Finalmente, los cuatro cabezas de serie no fallaron y se clasificaron para las semifinales de Copa, pero cerca estuvo el Barça de llevarse un serio disgusto a las primeras de cambio, como ocurriera la temporada pasada. Unicaja se presentaba como víctima propiciatoria, pero soñó durante muchos minutos con eliminar al gran favorito y dar la primera gran sorpresa del torneo. Incluso dispuso de veinte puntos de ventaja en un primer cuarto asombroso, arrollando a un Barça que no salió con la intensidad necesaria y tuvo que esperar a la prórroga para decidir una eliminatoria mucho más dura de lo que se podía esperar. Un desgaste extra que añade más complicación a la semifinal contra Baskonia, un duelo que se presenta como una agotadora batalla física y que pasará factura a quien no esté en plenitud. El Barça resolvió el entuerto y esquivó un bochorno difícil de digerir, pero con el escaso margen para el descanso del que dispone habrá que ver si acusará este susto inesperado.
Baskonia 96 – Joventut 87: Ivanovic dispuso de un quinteto inicial con un enorme potencial físico y que contaba con Giedraitis de escolta y Polonara como alero. Sólo el Barça puede disponer de cinco jugadores al mismo tiempo con esta talla y fortaleza en la Liga ACB. No tardó en verse el efecto de un equipo de esta factura, ya que Baskonia respondió a la canasta inicial de Tomic con un 7-0 que inició su dominio incontestable en el encuentro. El equipo vitoriano anotaba con una facilidad pasmosa puesto que la defensa de Joventut concedió demasiados tiros sencillos a media distancia. Los verdinegros se mantenían cómo podían gracias al rebote ofensivo y las acciones individuales de Dimitrijevic, pero se mostraban impotentes para las entradas a canasta de Polonara y Henry (16 puntos, 8 asistencias, 3 robos, 27 de valoración), dos puñales que atacaron el aro de la Penya a la mínima ocasión. Un impresionante mate tras jugada personal del base puso un broche brillante al primer cuarto y fue el mejor reflejo de la agresividad de Baskonia (28-17, min 10). De nada le servía a Joventut que Demetrius Jackson entrara en racha y anotara nueve puntos consecutivos porque lo único que consiguió fue entrar en un intercambio de canastas con un rival en plena vena anotadora. Vildoza evitó cualquier acercamiento peligroso mientras Jackson disfrutó de su momento de inspiración y por mucho que los pívots verdinegros mantuvieron a su equipo, que Tomic (14 puntos, 11 rebotes, 19 de valoración) y Brodziansky (18 puntos, 5 rebotes, 17 de valoración) ejercieran su influencia en la zona vitoriana, la resistencia de la Penya era un ejercicio desesperado y estéril ante la abrumadora efectividad en ataque de Baskonia, que finalizó la primera mitad con un espectacular 71% en tiros de campo.
Se repetía el acierto demoledor con el que el conjunto de Ivanovic arrolló al Real Madrid en Euroliga y no tenía visos de que se agotara con el descanso. Giedraitis (19 puntos, 3 rebotes, 19 de valoración) comenzó el tercer periodo con cinco puntos seguidos, a la vez que Polonara (19 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias, 30 de valoración) dominaba con suficiencia en ambos tableros. Joventut trataba de aguantar el frenético ritmo anotador de su rival, pero de nada le valía entrar en un intercambio de canastas. Y si llegaba algún momento de frenazo en ataque, el tiro exterior le evitaba a Baskonia cualquier tipo de apuro. El 9/13 en triples que atesoraba el equipo vitoriano al inicio del último cuarto le llevó en volandas para romper definitivamente el partido. Joventut estaba hundido moralmente ante el bombardeo que sufría y se encaminaba hacia una derrota segura tras cinco minutos sin anotar que le costaron un duro parcial de 16-3 (87-68, min 34). Con todo perdido apareció López-Aróstegui, sorprendentemente apagado durante el partido. Su despertar llegaba tarde, pero su aportación al tiro exterior provocó la reacción verdinegra cuando Baskonia ya pensaba en las semifinales y los triples dejaron de entrar. A Ivanovic le sentó a cuerno quemado la relajación de su equipo, al que llamó a capítulo en el tiempo muerto solicitado cuando el parcial de Joventut alcanzaba un 2-14 que le metía en el partido. Un espejismo, no obstante, ya que Baskonia reencontró el rumbo correcto cuando pudo correr. Dos acciones de Peters (17 puntos, 5 rebotes, 16 de valoración) remataron un encuentro que Baskonia siempre tuvo bajo control y que suponía el desquite a la derrota sufrida hace dos años con la Penya en este mismo escenario.
Barça 105 – Unicaja 95 (tras prórroga): Desde el comienzo cundía la sensación de que el Barça no lo iba a tener tan sencillo como indicaban los pronósticos. Lo olió Jasikevicius, que se cansó pronto de la facilidad anotadora de Brizuela y solicitó tiempo muerto a los tres minutos. El habitual parón tempranero del lituano, sin embargo, no evitó lo que estaba por llegar. Katsikaris planteó una zona 2-3 que sacó del encuentro a los azulgranas, desacertados y desorientados ante una defensa que permitió a Unicaja cerrar bien el rebote. El rendimiento atrás amplificó los efectos de un ataque infalible, especialmente en el perímetro. Brizuela generaba pesadillas en las filas del Barça, estaba imparable. Anotó catorce puntos en seis minutos y lideró la ofensiva de Unicaja, al que le salía todo en el tiro exterior. La renta no paraba de crecer para sorpresa de todos, hasta el punto que alcanzó un margen amplísimo en pocos minutos. El desconcierto le llevó al Barça a encajar un 4-25, todo un parcial pa cagarse que le colocaba veinte abajo (9-29, min 8). Estaba bordeando el ridículo, iba directo hacia un fracaso con serias consecuencias, pero el Barça empezó a reponerse en la parte final del primer cuarto con los triples de Abrines y Westermann. Un pequeño respiro que le permitió afrontar de otra manera el siguiente periodo, que ya lo afrontó Unicaja con defensa individual. Pese a que las ayudas funcionaban bajo el aro, el Barça comenzó a sumar dentro de la zona aunque tuviera que buscar tiros complicados. La entrada en el partido de Oriola supuso una inyección de garra e intensidad que necesitaba el equipo azulgrana, que mejoró su trabajo defensivo y contó con Higgins como un recurso ofensivo de gran efectividad. Por contra, Unicaja movía peor el balón, ya no anotaba de tres y regalaba más balones de la cuenta. En pocos minutos, el Barça había conseguido enjugar gran parte de la desventaja y se metía de lleno en el partido antes del descanso (39-44, min 20).
Unicaja había entregado casi toda su renta en un flojo segundo cuarto, pero no se lamentó por todo el terreno perdido. Aunque le seguía costando mover el balón, el equipo malagueño lograba canastas muy meritorias que le mantenían por delante. Rubén Guerrero continuó con el buen trabajo que realizó en el primer cuarto dentro de la zona, a la vez que Unicaja recuperaba el acierto en la línea de tres. Brizuela volvió a campar a sus anchas, anotando con la misma efectividad que tuvo en los primeros minutos del partido. Replicó Calathes (17 puntos, 5 asistencias, 5 rebotes, 20 de valoración), sobre el que giró el ataque azulgrana durante el tercer periodo, pero los puntos del base heleno no eran suficientes cuando el rival se hinchaba a sumar desde el triple (55-65, min 28). Unicaja rozaba el 60% de acierto con su 12/19 en el tiro de tres al inicio del último cuarto, pero este periodo supondría un cambio muy negativo para sus intereses. Entró pronto en bonus, lo que provocó que el Barça dispusiera de muchos tiros libres en los últimos diez minutos. Fue el primero de los muchos problemas que afectaron a los de Katsikaris, que tomó alguna decisión extraña como mantener en pista a un negado Deon Thompson o tardar una barbaridad en parar el partido cuando su equipo no hacía más que perder balones de manera constante. En cinco minutos, sufrió siete pérdidas de balón que cambiaron radicalmente el rumbo del partido. Tanto las faltas como las pérdidas hundían a un equipo que había encajado un 24-5 de parcial y que parecía condenado a capitular tras desperdiciar una ventaja abultadísima (79-70, min 35). O eso se creía porque había un jugador que no estaba dispuesto a dar por perdido el encuentro. Brizuela (33 puntos) seguía a lo suyo, sembrando el pánico entre un rival que no encontraba la manera de ponerle freno. Levantó a Unicaja cuando parecía imposible, hasta el punto de levantar el partido con un 0-10 que ponía al rojo vivo la recta final.
Un triple de Higgins y otro de Mirotic ponían tres arriba al Barça a 43 segundos del final y dejaban sin margen de error a Unicaja, pero los de Katsikaris tuvieron sangre fría en el último minuto. Una entrada a canasta de Jaime Fernández puso el 87-86 en el marcador y dejaba el desenlace pendiente de los dos últimos ataques. Mirotic aprovechó el desajuste que le emparejó con Alberto Díaz para sacarle la quinta falta al base, pero sólo consiguió anotar su segundo tiro libre. Todos estaban pendientes de Brizuela, el foco de atención en la última jugada de Unicaja. El convencimiento era absoluto, él debía ser el encargado de jugarse el último tiro, pero sorprendió sacando el balón fuera a Abromaitis. Tenía espacio para lanzar de tres, pero renunció al triple y buscó una entrada a canasta nada sencilla. No fue obstáculo para que anotara con un complicado arabesco que forzó la prórroga. Cinco minutos más, un caro peaje en una competición tan explosiva y sin descanso. Sólo se anotaba desde el tiro libre durante buena parte del tiempo extra, una serie que le acabó favoreciendo a los azulgranas. El acierto de Higgins (22 puntos, 2 rebotes, 23 de valoración) puso cinco arriba al Barça y colocaba sobre el alambre a un rival que iba con el gancho y que no mereció el final que le esperaba. Los árbitros tomaron un protagonismo que no les correspondía en los segundos finales y que sufrió el conjunto malagueño. Una discutida falta en ataque a Brizuela (le cayeron dos técnicas a jugadores de Unicaja por acciones similares) provocó el enfado del jugador donostiarra, que se llevó una técnica por la protesta y a la que se le unirían otras dos más a un airado Katsikaris. Un enseñamiento sin sentido que afeó el desenlace de un partido épico.
PREVIA SEMIFINALES:
El Real Madrid-CB Canarias será el primer encuentro de las semifinales que se disputarán el sábado. Por nombre, muchos aficionados pensarán que suena menos complicado para el equipo blanco que el jugado contra Valencia Basket en cuartos, pero tanto la clasificación como el nivel del equipo lagunero desmienten esta idea por completo. CB Canarias ha demostrado sobradamente que es un equipo competitivo que le puede complicar las cosas a cualquier rival, aunque le falta aún superar los duelos contra los grandes, su asignatura pendiente esta temporada. Espera un duelo espectacular en el perímetro entre dos equipos con un gran potencial en el tiro exterior. CB Canarias es el equipo con mejor porcentaje en el triple en la Liga ACB, así que no tiene nada que envidiar en el perímetro. También se presenta muy interesante el emparejamiento entre Tavares y Shermadini, ya que el pívot georgiano siempre le crea muchos problemas al Madrid, incluso con el coloso delante. El Madrid, por su parte, pasará otra prueba complicada en la dirección, puesto que Huertas y Fitipaldo forman una de las mejores parejas de bases de la ACB y supondrán un serio obstáculo para una posición que está bajo sospecha en el equipo blanco pese a la buena progresión de Alocén. Del lado de los madridistas, su experiencia y la implacable capacidad competitiva que saca a relucir en los momentos importantes, pero no lo tendrá sencillo contra un bloque veterano, sólido y que mueve el balón como nadie.
A continuación, Barça y Baskonia pelearán por la segunda plaza en la final del domingo. Una nueva edición del partido final de la pasada Liga ACB y que entre sus ingredientes no va a faltar la intensidad y el despliegue físico, seña de identidad de ambos equipos. Probablemente, Baskonia es el equipo que se puede equiparar con mayor exactitud al potencial físico de los azulgranas, por lo que la prórroga disputada contra Unicaja supone un desgaste extra que se puede acusar en un choque donde van a saltar chispas. Seguro que Jasikevicius estará pensando cómo desactivar el tiro exterior de Baskonia, que atraviesa un gran momento en los últimos partidos. Otra clave estará en el duelo de bases, ya que Westermann deberá aportar un buen trabajo complementario en los minutos de descanso de Calathes. Vildoza y Henry no perdonan cuando encuentran medio metro para maniobrar y, en el caso del argentino, en ocasiones ni eso. Desde luego, el Barça no se puede permitir el mal inicio de cuartos porque Baskonia no es un equipo que se caracterice por permitir que su rival vuelva al partido. Otro punto importante estará en el marcaje a Polonara, que atraviesa un momento muy dulce. Posiblemente juegue de alero y, en ausencia de Claver, el Barça no tiene jugadores de ese perfil para defenderle. Será interesante comprobar a quién le encargan su marcaje. En fin, este partido se puede considerar una final anticipada teniendo en cuenta el nivel con el que llegaban los dos equipos a la Copa, siempre con permiso del Real Madrid.
Y DIGO YO…:
- Los 33 puntos conseguidos por Brizuela suponen la máxima anotación de su carrera. La Mamba vasca se consolida como uno de esos anotadores puros que no abundan en el baloncesto español, un jugador capaz de revolucionar partidos aunque, en ocasiones, se pueda mostrar precipitado o individualista. Una buena opción como revulsivo que seguro que tiene en cuenta Scariolo, incluso para ocupar un puesto en la lista para los Juegos Olímpicos.
- Aunque la victoria ya estaba cercana para el Barça, el enseñamiento de los colegiados hacia Unicaja en los últimos segundos afearon un desenlace impropio e injusto para un partido con mucho nivel. El protagonismo del trío arbitral no pareció apropiado a las circunstancias, sobre todo por las tres técnicas consecutivas que suponen un hecho inaudito. Si las gradas hubieran estado repletas, como en una edición normal de Copa, el follón que se podía organizar hubiera sido mayúsculo.
- Lo habitual en semifinales es disputarlas a las 18:00 y 21:00, pero este año se ha adelantado dos horas sin motivo conocido. Me gustaría saber quién fue el figura que tuvo la idea porque celebrar un partido de esta importancia a las cuatro de la tarde suena extraño y poco acertado.
- Otra de las consecuencias de la pandemia fue la imposibilidad de celebrar la Minicopa, el torneo de alevines que acompaña a la Copa del Rey y donde deslumbraron muchas figuras que brillaron en el baloncesto español. Se echará de menos una competición en la que deslumbraron en el pasado Ricky Rubio o Doncic, por citar algunos ejemplos.
Leave a Reply
Be the First to Comment!
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.