Fuente: hardwoodhoudini.com
Si algo tenían claro en Milwaukee, antes del primer partido de su serie contra los Celtics, era que el rival que tenían delante no era de fiar. Como para confirmar ese pensamiento, Brad Stevens ponía a Marcus Morris de titular y Boston mostraba su peligrosidad. Kyrie Irving dirigía el ataque, Al Horford hacía todas las labores oscuras (incluída frenar a la estrella local) y los Bucks necesitaban del acierto exterior de Kris Middleton para mantener el ritmo. Aparecían temprano las primeras rotaciones y las sensaciones locales no mejoraban; Giannis Antetokounmpo se mostraba dubitativo ante las ayudas de la defensa visitante y, por encima, los de Wisconsin no mostraban la energía defensiva requerida. Milwaukee comenzaba a contagiarse de su jugador franquicia, mover el balón era complicado, se abusaba del bote y los balones perdidos comenzaban a aparecer. Un parcial de once a uno era el primer aviso y seguía abierto. Los triples locales no entraban e Irving no perdonaba, la diferencia superaba la decena puntos tras un diecisiete a tres. El aliento del Fiserv Forum comenzaba a resentirse, por suerte George Hill alimentaba las esperanzas de la afición local con siete puntos consecutivos y la diferencia se quedaba a las puertas de los dos dígitos cuando arrancaba el segundo periodo. Un cuarto donde los errores eran habituales y la estrella griega conseguía su primera canasta del partido. Poco a poco la energía llegaba al bando local, pero siempre había un pequeño fallo que frenaba al equipo. Mientras los Celtics despertaban en ataque, con la dirección de Gordon Hayward y los bloqueos de Aron Baynes. La diferencia visitante alcanzaba los quince puntos y Mike Buldenhozer buscaba aclarar algunas cosas a sus jugadores. En sesenta segundos la cara del partido cambiaba, las muñecas locales acertaban, las tonterías eran de Boston y, tras encajar ocho puntos sin respuesta, Stevens quería hablar con su equipo. La confianza daba otra intensidad, y acierto, al juego de los Bucks. Los de Massachusetts veían ocomo otros siete puntos entraban en un suspiro por su aro y, mientras, al otro lado, todo rebotaba en el hierro; la clara ventaja se había quedado a cero. Nikola Mirotic había sido la catapulta de la reacción local, con tres triples, y había levantado a sus compañeros hasta poner a su equipo en ventaja. Viendo la apurada situación de su equipo, el líder de Boston se la jugaba con acciones individuales para mantener a su equipo con una mínima ventaja al descanso. Parecía claro que Milwaukee había salvado una situación muy complicada, la tranquilidad debía haber llegado al bando local. Sin embargo, el equipo se mostraba acelerado en los primeros compases del tercer cuarto y salvaban la situación gracias al acierto exterior. Los Celtics, muy al contrario, jugaban con el poso que da la experiencia; sin estridencias, ni errores. Así no tardaba en llegar una nueva escapada visitante, aprovechando que los triples de los Bucks no entraban. El técnico local buscaba más movimiento de balón en su ataque pero era inútil, Horford controlaba a la estrella local y, con la ayuda de Irving, aumentaba la diferencia en el marcador. Buldenhozer lo veía mal y, como su líder se empeñaba en chocar con la defensa, lo sacaba de la ecuación. Pat Connaughton daba aire al ataque local, pero el paso de los minutos demostraba la necesidad de reintegrar al jugador franquicia a la cancha. Daba igual, pese a la torcedura de tobillo de Aron Baynes, las dudas ofensivas eran generales en Milwaukee. Con Antetokounmpo desesperado, la diferencia se quedaba en diecisiete puntos para remontar en los doce minutos finales. Algo raro tenía que pasar para que Boston no lograse la victoria y, sorprendentemente, todo lo que pasaba en la pista era inesperado La estrella local hacía de todo, lo mismo metía triples, que fallaba tiros libres. Mientras, Brad Stevens se mostraba tranquilo. Su equipo no tenía altibajos y por eso la ventaja no bajaba de la decena de puntos. Bastaba un tiempo muerto para ordenar a su equipo, bajo el caldeado ambiente del Fiserv Forum. Con eso, y un poquito de Irving, llegaba para desquiciar a los jugadores locales que veían inexorablemente como se les acaba el tiempo. Los Celtics celebraban la victoria en el primer partido y tomar el control de la eliminatoria. Invitado inesperado: Terry Rozier, Gordon Hayward (Celtics)
La gran novedad, para el segundo partido de la serie, era la presencia de Nikola Mirotic en el quinteto inicial de los Bucks. Bueno, eso, y una energía muy distinta en el equipo local que iba calentando el ambiente del pabellón. Además, Eric Bledsoe se mostraba muy activo y, pese a que Boston mandaba en el marcador porque el base local no estaba acertado, las sensaciones eran muy distintas. Con la distancia en siete puntos, y la segunda falta personal de Mirotic, Mike Buldenhozer intentaba dar protagonismo a su estrella, pero el griego reincidía en el error de chocar contra la defensa. Para alivio de la afición, Kyrie Irving se contagiaba y, encontrando una mejor distribución del balón (y el acierto de Kris Middleton), Milwaukee le daba la vuelta al marcador. Brad Stevens respondía con la tranquilidad de Al Horford y Gordon Hayward y, como los Bucks se precipiitaban, el cuarto finalizaba con ls de Massachusetts por delante. El segundo capítulo mostraba una versión más acertada de Bledsoe que, junto con Middleton y una buena defensa, daba la vuelta la marcador con un parcial de diez a cero en dos minutos. Era obligado que el base visitante calmase la situación y devolviese la tranquilidad a los Celtics. Sin embargo, Giannis Antetokounmpo sacaba su versión más agresiva y se convertía en el tercer pilar ofensivo del equipo, que permitía a los Bucks llegar por delante en el marcador al descanso al acertar con tres triples consecutivamente. Si algo tienen los pasos por vestuarios es que sirven para cambiar dinámicas, pero en este caso no. La defensa local se ponía en su versión más intensa, con constantes cambios y mucha actividad de manos, los balones perdidos se acumulaban en Boston y nadie podía cerrar el contraataque de Milwaukee. Gracias al acierto de Middleton la diferencia se iba a los diez puntos y sólo la precipitación local evitaba un despegue mayor. Buldenhozer necesitaba poner un poco de tranquilidad en su equipo. Antetokounmpo comenzaba a confirmar sus aspiraciones a jugador más valioso de temporada. Robaba balones, corría, metía triples y, cuando tocaba atacar en estático, hundía a la defensa y distribuía o sacaba la falta. Boston no encontraba buenos tiros y, con un parcial de diecisiete a dos, la estrella griega se sentaba a descansar. Pese a ello, los Bucks no frenaban. Surgía Eric Bledsoe para aprovechar el colapso visitante para, con siete puntos en los dos minutos finales, dejar la ventaja local en veinticinco puntos para el cuarto final. Jaylen Brown rompía cuatro minutos sin anotar de su equipo y, con un parcial de treinta y uno a cuatro en poco más de ocho minutos, el Fiserv Forum se iba apagando. La diferencia alcanzaba los treinta puntos, era hora de irse retirando. Invitado inesperado: George Hill, Pat Connaughton (Bucks)
Fuente: phillymag.com
El objetivo de Toronto antes del primer partido de la eliminatoria contra los Sixers estaba claro, asegurarse la victoria para no tener un susto y mucha tensión en el segundo partido De modo que el partido empezaba con mucha presión sobre el balón, cada pase era de riesgo y Philadelphia tomaba la iniciativa porque jugaba más individualmente. Sin embargo, Kawhi Leonard hacía seis puntos consecutivos y, como Joel Embiid acumulaba fallos ante Marc Gasol, la ventaja canadiense obligaba a Brett Brown a parar el partido. Sin embargo, la dinámica local se mantenía, Pascal Siakam era el apoyo ofensivo cuando la estrella de los Raptors no acertaba y, como el jugador franquicia visitante descansaba, el atasco de los Sixers era más notorio. El parcial, de trece a dos, llevaba la diferencia a las dos cifras. Sólo la aparición del acierto exterior en el cuadro visitante, y el retorno de su pivot estrella, permitían dejar la desventaja por debajo de los diez puntos al expirar los doce minutos del primer cuarto. El paso por los banquillos enfriaba totalmente al ataque local que, pese a los intentos de Nick Nurse por reactivarlo con un tiempo muerto, hacía una canasta en juego en cuatro minutos. Además Embiid se apropiaba de las zonas sin Gasol y, pese a ello, los Raptors seguían con una mínima ventaja cuando regresaba el pivot español y se sentaba la estrella de los de Pennsylvania. Con su presencia, y el acierto de Leonard, Toronto completaba un parcial de nueve a cero. Tobias Harris era el encargado de sostener a los visitantes hasta la aparición de su referencia ofensiva. Sin embargo, Embiid se mostraba incapaz de dar anotación sólida al equipo y Philadelphia llegaba al descanso con la diferencia en torno a los diez puntos. Las sensaciones, tras el obligado paso por los vestuarios, eran mejores para los Sixers. JJ Reddick había despertado y, con cuatro triples del tirón, dejaba a los Raptors a tiro, pese a los intentos de Siakam por frenar el acercamiento. Bajo esta situación, resultaba sorprendente ver como el escolta se ponía a intentar sacar una falta en ataque Danny Green y se revolvía al llevarse un golpe buscado por él mismo. Esa jugada le costaba una técnica por las protestas pero, al mismo tiempo, desconcentraba a los suyos. En un momento, Toronto se ponía con catorce puntos de ventaja y, pese al intento del técnico visitante por frenar la escapada, se completaba un parcial de veintiuno a seis. La diferencia rozaba los veinte puntos, los canadienses eran más agresivos y contaban, de nuevo, con la mejor versión de su estrella. Brown sólo veía una solución, dejar a sus titulares en pista contra los suplentes de los Raptors. Así las cosas, y tras un falta absurda de Serge Ibaka en el rebote de un tiro libre, Philadelphia llegaba al cuarto final con once puntos de desventaja. Sin embargo, tras el paso por los banquillos, Nurse encontraba la forma de sacar rendimiento de su banquillo. Un cuatro a cero, en cuarenta segundos, obligaba a reordenar las ideas visitantes. Embiid seguía acumulando fallos e Ibaka lograba mantener la diferencia por encima de la decena de puntos. Llegaba el turno de los titulares y, sorprendentremente, el pivot visitante se sentaba a descansar. Brown optaba por un quinteto bajo y no salía bien. Ibaka se hacía grande, con dos tapones y Leonard anotaba con facilidad. Con la diferencia en los veinte puntos llegaba la rendición de los Sixers, Toronto iniciaba la serie con una victoria. Invitado inesperado: Serge Ibaka (Raptors)
Tras el traspiés en el primer partido, todos los ojos se volvían a la actuación de un Joel Embiid que llegaba con problemas físicos. Y el pivot demostraba una cara más agresiva en los primeros minutos pero, igualmente, con poco éxito en sus acciones. Por suerte el trabajo defensivo de los Sixers era bueno para cerrar su aro, había pocos puntos por el desacierto exterior local y la aparición ofensiva de Jimmy Butler y Tobias Harris ponía por delante a Philadelphia. Greg Monroe entraba en el cuadro visitante y para los Raptors se convertía en un problema. El pivot tapaba las entradas a canasta y, por encima, se convertía en un dolor de muelas en el rebote. Además, la actividad de James Ennis III era un problema para defensa local, Kawhi Leonard no terminaba de conectarse al partido y los Sixers mandaban por nueve puntos cuando arrancaba el segundo acto. La charla técnica, entre cuartos, ajustaba el trabajo canadiense de ayudas defensivas. Afloraban los balones perdidos en el cuadro visitante pero, como el banquillo no aportaba puntos, nada se reflejaba en el marcador. No tardaban los de Pennsylvania en comenzar a circular el balón con más criterio, mientras que Toronto se volvía ligeramente individualista. La distancia se ampliaba hasta casi los veinte puntos y Nick Nurse comenzaba mostrarse histérico ante las decisiones arbitrales. Los nervios se disparaban en los Raptors y Danny Green se ganaba una técnica. La tercera falta de Embiid se convertía en un alivio para el bando local y, como Pascal Siakam ponía un poco de acierto para ayudar a Leonard, la diferencia se quedaba en trece puntos al descanso. El tiempo de reposo parecía haber silenciado el Scotiabank Arena y los jugadores parecían haberse contagiado. Tras un minuto de desacierto general, Leonard era el encargado de romper las hostilidades. Sin embargo, en tres minutos esa sería la única canasta y, cuando el alero volvía a repetir el acierto con un mate, el parcial de cinco a cero obligaba al tiempo muerto visitante. La jugada, tras el parón, se diseñaba para que Embiid cerrase el parcial bajo el aro canadiense. Pese a ello se acumulaba un quince a dos desde el final del segundo cuarto, y Siakam dejaba el partido a cinco puntos, tras dos anotaciones seguidas. La estrella visitante se sentaba en el banquillo y Monroe volvía a cobrar importancia. Sin embargo el pivot, que sostenía a su equipo, se iba a los vestuarios y la remontada local continuaba dirigida por Leonard y con Siakam de escudero. Gracias a la aportación inesperada de Marc Gasol, y al desacierto general de Philadelphia con el lanzamiento exterior, el partido se encontraba a un mísero punto cuando regresaba Embiid con Butler. Entre la nula aportación de los suplentes canadienses en el tiro, y la buena aportación de sus estrellas, Philadelphia cogía seis puntos de alivio para encarar el cuarto definitivo. Un cuarto donde, tras los once triples fallados por los visitantes en el tercer cuarto, los Raptors se empeñaban en competir en fallos en el tiro. Había muy poca búsqueda de la canasta en ambos equipos y Brown solicitaba un parón, su equipo comenzaba a desmarcarse sin balón y completaban un parcial de cuatro a cero que Nurse frenaba para meter a sus titulares. La distancia, en torno a los diez puntos, no se veía alterada; Butler se las apañaba para conseguir algo en ataque y compensar los puntos de Leonard. En cuanto el alero de los Sixers dejaba de producir, el recorte era inmediato; ocho a cero, en dos minutos, y la diferencia se quedaba en menos de la mitad. Tres triples canadienses, uno de Siakam y dos de Kyle Lowry, eran contestados por siete puntos de Butler y se entraba en los noventa segundos definitivos con una canasta de ventaja para los Sixers. Tras unos ataques espantosos de ambos equipos, Siakam encontraba un palmeo para poner a su equipo a un punto con cuarenta y cinco segundos por delante, Brown le daba el balón a su estrella que, con una jugada de fuera a dentro, y haciendo de bailarín ante Gasol, dejaba dos puntos aparentemente sencillos. Nurse tenía veinticuatro segundos para una jugada bien diseñada, pero Lowry se enredaba botando el balón y casi lo perdía. La jugada, ya rota en su dibujo, acaba con un triple liberado de Danny Green que no entraba. El rebote, tras una ligera lucha, era de Tobias Harris y ponía el empate a uno en la serie con dos tiros libres. Invitado inesperado: James Ennis III, Greg Monroe (Sixers)
Leave a Reply
Be the First to Comment!
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.