El campeón cedió su corona en Vitoria. El Real Madrid cayó por tercera vez esta temporada ante CSKA, su verdugo particular en competición europea. Volvió a perder el control de un partido bien encaminado y una ventaja suculenta muy avanzado el tercer cuarto. Fue víctima de una de las parejas diabólicas que están protagonizando la Final Four. Sergio Rodríguez y Nando De Colo fueron fundamentales en el triunfo de CSKA en semifinales. El Chacho enderezó el rumbo en el segundo cuarto de un equipo moscovita atemorizado por Tavares. De Colo sacó del atolladero a los de Itoudis cuando el Madrid manejaba una ventaja amplia en el tercer cuarto y resolvió en los últimos minutos. Un papel a la altura de una superestrella europea. Ambos acudieron al rescate en los peores momentos para dar la vuelta al encuentro, borrando de un plumazo la endémica fragilidad mental de CSKA. Pero no fue el único dúo que dejó huella en esta jornada. La primera semifinal supuso el éxtasis de los bases de Efes Pilsen. Larkin y Micic destrozaron a Fenerbahçe, incapaz de hacer frente a las diabluras de dos jugadores con un talento excelso y que rompieron todos los pronósticos. Los amos del partido, los grandes responsables de clasificar a Efes Pilsen por primera vez a una final de Euroliga, marcada sin duda por el duelo de estas parejas de bases. Unas parejas diabólicas que el domingo buscarán acaparar el trono continental.
Fenerbahçe 73 – Efes Pilsen 92: La primera semifinal turca en una Final Four abría la edición de Vitoria. La afición de Fenerbahçe, tan numerosa y ruidosa como de costumbre. A los aficionados de Efes Pilsen había que buscarlos bien. 400 se dijo que viajaron. Inferioridad manifiesta pero el colorido en la grada nada tuvo que ver con lo ocurrido en la pista. Fenerbahçe partió con un quinto inicial muy atípico y bajito. Bobby Dixon, Green, Guduric, Melli, Duverioglu. Sólo el ala-pivot italiano se puede considerar titular. Obradovic buscó una defensa dura sobre los bases, principio y fin en el juego de Efes Pilsen. Sólo le funcionó dos minutos el planteamiento. En cuanto Efes pudo correr la efectividad fue máxima. Tres triples consecutivos para abrir boca. Dos anotados por Larkin que adelantaban lo que estaba por llegar. Fenerbahce jugó con paciencia para salir de un intercambio de canastas que no le valía para nada. Green y Guduric dieron la vuelta al marcador. Cortado el intento de Efes Pilsen de lanzar el partido pero el tramo final del primer cuarto cayó en un descontrol que propició nuevas alternativas en el marcador hasta el inicio del segundo periodo. A partir de ahí comenzó el penar de Fenerbahçe. Sloukas cometió dos faltas y Micic (25 puntos, 5 rebotes, 27 de valoración) no dudó en atacarle. Siete puntos seguidos del base serbio que provocaron el tiempo muerto de Obradovic (22-29, min 13). Fenerbahçe anotó dos triples seguidos tras las instrucciones de su técnico pero no aprovechó el rebote ofensivo ni cambió el ritmo de juego. Larkin, ya como único base en pista, subió la velocidad de juego. Motum, que volvía a la rotación de Ataman, hizo una buena labor para mantener la discreta ventaja. Obradovic regresó al quinteto bajito. La baja de Datome y los problemas físicos de Kalinic habían mermado el puesto de alero. Le duró poco. Sloukas cometía la tercera personal a tres minutos y medio del descanso para monumental enfado de Obradovic. El partido estaba lejos de lo que deseaba. Larkin imponía un ritmo rápido, un juego de marcado carácter individual. Además aparecía por todas partes, incluso donde caía el balón para capturar el rebote. Un 3+1 de James Anderson en los últimos segundos elevó más si cabe la moral de Efes Pilsen. El único lado bueno que le podía ver Fenerbahçe al encuentro es que la desventaja era asumible (40-45, min 20). Nada perdido aunque el juego lo dominara su rival.
Larkin continuó bendecido por los hados del baloncesto tras el descanso. Hacía lo que quería. Anotó los siete primeros puntos de su equipo, que jugaba muy cómodo y alejaba a Fenerbahçe del aro. El equipo de Obradovic recurrió al tiro de media distancia, un argumento en desuso en el baloncesto actual. Melli y Vesely le sostenían pero de nada servía. Sólo valió para unos minutos. Los bases de Efes Pilsen destrozaban la defensa de Fenerbahçe a su antojo. Larkin y Micic formaban una pareja diabólica imposible de desactivar. Cuando no era uno era el otro quien hacía estragos. Provocaron una inseguridad tremenda en Fenerbahçe, que también cedió el control del rebote. Erosionaron a un equipo de experiencia y fortaleza mental probadas. La diferencia aumentaba sin pausa. Larkin era absolutamente imparable. Todo lo que intentaba le salía. No sólo anotaba con una facilidad pasmosa. También asistía cuando era menester. Un festival. Drazen Petrovic en versión afroamericana sobre el parqué del Buesa Arena. Acabó con la moral de Fenerbahçe, fuera del partido e incapaz de encontrar tiros cómodos. Tal era la euforia de Efes Pilsen que también enseñaba los colmillos en defensa. El partido estaba bajo su control, en las manos de unos bases que lo hacían trizas. Obradovic tiró de soluciones desesperadas (57-73, min 32). Puso en pista a Biberovic, el joven bosnio que cierra la rotación, pero no había remedio posible. Su equipo no metía una. Estaba cabizbajo, superado. Cuesta asumir esta imagen de un equipo entrenado por el gran cazador. Destruido por la brutalidad envuelta en seda de Micic y Larkin (61-82, min 36). Magia para convertir en un trámite los últimos minutos. Larkin (30 puntos, 7 asistencias, 7 rebotes, 43 de valoración) se retiró aclamado por todo el Buesa Arena. No era para menos. El rostro de un Efes Pilsen que disputará su primera final de Euroliga.
CSKA Moscú 95 – Real Madrid 90: El Real Madrid tuvo claro a quién buscar en los primeros compases del partido. Balones a Tavares, un gigante ante los pivots de bolsillo de CSKA. Su influencia fue enorme en ambas zonas. CSKA buscó el tiro exterior pero sin fortuna. Apenas había ritmo. Muchas personales y tiros libres. Demasiados para tan poco tiempo. Pese a que Taylor falló dos bandejas sencillas el Real Madrid iba tomando el dominio del partido defendiendo fuerte y cerrando bien el rebote. Tavares sembraba el terror bajo aros. Tapón como receta a quien osara acercarse. CSKA se encontraba al borde del ataque de pánico (11-22, min 8) e Itoudis no esperó más para dar entrada a Sergio Rodríguez. El Chacho cambió el juego ofensivo de su equipo por completo. Tomó el mando de las operaciones y CSKA encontró el rumbo dentro del partido. También le ayudó la presencia en pista de Llull, al que superó en todo momento. La buena marcha del Real Madrid, en cambio, se iba torciendo. La dirección de Llull iba sumiendo en el caos al equipo blanco. La diferencia de Ayón respecto a Tavares fue abismal. Ni atacaba ni defendía. Como si el Madrid jugara con cuatro. Y Sergio Rodríguez a lo suyo. Un triple del base canario puso por delante a CSKA por primera vez en el encuentro (29-28, min 13). Catorce puntos anotó en la primera mitad. Laso puso en pista a Causeur para defenderle y como alternativa en ataque. De lo primero tuvo poca ocasión porque Itoudis no tardó en sentar al Chacho. La segunda premisa se cumplió al pie de la letra. Como lleva haciendo los últimos partidos, rompió la defensa contraria con su facilidad para entrar hacia canasta. Indefendible. Nueve puntos seguidos de Causeur que devolvieron el mando al equipo de Laso. Itoudis no tardó en devolver al partido a Sergio Rodríguez aunque en pista ya estaba Campazzo. No era lo mismo en defensa que Llull. Thompkins se mostró muy activo en el tramo final del segundo cuarto. Buena actitud defensiva, un triple y un palmeo que recordó al inolvidable para el madridismo ante Fenerbahçe un año antes. El Real Madrid iba tomando distancia pero Clyburn (18 puntos, 5 rebotes, 19 de valoración) se encargó de reducirla al mínimo. Un 2+1 y un triple de ocho metros en el último segundo para dejar las espadas en todo lo alto (43-45, min 20).
La segunda parte se inició cargada de tensión. Rudy y Clyburn se repartían la anotación en los instantes iniciales mientras el juego se enfangaba a marchas forzadas. Campazzo y Sergio Rodríguez se las tuvieron tiesas. El Chacho le endosó un sopapo en la cara para quitarse al argentino del medio. Campazzo se tomó la revancha sacando la tercera falta del base de CSKA frenando en seco en la zona rusa. La tensión se extendió a todo el equipo blanco, nada conforme con el criterio arbitral en la señalización de las faltas. Pero la controversia con los colegiados no distrajo al Real Madrid. Movía bien el balón y Campazzo ya iba dejando sus detalles de magia en la pista. Se manejó bien en el barro. CSKA sólo era capaz de anotar tiros libres. Le costaba un mundo encestar en juego. En cambio el Real Madrid estaba lúcido y efectivo. Apenas falló dos tiros en los primeros seis minutos del tercer cuarto. Causeur (18 puntos, 2 rebotes, 17 de valoración) estaba pletórico, anotando con toda facilidad en cada penetración a canasta. Se le allanaba a los madridista el camino hacia la final pese a que varios jugadores se cargaban de personales (51-65, min 25). CSKA se entregó a la calidad individual de sus figuras. O más bien de De Colo, que empezó a jugarse todo. Supuso un balón de oxígeno, sobre todo por su facilidad para forzar personales. Lo que es un seguro de vida por lo fiable que es en el tiro libre. Sergio Rodríguez regresó al partido y ayudó al escolta francés a recortar la diferencia por debajo de los diez puntos. Llull buscó penetrar con mayor frecuencia en la segunda mitad. No estaba mal pensado pero, sin venir a cuento, volvió a lanzar triples mal seleccionados. Al tercero consecutivo que se quedó corto forzó la personal para apresurar el cambio. Sus malas decisiones ayudaron a la remontada rival y a extender el nerviosismo. El enfado hacia un arbitraje amable hacia CSKA. Laso se llevó una técnica tras arrojar una toalla a una silla visiblemente enfadado. CSKA se había metido de lleno en el partido. Un triple de Clyburn ponía uno abajo a los de Itoudis. Un tiro del propio alero estadounidense empata el partido (80-80, min 36). Un triple de Taylor dio aire al Madrid pero no resultaría fácil resistir si CSKA anotaba en cada ataque. Lo hizo así en los últimos seis minutos. Otro triple de De Colo puso el 87-85 a 1:19. Un duro golpe, aumentado tras fallar Randolph un lanzamiento asequible y el posterior palmeo. La fiabilidad de CSKA en el tiro libre forzaba a la heroicidad. Llull anotaba su primer triple al noveno intento. La prórroga quedaba a tiro de otro lanzamiento de tres. No tuvo el mismo acierto en el siguiente, como fue norma en el partido. Otro error que puso fin a las esperanzas madridistas de revalidad el título. CSKA supo resistir en los malos momentos e imponerse para alcanzar la final.
Fuente: latribunadeciudadreal.es
PREVIA DE LA FINAL:
CSKA Moscú y Efes Pilsen disputarán una final inédita en la historia de la Euroliga. De hecho, el equipo turco jamás había alcanzado el partido decisivo por el título nunca antes. Se estrena ante uno de los más grandes de la competición, un rival que sólo faltó una vez a la Final Four en los últimos dieciocho años. Sobra decir que los pronósticos de la gran mayoría de expertos y aficionados están del lado del campeón ruso. Por experiencia y potencial de las plantillas. De lo que no hay duda es que la final quedará marcada por el apasionante duelo entre los bases. Sergio Rodríguez y De Colo contra Micic y Larkin. Los grandes protagonistas de las semifinales, los artífices de actuaciones memorables que conformaron la final tal como es. Un combate de anotación y talento. A Efes Pilsen sólo le interesa un tipo de partido. Mucha velocidad y a lanzar de tres a la menor oportunidad. Es su seña de identidad y en ella está la esperanza de hacer historia. CSKA tiene más registros. No le importaría lanzarse a tumba abierta pero dispone de un potencial físico suficiente para plantear otro tipo de partido, más duro y espeso. En el puesto de alero tiene clara ventaja en ese sentido. Del partido que hagan Micic y Larkin dependerán las opciones de Efes Pilsen. Se van a enfrentar con el tiro exterior más poderoso del baloncesto europeo pero a esta pareja diabólica de bases no le arredra nada. Confiemos en que se imponga un duelo ofensivo porque mimbres para ello hay de sobra.
Y DIGO YO…:
- Entre Larkin y Micic anotaron 55 de los 92 puntos de Efes Pilsen en su semifinal. Queda muy claro quienes parten el bacalao en el equipo de Ataman. En su acierto residen las esperanzas de Efes en conseguir su primer título de Euroliga.
- Nando De Colo promedió 27’5 puntos en los dos partidos disputados en el Buesa Arena contra Baskonia en la eliminatoria de cuartos de final. Ante el Real Madrid anotó 23 puntos en el mismo escenario. Al jugador francés le van a quedar siempre buenos recuerdos de Vitoria.
- CSKA Moscú cimentó su clasificación para la Final Four resistiendo tres cuartos y rompiendo el partido en el último, dejando lo mejor siempre para el final. Así se impuso a Baskonia en los dos partidos a domicilio en el Buesa Arena. Ante el Real Madrid emuló esta estrategia. 30 puntos en el último cuarto y anotación en cada jugada en los últimos seis minutos. Un final irresistible.
- El Real Madrid dejó escapar 17 puntos en las postrimerías del tercer cuarto en la final de Copa. Contra CSKA se le escapó una renta de 14 puntos mediado el tercer periodo. Ventajas similares se le escaparon en otros partidos. Los de Laso tienen problemas evidentes para gestionar buenas ventajas. No tengo duda que falta un segundo base de garantías. Llull no está ahora mismo.
- Entre la mezcla de aficiones presentes en el Buesa Arena no faltaron los gritos de “¡Baskonia, Baskonia!” en algunos instantes de las semifinales. Pese a que el equipo vitoriano no se clasificó para la Final Four parte de su afición no dejó pasar la oportunidad de asistir. Un gusto por el buen baloncesto indudable. Lástima que, en ocasiones, a algunos elementos se les vaya la pinza y no es la primera vez.
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