de valoración) tomó un claro protagonismo que extendió a ambos tableros. Los fallos de Benite impidieron que Burgos se acercara más en un primer momento, pero con la sequía anotadora de Unicaja era cuestión de tiempo que igualara el encuentro. Lo consiguió con un tapón ilegal sobre Salash (7 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias, 21 de valoración), aunque los de Katsikaris reaccionaron momentáneamente cuando su rival había consumado la remontada (65-65, min 27). Los triples de Alberto Díaz sacaron de una situación comprometida a Unicaja, que encontró algo de aire con un 3+1 de Abromaitis cuando languidecía el tercer cuarto (76-70, min 30). Sin embargo, el respiro le duró poco, ya que al equipo malagueño ya no le entraban los triples en el último periodo y estuvo cinco minutos sin anotar. Tal sequía fue aprovechada por Burgos, aupado por la energía inagotable de Rivero y los triples de McFadden. No encajó bien el golpe Unicaja, que cometió demasiados desajustes defensivos en su propia zona. No escapó esta circunstancia a su rival, que metió balones dentro una y otra vez, buscando a unos pívots que encontraban muchas facilidades. Con el partido cuesta arriba (81-87, min 37), los locales se entregaron a Brizuela, que se jugó casi todo en los últimos minutos. De nada sirvieron sus triples, ya que McFadden (26 puntos, 9 asistencias, 33 de valoración) contestó de la misma forma. Burgos gestionó los instantes finales con sangre fría, moviendo el balón con calma hasta encontrar a Rivero. Otra prueba de madurez para Burgos, que tiene a tiro la quinta plaza. En cambio, Unicaja sigue sin encontrar la regularidad y va a sudar de lo lindo para acabar la Liga Regular entre los ocho primeros.
Manresa 76 – Real Madrid 77: Las bajas de Dani Pérez y Tabu y los problemas físicos de Ferrari dejaron en una situación precaria la posición de base en Manresa. Pedro Martínez contó con Makai Mason como base improvisado, pero pronto quedó patente que es un buen anotador, pero no dispone de la capacidad para dirigir un equipo. Manresa acusó en demasía la ausencia de un director de juego, atrapado en un ataque espeso que permitió al Real Madrid robar balones con mucha frecuencia. Por supuesto, la amenazante presencia de Tavares bajo el aro también pesaba lo suyo. Le costaba horrores anotar al equipo manresano (2-12, min 4), pero tuvo la fortuna de que el Madrid se contagió del desacierto rival cuando tenía el encuentro bien controlado. Este hecho evitó daños irreparables, a la espera de que apareciera el revulsivo para su juego ofensivo. Llegó con la entrada de Ferrari, que anotó siete puntos seguidos al final del primer cuarto y dejó sin apenas consecuencias el mal comienzo de encuentro de su equipo. El rebote ofensivo mantenía por delante al Madrid, pero los hombres de Laso empezaban a acusar su racha aciaga en la línea de tres y que se agravó con la entrada de jugadores desde el banquillo. La presencia en el quinteto de Laprovittola, Abalde, Taylor y Thompkins convirtió el ataque madridista en un agujero negro, en una sucesión de errores que le dio la oportunidad a Manresa de cambiar el encuentro. Evidentemente, no desperdició el disparate rival y tomó la delantera con un parcial de 14-2 (25-19, min 15). Para colmo, la flojera se trasladó a la defensa y Laso ya tuvo suficiente cuando Manresa empezaba a anotar con comodidad en la zona. Como no, regresó Tavares a la pista y su retorno solucionó todos los problemas. A su vez, Causeur cargó con el peso del ataque del Madrid, que anotó su primer triple en el minuto 18. Otro acierto de Alocén (8 puntos, 7 asistencias, 4 rebotes, 18 de valoración) en la línea de tres permitió al equipo blanco marcharse por delante al descanso (32-35, min 20) pese a que su juego dejaba que desear. De todos modos, la tranquilidad regresó al Real Madrid con un tercer cuarto que se pareció mucho al inicio de encuentro. Manresa volvió a perder balones con mucha frecuencia y se volcó decididamente hacia el tiro exterior con tal de evitar a Tavares. La estrategia no surtió ningún efecto, ya que no conseguía anotar desde el perímetro. Eatherton (17 puntos, 4 rebotes, 4 robos, 16 de valoración) era el único jugador capaz de sumar y él solo poco podía hacer.
Aunque no lo aprovechara por completo, al Madrid le bastó con el rebote ofensivo, el terror que imponía Tavares (10 puntos, 11 rebotes, 4 tapones, 21 de valoración) y algunos buenos detalles de Vukcevic (que volvió a ganarse sus minutos debido al mal partido de Thompkins) para alcanzar una diferencia holgada (35-47, min 25). De nuevo, el partido bajo su control, pero cada ausencia de Tavares pasaba factura. Manresa anotaba cada vez que entraba a canasta y Laso volvió a contar con él al inicio del último cuarto. El Madrid retomó el vuelo en un primer momento, pero en esta ocasión Manresa no se desplomaría por mucho gigante que estuviera delante. Los errores de Thompkins abrieron la puerta a la reacción local, que llegó con un parcial de 10-2 que puso el partido al rojo vivo. Al equipo blanco se le presentaba un buen problema y para salir de él apostó por centrar todo su ataque en Deck (17 puntos, 3 robos, 16 de valoración). El alero argentino se convirtió en un seguro de vida, en el salvavidas en medio de un mar de dudas. Superó a Vaulet cuando posteó, anotó desde fuera, forzó personales. Once puntos consecutivos que mantuvieron al Real Madrid por delante, pero ni así acababa con el ritmo desenfrenado de acierto de Manresa. Durante cinco minutos, los de Pedro Martínez anotaron en cada ataque, sobre todo desde el triple. En el último cuarto, Manresa anotó más triples que su rival en todo el partido. Un triple de Dani García puso el empate a 73 en el último minuto y emplazó al Madrid a otro final de enorme sufrimiento. Manresa tuvo la oportunidad de adelantarse en su siguiente posesión, pero Mason erró su triple en el momento menos propicio. Un ligero toque con el pie del propio Mason entregaba la última posesión al Madrid, pero Pedro Martínez quería la jugada definitiva, así que ordenó cometer falta. Tras los dos tiros libres anotados por Laprovittola, a Manresa le quedaba la última palabra. Hinrichs se sacó de la manga un espectacular pase de esquina a esquina que dejó un triple liberado a Janning, pero el acierto volvió a ser esquivo. Garuba acabó con el sufrimiento madridista anotando dos tiros libres más y suerte para Laso que no erró, ya que Dani García puso el cierre con un triple desde medio campo. Hasta ahí llegó el acierto de Manresa en el tiro exterior durante el último cuarto, aunque no fue suficiente para acabar con la maldición de derrotas en el Nou Congost ante el Real Madrid y que se extiende desde 1998. Desde luego, el Madrid está abocado a sufrir y tampoco encontró alivio antes de una semana trascendental para su futuro en Euroliga.
GBC 66 – Obradoiro 79: Los malos resultados desde hace semanas han acercado a Obradoiro a la zona de descenso y la tensión se hizo notar en los primeros minutos. Jugó agarrotado, demasiado precipitado y sin apenas acierto. Contrastaba su imagen con un GBC más tranquilo y que movía el balón con calma hasta encontrar buenos tiros (15-7, min 6). Moncho Fernández se desgañitó en el primer tiempo muerto, pidiendo algo más de concentración y cabeza. No mejoró la brillantez, pero Obradoiro funcionó mejor en defensa y encontró en Enoch el salvavidas que necesitaba para mantenerse en el partido. Sin embargo, también notó sus minutos de descanso. Sin Enoch en pista, los pívots de GBC dominaron con claridad dentro de la zona, sobre todo un Okouo (15 puntos, 9 rebotes) que se mostró poderoso bajo aros. El juego ofensivo del conjunto compostelano no terminaba de arrancar, no sumaba con facilidad, pero la muñeca de Czerapowicz (18 puntos, 6 rebotes, 21 de valoración) volvió a sacarle de una situación comprometida. Era el único que veía aro, el único que anotaba desde fuera, pero sus 13 puntos en el segundo cuarto fueron suficiente para que Obradoiro no se descolgara y llegara al descanso pegado en el marcador (32-31, min 20). Otro triple de Czerapowicz al inicio del tercer periodo dio a Obradoiro su primera ventaja en el encuentro, que empezaba a cambiar pese a que Oroz (11 puntos, 5 asistencias, 4 rebotes, 18 de valoración) mantenía la alternancia en el marcador durante unos minutos más.
Poco a poco, los visitantes fueron tomando distancia. Enoch (17 puntos, 5 rebotes, 18 de valoración) volvía a crear muchos problemas a GBC dentro de la zona, de nuevo como pilar fundamental del ataque del Obra. Por otro lado, una antideportiva sobre Robertson (12 puntos, 5 asistencias, 18 de valoración) supuso cinco puntos que dieron mucha tranquilidad a los de Moncho Fernández (49-59, min 30), pero el partido estaba lejos de quedar cerrado. De hecho, sin Enoch en pista, el juego interior de GBC volvió a tomar protagonismo y Radoncic (15 puntos, 7 rebotes, 21 de valoración) y Magarity estrecharon el marcador, aunque su efecto se fue diluyendo con el paso de los minutos. El equipo donostiarra comenzó a fallar tiros cómodos y acabó frustrado por los rebotes ofensivos de Cohen, que le dieron buen resultado a Obradoiro en los minutos finales. Para colmo, los jugadores de GBC se descentraron por completo con un arbitraje que no les gustó nada y le castigó con dos técnicas inoportunas en el tramo final del partido. El enfado en el banquillo de Nicola, que se tiró buena parte de un tiempo muerto renegando de los colegiados, era más que patente. Entre unas cosas y otras, el parcial de 1-13 que logró Obradoiro dejó el choque completamente sentenciado (61-74, min 38). Un alivio para el equipo gallego, que pone fin a su mala racha en un duelo directo por la permanencia.
Barça 81 – Fuenlabrada 79: Mal lugar el Palau Blaugrana para que Josep María Raventós debutara como técnico de Fuenlabrada y sustituto del cesado Javi Juárez. Le esperaba un rival imparable, líder en Europa y que no conoce la derrota en Liga ACB desde diciembre. Tan claro lo tenía el Barça que se permitió darle el día libre a Mirotic, aunque la estrella azulgrana tampoco esté saturado de minutos. Sin embargo, la confianza excesiva se transformó en relajación. Por mucho que el Barça volviera a dominar de forma aplastante el rebote ofensivo, le faltaba un punto de intensidad para imponer la enorme diferencia de potencial que le separa de Fuenlabrada. Los puntos de Kyle Alexander (12 puntos, 9 rebotes, 16 de valoración), que se batió con acierto en la zona durante el primer cuarto, valieron para que los visitantes tomaran una ligera ventaja, aunque el esfuerzo defensivo le costó demasiadas personales al conjunto del sur de Madrid. El Barça aprovechaba los tiros libres para mantener la alternancia en el marcador, a la espera de que su rival se desplomara cuando llegara una mala racha en ataque. La oportunidad se presentaba cuando el ataque visitante se espesó al inicio del segundo cuarto, pero los azulgranas la dejó pasar con un porcentaje nefasto en el tiro de tres. Un arma que le está funcionando de maravilla esta temporada y que se convirtió en una rémora. El desatino en el tiro exterior provocó que el Barça estuviera casi cinco minutos sin anotar y que Fuenlabrada le endosara un parcial de 0-11 que le puso por delante contra todo pronóstico (22-28, min 15). El regreso de Pustovyi, dominador absoluto en el rebote durante el primer cuarto, estabilizó el juego azulgrana en un primer momento, pero el pívot ucraniano acabó convertido en una máquina de perder balones sin descanso.
Fuente: fuenlabradanoticias.com
Pese a que Fuenlabrada tampoco cuidaba el balón todo lo que debiera, encontró un filón insospechado en los regalos rivales y el 1/13 en triples que firmó el Barça en la primera mitad. Una versión tan inesperadamente floja de los hombres de Jasikevicius que propició que el Fuenla se marchara a vestuarios con un regusto muy dulce. No sólo no le estaban zarandeando, sino que vencía al descanso. Además, un 0-5 de inicio en la reanudación le dio la posibilidad de soñar con una hazaña, su primer triunfo en Barcelona (31-40, min 21), pero si una cualidad no tiene Fuenlabrada es la regularidad. Pese a que Pustovyi continuaba con su manía de perder balones (siete en todo el partido), el rebote ofensivo permitió al Barça apagar de inmediato el pequeño incendio que se estaba formando. La dirección desconcertante de Trimble, que por mucha capacidad anotadora que tenga carece de liderazgo y criterio para dirigir un equipo, sumió a los visitantes en una fase de errores que no suele dejar pasar el conjunto azulgrana. El poderío cerca del aro de Davies (23 puntos, 5 rebotes, 27 de valoración) y los triples de Abrines enjugaron la ventaja antes de que Bolmaro (13 puntos, 4 rebotes, 4 robos, 20 de valoración) rematara la faena con siete puntos seguidos. El parcial de 11-0 reconducía el partido hacia un camino mucho más lógico (51-47, min 26), pero no llegó el golpe de autoridad que acostumbra a asestar el Barça. Raventós no quiso pedir tiempo muerto y esperó al establecido por la televisión, pero el parón oficial le supo a gloria a Fuenlabrada, que recuperó la intensidad tras las instrucción del técnico. A base de esfuerzo atrás y los inauditos triples a una pierna de Novak le planteó al Barça una batalla que ni podía imaginar.
Para asombro de todos, el Fuenla iba a llegar con opciones de triunfo a los minutos finales. Quien sabe si Jasikevicius se estaba acordando de que Mirotic no estaba esa mañana a su disposición. Más aún cuando Meindl (11 puntos, 11 rebotes, 16 de valoración) convirtió un rebote ofensivo en un 2+1 que ponía a Fuenlabrada dos arriba a 45 segundos del final. La sorpresa sobrevolaba el Palau Blaugrana, con más nitidez aún cuando Bolmaro no logró anotar una bandeja ni Davies convertir el palmeo. Fuenlabrada tenía en su mano un triunfo histórico, pero se pegó un tiro en el pie. Todo empezó con un tiro libre errado por Trimble (17 puntos), que le daba al Barça la oportunidad de igualar en la siguiente posesión. Para evitar un triple, Novak cometió falta sobre Calathes. Una buena elección, puesto que el base griego no es un lanzador fiable desde el tiro libre. Efectivamente, falló su segundo lanzamiento, pero Smits capturó el rebote y sacó una nueva personal. No le tembló el pulso al letón, que anotó sus dos tiros y puso el empate a 79. Fuenlabrada perdió su ventaja, pero aún tenía una oportunidad más para consumar la hazaña. No hubo tal, ya que Novak perdió el balón de forma grotesca y regaló la última posesión al Barça. No se podía hacer peor, aunque la capacidad para el desastre es ilimitada. La bandeja de Calathes se quedó corta, pero Davies apareció para captura un nuevo rebote ofensivo, con el regalo añadido de una falta inoportuna. Fuenlabrada pasaba de tener el triunfo a su alcance a disponer de cuatro segundos para buscar un milagro. Novak ya había agotado todos sus aciertos inverosímiles y ni encontró aro en su último intento de tres. Fuenlabrada se marchaba del Palau Blaugrana con la sensación de haber regalado la victoria, de perder el encuentro él solito. Una derrota que marca y duele.
Baskonia 78 – Gran Canaria 99: Con la mente más atenta a los últimos encuentros de Euroliga y a sus posibilidades de clasificación para cuartos de final, Baskonia comenzó a medio gas y demasiado relajado ante Gran Canaria, como si tomara la baja de AJ Slaughter en un obstáculo insalvable para su rival. Sin embargo, toda la intensidad que le faltó al equipo vitoriano la imprimió el conjunto de Porfi Fisac. Okoye, que anotó ocho de los primeros diez puntos de su equipo, llevó la voz cantante durante los primeros minutos, los únicos en los que se vislumbraba cierta igualdad. La ausencia de concentración en los locales se reflejó en numerosas pérdidas de balón y una acusada flojera defensiva que aprovechó la línea exterior de Gran Canaria para ponerse morada a anotar desde la línea de tres. Ivanovic echó mano de Fall como recurso para revolucionar el encuentro, pero el gigante apenas tuvo influencia en el juego. De hecho, Baskonia no cometió su primera personal hasta que habían transcurrido ocho minutos, lo que habla a las claras de una falta de energía que le costó un parcial de 2-12 (9-20, min 6). Baskonia se recomponía lentamente forzando personales dentro de la zona, pero Gran Canaria siempre dispuso de un acierto notable en el tiro exterior que le permitía mantener a raya a los de Ivanovic sin muchos problemas. De nada le valía al equipo vitoriano intercambiar canastas con un contrincante con mucha más energía sobre la pista. La entrada de Costello (17 puntos, 8 rebotes, 23 de valoración), muy inspirado durante el segundo cuarto, añadió aún más variedad a un ataque muy móvil y más veloz que la versión descafeinada que ofrecía Baskonia, por mucho que Sedekerskis (11 puntos, 8 rebotes, 20 de valoración) se empeñara en mantenerle dentro del encuentro. Ivanovic probó de todo en busca del revulsivo, incluso con Kurucs como base a la vista que Vildoza y Henry estaban negados, pero su equipo jugaba a tirones y era incapaz de seguir a un Gran Canaria que se marchaba a vestuarios con una diferencia muy jugosa (36-47, min 20).
Baskonia salió con algo más de agresividad tras el descanso, pero no consiguió que los de Porfi Fisac se descompusieran un solo instante. Aguantó el tipo intercambiando canastas en el poste bajo, nunca perdió el control de un partido que manejaba con maestría Albicy. Gran Canaria no disponía de la capacidad anotadora de Slaughter, pero Albicy (24 puntos, 6 asistencias, 3 robos, 28 de valoración) firmó un extraordinario encuentro en el que superó en todo momento a los bases rivales. Desde luego, a Baskonia se le estaba poniendo el partido muy complicado. No defendía al nivel acostumbrado y el conjunto grancanario rompía por velocidad cuando y como quería. Para colmo, el perímetro baskonista sufrió un día aciago en el que no era capaz de anotar de tres. De forma sorprendente, el equipo vitoriano se hundía sin remisión, zarandeado por el acierto de un Kilpatrick (20 puntos, 2 rebotes, 22 de valoración) en racha que rompió definitivamente el partido. Baskonia era una caricatura, una sombra irreconocible que vagaba por el Buesa Arena. Con la cabeza fuera del partido, amplió el disparate con seis pérdidas de balón en los primeros cuatro minutos del último cuarto. Iba camino de encajar una derrota bochornosa (60-88, min 33) que apenas pudo suavizar mínimamente con la aparición a destiempo de Henry (18 puntos, 5 robos, 4 asistencias, 22 de valoración) en los minutos finales. No sirvió para tapar las vergüenzas de un partido para olvidar, aunque ahora sólo importe la Euroliga en Vitoria. En cambio, Gran Canaria encontró un triunfo inapelable con el que no contaba y le da una razón más para soñar con alcanzar los playoffs. Aún está a tiempo para conseguirlo.
Joventut 78 – Betis 88: El buen inicio de Betis, reflejado en un 0-6 de inicio, quedó frenado de inmediato cuando Joventut encontró a Tomic en la zona, aunque este argumento sólo dio resultado en los primeros minutos. La Penya acusó seriamente las ausencias de Dimitrijevic y López-Aróstegui, sus dos jugadores más en forma en este momento de la temporada, y no encontró un relevo anotador en toda la primera mitad. De hecho, sólo consiguió anotar dos puntos en los últimos seis minutos del primer cuarto y perdió rápidamente terreno con un Betis que encontraba tiros cómodos con facilidad, sobre todo para un acertado Feldeine (9-20, min 10). Las bajas provocaron que Pau Ribas oficiara como base y, aunque le costó unos minutos adaptarse, se convirtió en el principal referente ofensivo de los verdinegros. Sin embargo, los trece puntos que anotó en el segundo cuarto y la ayuda que prestó Birgander en el juego interior no sirvieron de mucho ante la solidez mostrara por el Betis. Ya fuera desde el tiro exterior o buscando a Ndoye cerca del aro, los verdiblancos mantenían una ventaja tranquilizadora en todo momento. Ni siquiera los dos triples anotados por Joventut en los últimos instantes del segundo cuarto redujeron daños, puesto que el Betis respondió de inmediato de la misma manera.
No mejoraría la situación tras el descanso, ya que Joventut no encontró otra alternativa al acierto puntual en el triple, sobre todo de un Ribas que cargaba con su equipo en un empeño tan encomiable como estéril. De nada le servía sumar cuando a Feldeine (25 puntos, 5 asistencias, 30 de valoración) le entraba absolutamente todo y no falló su primer lanzamiento hasta la recta final del tercer cuarto. El acierto interminable del alero dominicano dejaba el encuentro prácticamente roto (51-69, min 28), aunque Joventut tiró de orgullo cuando el partido ya se había complicado demasiado. Los verdinegros consiguieron enfangar el encuentro y que el Betis encontrara muchos más apuros en ataque, a la vez que Ribas (30 puntos, 5 asistencias, 4 rebotes, 39 de valoración, MVP de la jornada) continuaba con su particular exhibición anotadora. Él fue el encargado de dar alguna esperanza a la Penya de conseguir una remontada que nadie esperaba (73-81, min 37), pero el Betis nunca se sintió amenazado. Aunque el partido se le estaba haciendo largo, siempre contaba con algún triple más en la recámara para evitar que llegara algún tipo de apuro. Uno de Borg zanjó el acercamiento local y obligó a Joventut a buscar triples a la desesperada que no dieron resultado. Un triunfo valioso que le da un pequeño respiro al Betis en la parte baja de la clasificación. A Joventut más le vale no dormirse demasiado si no desea que su puesto entre los ocho primeros se vea comprometido más pronto que tarde.
CB Canarias 90 – Valencia Basket 86: Aunque en Valencia llevan semanas con la mente centrada en la Euroliga, en busca del ansiado puesto en cuartos de final, el equipo taronja afrontaba en el Santiago Martín su última oportunidad para pelear por el factor campo en los playoffs. La distracción continental se hizo patente en un inicio de partido dominado con claridad por CB Canarias, que sólo tuvo que buscar a Shermadini para marcar las primeras diferencias. También acompañó el tiro exterior con dos triples de Doornekamp (18 puntos, 2 asistencias, 20 de valoración) que enviaban un serio aviso a Valencia Basket (14-5, min 4). Toda la anotación se la repartían de CB Canarias se la repartían ellos dos, ya que entre ambos anotaron los 18 primeros puntos de su equipo. A la larga, la falta de alternativas sería dañina para los locales y Valencia Basket se fue recomponiendo gracias a sus bases y a la inspiración que tuvo Prepelic tras salir desde el banquillo. Un parcial de 4-15 le dio la primera ventaja al equipo de Jaume Ponsarnau, que pasó a dominar el choque con cierta solvencia. CB Canarias seguía dependiendo demasiado de los puntos de Shermadini (21 puntos, 7 rebotes, 32 de valoración) y perdía el paso paulatinamente ante un rival que ya había puesto en pista a titulares habituales. La aparición en el partido de Dubljevic supuso un espaldarazo a la solidez que estaba mostrando Valencia Basket, mucho más centrado en la cancha que en su dubitativo inicio de encuentro (24-32, min 14). Los de Vidorreta recuperar el acierto anotador mediado el segundo cuarto, pero la mejoría sólo le dio para intercambiar canastas con su rival, que pudo mantener su ventaja hasta el descanso.
Valencia Basket comenzaría el tercer periodo de forma muy diferente al primero, concentrado y dominador. Mantuvo el intercambio del cuarto anterior hasta que el acierto en el tiro exterior le permitió abrir una brecha interesante en un duelo que se presentaba tan cerrado (45-54, min 24). A CB Canarias le costaba horrores reducir la desventaja, puesto que no lograba poner freno al caudal anotador de su rival, pero logró subsistir a fuerza de hacer la goma, de aguantar apretando los diente para mantenerse dentro del partido. Resistir para vencer. Superó el chaparrón bajo la batuta de Huertas (15 puntos, 9 asistencias, 19 de valoración), que siempre aparece cuando el equipo lagunero lo necesita. Otro nuevo recital de acierto y dirección excelsa que permitió a los locales darle la vuelta al marcador al inicio del último cuarto (68-66, min 32) y devolver la ansiedad a Valencia Basket. Los de Ponsarnau respondieron volcando todo su juego sobre Dubljevic (18 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias, 27 de valoración), el único argumento para mantener una alternancia constante en el marcador durante varios minutos. Todo lo que consiguió Dubi, que no fue poco, le sirvió al conjunto valenciano para que el encuentro llegara completamente igualado al último minuto. Un desenlace incierto que decantó el genio de Marcelinho Huertas, de nuevo decisivo para CB Canarias. Un triple del base brasileño significó el primer golpe, aumentado cuando robó el balón en la siguiente jugada y finalizó él mismo el contraataque con una bandeja. Valencia Basket ya no se repondría del varapalo y dobló la rodilla. Por pensar en Europa empieza a complicarse seriamente su posición en la Liga ACB porque va camino de un cruce terrible en cuartos de final. En cambio, CB Canarias puede pensar seriamente en optar a la tercera plaza, todo un logro para un equipo muy serio.
Otros resultados: UCAM Murcia 82 – Bilbao Basket 90, Estudiantes 97 – Andorra 85 (tras prórroga).
El Real Madrid (26-1) se mantiene al frente de la clasificación y conserva dos victorias de diferencia respecto al Barça (24-3). Sí hay cambio en la tercera plaza, que ahora ocupa CB Canarias (20-5) tras desbancar a Baskonia (20-7). Unicaja (13-14) sigue en la octava plaza que marca el corte de los playoffs. En la zona de descenso, continúan una semana más Bilbao Basket (7-20), igualado con Fuenlabrada, y GBC (6-20).
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