Del 17 al 19 de mayo se disputará una nueva batalla por el trono del baloncesto europeo. Vitoria alberga la gran fiesta de la Euroliga, la Final Four. Cuatro equipos en busca del título más codiciado del Viejo Continente en el imponente escenario del Buesa Arena. Una cita habitual cada temporada para tres de los equipos presentes en la cancha de Baskonia. Real Madrid, Fenerbahçe y CSKA Moscú repiten presencia en la Final Four, algo que no es novedad. Estos tres equipos han marcado el último lustro en Europa y han acaparado el título en este periodo. Se les sitúa un escalón por encima y en los previsiones de expertos y aficionados se contaba con la presencia de todos ellos en Vitoria. El cuarto invitado es Efes Pilsen. Por primera vez habrá dos equipos turcos en la Final Four. Un éxito para la pujanza económica del baloncesto turco, el nuevo rico continental. No es una cenicienta pero los pronósticos le conceden pocas posibilidades de alzar el título el domingo.
Sin más preámbulo pasemos a analizar a los cuatro equipos participantes en esta Final Four.
FENERBAHÇE – EFES PILSEN:
Poco ha cambiado el subcampeón de Europa en un año. Fenerbahçe conserva casi en su totalidad el bloque de la pasada temporada, el que cedió en Belgrado el cetro europeo al Real Madrid. Salvo Wanamaker, que marchó a Boston para agitar la toalla en el banquillo, la plantilla conserva las piezas que formaron un equipo competitivo, duro y muy físico. El sello impreso por Zeljko Obradovic, el gran cazador, el entrenador más prestigioso del baloncesto europeo. El creador de un equipo campeón a partir de un bloque millonario. Fenerbahçe acabó líder la Liga Regular, dando una sensación de solidez y despliegue físico que le sitúa un año más como uno de los candidatos al título de la Euroliga. Un equipo compacto y completo. En la dirección conjuga la inteligencia y liderazgo de Sloukas con la velocidad y tiro rápido de Bobby Dixon. También forman parte de un juego exterior muy efectivo junto a Erik Green (sustituto del lesionado Tyler Ennis) y Guduric, que ha crecido en importancia y prestaciones esta temporada. Han sido varios los partidos que desniveló la efectividad de Guduric. Aunque desempeñan un papel casi residual, Mahmutoglu y el joven Biberovic (sólo 18 años pero sobrado de fundamentos) pueden ser opciones desesperadas pero válidas.
En la posición de alero posee un dúo envidiable para cualquier equipo europeo. Datome es otro jugador desde que está a las órdenes de Obradovic. Hace años que aquel jugador anárquico e individualista que abandonó la NBA por la puerta de atrás presta todas sus virtudes al servicio del equipo. Gran capacidad física, buen tirador de tres y unas magníficas condiciones para penetrar a canasta. Imprescindible. Kalinic es un jugador menos móvil pero muy participativo dentro de la zona y no exento de mano. Prototipo de alero alto que también puede jugar como ala-pivot y ofrecer minutos de respiro a Melli, asentado definitivamente como amenaza exterior y pieza clave en el rebote ofensivo. Ambos llegan algo mermados físicamente pero cualquiera se fía. La zona es el reino de Vesely, el gran referente de Fenerbahçe en el juego interior. Los problemas con las lesiones de Lauvergne, fichaje estelar el pasado verano, le han cargado de minutos pero la acumulación no ha sido problema para este prodigio de fuerza y poderío, uno de los pivots más importantes del baloncesto europeo. El rocoso Duverioglu puede servir para un apaño pero la importancia de Vesely en el juego de Fenerbahçe es capital. Incluso resolvió esta temporada sus problemas con el tiro libre. Minimizar su impacto será la mayor preocupación defensiva de los rivales del campeón turco aunque los argumentos de éste son extensos. Y si fueran pocos cuenta con el respaldo incondicional de su hinchada, que siempre se desplaza en gran número a cada Final Four. Y vaya si se dejan notar.
Casi veinte años después Efes Pilsen regresa a una Final Four. Fue el primer equipo turco en conseguirlo pero su logro quedó disipado por los recientes y rutilantes éxitos de Fenerbahçe, el dominador actual del baloncesto otomano y su rival en semifinales. Tampoco le ayudó la sucesión de fracasos pese a la gran inversión económica realizada temporada tras temporada. Cada año Efes Pilsen acababa convertido en una suma de invidualidades que derivaba en una banda de la peor calaña. Pero en esta campaña la historia fue muy diferente. En realidad no cambió tanto el estilo de juego del conjunto dirigido por Ataman. Correr y tirar a la menor oportunidad, preferiblemente de tres. Un planteamiento muy sencillo pero que le dio un gran resultado. Realizó una notable Liga Regular y se ganó la plaza en Vitoria en el quinto partido de una agónica eliminatoria con el Barça. El factor cancha y la efectividad de sus tiradores fueron decisivos para lograr el último billete a la Final Four. Estamos ante un equipo heterodoxo, volcado en el lanzamiento exterior. El canon de equipo marcado por el juego que se estila actualmente en la NBA.
La gran cantidad de tiradores de los que dispone ayuda a buscar con decisión el tiro de tres. Empezando por Larkin, el principal verdugo del Barça en cuartos de final. Un anotador incansable que en racha se asemeja a una versión afroamericana de Drazen Petrovic. Beaubois, Moerman, Simon,… Reputados lanzadores que suponen una seria amenaza. Incluso un pivot del tamaño de Pleiss busca con cierta frecuencia el tiro exterior. El único jugador eminentemente interior es Dunston, un pivot atlético y fuerte que destaca más por sus cualidades defensivas. No en vano fue nombrado mejor defensor de la Euroliga en varias temporadas. Un desenfreno que no desemboca en el caos por obra y gracia de uno de los mejores bases europeos: Micic. Lleva despuntando desde hace tiempo pero esta temporada supuso su explosión definitiva como figura. Un portento de fundamentos. Lectura de juego, penetraciones indefendibles, buena muñeca. El jugador indicado para llevar esta alocada orquesta. El base del futuro pero con un esplendoroso presente. Quizá el punto flaco está en la poca profundidad de banquillo, más acusada desde la caída en desgracia de Motum. La rotación se reduce en ocasiones a ocho jugadores, dependiendo del uso que dé Ataman a Balbay. El joven base turco es buen defensor y no lanza mal de tres pero su papel se reduce en los partidos importantes a repartir leña. De todas formas el equipo otomano cuenta con armas para crear problemas. Algunas de las escasas derrotas de Fenerbahçe esta temporada llegaron a manos de Efes Pilsen. Un aviso para estar alerta aunque el potencial y experiencia del subcampeón de Europa sean superiores.
CSKA MOSCÚ – REAL MADRID:
CSKA Moscú es un equipo muy reconocible. El muro que truncó los sueños de Baskonia de alcanzar la Final Four en casa apenas ha sufrido cambios en su columna vertebral esta temporada aunque Itoudis realizó algunos ajustes en los sistemas para otorgar mayor peso en ataque a Higgins y Clyburn en detrimento de De Colo, principal referencia los últimos años. Detalles formales en un equipo con un potencial ofensivo casi ilimitado. Tanto como el poderío económico del equipo más rico del baloncesto europeo. En los últimos dieciséis años sólo faltó en una ocasión a la Final Four (2011) pero sólo ha logrado tres títulos en estas quince presencias. Siempre entre los grandes, como obliga su enorme inversión, pero su fragilidad mental le ha llevado a numerosas derrotas, algunas muy dolorosas. En este periplo pasó de la disciplina y el orden de Messina al juego veloz y alegre propuesto por Itoudis en los últimos años. El estilo que mejor le viene a Sergio Rodríguez, motor en la sala de máquinas y mago con muchos trucos en su chistera. Aquejado de problemas físicos la pasada semana, se recuperó a tiempo para ser de la partida.
Probablemente CSKA disponga del juego exterior más letal del baloncesto europeo. Es capaz de acabar los partidos con porcentajes muy altos en el triple. La nómina de finos tiradores es extensa: De Colo, Sergio Rodríguez, Higgins, Hackett, Vorontsevich,… Incluso Clyburn y Kurbanov, más propensos a penetrar a canasta, han mejorado sus prestaciones esta temporada en el tiro de tres. Esta temporada CSKA añadió a su arsenal a Alec Peters, tirador de rachas pero muy peligroso cuando empieza a anotar. Un perímetro letal y muy efectivo, con muchos puntos en sus manos. Por dentro tampoco falta poderío físico y rendimiento de garantías con dos pivots muy atléticos. Hines es toda una institución. El prototipo de pivot bajito (no llega a dos metros) pero que rebotea y se faja en la pintura como nadie. Othello Hunter es un jugador de una factura parecida aunque algo más alto y con mayor rango de tiro. Bolomboy llegó como tercer pivot. No disfruta de muchos minutos pero en pista siempre aporta solidez y buena capacidad para el rebote. Pivots de bolsillo para un juego dinámico y de marcado carácter ofensivo. Quizá sea la última oportunidad de este bloque para conseguir la Euroliga. Jugadores de la importancia de Sergio Rodríguez o De Colo no parecen dispuestos a continuar en Rusia más tiempo pese a la ingente cantidad de rublos que cobran en las filas de CSKA. El conjunto de Itoudis es su propio enemigo. Siempre parte como favorito pero su fragilidad mental ante situaciones de presión le juega malas pasadas. Deberá espantar sus fantasmas ante un rival que luce la competitividad por bandera y ya le batió en semifinales la pasada temporada.
El Real Madrid llega a Vitoria en el mejor momento de la temporada. Hace tiempo que Laso aprendió que a partir de abril se decide la suerte del curso. Se planta en la Final Four dejando una imagen impecable. Resolvió por la vía rápida una eliminatoria contra Panathinaikos que se presentaba dura y agónica y alcanzó el liderato de la Liga ACB tras el bajón sufrido por el Barça. Situación deportiva inmejorable acompañada por un gran estado de forma. Su juego alcanza el nivel que está marcando una época en el baloncesto europeo. Un estilo inconfundible. Velocidad y tiro exterior como principales armas pero capaz de amoldarse al tipo de partido que se plantee. Si hay que defender lo puede hacer mejor que nadie. Si se trata de bajar al barro se embadurna lo que sea preciso. Le sobra madurez y experiencia. Talento y competitividad para regalar. Muy pocos serían capaz de rendir a este nivel tras perder a un jugador de la trascendencia de Doncic. Prueba irrefutable de un trabajo ejemplar en la construcción de un equipo. Muchos jugadores llegan en gran momento pero dos lo ejemplifican a la perfección.
Campazzo se convirtió en una pieza clave en el juego madridista. Su influencia es absoluta. En ataque añadió sentido común y una mejora en el tiro al enorme repertorio de trucos mágicos. Maneja los partidos a su antojo. En defensa aporta carácter y una intuición especial para robar balones. No sólo ha demostrado que tiene un sitio en el Madrid. Es uno de los mejores bases del baloncesto europeo hoy por hoy. El otro pilar, Tavares, ha mutado en una suerte de hombre del saco. Su altura e intimidación siempre han estado ahí pero la mejoría presentada desde que llegó al equipo blanco es sustancial. Ha ganado en velocidad de movimientos y ejecución. Lo necesario para hacerse un hueco en el particular estilo de juego de Laso. Atrás impone el terror con su enorme figura. Llega a todo para colocar un tapón a quien ose atacar el aro madridista. La importancia de ambos cobra mayor importancia ante el bajo nivel de Llull y Ayón en las últimas semanas. Quizá son los únicos jugadores que no disfrutan de un momento dulce. Rudy recuperó desde los playoffs de la pasada temporada sus mejores señas de identidad. Efectivo en el tiro de tres y trabajador y aguerrido en defensa. Taylor ha progresado hasta alcanzar el mejor momento de su carrera. Además de una pieza valiosa en el trabajo de intendencia ha pasado a ocupar un lugar destacado en el poderoso tiro exterior del Real Madrid con una notable efectividad desde las esquinas. Lugar donde Thompkins y Randolph abren las defensas rivales con mucha facilidad. Causeur, el mejor jugador de la final del año pasado, sorprende con la abrumadora comodidad que disfruta para entrar a canasta. Carroll siempre está ahí para ejercer de abrelatas en momentos de apuro. Deck disputa su primera Final Four pero le sobra fuerza y carácter para defender a la élite de los aleros del Viejo Continente. Incluso Felipe Reyes, ya relegado a un papel menor, es una pieza útil en caso de necesidad. No podía llegarle al campeón la defensa del título en mejor momento. Una apuesta en la que se puede confiar.
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