Fuente: heavy.com
La tranquilidad de los Warriors, antes del tercer partido de la serie, contrastaba con la tensión del Moda Center. En parte, por la complicada situación de su equipo en la eliminatoria pero, sobre todo, por la inquietud de ver a Enes Kanter en el banquillo y a Meyers Leonard ocupando su lugar en el quinteto inicial. Sin embargo, la aparición de Damian Jones en el quinteto californiano por Andrew Bogut provocaba algún suspiro de alivio en las gradas. Aunque el pivot no duraría mucho en la pista, en tres minutos cometía tres faltas personales y se iba al banquillo. Mientras, sobre la pista, los primeros minutos permitían ver la mejor versión de las estrellas locales y, como Golden State perdía balones con facilidad, Portland tomaba siete puntos de ventaja y obligaba al tiempo muerto de Steve Kerr. El objtivo era calmar el ambiente creado con el buen inicio pero, ni el ataque de los Warriors funcionaba, ni su defensa ajustaba sobre un acertado Meyers Leonard. La única buena noticia, para los californianos, era ver que Klay Thompson estaba en un día de los buenos y se bastaba para contener el despegue local hasta la aparición de Stephen Curry. Ahora sufrían los Blazers y la salida camino de los vestuarios de Andre Iguodala, tampoco era una solución para el problema que se presentaba. Rodney Hood y Damien Lillard intentaban contener el acercamiento pero, con la versión más dura en defensa de los suplentes californianos, y los buenos minutos ofensivos de Shaun Livingston, el partido volvía a reiniciarse en el segundo cuarto. Pese a ello, no se abandonaba la versión más intensas de las defensas y no sorprendía ver una flagrante de Jonas Jerebko al poco de regresar de los banquillos. De nuevo abrían mejor el cuarto los de Oregón, con un buen juego de equipo, y la aportación de sus interiores, obligaban al técnico visitante a reaccionar. El parcial, pese al parón seguía abierto, un diez a cero que permitía a Portland ponerse con trece puntos de ventaja con sus jugadores de banquillo en pista. Golden State necesitaba otro parón y Kerr necesitaba despertar a su defensa. Recuperando su quinteto titular, y a Iguodala, llevaban el miedo a Terry Stotts y paraba de nuevo el partido. Entre Lillard, Leonard y Seth Curry levantaban a su equipo y ponían la diferencia cerca de las dos decenas de puntos. Sin embargo, cuando la bocina sonaba para cerrar la primera mitad, una canasta de Draymond Green dejaba la diferencia en trece puntos. El paso por los vestuarios dejaba claro que los Warriors iban a por todas en el tercer cuarto, Jones estaba sentado en el banquillo y su lugar en el quinteto era para Jordan Bell. Con ese cambio la defensa visitante ganaba solidez, pero los Blazers tampoco permitían tiros claros y lo único que alteraba al técnico local era la cuarta falta de Meyers Leonard, pero era porque Stephen Curry completaba un tres más uno. Desde ese momento la actividad constante de Green se convertía en un problema, Meyers Leonard no acertaba con los tiros abiertos y el silencio se extendía por el Moda Center. Gracias a un parcial de dieciocho a tres la diferencia local se quedaba en nada. Y, pese al acierto de Evan Turner desde el banquillo, la defensa californiana daba la iniciativa en el marcador a Golden State de cara al cuarto final. Un cuarto donde se notaba la tensión en ambos equipos, hasta CJ McCollum erraba los tiros libres y, con una buena aportación de Quinn Cook, los Warriors aumentaban la diferencia. Ni dos tiempos muertos de Stotts, casi seguidos, frenaban el mejor juego de equipo en los californianos. La ventaja se iba a los dos dígitos y los intentos lcales eran frenados, unas veces por Stephen Curry, otras por Alfonzo McKinnie. El tres a cero en la serie dejaba a Portland muy tocado para el cuarto partido. Invitado inesperado: Quinn Cook, Alfonzo McKinnie, Jordan Bell (Warriors)
Fuente: knbr.com
La baja de Andre Iguodala hacía renacer las esperanzas del Moda Center de ver una victoria de su equipo. Los Warriors tenían que alinear en su quinteto a Alfonzo McKinnie y eso era un experimento muy arriesgado en una final de conferencia. Sin embargo las defensas tardaban en aparecer en ambos lados de la pista y no sorprendía ver que el alero era el máximo anotador de su equipo ante tal permisividad. Y como la galantería era mutua, también Meyers Leonard sacaba provecho para mantener la igualdad en el marcador. Todo cambiaba con la aparición de las estrellas en el partido, la iniciatiba era visitante y Terry Stotts veía necesario levantar la intensidad defensiva de Portland. El problema era que los visitantes aplicaban el mismo criterio y aparecían los balones perdidos en los Blazers. Pese a los problemas en sus rotaciones defensivas, y al acierto de Leonard, Stephen Curry permitía a Golden State ponerse por delante en el marcador al finalizar el cuarto. Y, con el paso por los banquillos, no había alteraciones en el rumbo del partido. Simplemente había menos acierto en los Warriors, pero lo solucionaban buscando las cercanías del aro. Volvían los titulares y, como los titulares visitantes no se mostraban acertados, Portland sacaba provecho de que los suyos no fallaban. Meyers Leonard acertaba con dos triples, ante la excesiva atención de la defensa visitante a Damien Lillard, y, junto al acierto de CJ McCollum, se convertían en protagonistas de la escapada local. La diferencia superaba los diez puntos, pese a los intentos de Steve Kerr por detenerla, y Leonard pedía el aliento de la grada. Sin embargo aparecía Stephen Curry, con ocho puntos en los treinta segundos finales, para aprovechar los errores en la dirección de Lillard y dejar el partido a cuatro puntos al descanso. Los quince minutos de reflexión le venían bien a los de Oregón; con sus estrellas descansadas era más sencillo acertar y la defensa loca se mostraba más compacta. Al técnico visitante no le gustaba como encaraba su equipo la segunda mitad pero, pese a su llamada de atención, CJ McCollum guíaba un parcial de ocho a cero para llevar la diferencia a los dos dígitos nuevamente. El rebote ofensivo y la buena actitud de Draymond Green no era suficiente para recortar. El buen juego de ls Blazers tenía la recompensa de verse con diecisiete puntos de ventaja cuando comenzaban a aparecer jugadores de banquillo. Y ahí cambiaba el signo del partido, entre el desacierto de Evan Turner, y el empeño de Green, los Warriors dejaban la diferencia en la mitad de cara al cuarto definitivo. Era lógico ver más errores tras el mínimo tiempo de reposo. Los nervios eran grandes y Zach Collins era el único que daba respuesta a Stephen Curry cuando arrancaban los doce minutos decisivos. La intensidad defensiva subía, Green cometía su cuarta falta personal y Stotts, que veía incómodo al ataque de su equipo, pedía un tiempo muerto. No servía de nada, Kevon Looney castigaba bajo el aro y cada ataque de Portland acaba en un tiro incómodo. En seis minutos, Golden State hacía un parcial de catorce a tres y empataba el marcador. Stotts tenía que echar una bronca a los suyos porque, además de su ataque, había fallado su defensa. Ahora los malos tiros se extendían por toda la pista y se llegaba al minuto final con empate en el luminoso. Un triple de Lillard se salía de dentro, la agresividad defensiva de Leonard provocaba unos pasos de Stephen Curry y Lillard forzaba una entrada a canasta que no entraba; para desilusión del Moda Center, había tiempo extra de partido. La prórroga seguía la mejor versión de ambas defensas y, ante tanto fallo, el rebote ofensivo de McKinnie y Looney se convertía en arma fundamental de los californiamnos para tomar el mando en el marcador. Se entraba en el minuto final con un punto de ventaja para Golden State y, lo más importante, con posesión para los californianos. Setephen Curry acaparaba el balón dejando pasar el tiempo, atraía al defensor de Green y, como este se encontraba muy solo, no tenía problemas para acertar con el triple. La desventaja, de cuatro puntos, la reducía Lillard a la mitad con una bandeja. Curry se jugaba un tiro tras gastar la posesión, el rbote era local y Stotts no paraba el partido. Su jugador franquicia volvía a tomar la responsabilidad y chocaba contra la defensa de los Warriors. El balón suelto, tras una desesperante revisión, acababa siendo para Portland. Lillard era de nuevo el encargado de solucionar la situación restando tres segundos. Su triple esquinado, a la carrera, era demasiado complicado para poder entrar; Golden State volvía a las finales de la NBA. Invitado inesperado: Kevon Looney, Alfonzo McKinnie, Shaun Livingston (Warriors)
Eliminatoria cerrada: Warriors ganan cuatro a cero.
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