Tras la mala imagen ofrecida en Ohio, se esperaba otra versión más competitiva de Boston ante su afición. Para superar esa mala dinámica, la primera decisión de Brad Stevens era táctica. Intentando solventar los problemas defensivos al poste bajo, se optaba por incorporar al quinteto inicial a Aron Baynes en perjuicio de Marcus Morris. La decisión no podía ser más acertada; con su aportación, y la de Al Horford, los de Massachusetts dominaban las zonas y tomaban una ligera ventaja. Los Cavaliers encontraban una vía de respuesta en los triples de un acertado Kevin Love y, como el ataque local se espesaba, la ventaja era visitante y el tiempo muerto de Stevens inevitable. La defensa verde ajustaba mejor sobre los tiradores visitantes, LeBron James comenzaba a forzar jugadas y la buena distribución en transición del ataque local permitía una pequeña escapada de los Celtics. Los contactos eran constantes, los árbitros dejaban pasar casi todo y Tyronn Lue intentaba poner orden en su equipo. En Cleveland sólo funcionaba su estrella y, en ciertos momentos, daba síntomas de cansancio. Como además los triples locales entraban, el parcial era de quince a tres. Boston arrancaba el segundo cuarto con trece puntos de ventaja y su intensidad en el juego no bajaba. El público disfrutaba viendo como su equipo no permitía ni un tiro claro, la desventaja visitante se acercaba a los veinte puntos y el partido se frenaba por un incidente entre Larry Nance Jr y Marcus Morris a cuenta de una falta de respeto del segundo. Técnica para ambos, y otra para Terry Rozier por empujar, esa era la respuesta arbitral. El parón le sentaba bien a los Cavaliers que, con más agresividad en defensa y un poco de acierto exterior de Jordan Clarkson ante una defensa pasiva, lograba reducir la diferencia a la mitad en apenas dos minutos. Poco a poco los Celtics volvían al partido pero, como se olvidaban de atacar el aro, Stevens quería hacer un recordatorio a sus jugadores. Curiosamente, el atasco local se solucionaba a golpe de triple y LeBron volvía a tomar el control de la ofensiva visitante. Pese al acierto de Marcus Smart, y a un mínimo descanso de James, Cleveland se mantenía a once puntos al descanso. La segunda mitad amanecía a ritmo bajo, con el ataque local superado por los contactos y James intentando acercar el marcador. Todo iba bien para los de Ohio hasta que, un balón cortado por Rozier en una contra, permitía un triple de Jayson Tatum. El público del TD Garden despertaba, Lue quería bajar el ambiente con un tiempo muerto inmediato; pero era tarde. Boston mostraba su versión más agresiva en ambos lados de la pista, la confianza en la victoria crecía con cada canasta de un Tatum desatado y los Cavaliers tenían que remontar dieciséis puntos en doce minutos para lograr la victoria. Para eso sería necesaria la colaboración de los secundarios de Cleveland, ya que su estrella descansaba en el banquillo y Jaylen Brown aprovechaba para ampliar las diferencias. Esa ventaja, superior a los veinte puntos, obligaba al regreso de la estrella de Akron. Con su presencia en pista mejoraban los espacios ofensivos y Jeff Green se mostraba dispuesto a dar un susto al cuadro local. Si dos minutos habían servido para disparar la diferencia, dos minutos del MVP de la liga llegaban para provocar la inquietud del TD Garden. Algunos titulares importantes para Stevens, que se encontraban descansando, regresaban al ver que el acercamiento visitante iba en serio. Su incorporación al juego no daba resultado inmediato, el parcial de nueve a cero ponía en una docena de puntos la distancia y el técnico local tenía que dar algunas órdenes. Las defensas se imponían a los ataques, el cansancio hacía cometer errores impensables a LeBron y los Celtics se aprovechaban para resolver el partido con Rozier y Horford sintiéndose cómodos en ataque. Faltando tres minutos, Lue sentaba a un James reventado; los Celtics se ponían por delante en la eliminatoria. Invitado inesperado: Aron Baynes, Marcus Smart (Celtics).
En Cleveland sabían que el sexto partido era a vida o muerte. Una batalla de la que, saliendo ganador, no obtenías la victoria en la guerra; sólo un nuevo aliento en la búsqueda de la supervivencia. Tal vez por eso, al equipo local le faltaba tranquilidad en los minutos iniciales y los Celtics aprovechaban un juego ofensivo más equilibrado, gracias al dominio de las zonas, para tomar la iniciativa. Por encima, los de Ohio perdían a Kevin Love; un choque de cabezas dejaba al pivot bajo el protocolo de la NBA y le impediría regresar al partido. Jeff Green entraba en su lugar, pero era la actividad en ataque de George Hill la que mantenía a los Cavaliers en el partido. LeBron James y Jaylen Brown se ponían a intercambiar canastas y Boston se presentaba al segundo cuarto con cinco puntos de ventaja. Un periodo donde los de Massachusetts veían más dificultades para llegar bajo el aro local, los suplentes de Cleveland se mostraban más activos en las ayudas y, como el acierto exterior visitante no duraba, la brújula del partido cambiaba de rumbo. Ver a Kyle Korver ganar un salto entre dos a Aron Baynes, era un reflejo de esa variación en el partido. Sin haber llegado a la mitad del cuarto, los Cavaliers se ponían por delante en el marcador. En seis minutos los Celtics encajaban un parcial de veinte a cuatro, al verse sorprendidos por la agresividad del rival sobre el balón. Lo único que funcionaba en los de Brad Stevens, era el acierto exterior de Terry Rozier. El técnico visitante tenía mucho trabajo que realizar en los vestuarios, recomponer a su equipo para la segunda mitad no sería sencillo pero, otro triple del base visitante en la posesión final del cuarto, dejaba la desventaja en unos once puntos asumibles para una remontada. Sin embargo, el tercer periodo seguía mostrando una mayor intensidad en el cuadro local y George Hill se volvía a convertir en un problema para la defensa visitante. Jaylen Brown y James se daban unos arrumacos para no amilanarse y, como Boston se olvidaba de buscar el aro, la diferencia local aumentaba. Jayson Tatum despertaba para contener la distancia entre ambos equipos, pero LeBron se mostraba intratable en ambos lados de la pista. La ventaja de Cleveland para el acto final se quedaba en diez puntos, gracias a otro triple de Rozier en los segundos finales del cuarto. El base visitante seguía siendo protagonista en el arranque del capítulo final, hasta que una inoportuna torcedura de tobillo hacía temer lo peor en los Celtics. Para alivio visitante, no le pasaba gran cosa; al contrario de lo que ocurría con el partido. Los contactos se sucedían, manotazos y choques se repartían por doquier y las diferencias se mantenían estables; gracias a un James imparable (pese a que su pierna acabase bajo el cuerpo de un compañero) y a los rebotes ofensivos de los de Ohio. A Boston no le entraban ni los tiros libres , JR Smith también realizaba un mal apoyo y cada intento de acercamiento visitante era inútil porque, o no cerraban el rebote bajo su aro, o LeBron arrasaba a su defensor buscando el aro. Se llegaba a los tres minutos finales con siete puntos de ventaja para el equipo local y posesión; LeBron convertía un triple tras gastar los veinticuatro segundos, Tatum respondía con celeridad con una bandeja a tablero y LeBron, por si alguien no lo había visto bien, repetía la misma jugada ofensiva. El pasito atrás, para meter el triple, cerraba el partido y ponía el empate a tres en la eliminatoria. Invitado inesperado: Jeff Green, Larry Nance Jr (Cavaliers).
El ambiente para el séptimo partido de la serie, a disputar en Boston, era un amasijo de emociones. Los Cavaliers solucionaban la ausencia de Kevin Love, todavía bajo la supervisión médica de la NBA, incorporando a Jeff Green al quinteto titular. Ambos equipos se lo tomaban con calma de inicio, pero la mayor agresividad local les daba la iniciativa en el marcador. LeBron James buscaba calmar a la afición del TD Garden, sin embargo, la soltura en el tiro de Jayson Tatum obligaba a Tyronn Lue a parar el partido. La defensa visitante se mostraba más intensa y dificultaba la circulación de balón de los Celtics. LeBron aprovechaba cada ocasión de ir hacia el aro y, pese a contar con dos jugadores interiores para proteger el aro, Boston se mostraba incapaz de frenarle o de capturar el rebote defensivo. Con el marcador igualado se llegaba a los dos minutos finales del cuarto donde, un parcial de nueve a cero aprovechando el cansancio de la estrella visitante, dejaba a Cleveland a ocho puntos. Todo porque Al Horford se había convertido en un problema para su defensa y el rebote ofensivo no estaba para salvar la situación. El partido parecía bien encauzado para los de Massachusetts y es que la buena dinámica continuaba con el cambio de cuarto. El pivot dominicano se convertía en la referencia del ataque local y, como nadie ayudaba al chico de Akron, la ventaja de los Celtics superaba los diez puntos. El técnico visitante pedía un respiro, reordenaba la tensión defensiva de su equipo y, con un mejor reparto ofensivo, aprovechaba el desacierto en los tiros del cuadro local. El parcial de doce a dos, en tres minutos, dejaba una escasa distancia en favor de Boston para la segunda mitad. El tiempo de reflexión permitía a Brad Stevens recomponer el juego local pero, con el paso de los minutos, se observaba mayores dificultades del equipo verde para circular el balón y, como los compañeros de LeBron comenzaban a soltar la muñeca, los Cavaliers se ponían por delante a mitad de cuarto. La situación no le sentaba bien a los Celtics, especialmente a un Terry Rozier acelerado, y el parcial para los visitantes era de nueve a cero. Esto permitía tomar una pequeña ventaja a los de Ohio, Boston se veía obligado a subir las líneas defensivas y lograba llegar al cuarto definitivo a un triple de distancia. El buen juego local volvía tras el paso por los banquillos, para alegría del TD Garden su equipo retomaba la delantera en el marcador. Cleveland soportaba el golpe a base de triples y con LeBron cargando con el juego ofensivo. Al equipo local le costaba encontrar puntos bajo canasta y el mando era visitante pero, un mate de Tatum, hacía despertar a una grada que se ponía en pie. Con una buena defensa, y un triple del alero, los Celtics hacían rugir a su afición; estaban por delante en el marcador. Restaban seis minutos de juego y Jeff Green calmaba a las fieras con un triple desde la esquina. Es más, las dejaba anestesiadas. Los jugadores de Stevens comenzaban a forzar las situaciones y, como los contactos no se pitaban igual y los locales se precipitaban abusando del triple, los Cavaliers llegaban al minuto final con diez puntos de ventaja. Boston sólo había anotado dos tiros libres en los cinco minutos finales, la victoria era visitante. Invitado inesperado: Jeff Green (Cavaliers).
Eliminatoria cerrada: Cavaliers ganan cuatro a tres.
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