Los primeros partidos de playoffs nunca habían sido la especialidad de Toronto, por eso sus aficionados se temían lo peor cuando se dirigían al Air Canada Centre. Y la baja de su mejor jugador de banquillo, Fred VanVleet, acrecentaba esa inseguridad. Por encima, unas inoportunas goteras retrasaban el inicio del partido. Así no sorprendía que el primer acontecimiento del partido fuese una falta de los Wizards en el salto inicial. Era como si Marcin Gortat se anticipase a lo que iba a sufrir con Jonas Valanciunas, en los primeros del partido. El pivot lituano dominaba las zonas y obligaba al tiempo muerto de Scott Brooks. Sin embargo, no era suficiente y el técnico visitante se convencía de que era mejor quitar al pivot polaco y meter un quinteto más bajo. Daba igual, el equipo no funcionaba como tal y la intensidad era baja. Sólo la salida de los suplentes en los Raptors, y una mayor actividad de John Wall en ataque, permitían a Washington dejar la diferencia (cercana a los diez puntos) reducida a la mitad al finalizar el cuarto. Tras el parón los Wizards se mostraban más atrevidos en la zona canadiense, sin embargo, el acierto exterior mantenía la ventaja local. Naturalmente, fue bajar ese acierto y colocarse por delante los capitalinos. Dwane Casey necesitaba recordar a sus jugadores donde hacían daño, pero Toronto no reaccionaba. Los balones perdidos, y los despistes en defensa, dejaban la diferencia en contra en cuatro puntos al descanso. Un parón que enfríaba el juego ofensivo visitante y despertaba a un acertado DeRozan. Brooks tenía que parar el partido, tras un parcial de once a dos en apenas dos minutos. El partido se ponía duro en las zonas, el marcador se equilibraba y todo quedaba pendiente de los doce minutos finales. Un cuarto que comenzaba con los interiores visitantes sintiéndose cómodos en ataque, pero Mike Scott cometía una flagrante innecesaria y despertaba al público local. Lucas Nogueira aparecía del fondo del banquillo para proteger el aro canadiense, el ataque visitante perdía el orden y Delon Wright brillaba para abrir un pequeño hueco para los Raptors. Brooks intentaba calmar a su jugadores, pero Nogueira intimidaba cada vez más; el hueco crecía. La desventaja se acercaba a los diez puntos y Markieff Morris pisaba mal tras un rebote. El partido se ponía de cara para Toronto y Delon Wright, con un triple, daba el primer punto de la eliminatoria a los de casa. Invitado inesperado: Delon Wright, Lucas Nogueira, CJ Miles (Raptors)
Para el segundo partido de la serie se esperaban ajustes por parte de Washington. Sin embargo, ni había cambios en la forma afrontar el partido, ni demasiada intensidad sobre la pista. Así las cosas, en dos minutos Brooks tenía que echar una bronca. Pero enfadarse no servía de nada, Valanciunas era un obstáculo insalvable bajo canasta y el buen reparto del juego por parte local, marcaba unas diferencias que superaban la decena de puntos. Wall cometía la segunda falta personal y daba la oportunidad de debutar a Ty Lawson, pero la diferencia seguía creciendo con un inspirado DeRozan. Por encima. Bradley Beal se iba al banquillo por las faltas; la diferencia superaba los veinte puntos y Dwane Casey se permitía poner a VanVleet para que cogiese ritmo. Mike Scott era la única respuesta en los capitalinos y permitía a los Wizards llegar con vida al segundo cuarto. Y el pivot visitante seguía acertado tras el paso por los banquillos, el problema era que CJ Miles también estaba inspirado en el tiro y las diferencias se mantenían cuando regresaban a pista los titulares. Nuevamente Toronto se escapaba con una buena selección de tiro y, para alivio visitante, las goteras paraban el partido. Con la bajada de pulsaciones, se frenaba elritmo local y la diferencia se mantenía al descanso. Mientras los aficionados iban a por sus refrigerios el partido arrancaba la segunda parte, pero parecía que los Raptors no se habían enterado. Washington se mostraba más intenso pero, la ilusión por la remontada duraba poco. Era como, si al irse llenando las gradas, volviese la versión local más reconocible. DeRozan y Valanciunas hacían mucho daño al acercarse al aro y Lawson salía para poner orden en el ataque. Con la agresividad de los dos bases en pista, y el descanso de los titulares canadienses, los Wizards llegaban al cuarto final con una discreta desventaja de diez puntos. Con el cambio de cuarto, Casey ponía en pista hasta al último jugador de la plantilla. Se trataba de recuperar la intensidad defensiva y el reparto del juego en ataque. No era suficiente; Wall, Lawson y Scott se convertían en una pesadilla para las aspiraciones locales. La ventaja se quedaba reducida a cinco puntos en apenas cuatro minutos y Casey devolvía a los titulares a la pista, acompañados de CJMiles y Wright. Precisamente Miles metía un triple de nueve metros fundamental, y Wright taponaba a Wall, permitiendo a DeRozan doblar la ventaja en apenas un minuto. Los gritos de “defense” estremecían los cimientos del pabellón y el equipo respondía no permitiendo canastas fáciles. Además, Toronto contaba con la mejor versión ofensiva de DeRozan. La diferencia se ampliaba y la precipitación visitante daba el segundo punto de la eliminatoria a los Raptors. Invitado inesperado: CJ Miles, Delon Wright (Raptors)
Había pasado demasiado tiempo desde los últimos playoffs de Philadelphia. Por eso no sorprendía que, tanto el público como los jugadores, se mostrasen algo tímidos en el inicio del primer partido de la serie contra los Heat. Por encima, JJ Reddick se retiraba tras un minuto de juego. Tenía que ser Robert Convington el que levantase el ambiente del Wells Fargo Center, un par de acciones defensivas y un triple iban desperezando al cuadro local. Marco Bellineli se mostraba acertado en el tiro en su salida a pista, Ben Simmons iba tomando el ritmo del partido y, aunque comenzaba forzando algunas situaciones, no tardó en ser un dolor de cabeza para Erik Spoelstra. La caldera local había subido la temperatura diez grados, en apenas cinco minutos de juego. El parón de Erik Spoelstra conseguía enfriar el ataque local, Miami marcaba el ritmo con un acertado Olynyk y el joven base local iba bajando el ritmo. Ni el regreso de Reddick aliviaba al ataque de los Sixers. La ventaja visitante superaba los diez puntos y sólo la entrada en pista de Markelle Fultz, en el minuto previo al final del cuarto, permitía rebajar la diferencia a la mitad. El segundo acto nos traía la aportación ofensiva, inesperada, de Ersan Ilyasova. Entre él, y Dario Saric, aliviaban el ataque local. Aprovechando el juego menos fluído de los Heat, los Sixers se ponían por delante en el marcador. Un nuevo tiempo muerto visitante, permitía a los de Florida calmar su ataque. Las faltas personales se convertían en una constante y Philadelphia llegaba al descanso con una mínima desventaja. La entrada de Ilyasova como titular, era la principal novedad de Brett Brown para la segunda mitad. Su dinamismo se convertía en un problema para la defensa visitante, que tampoco encontraba buenos tiros en ataque. Así las cosas, los Sixers pasaban de perder por cuatro puntos a ganar por tres, tras un parcial de diez a cero. Spoelstra tenía la necesidad de hablar con sus jugadores, pero también de sentar a un Whiteside despistado por la velocidad del juego. Sin embargo, esa no era lo solución, el ataque tenía problemas para circular el balón y la defensa seguía sin aclararse ante la velocidad del ataque de Philadelphia. El parcial era de veinte puntos y la ventaja local se alzaba por encima de los diez puntos. Los suplentes mejoraban la versión ofensiva de Miami, pero no era suficiente para reducir las diferencias al término del tercer cuarto. Lo peor estaba por venir en el cuarto final, cada error del ataque visitante era penalizado con puntos por los Sixers (especialmente inspirados Reddick y Saric desde el triple). Si no era con el primer intento, era con el segundo o el tercero. La diferencia superaba los veinte puntos a mitad de cuarto y los intentos de los Heat eran infructuosos, Philadelphia volvía a ganar un partido de playoff. Invitado inesperado: Ersan Ilyasova, Marco Belinelli (Sixers)
Mucho tenía que mejorar Miami para empatar la serie contra los Sixers. Y la primera sorpresa la daba Brett Brown con la incorporación de Ilyasova al quinteto titular, en lugar de un Amir Johnson menos acertado en el primer partido. En realidad era una apuesta por la velocidad en el juego, que Goran Dragic aceptaba sin miedo. La ventaja era visitante, hasta que el base esloveno cometía su segunda falta personal. Desde ese momento, el ataque de los Heat se mostraba espeso y Philadelphia cogía la delantera en el marcador. Belinelli acertaba con tiros forzados y tenía que salir del banquillo Dwayne Wade para rescatar a los de Florida. Con su aportación ofensiva, conseguía evitar que la ventaja local llegase a los diez puntos al terminar el primer cuarto. El paso por los banquillos dejaba fríos a los tiradores locales, mientras, Wade seguía acercando a los suyos haciendo de todo en ataque. Los Sixers comenzaban a forzar las situaciones, Wade ponía por delante a Miami y el tiempo muerto local trataba de aclarar las situaciones. No lo conseguía, Simmons se preocupaba más por los contactos que por dirigir. La escapada visitante se hacía sólida, pese a la tercera falta personal de Hassan Whiteside, con un parcial de veinte a dos en siete minutos. Philadelphia no se adeptaba al juego físico visitante, sus tiradores no acertaban, y Wade regresaba a la pista para llevar la ventaja a los catorce puntos al descanso. El cuarto de hora entre cuartos parecía sentar bien al cuadro local, la cuarta falta de Whiteside era celebrada y la diferencia visitante se manejaba en torno a la decena de puntos. El paso de los minutos acrecentaba la intensidad en la pista y los Sixers lo notaban. Cada canasta local era sufrida y Wade quería cerrar el cuarto a lo grande. Por suerte para los de Pennsylvania, hacían cinco puntos en treinta segundos y rebajaban la distancia a los once puntos. El último cuarto necesita un buen arreón del cuadro local y lo conseguían con agresivos dos contra uno, que llevaban al ataque rival a diez metros del aro. Lograban ponerse a una canasta a cuatro minutos del final, ante unos Heat impotentes para circular el balón con seguridad. Vista la situación Spoelstra recurría a Wade y este comenzaba su recital con una bandeja tras robar el balón. Desde ese momento, se puso a dominar el partido con asistencias, rebotes o acciones individuales. Philadelphia se apagaba con tiros forzados y Wade cerraba el partido con una canasta entrando en el minuto final. Miami volvía a casa con la eliminatoria empatada a uno. Invitado inesperado: Dwayne Wade, Kelly Olynyk, Justise Winslow (Heat)
Los Bucks se presentaban con ambición al primer desafío en Boston, la baja de Kyrie Irving era una ventaja que no se podía desaprovechar. Para su desgracia, pronto quedó demostrado que los recursos locales eran mucho más amplios. Además, Milwaukee necesitaba de la total implicación de Giannis Antetokounmpo para anotar y las primeras ventajas era locales. Kris Middleton y John Henson se sumaban al griego para mantener el partido anestesiado y poner a los de Wisconsin por delante. Sin embargo, la entrada de los suplentes frenó la buena lectura ofensiva y los Bucks comenzaban a perder demasiados balones. Con buenas ayudas para cerrar la conexión con los pivots en su zona, Boston conseguía correr y marcharse al cambio de cuarto con una docena de puntos a su favor. Una diferencia que se quedaría en casi nada, en apenas dos minutos de segundo periodo. Para disgusto de Brad Stevens, ahora eran sus jugadores los que no cuidaban el balón y le obligaban al tiempo muerto. El tiempo muerto permitía retomar el control del balón, pero el acierto no llegaba y Milwaukee no sólo se ponía por delante, si no que llevaba la diferencia a los dos dígitos. Sin embargo, justo en ese momento, a los de Joe Prunty les entraban los nervios. Su ataque se aceleraba, se mostraban inseguros en sus decisiones y llegaban al descanso con una ventaja escasa. El tiempo para la reflexión era mal aprovechado en ambos equipos. La segunda parte mostraba un correcalles donde nadie sacaba partido, porque los errores eran mayoría. Sólo un instante de inspiración visitante parecia dar margen a los Bucks, pero era respondido por una llamada al orden local y Prunty llamaba a sus jugadores. Su equipo se armaba de paciencia en ataque ante la subida de intensidad. En los Celtics Al Horford comenzaba a emerger, se sentía cómodo en un partido de más contacto y Malcolm Brogdon era la solución visitante para mantener el partido vivo al termina el cuarto. Un periodo que traía buenas noticias para Boston, Jayson Tatum tomaba el relevo del pivot dominicano y Eric Bledsoe hacía dos faltas en noventa segundos; con cinco personales no podía seguir en la pista. Ahor Milwaukee veía el partido en peligro. Su actividad defensiva subía de nivel, y Middleton resurgía, Stevens necesitaba a Horford en la pista. Así Boston entraba en los cuatro minutos finales, con una decena de puntos a favor. El orgullo visitante volvía a la carga, aumentaban los contactos defensivos y eran más agresivos en ataque. Así se llegaba al minuto final con un triple de ventaja para los de Massachusetts. Sesenta segundos de nervios, donde dos tiros libres de Horford mantenían la diferencia con quince segundos por jugar. La posesión era visitante, Prunty diseñaba una jugada que aprovechaba la atracción de su estrella y Brogdon no erraba el triple abierto para empatar el partido. Restaban diez segundos y Stevens tenía la oportunidad de mostrar sus armas con la pizarra. Pero, para sorpresa de todos, la pizarra fue sustituida por un uno contra uno letal de Terry Rozier. El triple parecía resolver el partido, ya que apenas restaba medio segundo. Sin embargo, la estrella griega tuvo paciencia con el saque de banda y Middleton callaba al público con un triple a nueve metros del aro. La jugada fue revisada, pero dada por válida y los Bucks se presentaban en la prórroga con un chute de adrenalina. No sorprendía ver lo mejores minutos visitantes en todo el partido, el equipo del trébol parecía superado por la intensidad del partido. Los Celtics tenían problemas, pero salvaban los minutos con sabiduría y el rebote ofensivo les permitía coger una ligera ventaja de cara al minuto final. El tiro exterior visitante no entraba, Bledsoe cometía su sexta falta en un rebote y Brogdon chocaba contra la defensa. Los de Stevens se alejaban a cuatro puntos, tras dos tiros libres de Rozier, y Prunty disponía de dieciocho segundos para su jugada. La estrella griega cargaba con la responsabilidad y sacaba una falta. Metía un tiro libre y, en la lucha por el rebote, le pitaban una discutida sexta falta. El primer punto de la serie se quedaba en Boston. Invitado inesperado: Marcus Morris (Celtics)
La victoria de los Celtics parecía haber apagado al TD Garden en el inicio del segundo partido. Jaylen Brown, Antetokounmpo y Rozier intercambiaban canastas; todo resultaba extrañamente plácido. Vista la situación, Stevens movía el banquillo. Meter en pista a Guerschoun Yabusele era un mensaje para aumentar la intensidad, y no tardó en notarse sobre la pista. Prunty pedía un parón, porque sus jugadores no estaban preparados para el cambio de ritmo. Yabusele ya no era necesario y se quedaba en el banquillo. Todos habían captado el mensaje, y un Horford muy activo, comenzaba a ser un problema para Milwaukee. Sin embargo, lo peor eran los balones perdidos en el ataque visitante. Así las cosas, Boston llegaba al descanso entre cuartos con una ventaja que superaba los diez puntos. La posibilidad de ruptura en el partido, era algo que el técnico visitante no iba a consentir. Por ello sólo aparecía un suplente en pista para el inicio del segundo cuarto. Los Bucks apretaban en defensa y su estrella ponía el partido a cinco puntos con sus carreras a la contra. En tres minutos, Stevens tenía que pisar el freno. No parecía suficiente, porque Shabazz Muhammad quería sumarse a la fiesta. Con el partido empatado, surgía Rozier para dar aire al ataque local y la efervescencia visitante se iba apagando con la entrada del resto de titulares en pista. Con un Marcus Morris acertado, los Celtics llegaban al descanso con nueve puntos a su favor. El tercer acto comenzaba con mucho más cariño en las defensas, pero Rozier y Brown eran incontrolables para el defensa visitante y mantenían el partido bajo el control local, por mucho que las jugadas individuales de los Bucks intentasen el acercamiento. Llegaba el turno de los suplentes y un Shane Larkin inspirado (que hasta metía un triple sobre el final del cuarto, ponía quince puntos arriba a los del trébol. Una ventaja tranquilizadora porque, para recortar, Milwaukee tenía que correr. No era sencillo, con los ataques tan trabajados por parte local. Por encima, el cansancio hacía que las acciones individuales del ataque estático visitante fallasen, y Greg Monroe abría un poco más la diferencia. Stevens aprovechaba esa distancia para dar un ligero descanso a sus titulares, y a un Morris revolucionado, para tenerlos frescos en la resolución del partido. Y el plan salía a la perfección, con dos minutos por jugar, todo estaba decidido. Boston dejaba su casa con las dos victorias en el zurrón. Invitado inesperado: Shane Larkin, Greg Monroe, Marcus Morris (Celtics)
La tensión en el rostro de Lebron James demostraba la importancia del primer partido de Cleveland en su eliminatoria contra los Pacers. El arranque favorecía a los de Ohio, que salían con más agresividad en la defensa del balón. Su única preocupación era la facilidad de Indiana para anotar bajo canasta. La segunda falta persona de Rodney Hood daba entrada a Kyle Korver y, como los triples no entraban y el ataque local era precipitado, las primeras ventajas eran para Indiana. Bojan Bogdanovic se convertía en un problema para la defensa local y los balones perdidos llevaban la ventaja visitante por encima de la decena de puntos. La solución de Tyronn Lue era poner en pista a Calderón, para dar claridad al ataque local, y Larry Nance Jr para intimidar en defensa. Llegaban los mejores minutos de los Cavaliers y Nate McMillan quería una charla con sus jugadores. La reacción no se hacía esperar; con unas ayudas defensivas más activas, y acierto exterior, la diferencia visitante rozaba los veinte puntos de cara al segundo cuarto. Con el cambio de cuarto ese acierto disminuía y, pese al descanso de Lebron, el acercamiento local preocupaba a McMillan. Se reactivaba la presión sobre el balón y, la debilidad defensiva en transición de Cleveland, volvía a permitir la escapada visitante. La estrella local se veía obligada a cargar con toda la responsabilidad, pero la diferencia no bajaba de los diez puntos y el cansancio comenzaba a aplacar sus ganas. Lebron fallaba hasta los tiros libres y Myles Turner hacía cinco puntos en el minuto previo al descanso, los Pacers llegaban con diecisiete puntos de ventaja al descanso. Y la segunda parte no se iniciaba mejor. En menos de sesenta segundos quedaba clara la falta de concentración local y obligaba al tiempo muerto de Lue. Entre el tiempo muerto, y la entrada de Calderón, conseguían calmar el ataque local. Sin embargo, no encontraban soluciones para alcanzar una anotación fluída y la diferencia visitante se mantenía cercana a los veinte puntos. No fue hasta la entrada de los suplentes de Indiana, que el panorama del partido cambiaba. Los de Ohio subían las líneas defensivas, y con un poco de acierto en los tiros, Cleveland reducía la ventaja por debajo de los deiz puntos con un cuarto por jugar. La reacción local continuaba con el inicio del cuarto final y McMillan quería un parón tras noventa segundos de juego. Aprovechaba para meter en cancha a su dos aleros titulares para dar aire al ataque y, como Lebron y JR Smith no encontraban apoyo, pronto volvía irse la diferencia visitante por encima de la decena de puntos. Los Cavaliers realizaban un último esfuerzo, pero no tenían recursos en ataque para inquietar a su rival. Los Pacers robaban el factor cancha en el primer partido de la serie.. Invitado inesperado: Lance Stephenson (Pacers)
Los Cavaliers abrían el segundo partido de la eliminatoria intentando mostrar más agresividad. Lebron marcaba el camino atacando el aro y Oladipo hacía dos tonterías que le cargaban con dos faltas en un minuto. Indiana estaba en shock, McMillan intentaba cerrar el parcial, pero Lebron seguía entonado. El primer punto visitante llegaba desde el tiro libre tras cuatro minutos de partido. Lebron seguía sin fallar y, con un triple, hacía el dieciseis a uno de salida; todos los puntos de Cleveland eran suyos. Para alivio de la estrella local, sus compañeros iban despertando, pero también los Pacers. El despegue se frenaba, al terminar el cuarto, los Cavaliers mandaban por quince puntos. Lebron tenía un descanso merecido y sus compañeros se las arreglaban para que los intentos de Oladipo no tuviesen reflejo en el marcador. Curiosamente, era el regreso de la estrella local lo que despertaba la reacción visitante. La intensidad de los Pacers subía, Kevin Love tenía un mal apoyo e Indiana se ponía a cuatro puntos. Ingenuamente, Oladipo cometía su tercera falta personal y los visitantes acusaban el golpe. Se reponían con Turner como jugador de referencia pero, entre la tercera falta de Stephenson, y el despertar de Lebron, Cleveland se iba a los vestuarios con una diferencia que superaba los diez puntos. Y los de Lue pretendían ampliarla en el inicio de la segunda parte; volvía la mejor versión defensiva del cuadro local e Indiana volvía a sufrir para mantener el ritmo. Sin embargo, como la agresividad de los Cavaliers iba bajando a cada minuto, e Indiana jugaba con inteligencia con Oladipo de protagonista, la distancia se reducía tras un parcial de trece a dos. Poner piernas frescas en la pista levantaba la defensa local y frenaba la reacción, los Pacers tenían que remontar siete puntos en doce minutos. El descanso de Lebron no parecía alterar el camino iniciado en el partido y la estrella volvía a pista con un punto de tranquilidad. Sólo así se explica que no reaccionase mal ante la flagrante de Domantas Sabonis, en su primera acción en pista. Siguiendo su estela,Cleveland comenzaba a aumentar la ventaja. McMillan neesitaba recordar sus jugadores los que se jugaban, Indiana comenzaba a trabajar cada ataque y volvía a a acercarse en el marcador. Love se dislocaba la muñeca y Ohio temblaba porque, con cuatro minutos por jugar, sólo conservaban cuatro puntos de ventaja. Un robo de balón de JR Smith, que acaba en una bandeja sencilla, calmaba los nervios locales y los Cavaliers llegaban al minuto final con seis puntos para administrar. Lebron se sobraba con un triple innecesario y Darren Collison acertaba con el suyo. George Hill hacía una falta en ataque muy poco entendible para alguien con su experiencia, pero Oladipo también se precipitaba y erraba un triple para empatar el partido. Dos tiros libres de Lebron parecían sentenciar el partido restando veinte segundos. Se repetía la escena, Oladipo fallaba el triple y Lebron confirmaba el empate en la serie con los tiros libres. Invitado inesperado: Larry Nance Jr (Cavaliers)
Leave a Reply
Be the First to Comment!
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.