El Real Madrid da la vuelta a la eliminatoria y recupera el factor campo tras vencer en un tercer partido lleno de épica. Ni el terrible ambiente en el Buesa Arena (15.512 espectadores, nuevo record en una final de la Liga ACB) ni la estratagema de Pedro Martínez de reservar esfuerzos y energías en el segundo encuentro pudieron con el campeón de Europa que dio otra demostración de fortaleza mental y extrema competitividad. La intensidad de Baskonia, que mandó durante gran parte del encuentro, al amparo de su afición no fue suficiente para frenar a un rival inasequible al desaliento y testarudo como nadie. Siempre regresó y acabó asentando el golpe de gracia en el último minuto. Dos fueron los grandes pilares en los que se asentó el triunfo madridista. Doncic apareció siempre que llegaba un mal momento para el Real Madrid. Al fin mostró todo su talento en esta final. Lo reservó para la ocasión más comprometida, en un Buesa Arena a reventar. Tavares sembró el terror bajo tableros en la segunda mitad, condicionando el ataque local y obsequiando con tapones a quien osaba acercarse al aro. Rudy y Carroll también tuvieron su importancia en fases puntuales del partido pero el joven prodigio y el gigante de Cabo Verde fueron fundamentales en el paso de gigante que da el Real Madrid hacia el título. Un equipo duro como una piedra y al que hay que sacar de la cancha a gorrazos cuando hay un título en juego. Baskonia no pudo y deja pasar la oportunidad de conseguir el título en casa. Ahora la presión y el desgaste corre el martes de cuenta del equipo vitoriano.
Baskonia 78 – Real Madrid 83 (1-2): Ambiente infernal para recibir al Real Madrid en Vitoria. El Buesa Arena presentaba la mejor entrada desde su ampliación en 2012. Record absoluto de asistencia a una final de la Liga ACB que generó un ambiente entusiasta y ensordecedor. Baskonia se contagió del enorme griterío y apareció en cancha con un nivel de agresividad mucho mayor que el del Real Madrid, incapaz siquiera de encontrar un buen lanzamiento en las primeras posesiones. Estaba superado por el despliegue desenfrenado de su rival. Poirier dominaba bajo tableros por mucho que Tavares estuviera en pista. El Madrid ni olía el rebote. Carroll apareció al rescate pero encontró como respuesta tres triples consecutivos de Baskonia que marchaba en la misma senda de acierto del primer cuarto del viernes (17-8, min 5). No le funcionó el equipo guerrillero a Laso. Dio paso al talento. A pista Doncic, Llull y Thompkins. La cara en ataque fue bien distinta a partir de entonces. Dos triples consecutivos de Thompkins ajustaron el marcador. El trabajo defensivo del equipo blanco también mejoró. Baskonia perdía más balones de la cuenta pero el acierto de Janning le permitía mantenerse por delante. El rebote ofensivo afianzó su ventaja en los minutos iniciales del segundo cuarto. El Madrid, como al comienzo del partido, volvía a atravesar problemas en ataque. El tiro exterior no funcionó para salir del apuro. Tuvo suerte que Marcelinho Huertas estaba empeñado en fallar triples a raudales. Acabó encontrando como recurso a Doncic, que tomó los galones que no debería llevar por edad pero le corresponden por su inmenso talento. Un triple de Rudy dio al Madrid su primera ventaja del partido (28-30, min 16). Había conseguido capear el temporal el equipo de Laso pero las dificultades no habían terminado. Vildoza volvió a crear un partido más muchos problemas en la defensa madridista. No consigue desactivarlo, es la realidad. Los tiros libres mantenían arriba a Baskonia que también contó con la ayuda de las decisiones que sólo se ven en el Buesa Arena. Campazzo se llevó una técnica por unas leves protestas. Los árbitros se tragarían el pito posteriormente con protestas mucho más enérgicas de ambos equipos. A Tavares le señalaron personal, que lo era, en una acción en la que Poirier estuvo a punto de reventarle la nariz de un manotazo. Protagonismo que no le correspondía al trío arbitral en unos últimos segundos frenéticos. Thompkins anotaba su tercer triple pero Beaubois daba ventaja a Baskonia al descanso con un triple lejano en el último segundo (42-40, min 20). Esperaban emociones fuertes en la segunda mitad. La intensidad era enorme.
Fuente: e24diari.es
Baskonia comenzó el tercer cuarto con una velocidad de más y un gran acierto en el triple. Beaubois (17 puntos, 3 asistencias) prolongó su idilio con la línea de tres con otros dos triples más. Shengelia anotó un tercero para llevar el parcial de inicio a 9-2. Sin embargo el jugador georgiano cometió, acto seguido, su cuarta personal. Problema enorme para Pedro Martínez, que no podía contar con su jugador más importante ni utilizar a Voigtmann como ‘5’. Un alivio para el Real Madrid, que no era capaz de anotar por dentro. Doncic (20 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias, 29 de valoración) de nuevo a escena como principal recurso. No le temblaron las piernas para tomar la responsabilidad. Por fin se veía en la final la mejor versión de Doncic. Apareció cuando más lo necesitaba su equipo. El Madrid pasó a dominar el rebote ofensivo. Muchas oportunidades extra que no desperdició. Dos triples seguidos adelantaron de nuevo al equipo blanco. Baskonia se encontró con una dificultad de gran calibre puesto que Tavares ahuyentaba a todo el que pasara por las inmediaciones del aro. El que osara entrar a canasta recibía un soberano gorro de recuerdo. Empujó a Baskonia a lanzar desde fuera. Los triples ya no entraban pero uno de Voigtmann sobre la bocina de final de cuarto supuso un alivio para los de Pedro Martínez que volvieron a estar más intensos y agresivos al inicio del último cuarto. Dureza defensiva que provocó pérdidas y malos tiros rivales. El Buesa Arena enloquecía con el 12-0 de parcial (72-65, min 33) pero si pensaban los aficionados locales que el Madrid se iba a desesperar estaban muy equivocados. Carroll (15 puntos) volvió a aparecer para levantar al equipo blanco, que se rehizo de forma admirable. El nivel defensivo de Rudy fue clave para volver a igualar el marcador pese a que Llull se empeñaba en tomar malas decisiones. Huertas tiró de Baskonia, aprovechando que Llull tampoco se aclaraba en defensa, pero Carroll anotó de tres para devolver la ventaja al Madrid. Baskonia debía tener más gasolina tras dosificar el viernes pero no lo parecía. La extramotivación procedente de la grada se transformó en ansiedad. Los triples no entraban y la enorme figura de Tavares provocaba el pánico. Un tapón del pivot madridista a Shengelia a falta de 28 segundos supuso medio partido. Toko cometería la quinta personal tratando de robar el balón a Doncic. Lanzó una patada al aire de forma amenazadora pero las acciones disciplinarias a Baskonia están vetadas en el Buesa Arena. Doncic anotó dos tiros libres que suponían medio partido. Un contraataque finalizado por Felipe Reyes de palomero tras un triple errado de Janning puso la puntilla. El Madrid se sobreponía a un ambiente caldeado y hostil, un rival duro y rocoso y al disparate para tomar ventaja en la eliminatoria. Pasa la presión a Baskonia, obligado a vencer el martes para alargar el desenlace hasta el acto final.
Fuente: zona131.com
Y DIGO YO…:
- 15.512 espectadores en el Buesa Arena que suponen el record de asistencia en la final de Liga ACB. Un ensayo de lo que puede esperar en la Final Four. Espero que entonces estén más acertados a la hora de requisar silbatos. Crearon confusión en más de una jugada y no creo que fuera involuntariamente.
- A Campazzo le cayó una técnica en el segundo cuarto por una leve protesta. Un listón que se saltaron a la torera los colegiados el resto del encuentro, en el que abundaron protestas mucho más enérgicas. El criterio del arbitraje en la ACB es a veces inescrutable.
- El impacto que está generando Tavares en esta final no lo recuerdo desde el recital de intimidación que ofreció Roberto Dueñas en el quinto partido de la final de 1997. Condiciona por completo el ataque rival, generando ataques de pánico para huir a toda prisa de la zona. Hace mucho tiempo que no aparece un pivot tan desequilibrante en defensa.
- La estrategia de ahorrar esfuerzos de Pedro Martínez en el segundo partido salió rana. Su equipo debía llegar más fresco al final del partido pero no lo pareció. Demasiado atenazado por los nervios y la ansiedad. Este argumento me llevó a una pequeña discusión con mi prima el viernes. Otra vez no tardó ni dos minutos en recordármelo por teléfono. Como para hablar, segunda parte.
- Hoy se cumplen cinco años del fallecimiento de Manel Comas. El cáncer se llevó por delante a un entrenador histórico, recordado por su carácter y peculiar personalidad en la cancha. El mundo del baloncesto no olvida su trayectoria en los banquillos ni su genio característico con el que nunca pasaba desapercibido.
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