Real Madrid y Unicaja disputarán este domingo el título de Copa tras deshacerse con mucha facilidad de Valencia Basket y Andorra, respectivamente. Nadie podía esperar que fuera tan sencillo para ambos pasar a la final. La gran imagen que dio Valencia Basket contra el Barça hacía presagiar que al Real Madrid le esperaba un partido muy duro y disputado. Nada más lejos de la realidad. El equipo blanco dominó a placer a un rival que nunca tuvo la intensidad de la anterior eliminatoria. Pareció un equipo agotado y entregado que acabó hecho trizas por un Real Madrid intratable. Incluso más sencillo resultó para Unicaja, muy serio en defensa y que desbordó en todo momento a un anárquico Andorra que dio muestras de estar fuera de lugar. Le quedó muy grande el escenario. No es frecuente que en una competición como la Copa donde abundan los partidos de emoción al extremo haya resultado tan cómodo el pase a la final. Habría que buscar mucho para encontrar otra situación así en el pasado, donde en semifinales no hubiera rastro alguno de emoción.
Real Madrid 91 – Valencia Basket 68: Calcó Valencia Basket el inicio de tensión baja que sufrió en cuartos de final. Dejó al Real Madrid anotar con comodidad dentro de la zona y a Campazzo hacer lo que quisiera. Un problema considerable al que se sumó el buen trabajo del equipo blanco en defensa. Aparecían manos por todas partes y Valencia Basket acumuló demasiadas pérdidas con prontitud. Ni tres minutos tardó Ponsarnau en dar paso a Colom, el jugador que cambió el partido contra el Barça. Hubo una mejoría inmediata. Doornekamp, que anotó los primeros puntos de Valencia Basket tras más de cuatro minutos de sequía, sacó a su equipo del atasco pero dos triples del Real Madrid cortaron la reacción de golpe. Ni los balones perdidos acabaron con la marcha imparable del equipo blanco, sólo retrasaron lo inevitable. Taylor y Randolph ampliaron la diferencia por encima de los diez puntos al comenzar el segundo cuarto. Valencia Basket no se hallaba en la pista, incapaz de encontrar salidas al pánico que imponía Tavares. Tampoco sirvió tratar de sacarle de la zona, los triples no entraban. El parcial de 13-2 que encajó le dejaba en una situación delicada (28-13, min 13). Laso aprovechó la ventaja para dar sus primeros minutos en la Copa a Felipe Reyes, ovacionado por el Martín Carpena a su entrada a pista. Comienzan los reconocimientos en lo que se antoja como su gira de despedida de las canchas. No tardó en destacar su mayor virtud, el rebote. Importantísimo en el dominio arrollador del Real Madrid en el rebote ofensivo, acabó por resultar frustrante para un Valencia Basket que pudo dar gracias a que Llull y Rudy se obsesionaron por lanzar triples sin ton ni son. Un despropósito que no le costó caro al Madrid debido a los problemas que encontraba su rival para anotar. Logró reducir la diferencia con lentitud pero sus problemas para sumar eran evidentes. Al Madrid no le costó recuperar la ventaja en cuanto terminó el recital del desatino y bregó en la zona. Valencia Basket no lo podía hacer peor. El consuelo era que sólo perdía por catorce (34-20, min 20) cuando el partido podía estar acabado de toparse con una versión brillante del Real Madrid en ataque. El problema es que lo encontró tras el descanso.
El intercambio de canastas al comienzo del tercer cuarto no le servía de nada. Al Real Madrid no le importaba en absoluto un duelo anotador ahora que encontró la soltura en ataque al ritmo que marcaba Campazzo (15 puntos, 9 asistencias, 7 robos, 31 de valoración). Se forró a asistencias el base argentino, un dato que se repite en cada encuentro en las últimas semanas. El Madrid sumó en cada ataque hasta que transcurrieron cinco minutos y medio del tercer periodo. Un ritmo anotador que no podía seguir Valencia Basket. No era buena idea proponer un duelo de quién anota más contra uno de los arsenales ofensivos más demoledores del baloncesto europeo. Saldría perdiendo a la fuerza. Campazzo y Randolph (16 puntos) estuvieron demoledores para hacer añicos el partido (62-37, min 27). Ahora la diferencia en la pista sí se reflejaba en el marcador. Valencia Basket no presentó argumentos para acabar con el recital de Campazzo o la amenaza constante bajo aros que suponía Tavares (9 puntos, 10 rebotes, 3 tapones, 21 de valoración). No pudo retirarse a tiempo para evitar que le atropellara la apisonadora que tenía enfrente. Colom estaba demasiado solo ante una máquina trituradora. Valencia Basket acabó hundido, destruido por un rival implacable y al que los triples volvían a entrarle en el último cuarto. Lo que faltaba. Un partido que despertaba una enorme ilusión acabó convertido en un suplicio para el equipo de Jaume Ponsarnau. Sólo encontró alivio cuando se relajaron las defensas y ya no estaban en pista Campazzo y Tavares, despedidos en loor de multitudes cuando se dirigieron al banquillo. Abalde (12 puntos, 6 rebotes, 17 de valoración) aprovechó los minutos finales para hacer números pero ni pudo maquillar Valencia Basket el desastre. Ni comparación con el equipo que tumbó al Barça el jueves. Nada pudo hacer para interponerse en el camino del Real Madrid hacia una nueva final.
Unicaja 92 – Andorra 59: La segunda semifinal comenzó de forma desconcertante. Exceso de acciones individuales e ideas de juego poco claras. Andorra añadía demasiada precipitación en cada lanzamiento. Luis Casimiro recurrió a Alberto Díaz para buscar un mayor control en la pista. Lo logró. El base malagueño dio más lucidez al juego ofensivo de Unicaja, que empezaba a tomar distancia (15-7, min 6). Su segunda falta antes de acabar el primer cuarto suponía un problema pero no desvió a los anfitriones del buen camino. Unicaja encontró un recambio perfecto en Jaime Fernández, que no empezó bien el partido pero lo bordó en el segundo cuarto. Hizo auténticas diabluras que desarmaron la defensa rival, le entraba todo. Una racha que cimentó la escapada de Unicaja, muy serio en defensa y que obligaba a Andorra a lanzar al límite de la posesión. Los de Ibon Navarro estaban sobrepasados por el escenario. No llegaban balones dentro a los pivots y acababan lanzando de cualquier manera cuando se agotaban los veinticuatro segundos de posesión. En cambio Unicaja disfrutaba sobre la pista. A partir de la defensa volaba con ataques vertiginosos que rompían el encuentro antes del descanso. Jaime Fernández (19 puntos, 4 asistencias, 22 de valoración) seguía de dulce, el partido era suyo. Acabó la primera parte con quince puntos y aclamado por la afición malagueña. El 21-3 de parcial que logró Unicaja suponía un golpe muy duro para Andorra (42-19, min 15), que trató de volver al partido desde el triple, pero poco podía hacer cuando su rival se marchaba al descanso con un 64% de acierto en tiros de campo.
Hannah (16 puntos) trató de convertirse en el tercer cuarto en el referente que necesitaba Andorra. Acaparó toda la atención en ataque, se jugó la mayoría de los tiros de su equipo. Logró reducir diferencias pero Unicaja no tardó en encontrar el momento para echar abajo la reacción andorrana. No necesitó más de un minuto. Dos triples de Waczynski y un 2+1 de Josh Adams (14 puntos, 4 asistencias, 3 robos, 17 de valoración) pusieron la ventaja de nuevo por encima de los veinte puntos. La resistencia de Andorra fue definitivamente eliminada. Ya no había dudas que esta situación le quedaba grande. Cayó en la precipitación y se jugó demasiados triples sin elaborar apenas sus posesiones. La derrota era inevitable por mucho que Ibon Navarro buscara soluciones desesperadas. Sacó a Guillem Colom, el hermano de Quino. Un jugador con poca relevancia en la plantilla. Dispuso una zona al inicio del último cuarto para cortar el ritmo de Unicaja. No sirvió de nada. Unicaja continuaba anotando con comodidad (72% en tiros de dos) y Andorra acabó hundido en la falta de ideas, cayendo en un juego anárquico que convirtió la caída en mucho más aparatosa. Unicaja no frenaba su marcha, no concedía un solo momento a la relajación. Incluso Ejim (15 puntos, 3 rebotes), que volvía de una lesión, disputó unos buenos minutos en el último cuarto. Hasta un jugador que no había aportado nada en toda la temporada encontraba la oportunidad de lucirse. La fiesta era completa en el Martín Carpena. Unicaja volvía a una final de Copa once años después firmando una victoria rotunda y brillante.
PREVIA DE LA FINAL:
Real Madrid y Unicaja son los finalistas de esta edición de la Copa del Rey. Una final inesperada pero con un tradicional aroma a partido grande. Hay un precedente entre ambos equipos en una final de Copa, en 2005. Por entonces Unicaja era un aspirante a todos los títulos, una plantilla de gran nivel que logró ese año en Zaragoza su único título en esta competición. Mucho han cambiado las cosas en el equipo malagueño en estos quince años. Ya no es una de las grandes alternativas a los dos grandes futboleros pero este año, ante su afición, ha logrado plantarse a las puertas de un título que ilusiona muchísimo en Málaga. El obstáculo que tiene delante es el más complicado de sortear. Tumbar al Real Madrid, el club hegemónico durante casi una década y que ha pasado por el lado más duro del cuadro como el caballo de Atila. Un contrincante de la máxima dificultad. Tampoco pensarán en el equipo blanco que se encuentran con una bicoca. El Martín Carpena tradicionalmente ha sido un feudo duro para cualquier rival y en una final las complicaciones aumentan. Unicaja va a necesitar más que nunca el apoyo de la afición que seguro no faltará en una de las citas más importantes en la historia del equipo malagueño. Debe presentar la misma intensidad y seriedad defensiva que en los dos partidos anteriores y no opuso Valencia Basket en su semifinal contra el Real Madrid. Tendrá que imponer su ritmo de juego e impedir que Campazzo ordene el partido a su antojo. Si no lo consigue nada podrá hacer. Alberto Díaz tiene trabajo de sobra. Por supuesto, Luis Casimiro deberá trabajar con la pizarra para encontrar la manera de sortear a Tavares. Rubén Guerrero, que se está dando a conocer para muchos aficionados en esta Copa, tendrá una dura prueba de máxima exigencia con el gigante de Cabo Verde, el gran intimidador del baloncesto europeo. Este partido no es para disfrutar sino para competir. Si no cumple todo lo anterior el Real Madrid hará valer su favoritismo con toda contundencia.
Y DIGO YO…:
- Desde 2010, el Real Madrid sólo quedó fuera de la final de 2013. Diez finales en once ediciones, las siete últimas consecutivas. Un prodigio de regularidad y nivel competitivo en una competición especial con un formato muy exigente. Otro dato más del actual dominio del equipo blanco en el baloncesto español.
- Dos tapones en la final le permitirían a Tavares convertirse en el líder de este apartado en la historia de la Copa del Rey. Con sólo 27 años. En plena era de saturación estadística y obsesión por registros ofensivos y triples-dobles uno de los jugadores más influyentes en Europa mira en contadas ocasiones el aro rival. El mayor ejemplo de desequilibrio desde la defensa, condicionando el ataque rival con el terror que genera bajo el aro.
- Laprovittola fue el último jugador utilizado por Laso en el partido contra Valencia Basket. Apenas disputó tres minutos. El año pasado en Copa contra Baskonia realizó la actuación individual más brillante en la historia de la Copa. Ahora es un jugador sentenciado que ha perdido la confianza de su entrenador. Su fichaje ha sido un claro error por las dos partes. Ni el Real Madrid es el equipo donde Laprovittola puede desarrollar su estilo de juego ni el argentino es el base que necesitaba el equipo blanco. Lo mejor para los dos es que el jugador salga de forma inminente y el Madrid busque un nuevo base en el mercado.
- En una temporada donde varios jugadores jóvenes han dado un salto de calidad, Rubén Guerrero experimentó una progresión vertiginosa. Al comienzo de temporada era un jugador voluntarioso pero con serias carencias en fundamentos. En esta Copa sorprende con una variedad de recursos en la zona para acompañar a la actitud y la pelea. Con él en pista, Unicaja tuvo un +30. En ocasiones este apartado es engañoso pero hoy reflejó su influencia, convertido en pieza importante del bloque de jugadores nacionales que forman el corazón y alma de Unicaja. Una buena noticia para el baloncesto español, no sobran los pivots de garantías.
- Baskonia fue la ausencia más destacada de la Copa pero que no estuviera en competición no ha impedido que aficionados vitorianos estén presentes en Málaga. Unos quinientos asisten al Martín Carpena cada jornada. No es la única afición que ha acudido aunque su equipo no se clasificara. Otros trescientos aficionados de Burgos disfrutan del ambiente único y festivo de la Copa. No se puede dudar que tienen afición por el mejor baloncesto.
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