Los Spurs visitaban la bahía de Oakland con el ánimo renovado, tras su victoria en el quinto partido de la serie. Unas buenas sensaciones que se difuminaban en noventa segundos de partido. Los tiros no entraban y Golden State sacaba su versión más seria. Con un siete acero en el marcador, Ettore Messina paraba el partido. San Antonio trabajaba más sus ataques, pero aún tardaría otros dos minutos en abrir su marcador. Por suerte, el cuadro local ya no se mostraba tan acertado en el tiro. Patty Mills y Rudy Gay cargaban con la responsabilidad anotadora visitante y los Warriors tenían que recurrir al poderío de JaVale McGee, o los cortes de Klay Thompson, para anotar. El partido se igualaba, LaMarcus Aldridge no encontraba un tiro fácil y, pese al despertar perezoso de Kevin Durant, las diferencias eran mínimas al finalizar el primer cuarto. Con los suplentes en pista, el partido se volvía un poco loco y Golden State sacaba ventaja de un acertado Thompson. Pese a ello, Steve Kerr paraba el partido y ponía a los titulares. La actividad defensiva local subía un punto la intensidad y el técnico visitante era el que solicitaba una reunión con sus jugadores. Los Spurs tenían muchos problemas para circular el balón, mientras, el cuadro local realizaba sus mejores minutos ofensivos. El público del Oracle Arena se ponía en pie y la diferencia superaba los diez puntos al encaminarse a los vestuarios; gracias a una canasta sobre la bocina de su escolta. El regreso a la pista mostraba a los tejanos más activos. Sin embargo, los Warriors mantenían la concentración y las diferencias. El juego ofensivo local se mostraba sólido, en su mejor versión de pase, y el único problema defensivo era Aldridge. Aparecían los suplentes, para cerrar esa vía de anotación visitante, y Shaun Livingston ponía a Golden State con catorce puntos de ventaja para el acto final. Un periodo que se abría con una jugada ofensiva local que duraba un minuto, gracias al rebote ofensivo, y demostraba las dificultades que iba a tener San Antonio para remontar el marcador. Los Warriors mantenían la ventaja gracias al acierto de Thompson y, dos canastas seguidas de Durant, parecían cerrar el partido. Nada más errado, pese a quedar cinco minutos, los Spurs recuperaban la agresividad en ambos lados de la pista. Un parcial de catorce a cuatro, con once puntos de su pivot estrella, llevaba el miedo al público local. Se entraba en el minuto final con una mísera canasta de ventaja para Golden State, pero ahí se acababa la reacción visitante. Ese minuto se abría con un tiempo muerto de Draymond Green, incapaz de encontrar a un compañero. La jugada diseñada en el banquillo no salía perfecta, pero Durant acertaba pese a tener al defensor encima. La precipitación, y el cansancio del pivot tejano, provocaban el balón perdido en San Antonio y Durant acercaba la victoria con dos tiros libres. Las ansias visitantes hacían el resto, Golden State ganaba el partido y la serie. Invitado inesperado: Shaun Livingston, Kevon Looney, David West (Warriors)
ELIMINATORIA CERRADA: WARRIORS GANAN CUATRO A UNO
El Chesapeake Energy Arena, y Russell Westbrook, se aliaban para caldear el ambiente, en el minuto previo al salto inicial del quinto partido de la serie contra los Jazz. Tal vez por la importancia del partido, ambos equipos tardaban más de dos minutos en anotar en juego. Una vez abierto el grifo, Oklahoma se mostraba más cómodo al tener el soporte de la grada aunque, realmente, a los de Quin Snyder no les costaba anotar. La demostración de lo dicho, se podía comprobar cuando Ricky Rubio cometía su segunda falta personal. Contrariamente a lo esperado, el ataque no se resentía. Es más, la facilidad para anotar desde el exterior, provocaba el tiempo muerto de Billy Donovan. No servía de mucho porque, Joe Ingles y Jae Crowder, continuaban acertando. Utah llegaba al final del primer cuarto mandando por cinco puntos, tras un triple sobre el tiempo de Paul George. El regreso del banquillo mostraba que los equipos se habían enfriado, unos no acertaban con los tiros que antes metían, y los otros perdían el balón con facilidad. Salían a la pista los titulares, las defensas no permitían ninguna recepción del balón sencilla y la estrella local comenzaba a jugar en solitario. El cansancio permitía ver cada vez más errores en el bando local, tanto en el tiro como en el pase, y la ventaja de los Jazz era de quince puntos al descanso. Y la segunda parte no traía algo diferente; la precipitación de Westbrook le llevaba a chocar contra Rudy Gobert y la buena circulación de balon de Utah, provocaba que la diferencia superase los veinte puntos cuando el pivot visitante cometía su cuarta falta personal. No parecía importar, Jae Crowder seguía acertado con los triples y la diferencia alcanzaba los veinticinco puntos. El tiempo muerto local parecía un trámite tal y como iba el partido, pero escondía la clave del partido. La orden de Donovan era cargar contra el aro visitante, Westbrook y George eran los encargados de anotar, una y otra vez. Como además, los lanzamientos exteriores de los Jazz dejaban de entrar, Snyder necesitaba aclarar las cosas a sus jugadores. Nada funcionaba para los visitantes, cuando los Thunder no conseguían anotar, sacaban faltas de Derrick Favors y este se retiraba al banquillo con cuatro tras un par de minutos de acoso. El parcial era de doce a dos, y eso gracias a una anotación tras rebote ofensivo de Ekpe Udoh. Los triples visitantes hasta se salían de dentro y Snyder metía en pista a Gobert. Apenas duraba un minuto en la cancha, cometía su quinta falta de una forma inocente intentando jugar en el poste bajo. Pese a estar a diez puntos, el público de Oklahoma ya veía posible la remontada local. Como Utah seguía tirando de tres sin acierto, y el cuador local anotaba fácil bajo el aro, se completaba un parcial de treinta y dos a siete para finalizar el cuarto. El empate parecía un milagro, pero era el marcador al final del tercer cuarto y era normal que se viese alguna fricción en el periodo decisivo. Poco tardaban Crowder y Steven Adams en demostrarlo, el juego se ha´cia cada vez más físico. Utah trataba de recomponerse, pero la agresiva defensa local no lo permitía. Además, la suya se mostraba blanda y, por encima, era juzgada con dureza por los árbitros. Favors alcanzaba la quinta falta en una jugada dudosa y, un Westbrook que pedía el cambio, no paraba de embestir buscando la canasta fácil. Era tal necesidad de aireo, que tenía que pedir un tiempo muerto y medir más sus esfuerzos. Los Jazz aprovechaban para meter en pista a Gobert y ponerse por delante. Ante eso, el cuadro local sacaba su acierto exterior y se ponía con cinco puntos de ventaja. Los triples volvían a ser la rémora visitante, Westbrook y George si acertaban con los tiros de media y larga distancia yOklahoma evitaba la eliminación en el quinto partido de la serie. La serie volvía a Salt Lake City con tres a dos para Utah. Invitado inesperado: Alex Abrines(Thunder)
Era normal pensar que, tras los casi cuarenta tiros de Russell Westbrook en el quinto partido, en el sexto estaría reventado. Por eso, la afición de Utah se presentaba en el Vivint Smart Home Arena, ilusionada con sus camisetas amarillas. Diez segundos tardaban en oirse los gritos de defense, y cuarenta en levantarse el público, con el primer triple de Donovan Mitchell. Los tiradores de ambos equipos no estaban acertados y se recurría a sus interiores para sacar puntos. El partido se desarrollaba con mucha igualdad y abundancia de tiros fallados. Llegaban los cambios, Carmelo Anthony se iba al banquillo cabreado y preocupado, superado por los contactos. Poco después se iba Ricky Rubio, que llevaba unos segundos cojeando y no volvería al partido. Westbrook y Paul George acertaban desde la media distancia y completaban un parcial de doce a cero en poco más de tres minutos. Los Thunder tomaban una cómoda ventaja, ante un ataque local desconcertado. Quin Snyder pedía un tiempo con su jugadores y los Jazz cerraban el cuarto con un parcial de siete a dos, poniendo a Joe Ingles a dirigir en lugar de Dante Exum. El segundo cuarto ofrecía un nivel de contacto mucho mayor, en ese ambiente Alec Burks se sentía muy cómodo. Tras tres minutos de Oklahoma sin anotar, los de Salt Lake City se ponían por delante en el marcador. Rudy Gobert se ganaba una técnica y ni así anotaban los visitantes. Una canasta de Anthony ponía fin a la sequía de su equipo, que había hecho dos puntos en siete minutos. Mitchell comenzaba a acumular errores en la dirección de juego y Steven Adams no podía ser controlado; los Thunder amagaban con irse en el marcador. Jae Crowder y George intercambiaban caricias y Utah no daba cerrado el rebote. Viendo mal la situación, el técnico local apostaba por darle los mandos de la nave a Ingles. No funcionaba, el equipo parecía comportarse sin tensión y la diferencia rondaba los diez puntos. Snyder levantaba la intensidad defensiva, los problemas para cerrar el rebote cambiaban de bando, y Adams cometía su tercera falta personal, en pleno acercamiento local. Una bandeja de Mitchell completaba otro parcial de trece a cuatro, comandado por Ingles y sus triples, todo volvía a estar como al principio del partido al finalizar la primer parte. Y la segunda mitad mostraba al rookie de los Jazz con mucha confianza, diez puntos consecutivos en el arranque, y la precipitación de Westbrook, obligaban al tiempo muerto de Billy Donovan. Ambos equipos comenzaban a mover el balón; pero la diferencia era el pequeño escolta local que amenazaba con romper el partido. Casi todas sus decisones acababan con éxito y, el acierto de sus compañeros, ponía a Utah con ocho de puntos de tranquilidad para encarar el cuarto final; la única preocupación local era la cuarta falta de su acertada estrella. Y, por una vez, el novato demostraba ser un novato. Dos minutos tardaba en hacer realidad la pesadilla de su afición, una quinta falta, tan ingenua como clara, que le llevaba al banquillo. La defensa de los interiores levantaba al equipo y los suplentes mantenían la ventaja con su acierto ofensivo. La estrella del partido volvía a la pista, con su equipo mandando por trece puntos y siete minutos por jugar; un parcial de ocho a cero lo había hecho posible. El joven jugador salía frío y Jerami Grant acercaba a Oklahoma. Las estrellas visitante commenzaban a acelerarse y tenía que ser Raymond Felton el que pusiese el partido a cuatro puntos, entrando en los tres minutos definitivos. Snyder quería ordenar a sus jugadores, demasiado cansados, pero Adams ponía nervioso al público local anotando a la contra; una canasta separaba a ambos equipos. Mitchell rompía el parcial de siete a cero con una bandeja, Westbrook respondía con un triple. Quedaban noventa segundos y Derrick Favors resolvía un ataque embarullado, con una canasta de media distancia, desatando el júbilo en la grada. Quedaba un minuto por delante, la diferencia era de tres puntos para los Jazz. Westbrook hacia una entrada suicida que no entraba, el rebote ofensivo era visitante que tiraba hasta en tres ocasiones de tres sin pensar; Donovan salía a media pista tras el cuarto rechace, para poder poner orden en el ataque de su equipo. Tras el tiempo muerto, era Paul George el que forzaba la entrada, el rebote volvía a ser de los Thunder, que volvían a tirar de tres. El balón se iba por la banda y era necesaria una revisión, que daba la posesión a Oklahoma. George buscaba un triple y Gobert le caía encima, pero los árbitros no pitaban nada. Los Thunder tardaban más de diez segundos en hacer la falta obligada y Mitchell cerraba la serie desde el tiro libre. Invitado inesperado: Alec Burks, Royce O´Neale (Jazz)
ELIMINATORIA CERRADA: JAZZ GANAN CUATRO A DOS
Houston tenía la ocasión de cerrar la serie ante su afición, por eso sorprendía más su actitud en el inicio del quinto partido. Su defensa se mostraba tierna y el ataque apenas circulaba el balón. Los Timberwolves sacaban provecho de su juego interior y, eran los aficionados del Toyota Center, los que tenían que despertar a sus jugadores. Pese a todo, la defensa local seguía permitiendo anotación fácil y Minnesota terminaba el cuarto con una mínima ventaja. El segundo cuarto, ya mostraba otra acitud defensiva en los suplentes tejanos. Sin embargo, los de Tom Thibodeau seguían encontrando puntos bajo canasta, e incluso acierto exterior (con un Derrick Rose inspirado) y, como los Rockets no encontraban acierto en su tiro, la diferencia visitante alcanzaba los diez puntos. Para alivio del público local, una mejor actitud defensiva y el acierto en el tiro exterior; permitían reducir esa ventaja para encarar la segunda parte con más tranquilidad. Se esperaba otra cara de Houston en la segunda parte, y así era, cada tiro era contestado y la velocidad de pase era muy superior en el nuevo cuarto. Un parcial de diez a dos, en tres minutos, obligaba al tiempo muerto visitante. Los Timberwolves intentaban recuperarse desde la defensa, porque en ataque sufrían mucho con Clint Capela protegiendo el aro tejano. Con el paso de los minutos, el cuadro visitante se mostraba más agobiado en ataque y James Harden se ponía a jugar. Incluso Jamal Crawwford, perdía las formas con un excompañero de equipo como Chris Paul. Minnesota se presentaba al último cuarto, teniendo que remontar más de una decena de puntos. Y lo peor era comenzar ese cuarto, viendo como los Rockets no bajaban el alto nivel exhibido tras el descanso. Con la ventaja alcanzando los veinte puntos, los Timberwolves iban rindiéndose. Houston esperaba rival para la segunda ronda. Invitado inesperado: Eric Gordon (Rockets)
ELIMINATORIA CERRADA: ROCKETS GANAN CUATRO A DOS
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