España se cuela un torneo más en la lucha por las medallas. Un triunfo que lleva el premio añadido de la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio, evitando el duro Preolímpico que se avecina. Pero la clasificación de la selección española no pasa de una noticia de recuadro pequeño en la portada de unos cuartos de final impactantes. Estados Unidos y Serbia, los dos grandes favoritos al oro, cayeron eliminados y desencadenaron un terremoto en el rumbo del Mundobasket. La selección serbia descarriló ante dos rivales competitivos hasta la médula. España mostró el camino que supo seguir Argentina para dejar en el camino a una de las bestias del torneo. A carácter y orgullo pocos superan a los hombres de Sergio Hernández. Pero si fuera poca sorpresa aún quedaba un sobresalto mayor con la eliminación de Estados Unidos. La sangría continua de renuncias en la preparación acabó convirtiendo a la selección estadounidense en un rival batible. Francia supo encontrar sus debilidades y jugar con los nervios e inexperiencia de un equipo joven y sin referentes. Un batacazo estruendoso. Los dos grandes abandonan la pelea por el título de forma abrupta y dejan el Mundial muy abierto.
EL PARTIDO DE ESPAÑA:
España 90 – Polonia 78: Seguramente todos los aficionados españoles hubieran firmado un cruce de cuartos de final contra Polonia. Un rival con poco fuste y al que Argentina apabulló en el último partido de la segunda fase pero no le faltaban seriedad y solidez. No se arredró en entrar en un intercambio de canastas en los primeros minutos aunque no le convenía un duelo de talento. Ricky (19 puntos, 9 asistencias, 5 rebotes, 26 de valoración) lideró un ataque elaborado con mucha paciencia que permitía a España anotar con comodidad (16-9, min 6). Polonia recurrió al tiro exterior como única arma ofensiva. Todos sus ataques resultaban previsibles, acababan en un triple, pero lo cierto es que los triples permitieron a Polonia igualar el marcador. Slaughter (19 puntos, 6 asistencias, 18 de valoración) jugaba demasiado suelto. Con los cambios también varió la referencia ofensiva de la selección española. Realmente fueron dos. Los hermanos Hernangómez tomaron el peso del ataque con una eficacia asombrosa. Especialmente Juancho, al que le entraba todo. Anotó catorce puntos en muy pocos minutos. El acierto de un pletórico Juancho Hernangómez permitió a España alcanzar una diferencia cómoda (38-28, min 14) pero Polonia reaccionó tras el tiempo muerto solicitado por Mike Taylor. Buscó más la zona y encontró por sorpresa tiros sencillos. La defensa española ni defendió bien la zona ni cerró el rebote. Scariolo colocó una defensa zonal, la idea que anuló el ataque de Serbia en el segundo cuarto del anterior partido. Un triple y un robo de balón de Rudy dieron aire a la selección española pero un golpe en la rodilla en un choque con Ponitka le mandó al banquillo. Preocupación aunque se quedó en un susto. Sin embargo Polonia resistió. Los buenos porcentajes en tiros de campo, por encima del 50%, eran suficientes para seguir muy vivos en el partido (46-41, min 20).
A España le faltó algo de contundencia defensiva e intentó resolverlo en la reanudación. Mejoró la defensa y llegaron las pérdidas rivales. Rudy (16 puntos, 4 rebotes, 20 de valoración) seguía en su línea, martilleando desde la línea de tres. 5/5 en triples al comienzo del tercer cuarto. Era su día. Mike Taylor pidió un rápido tiempo muerto, no quería que el partido se le escapara definitivamente (58-44, min 23). Volvió a ser muy efectivo. Kulig inició la reacción polaca. Marc Gasol no supo atarle en corto. España volvió a colocar la zona pero no le dio buenos resultados. No cerraba el rebote. Sokolowsky también hizo daño en jugadas de uno contra uno. España empezaba a liarse. No buscaba el juego interior y tampoco encontró huecos dentro de una zona atestada de rivales. La solución estuvo en buscar a Willy Hernangómez (18 puntos, 4 rebotes), mucho más entonado que Marc Gasol. Logró estirar nuevamente la diferencia con doce puntos consecutivos pero no había forma de romper el partido. Polonia era una mosca cojonera, siempre regresaba al partido. Lo anotaba todo para volver a inquietar una vez más (76-72, min 34). Los aficionados españoles se temían un final abierto y más sufrimiento ante un rival tenaz y testarudo pero la realidad era que llevaba jugando muchos minutos al límite. Cualquier arreón de España le obligaba a empezar de nuevo. Los de Scariolo echaron mano del talento para doblegar su resistencia. Un 2+1 de Willy alivió el agobio. Dos triples de Ricky noquearon definitivamente a Polonia. El parcial de 11-0 ya no admitía respuesta (87-72, min 37). Polonia ya estaba forzada a dar su brazo a torcer, no había vuelta atrás. España se plantaba en semifinales y vuelve a pelear por las medallas otro gran campeonato más. Acaricia con los dedos la ansiada clasificación olímpica.
EL RESTO DE LA JORNADA:
Argentina 97 – Serbia 87: España dejó marcado el camino y Argentina tenía bien aprendida la lección sobre cómo jugar a Serbia. Muy trabajadora en defensa, siempre atenta a la búsqueda del robo de balón. Campazzo (18 puntos, 12 asistencias, 6 rebotes, 3 robos, 27 de valoración) movía de maravilla el ataque argentino (12-4, min 3). La agresividad por encima de todo aunque fuera a costa de entrar en bonus a los cuatro minutos. No había otra fórmula para frenar la superioridad física serbia aunque no impidió que su rival controlara por completo el rebote. Hasta siete rebotes ofensivos logró en apenas cuatro minutos y medio. Serbia cargaba el juego por dentro y sacaba personales en cada ataque. Un parcial de 0-8 le permitía igualar el partido. La rebelión parecía sofocada (21-22, min 9) pero nada más lejos de la realidad. Campazzo y Deck (13 puntos, 8 rebotes, 17 de valoración) sacaron de problemas a Argentina cuando cayó en un pequeño bache al final del primer cuarto. Sergio Hernández puso dos bases en pista. Vildoza y Laprovittola volvieron loco el partido. El que casi se vuelve chiflado es Marjanovic. Dos pérdidas seguidas y tres faltas, con una antideportiva incluida, en apenas tres minutos. Djordjevic tardó poco en sentarle para que no causara más problemas. Suficientes estaban causando ya Vildoza con sus triples. Serbia contestó de la misma forma pero el concurso de triples en el que entró el choque favoreció claramente a los argentinos, que llevaban 9/14 en triples poco antes del descanso. Serbia se veía desbordada por el bombardeo. Jokic (16 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias, 22 de valoración) era el único jugador que estaba a la altura y consiguió reducir daños. Lo suficiente para evitar que Argentina tomara una diferencia abultada al descanso (54-49, min 20).
Los robos de balón permitieron a Argentina mantenerse por delante al comenzar el tercer cuarto pero Serbia impuso un mayor nivel físico al partido. Argentina ya no encontraba tantos espacios en ataque, le costaba hallar tiros cómodos. Bjeliça estrechó el marcador y Bogdanovic empezaba a ser Bogdanovic (21 puntos, 4 rebotes, 19 de valoración). Un triple de Guduric adelantaba a los serbios al inicio del último cuarto (68-70, min 31). La lógica llegaba al partido pero por muy poco tiempo. A los jugadores argentinos les sobra carácter y lo sacaron a relucir cuando peor se ponían las cosas. Un triple de Vildoza y otro de Campazzo sirvieron de respuesta. Serbia no contaba con esta reacción y no supo reponerse. Scola (20 puntos, 5 rebotes, 21 de valoración) dio otra lección de experiencia y calidad. Siempre supo cuándo cortar por la zona. Estiró el parcial hasta un 14-3 que dejó a Serbia tambaleándose (82-73, min 35). Djordjevic puso un quinteto bajito, colocó a Bjeliça de pivot, pero la falta de acierto en el perímetro frustró esta táctica suicida. Dos acciones de 2+1 consecutivas elevaron la diferencia por encima de los diez puntos (87-76, min 36). Serbia estaba condenada y Campazzo se dio el gusto de firmar la sentencia. Argentina pudo festejar tranquila la gesta en el último minuto. El coco serbio recibía el segundo golpe consecutivo. Éste le tumbó definitivamente. Fue víctima de un rival que dio una lección de talento y carácter para tumbar los pronósticos.
Estados Unidos 79 – Francia 89: No se le presentaba un día sencillo a Estados Unidos. Francia respondió de inmediato a los primeros chispazos de Donovan Mitchell buscando a Gobert en la zona. Popovich no cuenta con un pivot de esas dimensiones en una plantilla consagrada al famoso small ball de moda en la NBA. Y de hecho casi el único recurso de los estadounidenses era el tiro exterior. Los triples le permitían manejar alternativas en el marcador. La entrada a pista de Smart en modo microondas puso a Estados Unidos por delante en la recta final del primer cuarto pero no sirvió para conseguir una buena ventaja. La igualdad era invariable. Una tónica que continuó hasta la mitad del segundo cuarto, cuando se encendió la muñeca de Fournier (22 puntos, 4 asistencias). Al escolta francés le entraba todo. Llegó al descanso con quince puntos. Su rival empezó a emitir señales preocupantes. No había un juego hilvanado, demasiada precipitación en hombres importantes como Kemba Walker. Sólo Mitchell suponía una amenaza para la defensa gala. Fue el sustento de Estados Unidos en el segundo cuarto pero no evitó que Francia adquiriera una ventaja interesante camino del descanso (39-45, min 20).La situación pintaba para mosqueo estadounidense pero no llegaba la reacción. Francia arrancó más fuerte la segunda mitad. Gobert seguía imponiendo su ley dentro de la zona. Batum y Fournier salieron de vestuarios con la escopeta cargada. La preocupación crecía en Estados Unidos (43-53, min 23). En un equipo con tantas ausencias y renuncias, sin la presencia de grandes figuras estelares, se desconocía quién pudiera tomar las riendas de un equipo que perdió el rumbo.
Hacía falta una superestrella, un héroe. Se vistió de él Mitchell. Aún no es una gran figura pero lo será. Tiene talento y puntos para repartir. Se echó el equipo a la espalda en el tercer cuarto. Una pesadilla para la defensa de Francia. Cada vez que enfilaba hacia canasta desataba el pánico. Él solo se ocupó de igualar el encuentro. Tres tiros libres anotados por Smart completaron la remontada. El festival anotador de Mitchell (29 puntos, 6 rebotes, 30 de valoración) incentivó a la defensa estadounidense, que empezó a apretar de lo lindo. Anuló a Fournier y sin sus puntos el ataque francés quedó seco. Todo parecía definitivamente controlado (72-65, min 31) pero un tiempo muerto de Collet cambió el rumbo. Nkitilina ejerció de revulsivo. Francia volvió a apostar por buscar a Gobert (21 puntos, 16 rebotes, 3 tapones, 36 de valoración). De nuevo amo y señor cerca del aro. En la NBA le conocen bien como uno de los mejores defensores de la competición. La selección estadounidense descubrió que en ataque puede aportar mucho ante un rival liviano en el juego interior. A Mitchell se le acabó el acierto y Estados Unidos marchaba directa al desastre tras encajar un parcial de 0-11 (76-82, min 38). Se entregó a la jugada individual, a buscar la remontada con prisas. Cayó en la precipitación. Desperdiciaba tiros libres y perdió la paciencia. Francia disfrutó con los nervios de los jugadores estadounidenses. Sólo necesitó el proverbial acierto de Nando De Colo (18 puntos) en el tiro libre para sellar el destino del encuentro. Francia daba la mayor campanada del torneo. La turbulenta preparación de Estados Unidos no podía tener otro final que el fracaso.
Australia 82 – República Checa 70: Australia bien pudo cambiar el nombre por Club Baloncesto Patty Mills. No existió nadie más en la selección australiano que su base. Toda la anotación recayó en sus manos en el primer cuarto. De los 17 puntos que anotó su equipo quince llevaban su firma. Una canasta de Ingles fue la única aportación del resto de compañeros. Todo quedó en manos de Mills (24 puntos, 6 asistencias, 4 rebotes, 24 de valoración). Pero su exhibición anotadora no iba a valer para dominar el partido. Todo lo contrario. La República Checa propuso trabajo colectivo para hacer frente al solista. Y le funcionó toda la primera mitad. Impuso un ritmo lento y juego de trincheras para evitar un ritmo vivo. Le interesaba un partido en el fango y ahí se disputó el choque los dos primeros cuartos. Mills podía anotar lo que quisiera pero los demás no aportaban. Con eso bastaba para que la igualdad se mantuviera hasta el descanso (33-30, min 20). Y eso que Satoransky apenas hizo nada en la primeros veinte minutos. Era un partido feo y en un escenario así los checos iban a tener opciones. Australia tendría que sudar para dejar atrás a un rival muy correoso. Mantuvo una pequeña ventaja hasta que sacó la dinamita a la cancha. Goulding sería el factor desequilibrante. Un sexto hombre capaz de reventar un partido a golpe de triple. Una pieza muy valiosa aunque le falte impacto mediático. Un asesino silencioso. Los checos no estaban preparados para afrontar el recital de un invitado inesperado que se saltó el guión. El parcial de 17-1 decidió la suerte del partido (63-48, min 30) aunque los checos no dieran su brazo a torcer. Satoransky (13 puntos, 10 rebotes, 9 asistencias, 23 de valoración) despertó en el último cuarto. Rozó el triple-doble. Sus acciones individuales dieron alguna esperanza a la República Checa, avivada por los triples de Auda (21 puntos, 3 rebotes, 18 de valoración). No se iba del partido pero el talento australiano siempre apareció en el momento justo para evitar cualquier heroicidad. Aunque fuera a tirones Australia disfrutó en todo momento de una ventaja muy cómoda. No se dejó sorprender y da un paso más para acercarse a las medallas.
PREVIA SEMIFINALES:
La eliminación de Estados Unidos y Serbia dibuja un horizonte nuevo en el Mundobasket. El pronóstico queda tan abierto que es perfectamente creíble que cualquiera de los cuatro semifinalistas pueda lograr el oro. No hubiéramos imaginado una situación así ni por asomo pero así quedó definida la competición.
España y Australia disputarán la primera semifinal. La última vez que se vieron las caras fue en la pelea por el bronce en los JJOO de Río, hace tres años. Un partido duro e igualado, un cara o cruz que se decidió por aquel balón que desvió Claver y supuso una nueva medalla olímpica para la selección española. Australia partió desde el comienzo como una de las candidatas más serias al oro. España se lo fue ganando con el tiempo tras superar una mediocre primera fase y creciendo progresivamente. Las convincentes victorias ante Serbia y en el cruce de cuartos con Polonia cumplen con el ritual acostumbrado del equipo de Scariolo. Cuanto más importante es el rival o el partido más crece. En semifinales tiene un duelo de gran altura. Australia es un equipo de alto nivel físico y mucha calidad. Un quinteto NBA, toda una garantía. El banquillo baja bastante, a excepción de Goulding que ha oficiado de magnífico sexto hombre. No le debería preocupar a España una guerra de desgaste. Está obligada a defender fuerte aunque no le conviene una zona como contra Serbia. Australia tiene muy buenos tiradores. Mucha atención al duelo entre Ricky y Mills, muy posiblemente puede ser el factor que marque las diferencias. La lucha bajo tableros tendrá gran repercusión en el rebote. Marc Gasol y Willy Hernangómez tendrán mucho trabajo con pivots fuertes y rocosos como Baynes y Bogut. Cerrar el rebote es primordial porque los australianos pocas veces desperdiciarán una segunda oportunidad.
Argentina y Francia lucharán por la otra plaza en la final. Dos visiones diferentes del baloncesto. El carácter, improvisación y juego colectivo argentino contra el exuberante físico y las acciones individuales de Francia. La espectacular movilidad de balón contra los escoltas ejerciendo de generadores de juego. Dos mundos opuestos que se pueden explicar perfectamente examinando la posición de base. Argentina tiene tres de mucho nivel capaces de volver loco un encuentro. Genios con muchos trucos de magia en la chistera y que imponen una velocidad de vértigo. Los bases franceses tienen un perfil más bajo, con mayor capacidad para un juego pausado. La defensa argentina se basa en el carácter y la anticipación para buscar los robos de balón, en lo que es un especialista Campazzo. Francia defiende por dureza y despliegue físico, los exteriores tienen algunas deficiencias en la parcela defensiva. Argentina se encontrará de nuevo con un rival superior en la pintura. Scola solo ante el peligro contra los Gobert, Poirier y compañía. Otro duro reto aunque el veteranísimo pivot siempre ha salido airoso. Lo más probable es que la eliminatoria se decante según el ritmo de juego que se imponga. Si Argentina consigue encontrar espacios y correr será difícil que se le escape. Francia necesitará una pelea cuerpo a cuerpo para contar con más opciones de alcanzar la final.
Y DIGO YO…:
- España disputará su tercera semifinal en un Mundobasket. Choca la cifra tras disfrutar durante casi veinte años de la generación más brillante del baloncesto español pero este torneo siempre estuvo maldito. Y eso que el primer gran título de la selección española llegó en un Mundial, también celebrado en el lejano Oriente.
- Precisamente en ese Mundobasket, en Saitama, cayó por última vez Estados Unidos en una gran competición, léase Juegos Olímpicos o Mundiales. Trece años sin hincar la rodilla que llegaron a su fin contra Francia. Un tropiezo que le debe hacer reflexionar. No puede acudir a una gran competición con un equipo de retales. Fuera de Estados Unidos también hay mucho talento.
- Djordjevic dijo en tono de sorna antes del torneo que Dios se apiadara de Estados Unidos si se cruzaban en el camino. Ahora tendrá la oportunidad de refrendarlo en la pelea… por un insulso quinto puesto. Ironías de la vida.
- Muchos tuvimos dudas, incluido yo, sobre la capacidad de Campazzo para ocupar el puesto de base titular del Real Madrid. En dos años ha superado todas las expectativas hasta convertirse en uno de los bases más determinantes del baloncesto internacional. Quizá los que se hartaron de afirmar que ese jugador bajito y alocado no llegaría a ninguna parte son los mismos que se hinchan a llamar paquete a Deck. Visionarios.
Leave a Reply
Be the First to Comment!
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.