Playoffs NBA 2018: Semifinales de conferencia en el Este. Capítulo II

D.Saric

El retorno de la serie a Philadelphia, esperaba traer de vuelta a los playoffs a Ben Simmons y algunos de sus compañeros. El Wells Fargo Center vibraba con la agresividad de su equipo en ambos lados de la pista, Joel Embiid era el protagonista ofensivo y las primeras ventajas eran locales. Sin embargo, los Celtics no tardaban en acostumbrarse al nivel de dureza del partido y Jayson Tatum hacía siete puntos consecutivos para dar una ligera ventaja a los de Massachusetts. Iba quedando claro que, a los Sixers, les costaba anotar de larga distancia y la ventaja visitante casi alcanzaba los diez puntos. El mal del desacierto se extendía a los visitantes y, con dos triples en el minuto final del cuarto, el mando en el marcador era para los de Pennsylvania. Habían completado un parcial de doce a dos en cuatro minutos, que no tardaría en ser contestado por Boston. Y es que los nervios estaban a flor de piel en los de Brett Brown y comenzaban a acelerar sus ataques, un nueve a dos de parcial en contra, en tres minutos, que volvía a complicar la vida al equipo local. La única buena noticia para la afición, era ver a Tatum cometer tres faltas personales consecutivas y colocarse con cuatro. Brad Stevens no lo sentaba inmediatamente y, con un par de triples de sus compañeros, la estrella visitante veía el partido con tranquilidad desde el banquillo. La diferencia alcanzaba los dos cifras y, por suerte para Philadelphia, los visitantes se relajaban ligeramente. Como además, Ersan Ilyasova se aliaba con Dario Saric para revitalizar el ataque, y Jaylen Brown cometía su tercera falta personal, los Celtics tenían que sufrir hasta el descanso. La segunda parte arrancaba con los Sixers mandando por tres puntos, un tercer cuarto donde ambos equipos mostraban su mejor juego; ataques trabajados y defensas muy intensas que no permitían grandes distancias entre ambos equipos. Philadelphia empezaba a empeñarse en chocar contra la defensa y Brett Brown paraba el partido. Pese a que su ataque seguía perdiendo balones, la defensa solventaba el problema y todo quedaba en el aire para el cuarto final. Un periodo donde cada canasta había que ganársela, como le demostraba Aron Baynes a Embiid con apenas noventa segundos de juego. El pivot australiano cometía su quinta falta personal, y poco después lo haría Marcus Smart, nada rompía la igualdad. Si Al Horford se ponía anotador, le contestaba Ilyasova y se llegaba al minuto final con empate en el marcador. Smart cometía su sexta falta personal y Marco Belinelli metía los tiros libres, Boston tenía cuarenta segundos para solucionar el problema. El ataque visitante se atascaba intentando llegar bajo canasta y Brad Stevens tenía que diseñar una jugada para Jaylen Brown. Nuevo empate y la posesión era local. Brett Brown no paraba el partido, le decía a Ben Simmons la jugada a realizar, y no se debía de haber transmitido bien el mensaje, porque el balón salía botando hacia una esquina donde Terry Rozier lo recogía. Jaylen Brown finalizaba la contra y agradecía el regalo de su base. Quedaban menos de dos segundos y el técnico local tenía el tiempo muerto para empatar, cuando antes lo tenía para ganar el partido. Belinelli salía liberado de un bloqueo y no desaprovechaba la oportunidad, el Wells Fargo Center celebraba la prórroga. Un tiempo extra donde los tiradores locales se mostraban inspirados y abrían un pequeño hueco. Los Celtics ajustaban su defensa exterior y Horford y Tatum cargaban con la responsabilidad ofensiva pero, para deleite de su afición, los Sixers tenían dos puntos de ventaja y la posesión entrando en el minuto final. Sin embargo, Embiid se ponía nervioso y casi perdía un pase mano a mano. Lograba controlarlo pero, sabiendo de su error, quería soltar el balón cuanto antes. Daba un mal pase y Rozier estaba allí, otra vez, para recoger el balón y poner a Horford en ventaja. El pivot dominicano sólo acertaba con un tiro libre, Philadelphia respiraba. Restaban cuarenta segundos y, en esta ocasión, Embiid no soltaba el balón. Su lanzamiento a seis metros no entraba y el rebote ofensivo posterior tampoco. El técnico visitante sacaba la pizarra, tenía ocho segundos a su disposición para solventar el partido. El primer intento no permitía meter el balón en la pista pero, con un nuevo tiempo muerto, conseguía encontrar a Horford emparejado con Robert Covington. El pivot no desaprovechaba la ocasión y ponía a los verdes por delante en el marcador. Ahora era Brett Brown el responsable de solucionar el partido para su equipo, con cinco segundos por jugar. Para desgracia de los Sixers, Simmons daba un tímido pase en bote a Embiid, Horford lo interceptaba y la falta de la estrella local sólo dejaba una alternativa. Sin tiempos muertos, Belinelli recibía en el medio campo y su triple, cayéndose, golpeaba la parte trasera del aro; Boston se ponía con un goloso tres a cero en la eliminatoria. Invitado inesperado: Aron Baynes, Jaylen Brown (Celtics)

La serie se podía acabar para los Sixers y Brett Brown no estaba para bromas. Viendo el rendimiento de unos y otros, TJ McConnell era titular y Robert Covington suplente. Con esa medida, el ataque local parecía más suelto y la defensa menos vulnerable. Pese a que eso tardaba en reflejarse sobre el campo, Boston sufría para seguir el ritmo anotador de Philadelphia. Tenían que llegar los primeros cambios, para que el marcador se apretase a golpe de triple. La dureza se extendía sobre la pista, las faltas personales abundaban y Shane Larkin se dejaba el hombro en un bloqueo. Con Jaylen Brown muy activo, y una mayor tensión defensiva, los Celtics llegaban al segundo acto con una mínima ventaja. Un cuarto donde Marcus Smart se mostraba acertado, y Dario Saric tenía quedar respuesta bajo el aro contrario. Los Celtics marcaban el ritmo pero, costaba tanto anotar, que no lograban despegarse. Ante tantos errores, la superioridad física de los Sixers cobraba importancia. Smart se quejaba de la muñeca, porque Ben Simmons le caía encima, y Joel Embiid perdía los nervios porque Terry Rozier no le daba un balón. Doble técnica y a otra cosa. Sin embargo Boston se descentraba, y Philadelphia completaba un parcial de quince a cinco, para llegar al descanso por delante en el marcador. Cuatro puntos no era una gran renta, pero hacía recuperar la ilusión al Wells Fargo Center, y a los jugadores locales. TJ McConnell movía al equipo con inteligencia, la defensa era agresiva y cualquier jugador se convertía en un problema para la defensa visitante. Simmons se convertía en ejecutor, no en generador, y disfrutaba sobre la pista tanto como McConnell; los visitantes se agarraban a Jayson Tatum. La diferencia rondaba la decena de puntos y, en esta ocasión, la entrada de los suplentes no era positiva para los de Massachusetts. Todo porque, en menos de dos minutos, Jaylen Brown se colocaba con cinco faltas personales; cuando su equipo había reducido la ventaja local. El escolta se ganaba una técnica por sus protestas, Brad Stevens le acompañaba a los pocos segundos y Marcus Morris y Embiid intercambiaban mensajes. El tercer cuarto se cerraba con un diez a tres de parcial para los Sixers. Con once puntos de ventaja, el cuadro local podía medir mejor sus fuerzas en el capítulo final. Así, en el amanecer del cuarto, Philadelphia atacaba con facilidad y seguía haciendo sufrir al ataque visitante. La diferencia aumentaba y, pese al atasco de los de Pennsylvania durante el descanso de McConnell, el colchón de ciez puntos estaba siempre ahí por la buena defensa local. Con el regreso del base, y el acierto de Saric, el partido se apagaba para disfrute de la afición. Los Celtics tendrían que resolver la eliminatoria en el TD Garden. Invitado inesperado: TJ McConnell (Sixers)

K.Love

Había mucha curiosidad por ver como respondían los Raptors, tras el descalabro ante su afición en los dos primeros partidos. Y la primera solución visitante, la ponía Dwane Casey en el quinteto titular. Dado el bajo número de asistencias de su equipo en el partido anterior, dejaba en el banquillo a Serge Ibaka para poner a Fred VanVleet. Sin embargo, el tercer partido comenzaba con numerosos errores en el tiro del equipo canadiense, incapaces de conseguir posiciones claras y demasiado preocupados por los contactos. Mientras, LeBron James se mostraba feliz abusando de OG Anunoby y, como los exteriores locales no perdonaban, Cleveland iba abriendo un poco más la herida psicológica de los de Ontario. Toronto se precipitaba en su juego y la defensa se mostraba débil, sobre todo para defender a Kevin Love. Como además quedaba claro que los contactos no se penalizaban de igual forma en ambas zonas, se completaba un parcial de nueve a cero en poco más de tres minutos. Ibaka entraba en la pista por un inoperante Jonas Valanciunas, incapaz de defender a Love y al que nadie había mirado en ataque. Con la entrada de los suplentes, los Raptors encontraban puntos bajo el aro y lograban frenar al ataque local con más presión sobre el balón. LeBron descansaba tempranamente y la ventaja de los Cavaliers pasaba de los diez puntos, a sólo cinco, cuando se anunciaba el final del primer cuarto. El segundo acto se abría con la misma actitud agresiva por parte visitante y LeBron se enfadaba con Paskal Siakam por ponérselo difícil para recibir. Los árbitros señalaban la falta del canadiense, pero no castigaban el manotazo del local. A la jugada siguiente Jordan Clarkson se hacía sitio con el codo, pero no se pitaba nada. Lebron cargaba con toda la responsabilidad ofensiva local y el rebote ofensivo, y un acertado CJ Miles, mantenían con vida a Toronto. Los contactos aumentaban a cada minuto, sin que se pitase nada, y, vaya a saber por qué, se señalaba una falta de Valanciunas por recibir un codazo de Kevin Love. Pese a todo, los Raptors se situaban a un punto y quedaban cinco minutos, antes del descanso, para ponerse por delante. Sin embargo, Cleveland comenzaba a sacar partido de Kyle Korver con lanzamientos de dos puntos, los de Casey se desesperaban porque los contactos locales no se pitaban y la precipitación visitante hacía el resto. Un parcial de dieciséis a dos, dejaba la moral visitante quebrada nuevamente. La recuperación debía ser dura, pero los árbitros debían sentirse culpables porque, tras el paso por los vestuarios, era Toronto el que se beneficiaba de sus pocas ganas de pitar. Un parcial de nueve a cero, obligaba a la reacción de Tyronn Lue. LeBron acaparaba el balón para solucionar el problema, primero atraía la atención anotando bajo canasta. Y, ante el cierre de líneas visitante, encontraba a los tiradores. Pese a los numerososo contactos sobre la estrella local, y su descanso adelantado, la diferencia volvía a superar la decena de puntos al finalizar el cuarto; todo porque Love encontraba la forma de anotar, gracias a su versatilidad y experiencia (incluso sacaba faltas al defensor, cuando era él quien enganchaba), hasta nueve puntos consecutivos. El alumbramiento del acto final, no parecía muy favorable para los intereses visitantes. Costaba anotar en ambos de la pista y las peores sensaciones se daban en el ataque de los Raptors, que se mostraba dubitativo. Sin embargo, tres triples consecutivos, hacían aflorar las ansias de remontada canadiense. Con la defensa visitante más activa, era el momento de LeBron y de mayor tensión del partido. Seguramente por eso, el jugador de Akron se tomaba tan mal la venganza de Kyle Lowry. El base aprovechaba que el alero buscaba el balón en defensa, para enganchar su brazo y lanzarle al suelo. Los árbitros sólo veía la falta del de Ohio y ambos jugadores dirimían sus problemas a base de canastas. Poco a poco iban despertando sus compañeros, pero ellos seguían teniendo su protagonismo. Los Cavaliers contaban con tres puntos de ventaja entrando en el minuto final y Toronto realizaba un mal ataque por su mala circulación de balón, que además le costaba su último tiempo muerto. LeBron gastaba la posesión y se iba hacia el aro. Sacaba una falta, metía un tiro libre y la diferencia era de cuatro puntos con medio minuto por delante. Lowry anotaba fácil, hacían una falta rápida y Jeff Green fallaba uno de los dos tiros libres disponibles. El rebote era visitante y atacaban en transición, OG Anunoby metía el triple del empate restando ocho segundos. El saque de fondo iba a la estrella visitante, LeBron en carrera sobre su mano izquierda buscaba la tabla y rompía el corazón canadiense. La eliminatoria se ponía tres a cero para Cleveland, y con buenas sensaciones para cerrar la serie en el cuarto partido. Invitado inesperado: Jeff Green (Cavaliers).

Quedaba claro, viendo la gestión de Dwane Casey en el último cuarto del tercer partido, que algo se había roto en Toronto. Jonas Valanciunas y DeMar DeRozan habían jugado poco (el escolta ni había pisado la cancha en el cuarto final) y los cambios en el quinteto inicial no auguraban cosas buenas. Se sentaban el lituano y Fred VanVleet, para dar entrada a Serge Ibaka y CJ Miles. La movilidad del pivot debía solucionar los problemas defensivos pero, como Kyle Lowry se encargaba de Kyle Korver, DeRozan demostraba que no estaba ni para defender a George Hill. El base local atacaba el aro visitante, en apenas dos segundos de posesión, con total facilidad para sorpresa general. Lo que sí encontraban los Raptors eran puntos y el partido se mantenía en igualdad. Los visitantes comenzaban a mostrar cierta fustración, les costaba pasar el balón y los balones perdidos eran demasiados. Mientras, LeBron James, se convertía en el punto de apoyo en torno al que giraba el ataque de Cleveland con efectividad. Y, como sus compañeros aprovechaban los espacios con acierto, la ventaja local rozaba los diez puntos. Sólo un par de minutos finales de cuarto, más sueltos en ataque, permitía rebajar un poco la distancia. La entrada de los suplentes convertía a Valanciunas en el rey de las zonas, Toronto tomaba el mando del partido y Tyronn Lue debía ordenar a su equipo. Los Cavaliers recuperaban su mejor aspecto con los titulares en pista y, como Valanciunas se quedaba en el banquillo, las buenas ayudas defensivas obtenían recompensa, ante un equipo que se mostraba incapaz bajo canasta. Tan perdido estaba el técnico visitante que, con la tercera falta personal de Ibaka, entraba Lucas Nogueira. Cleveland no perdonaba; con Love y los tiradores marcando el ritmo, los Raptors se presentaban en el tercer cuarto a dieciséis puntos. Estaba claro que la temporada visitante, se debía resolver en los doce minutos siguientes. Cualquier resultado, que no fuese ganar el cuarto, sería devastador moralmente. Y los canadienses no dejaban buenas sensaciones; Ibaka no metía los tiros abiertos y la defensa, o llegaba tarde, o no llegaba a las ayudas. La diferencia superaba los veinte puntos y los Cavaliers no frenaban. Los visitantes perdían la confianza, y los nervios, DeRozan dejaba su sello en la cara de Jordan Clarkson y la diferencia local rondaba los treinta puntos para el cuarto final. Por encima, LeBron quería despedirse abusando en el cuarto final. Con el partido resuelto, jugaba cuatro minutos para dejar un recuerdo imborrable en Toronto. Invitado inesperado: Jeff Green (Cavaliers)

Eliminatoria cerrada: Cavaliers ganan cuatro a cero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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