En año preolímpico y de Mundial el mayor protagonismo de la temporada de atletismo lo atrajo un reto, atípico y fuera de reglamento pero con toda la carga mediática y publicitaria que lleva detrás romper la barrera de las dos horas en el maratón. Toda la maquinaria se puso en marcha para que Eliud Kipchoge se convirtiera en el primer ser humano en bajar de dos horas en una de las pruebas más emblemáticas del atletismo. No se reparó en medios y gastos para que el reto se llevara a cabo con éxito en Viena. Decenas de liebres con lo más granado del mediofondo y fondo mundial relevándose cada cinco kilómetros, un coche delante del grupo como protección del viento, un día con las condiciones idóneas para lograr la histórica marca. Un espectáculo sin homologación oficial pero un reclamo perfecto para el público, sea o no aficionado al atletismo. El objetivo se cumplió. Kipchoge acabó el reto en 1h 59:40. Un registro sin validez como record mundial pero el keniata se convertía en la primera persona que acababa los 42’180 kilómetros del maratón en menos de dos horas. Cruzó más allá del límite aunque el reto se considerara un circo publicitario. Pero quien sí estuvo cerca de batir la plusmarca mundial fue el mítico Kenenisa Bekele en Berlin, en uno de los maratones más prestigiosos. Se quedó a sólo dos segundos (2h 01:41) de la estratosférica marca que logró Kipchoge un año antes en el mismo escenario. Se vislumbra una lucha apoteósica entre estos dos colosos, tanto en los JJOO de Tokio como en la pelea por el record mundial. Quien sabe si este duelo permita bajar el record por debajo de las dos horas oficialmente, sin artificios. Aunque justo también es acordarse del record mundial batido por la keniata Brigid Kosgei en Chicago (2h 14:04) horas después del espectáculo en Viena. Su marca relega el conseguido por Paula Radcliffe en 2003, también en Chicago.
El reto de Kipchoge superó en expectación y trascendencia los Mundiales disputados en Doha (Qatar). Una cita polémica por las extrañas fechas, a finales de septiembre e inicio de octubre, en una sede de un país sin tradición y con su poder económico como único argumento y las terribles condiciones climáticas. El calor y la alta humedad hicieron estragos desde el primer día en las pruebas fuera del estadio pese a que se disputaron de madrugada. La llegada del maratón femenino dejó unas imágenes dantescas de agotamiento y extremo sufrimiento que causaron mucho impacto y generaron encendidas críticas. No se repitieron tales escenas en pruebas posteriores pero la repercusión forzó medidas como trasladar las pruebas de marcha de Tokio a Sapporo en los próximos Juegos Olímpicos. Dentro del estadio, las gradas presentaron un aspecto desangelado con apenas presencia de público, algo que la organización arregló en los últimos tres días. Mejor ni pensar cómo lo hizo. Sin embargo, la aclimatación del estadio consiguió que las marcas no se resintieran. Cayeron varios records de los campeonatos e incluso la estadounidense Dalilah Muhammad pulverizó el record mundial de los 400 vallas. Buen nivel pese a que fuera un campeonato de entreguerras en el que las peculiares condiciones facilitaron ausencias notables. No cambió el dominio de Estados Unidos, otra vez abrumador con especial relevancia en categoría masculina. Japoneses y chinas se erigen como nuevos dominadores mundiales de la marcha y en el eterno duelo entre Kenia y Etiopía por la primacía del fondo se cuela la emergente Uganda. No será un campeonato de grato recuerdo para el atletismo español. El rocambolesco bronce de Orlando Ortega fue la única cosecha de medallas dentro de un nivel discreto. Los buenos resultados en categorías inferiores en los últimos años apuntalan un buen nivel medio pero no aparecen las grandes figuras que pelean por las medallas. Siempre nos queda aguardar al futuro de María Vicente, la atleta adolescente llamada a romper todos los moldes en el atletismo español.
También fue año de Mundial de natación, celebrado en Gwangju (Corea del Sur). Se confirmó la llegada de un nuevo dominador, el estadounidense Caeleb Dressel, el gran dictador en las pruebas de velocidad en estilo libre y mariposa. El referente sobre el que giran como satélites nadadores como Peaty, Chupkov o Milak, que batieron plusmarcas mundiales durante el campeonato. Y siempre está ahí el polémico verso libre, Yang Sun, que protagonizó varios enfrentamientos con nadadores que ni quisieron saludarle en el podio. En categoría femenina comprobamos que los mitos también son humanos. Ledecky no es inmune a la enfermedad ni Hosszu al paso del tiempo. El bajón de las reinas dejó espacio para otros nombres, sobre todo para la nueva hornada de nadadoras estadounidenses y las velocistas australianas, al acecho para proceder al asalto del trono en los JJOO. España pasó sin pena de gloria. El corto estado de forma de Mireia Belmonte tras superar sus problemas de salud condicionaron los resultados de una natación española que depende de su figura y con unas estructuras con pies de barro. Los jóvenes se estrellan al dar el salto y el modelo de Fred Vergnoux, pontificado por Carpena y sus acólitos, sólo parece funcionar con Mireia Belmonte. Sólo Joan Lluis Pons, cuarto en 400 estilos e injustamente colocado en un segundo plano por su rendimiento, pudo irse contento. La sensación es que la natación española arruinó otra vez un ciclo olímpico. También hubo tiempos mejores para la gimnasia artística, carente de una verdadera figura a nivel internacional. Al menos los dos equipos lograron la clasificación olímpica y Roxana Popa se metió en la final de suelo tras dejar atrás un calvario de lesiones. Como es de imaginar, en Stuttgart se vivió un nuevo apoteosis de Simone Biles. Cinco medallas de oro, sólo se quedó sin subir al podio en asimétricas. Una superioridad incuestionable que le convierte en la gimnasta con más medallas de la historia, superando a Vitaly Scherbo. Una deportista de época que se recordará para la posteridad. En categoría masculina, el vacío dejado por Uchimura lo han aprovechado los gimnastas rusos. Nikita Nagorny y Artur Dalaloyan se convirtieron en los nuevos jefes en Stuttgart pero la sanción que pesa sobre Rusia para los JJOO de Tokio deja en el aire su presencia.
Las competiciones por equipos depararon mayores alegrías al deporte español. Y eso que en enero Los Hispanos no obtuvieron en el Mundial de balonmano los resultados esperados. Ganaron con solvencia a selecciones inferiores pero no pudieron con ningún rival de su nivel. La derrota contra una Croacia con más oficio en la primera fase añadió presión a la siguiente ronda. Contra Francia, un horrible partido en defensa tiró por tierra todas las opciones de pasar a semifinales. Al menos la séptima plaza sirvió para asegurar una plaza en el Preolímpico. Nadie se pudo interponer en el camino de Dinamarca, muy superior a todos. Jugando en casa, era un ahora o nunca para una generación brillante que vive sus últimos años de esplendor. Sin embargo el verano dejó un buen sabor de boca. El Mundial de waterpolo dejó un doble éxito. Las chicas han alcanzado la madurez pese a que la base del equipo es aún joven. Descaro, fervor defensivo y un equipo compensado con un buen ramillete de goleadoras. Sólo Estados Unidos, por encima a una distancia sideral de todos sus rivales, evitó el oro. Un muro insalvable que no empaña el gran campeonato de las jugadoras de Miki Oca. El equipo masculino demostró que la plata del Europeo de Barcelona no fue la casualidad del anfitrión. La mezcla de jóvenes que al fin explotaron con veteranos bregados en mil batallas recuperó la competitividad y el colmillo a la selección española. Una nueva final aunque el peor día tuvo que llegar en el momento menos indicado, en el duelo por el oro contra Italia. Otra alegría por partida doble llegó en el Europeo de Hockey hierba disputado en Bélgica. En el torneo masculino, España se sobrepuso a una goleada del anfitrión en el debut para pasar a semifinales. Una heroica victoria por 4-3 contra Holanda clasificó a la selección española para la final, de nuevo contra Bélgica. Y otra vez delante el muro insalvable de un rival plagado de grandes figuras y que parte el bacalao actualmente. Otro 5-0 en contra sin posibilidad alguna de competir. La plata supo a gloria ante un gigante. La selección femenina también subió al podio en tierras belgas. Un equipo construido a partir de una defensa a ultranza que resulta muy incómodo para cualquier rival. Se colgó el bronce en los shootouts tras remontar el gol de ventaja de Inglaterra. El título cayó en manos de Holanda, que curiosamente no pasó del empate con España en la primera fase. Ambos equipos ya tienen la clasificación olímpica. Vuelve a ser el deporte milagro, del que sólo se acuerdan cada cuatro años y siempre se espera que pelee por las medallas pese a la enorme diferencia de licencias respecto a los países dominadores del Hockey hierba.
El Mundial de Hockey patines se disputó en Barcelona. Esta vez no fue la selección masculina, que cayó en semifinales contra Portugal, a la postre campeona, quien dio la habitual alegría sino el equipo femenino. En el marco del Palau Blaugrana, España decidió una final disputadísima contra Argentina por 8-5 para lograr su tercer título consecutivo y afianzar su dominio a nivel mundial. Y para finalizar el verano también hubo presencia española en los Europeos de voleibol. La ampliación a 24 equipos facilitó que ambos equipos llegaran al torneo. Ambos equipos tuvieron un papel aceptable, llegando a octavos de final, pero lejos de la élite continental. Los dos encontraron el mismo verdugo, Polonia. No tuvieron opciones ante equipos que sí están entre los grandes del Viejo Continente, como una Serbia que hizo doblete ganando los dos torneos. Pero para final de año quedó uno de los grandes momentos en el mundial femenino. No levantó grandes expectativas una selección española venida a menos en los últimos años pero realizó un torneo impecable, su mejor Mundial. Derrotó en la primera fase a equipos como Rumanía y Hungría que fueron superiores en los últimos grandes campeonatos. Un gol en el último segundo de Sandy Barbosa a Montenegro permitió a España pasar la primera fase con pleno de victorias. Dos más en la segunda fase aseguraban el pase a semifinales. Lo tuvo a tiro ante Suecia, disfrutó hasta de nueve goles de ventaja, pero una horrenda segunda parte le costó dilapidar la ventaja. El empate a 26 supo a poco. Tras vencer a la anfitriona Japón bastaba un empate con Rusia para acceder a la lucha por las medallas. Un golpe de realidad, la selección española fue arrollada por la que se presentaba como gran favorita. La aparatosa derrota obligaba a un favor de Montenegro, ya eliminada, contra Suecia para llegar a semifinales. La ayuda llegó oportuna y España se plantaba en la penúltima ronda.
La clasificación para el Preolímpico, el principal objetivo, ya estaba lograda pero ya nadie renunciaba nada por mucho que estuviera delante Noruega, habitual verdugo en la etapa más brillante de la selección española. Tras una primera mitad igualada España bordó el juego con un festival defensivo y la efectividad del contragolpe. Una de las victorias más importantes del balonmano femenino español. 28-22 para una victoria contundente que eliminaba los fantasmas del pasado. España llegaba a su primera final de un Mundial. Holanda separaba a las jugadoras de Carlos Viver de la gloria. El gran desempeño defensivo durante quince minutos hizo soñar a todos. Hasta cinco goles de ventaja tuvo España pero en cuanto no pudo correr llegaron las miserias en el seis para seis y las pérdidas de balón. Polman y Abbingh hacían mucho daño a la defensa española, que tampoco podía frenar el juego por los extremos. Con cinco goles abajo el sueño parecía disiparse pero una dura defensa, la aparición de las extremos y el regreso de la velocidad obraron la remontada. España igualó a falta de un minuto y dispuso del último balón para vencer. Era la oportunidad soñada, el momento que no se podía fallar. Pero el desenlace acabó como una tragedia griega. A un tiro precipitado de Sandy Barbosa se unió una interpretación arbitral errónea y torticera que costó una expulsión y lanzamiento de siete metros erróneos sin base alguna. Las hermanas Bonaventura se añaden a la lista de calamidades arbitrales del deporte español. Hicieron trizas el sueño del balonmano femenino español pero las jugadoras podían volver muy orgullosas del mayor logro conseguido por la selección española. Un Preolímpico asequible organizado en casa supone el premio de consolación.
2019 también fue año de Copa del Mundo de rugby, un torneo muy especial para un deporte con enorme encanto. Se celebró en Japón, un país emergente en el rugby mundial y que lleva años progresando notablemente. No fue casualidad que llegara a cuartos de final. Cuatro años antes se plasmó la superioridad abrumadora de los países del hemisferio sur, que coparon las semifinales. Una afrenta para las selecciones europeas, relegados a un segundo plano. En tierras niponas hubo ocasión para desquitarse en parte. En especial, Inglaterra. Arrolló sin miramientos a Australia en cuartos de final (40-16) pero la gran campanada la dio en semifinales. Nueva Zelanda, la gran favorita, el principal referente del rugby mundial, la mayor reserva de calidad cayó ante la emboscada tendida por el XV de la Rosa, que se encontraba ante la ocasión de lograr su segunda Copa del Mundo. Como no podía ser de otra forma, el rival era un representante del hemisferio sur: Sudáfrica. Un equipo diferente a los All Blacks, con un juego basado en la defensa y el poderío físico. Menos vistoso pero muy efectivo. Le elevó a los altares por tercera vez. Inglaterra no pudo hacer nada ante el poder defensivo de los Springbocks, una apisonadora que arrolla por empuje, por fortaleza. Se acaba imponiendo por desgaste. Dos ensayos en el último cuarto de hora disiparon definitivamente las esperanzas inglesas. No dejó lugar a dudas el 32-12 final. El hemisferio sur sigue dominando el rugby.
Un retorno imprevisto a los altares llenó de golf las portadas de la prensa deportiva. Tiger Woods ya dio síntomas de clara mejoría el año anterior pero pocos imaginaban que sería capaz de volver a pelear por los Majors en una época en la que Brooks Koepka se ha convertido en el hombre que siempre está ahí, el inevitable candidato que no baja de los puestos de honor en los grandes torneos. Sin embargo nunca puede dar por muerto y enterrado a un mito. En Augusta, El Tigre supo esperar su momento. Aguardó para llegar con claras opciones de triunfo en la última jornada. En el momento donde nunca fallaba en sus años de esplendor, ahí rugió como en sus mejores tiempos. La chaqueta verde que lució al final del torneo indicaba que Tiger había vuelto, que cuenta de nuevo en los pronósticos de cada torneo. Sin embargo su cuenta de Majors tendrá que esperar un año más para engondar. Koepka no falló en el US Open, que venció por tercera vez consecutiva. Un hito que no tiene precedentes desde inicios del siglo XX, cuando lo logró el escocés Willie Anderson. Los otros dos grandes torneos fueron a parar a invitados inesperados. El estadounidense Gary Woodland se impuso en el Open Británico y el irlandés Shane Lowry salvó el honor de los europeos en el PGA. También hubo buenas noticias para el golf español. Jon Rahm dio otro paso más para establecerse definitivamente entre los grandes del circuito. Logró cuatro títulos, incluida el torneo final en Dubai que pone el cierre al Circuito Europeo. Este triunfo le valió para ganar el Race to Dubai, la antigua Orden de mérito. Es el segundo jugador español en conseguirlo tras el inolvidable Seve Ballesteros. Situado en el tercer puesto de la clasificación mundial, nadie alberga dudas que está destinado a ser uno de los dominadores del golf mundial durante muchos años. En el golf femenino, dominado con puño de hierro desde hace años por las jugadoras surcoreanas, el equipo europeo de Solheim Cup, que contaba con las españolas Carlota Ciganda y Azahara Muñoz, se impuso a Estados Unidos por 14’5-13’5. No se decidió hasta el último partido de invidivuales. La victoria de las europeas en los últimos tres partidos completaron una remontada impensable. Un putt de más de dos metros de la noruega Suzann Pettersen en el hoyo 18 rubricó una gesta más propia de una película de suspense. La mejor forma de poner fin a su carrera deportiva.
El éxito de Rahm no fue el único individual para el deporte español. El piragüismo sigue dando grandes alegrías. En el Mundial celebrado en Szeged (Hungría), España demostró que es una potencia consolidada logrando siete medallas. Quizá se echa de menos mayor nivel en la categoría femenina (Teresa Portela no es eterna) pero el nivel medio en la masculina es considerable. Habrá bofetadas en las pruebas de selección en kayak, las plazas son limitadas. Lo mismo se puede decir en las aguas bravas. Otras seis medallas logradas en el Mundial disputado en la Seu de Urgell que prueban el considerable nivel de palistas. Las medallas olímpicas de Maialen Chorraut no son hechos aislados. Ander Elosegi, David Llorente, Joan Crespo, Samuel Hernanz, Nuria Villarubla,… No faltan nombres que tener en cuenta para Tokio. En los Europeos de karate, los oros de Sandra Sánchez y Damián Quintero en kata les consolidan como firmes candidatos a medalla en el estreno olímpico (aunque de vida efímera por desgracia) de este deporte en Tokio. Lydia Valentín sigue engrandeciendo su carrera deportiva con la plata lograda en -81 kg en los Mundiales de halterofilia. Pero la noticia más emotiva fue el regreso de Carolina Marín. No llegó a tiempo de disputar el Mundial de badminton pero no tardó en recuperar su nivel competitivo. Apenas le hicieron falta dos torneos para despachar de nuevo a las grandes del circuito. La grave lesión de rodilla, rotura del ligamento cruzado, que sufrió en enero no fue impedimento para que acabara el año con tres títulos. Una bestia competitiva que seguro que no tiene en mente otra cosa que no sea repetir el oro olímpico.
No nos olvidamos del invierno. Otro año más de dominio de los dos grandes referentes de los últimos años en el esquí alpino. Marcel Hirscher y Mikaela Shiffrin volvieron a llevarse la Copa del Mundo y fueron los triunfadores en los Mundiales celebrados en Are (Suecia). Hirscher sumó un oro en eslalon y una plata en gigante como colofón a su brillante carrera deportiva. Su retirada, anunciada en septiembre, supuso un terremoto. Adiós al jefe del último lustro, al que ya echan de menos. La retirada de Hirscher ha provocado una bajada acusada en las audiencias. Shiffrin, por su parte, no encuentra oposición. Oro en eslalon y supergigante y plata en gigante. Es la reina indiscutible del esquí femenino y ya porta el cetro que ostentara su compatriota Lindsay Vonn, que puso fin a su carrera con un bronce en descenso en Are. Punto y final a la trayectoria de la esquiadora más mediática, galardonada con el Princesa de Asturias de los deportes en el año de su retirada. En los Mundiales de esquí de fondo, nuevo recital de Noruega, amo y señor de la especialidad. En biatlon, el año postolímpico trajo resultados discretos para las grandes figuras. Martin Lafourcade y Laura Dahlmeier cedieron el protagonismo al noruego Johannes Thignes Bo, gran triunfador en los Mundiales. En patinaje artístico, con Javier Fernández ya retirado y centrado en fomentar el patinaje con su exitoso espectáculo Revolution on ice, Nathan Chen superó con meridiana claridad al mito Hanyu mientras las patinadoras rusas acaparan el éxito en la prueba femenina. Y en los saltos, año de gloria para el japonés Ryoyu Kobayashi, ganador del torneo de los cuatro trampolines haciendo pleno de victorias, emulando la hazaña conseguida por Kamil Stoch en 2018. Un hito asombroso en un deporte del que siempre nos acordamos en Año Nuevo.
Mejor deportista polideportivo masculino 2019
- Eliud Kipchoge (atletismo) (33%, 1 Votes)
- Kenenisa Bekele (atletismo) (33%, 1 Votes)
- Ryoyu Kobayashi (saltos esquí) (33%, 1 Votes)
- Caeleb Dressel (natación) (0%, 0 Votes)
- Marcel Hirscher (esquí alpino) (0%, 0 Votes)
Total Voters: 3
Mejor deportista polideportivo femenina 2019
- Simone Biles (gimnasia artística) (100%, 3 Votes)
- Brigid Kosgei (atletismo) (0%, 0 Votes)
- Lisa Carrington (piragüismo) (0%, 0 Votes)
- Mikaela Shiffrin (esquí alpino) (0%, 0 Votes)
- Therese Johaug (esquí de fondo) (0%, 0 Votes)
Total Voters: 3
Mejor equipo polideportivo masculino 2019
- Sudáfrica rugby (campeón del mundo) (67%, 2 Votes)
- Dinamarca balonmano (campeón del mundo) (33%, 1 Votes)
- Italia waterpolo (campeón del mundo) (0%, 0 Votes)
- Bélgica hockey hierba (campeón europeo) (0%, 0 Votes)
- Serbia voleibol (campeón europeo) (0%, 0 Votes)
Total Voters: 3
Mejor equipo polideportivo femenino 2019
- Estados Unidos waterpolo (campeón del mundo) (33%, 1 Votes)
- España hockey patines (campeón del mundo) (33%, 1 Votes)
- Rusia natación sincronizada (campeón del mundo) (33%, 1 Votes)
- Holanda hockey hierba (campeón europeo) (0%, 0 Votes)
- Europa Solheim Cup (0%, 0 Votes)
Total Voters: 3
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