LOS MEJORES DE 2017: Baloncesto FIBA. Chicas de oro

España campeona de Europa baloncesto femenino 2017

En una época marcada por la generación dorada del baloncesto español, por unos jugadores que han llevado a la selección española a unas cotas que ningún aficionado hubiera imaginado antes de entrar al siglo XXI, se estaba gestando en la sombra la semilla de otro éxito, aún más sorprendente e inesperado pero no menos rotundo e ilusionante. Con un duro trabajo, labrado con esfuerzo, tiempo y buena planificación, el baloncesto femenino ha germinado en España a unos niveles del equipo que logró viajar hasta las estrellas en una etapa irrepetible. Si de algo puede presumir la FEB es de la intachable labor realizada en el baloncesto femenino desde la base que se ha traducido en éxitos históricos para la selección española. No se bajó del podio en el anterior ciclo olímpico, culminado por la histórica plata en los JJOO de Río. Amenazaba con extender sus logros al presente. Un equipo joven y talentoso pero lleno de experiencia y con un futuro aún más esplendoroso por delante. Un potencial sin límite en calidad y recursos.

El Eurobasket de la República Checa celebrado en junio era el reto de este año para las jugadoras de Lucas Mondelo. El seleccionador disponía de toda la artillería para recuperar el trono europeo que alcanzó cuatro años antes en la inolvidable final de Orchies ante Francia. Esta vez ninguna lesión inoportuna impedía a alguna pieza clave acudir a la cita continental. Las Alba Torrens, Sancho Lyttle, Laura Nicholls, Marta Xargay, Anna Cruz, Laia Palau o Silvia Domínguez formaban el núcleo duro que arropaba a las jóvenes que comenzaban a llegar desde abajo. El debut se producía ante Hungría. Bastó con un inicio de encuentro arrollador para controlar el encuentro. Pese a que las magiares lograron enfangar el partido España sólo necesitó el dominio incontestable de Sancho Lyttle en la zona para zanjar el estreno con comodidad (62-48). ¡Cómo se echó en falta su presencia en Río pese al imparable crecimiento de Astou Ndour! Ucrania esperaba en el segundo partido. Un equipo que producía respeto al seleccionador, que le consideraba un tapado en la sombra. Y ciertamente dio guerra durante la primera mitad. Defensa muy dura, acierto exterior y unas lúcidas Iagupova y Udodenko que generaban muchos problemas en ataque. El acierto de Alba Torrens evitó males mayores aunque España se fuera un punto abajo al descanso. La segunda mitad fue otra historia. La defensa secó por completo a Ucrania que perdió su ángel. Apenas anotó un punto por minuto. Los triples de Xargay rompieron el partido y España pasó a dominar con placidez. Entre Torrens y Lyttle se encargaron de demoler a un rival que bajó los brazos (76-54). Segunda victoria que el liderato del grupo y el pase a cuartos de final. El duelo contra las anfitrionas, eliminadas a las primeras de cambio, suponía un trámite. La República Checa se lo tomó como un partido para limpiar su honor  y planteó un partido hosco e igualado. Tuvo mayor motivación que una selección española a medio gas en el tramo final del partido. Una infalible Vaughn condujo a las checas a una victoria estéril (63-67). A España le faltó intensidad en los últimos minutos para evitar la derrota pero suponía un pecado venial, achacado a la relajación previa a los decisivos cruces. El torneo empezaba de verdad a partir de cuartos de final.

Banquillo de la selección femenina se pone en pie

Fuente: elecodecanarias.com

Letonia era la rival en el crucial enfrentamiento de cuartos. Una auténtica sorpresa puesto que dejó en la cuneta en octavos de final a Serbia, defensora del título. Un rival caracterizado por un tiro exterior muy efectivo. Putnina era la gran figura y referente de una de las revelaciones de un campeonato revolucionado por los resultados sorprendentes. Serbia, Turquía, Rusia, Bielorrusia, Italia. Nombres ilustres que se quedaron fuera del camino a las medallas. España no se unió al listado de caídos con pedigrí. Mondelo se tomó muy en serio el trabajo defensivo. Incluso redujo la rotación a ocho jugadoras, a todas las más experimentadas. No quería bajones en la intensidad por actitud o bisoñez. El resultado fue inmejorable. Las letonas fueron superadas por una avalancha que les sepultó en el primer cuarto. La defensa maniató completamente al perímetro letón. En ataque Alba Torrens estuvo irresistible, un puñal en sus penetraciones hacia canasta. Los triples de Marta Xargay hicieron el resto. Un 22-4 de parcial fulminó la resistencia de Letonia en apenas diez minutos. España sólo tuvo que tirar de oficio para manejar con soltura diferencias muy holgadas que le permitieron tener siempre bajo control el encuentro (67-47). En semifinales esperaba otro equipo imprevisto, Bélgica. Un conjunto joven que apunta a ser una de las selecciones del futuro en el concierto europeo. Meesseman está llamada a ser una de las jugadoras de referencia en Europa durante la próxima década. Pero el presente pertenece a la selección española. Lucas Mondelo aplicó la misma receta que contra Letonia con el mismo resultado. Defensa marca de la casa que sacó del partido a las jóvenes belgas. Alba Torrens fue una pesadilla constante que no tuvo respuesta en la defensa rival. El encuentro había quedado liquidado al inicio del tercer cuarto. Lucas Mondelo incluso pudo dar los últimos minutos a las jóvenes. Bélgica ya había claudicado, estrellada ante una defensa de manual (68-52). España seguía sin bajarse del cajón, otra medalla encargada. Pero quería el gran premio, el puesto más alto del podio. Sólo le separaba de él la némesis de este equipo en los últimos años en el Viejo Continente, Francia.

Bandeja de Alba Torrens contra Francia

Fuente: 20minutos.es

Pese al enorme poderío físico de las jugadoras francesas España no rehuyó la pelea ni el contacto. El acierto en la línea de tres le permitió a la selección española mantenerse por delante en el primer cuarto. Sólo fue el principio de la exhibición. España cerró la zona a cal y canto. Ni siquiera cedía un solo rebote, una de las armas más importantes de Francia. Sancho Little tenía problemas para acercarse a la zona pero su tiro de media distancia resultó muy efectivo. Francia  se encontraba algo perdida sobre la pista. Su impresionante plantel lleno de vigor físico encallaba en la intensa defensa de ayudas de la selección española. Sólo Dumerc mantenía la cabeza y las opciones de Francia que resistía haciendo la goma hasta el descanso. Sólo fue cuestión de tiempo que España rompiera el partido. La intensidad defensiva no bajó tras el descanso. Los robos de balón lanzaban contraataques fulminantes. Alba Torrens destrozaba por velocidad a una defensa desarbolada. Daba igual que hubiera jugadoras cargadas de personales, el esfuerzo atrás no menguaba. Ya ni Dumerc podía sostener a la selección gala. Triste despedida la de la gran estrella francesa, el homólogo femenino de Parker. La diferencia alcanzaba los 20 puntos en el último cuarto. La victoria era aplastante, incontestable. El gran rival europeo mordía el polvo con estrépito. Lucas Mondelo dio su pequeña participación en la fiesta a las más jóvenes. Laia Palau tenía la mejor despedida posible de la selección. El 71-55 final no dejaba lugar a la duda. España marca el camino en el baloncesto europeo. Su dominio en el Eurobasket se traslada a las categorías inferiores donde cada equipo pelea por los puestos de honor. Cada hornada presenta 3 o 4 jugadoras interesantes y de futuro. A Lucas Mondelo, uno de los grandes responsables de esta etapa de éxito, le espera un complicado pero envidiable trabajo. Contará entre 20 y 25 jugadoras de calidad para disputar los JJOO de Tokio, prácticamente dos equipos. Algo que sólo supera Estados Unidos, fuera del alcance de todos los mortales. El resto observa con admiración un modelo ejemplar digno de exportarse.

España celebra oro europeo baloncesto femenino

Fuente: diariocritico.com

El verano podía acabar con un doblete inédito e histórico puesto que la selección masculina defendía su título europeo en septiembre. Un Eurobasket que pagó los rigores del año post-olímpico hasta el extremo. Las retiradas, renuncias y lesiones dejaron una lista inmensa de bajas ilustres, hasta el punto de mermar sensiblemente el potencial de muchas selecciones importantes. No se libró la selección española. Las renuncias de Mirotic, Felipe Reyes y Rudy, el descarte de Ibaka y la grave lesión de Llull en la preparación perfiló la nómina de ausentes en la lista de Scariolo que, sin embargo, mantenía una plantilla poderosa. La mayoría de los presentes en la NBA se enrolaron en pos del cuarto entorchado europeo. Los hermanos Gasol y Hernangómez, Ricky Rubio, Abrines y Sergio Rodríguez formaban el núcleo duro que completaba el bloque nacional de Valencia Basket, la sensación de la temporada en el baloncesto español, y un Navarro que disputaba su último torneo internacional con la selección. Un bloque poderoso, el gran favorito al oro en un Eurobasket que repetía la fórmula de las cuatro sedes en la primera fase pero disputaba su fase final en Estambul. La selección se ciñó al mismo guion de las últimas preparaciones. Rivales cómodos en su mayoría y en casa. Una puesta a punto lenta y tranquila salvo la grave lesión de Llull contra Bélgica en La Laguna. La primera fase también serviría para ajustar todas las piezas. El grupo, que se disputaba en Cluj-Napoca (Rumanía), era casi un balneario para los hombres de Scariolo. Sólo contaba con un rival serio, Croacia. Montenegro, República Checa, Rumanía e Hungría no parecían rivales con el nivel suficiente para inquietar al gran favorito, máxime cuando alguno de ellos contaban con bajas muy importantes.

Canasta de Willy Hernangómez

Fuente: eurosport.com

Montenegro fue la primera piedra de toque. Apenas duró unos minutos su resistencia. Vucevic y Dubljevic asistieron impotentes al recital de defensa y juego vertiginoso de la selección española. Rice fue un juguete en manos de la defensa de Ricky y la portentosa dirección de Sergio Rodríguez. Los pivots camparon a sus anchas y los suplentes respondieron a la perfección. Destrucción total. 99-60 tras un gran recital para abrir boca. La única mala noticia fue la lesión de Abrines que le dejó fuera de combate el resto del torneo. No tiene suerte con la selección. Una República Checa muy mermada, sin Satoransky ni Vesely, probó la misma medicina. Antes del descanso ya se había desplomado. Desguazada por los pivots españoles, un Ricky anotador como no se había visto, la defensa y una velocidad de vértigo. 93-56 que reforzaba la sensación de superioridad de España. Parecía un gigante entre mortales. La anfitriona, la débil Rumanía, aguantó el tipo mientras España estuvo despistada en la pista ante la inferioridad del rival. Bastó con meter balones a Marc Gasol para conseguir una diferencia holgada. Una defensa seria al inicio del tercer cuarto rompió el partido definitivamente. Las infinitas carencias de los rumanos eran explotadas por todo el bloque. 91-50 para finalizar los aperitivos, antes del único duelo comprometido de la primera fase. Croacia mediría el estado real de España en la lucha por el liderato del grupo. La puesta en escena no pudo ser más desalentadora. Lapsus inicial, un punto en cinco minutos y Croacia se marchaba nueve arriba. El tiro exterior recondujo la situación pero no fue hasta que aumentó la intensidad defensiva cuando España consiguió asentarse en el marcador. Los rebotes ofensivos le permitieron reducir daños a Croacia que sorprendió con una zona que se le atragantó a la selección española. Bogdanovic entró en racha tras una primera mitad en la que pasó inadvertido. Saric fue un incordio bajo tableros y Zoric actuó como factor sorpresa para dar la vuelta al marcador. Scariolo confió en los hombres de banquillo para enderezar el rumbo. No le defraudaron, sacaron al equipo de una situación delicada pero la recta final se presentaba de infarto. Pese a dos técnicas intempestivas los tiros libres mantuvieron por delante a España. Un tapón de Juancho Hernangómez sobre Bogdanovic acabó con el sufrimiento. 79-73 que garantizaba el primer puesto. No todo iba a ser un camino de rosas pero el primer objetivo se había cumplido. El intrascendente último partido contra Hungría (87-64) sólo sirvió para coronar a Pau Gasol como el máximo anotador de un Eurobasket. Había terminado el calentamiento. En Estambul esperaba el comienzo del verdadero Europeo.

Lucha por el rebote en el España-Turquía

Fuente: eurosport.com

El cruce de octavos de final deparaba un enfrentamiento con el anfitrión, Turquía. Un rival de pasado con dolorosos recuerdos cuando juega en su pista pero asolado por una plaga de ausencias que le habían debilitado seriamente. Un conjunto turco inferior por mucho ambiente hostil o arbitraje casero que hubiera. El planteamiento inicial fue perfecto. Buena movilidad de balón en ataque y defensa firme que dejó al descubierto las limitaciones de Turquía, demasiado dependiente de Osman. El dominio en el marcador era patente. Las complicaciones llegaron cuando cayó en el ritmo lento y trabado que propusieron los turcos, sostenidos por el acierto de Korkmaz. Marcador bajo que mantuvo las esperanzas de los anfitriones hasta el último cuarto. La decisión de Scariolo de poner dos bases resultó providencial. Juancho Hernangómez estiró la diferencia hasta un margen tranquilizador. El crecimiento del menor de los Hernangómez durante el torneo le procuró una buena cuota de protagonismo. Ricky Rubio puso la sentencia desde la línea de tres. Los fantasmas habían desaparecido. 73-56 que dejaba a las claras la diferencia entre ambos. España avanzaba en un camino lleno de sorpresas. Ilustres como Francia, Lituania, Grecia o Croacia iban quedando apeados de la lucha por las medallas de un torneo que parecía señalado para marcar el comienzo de una nueva etapa en el baloncesto europeo, el advenimiento de los equipos del futuro. Los cuartos de final deparaban un rival sorprendente, Alemania. Ya sin Nowitzki en sus filas pero con un nuevo referente, Schröder. España cayó en el mismo mal que contra Croacia. Un comienzo flojo que obligó a Scariolo a parar pronto el partido. Su equipo se recuperó gracias a los hermanos Gasol pero ambos eran los únicos que aportaban. La reacción no fue completa hasta que la defensa se puso las pilas y adelantó a España por primera vez en el partido. Sin embargo un mal final de segundo cuarto redujo la ventaja al mínimo. Un Schröder individualista pero inspirado volvió adelantar a los germanos en el tercer cuarto. El encuentro era áspero, duro. Pau Gasol no estaba cómodo entre la leña que se repartía en la zona. El devenir se presentaba muy incierto hasta que apareció Marc Gasol en su versión de los Grizzlies. Recital de fundamentos de Marc que fue un coloso en la pista. Triples, dominio de la zona, control del rebote. Un clinic de pivot moderno. Él solito destrozó a Alemania que no pudo resistir el mayor recital del mediano de los Gasol con la selección española. 84-72 que llevaba a España a unas nuevas semifinales, a la auténtica lucha por las medallas.

Eslovenia celebra el triunfo contra España

Las semifinales conducían a un viaje hacia el futuro. El rival, Eslovenia, uno de los equipos señalados en el cambio de poder que se avecinaba en el baloncesto europeo y que había derrotado en el mejor encuentro del torneo a Letonia en el duelo del futuro. Nunca había disputado unas semifinales pero cualquiera diría que era un novato. Un certero bombardeo desde el triple dentro de un ritmo vertiginoso de juego creó las primeras complicaciones a España. Todo el tiro exterior esloveno estuvo impecable. El acierto casi perfecto en el triple sacaba de punto a una selección española que hacía la goma. Por una vez el ritmo suicida le iba mejor a su rival. Pau Gasol consiguió evitar que los eslovenos lograran una diferencia preocupante en pleno festival de triples. Los cuatro puntos de diferencia al descanso fueron un mal menor ante la que había caído. Pero la pesadilla no había hecho más que empezar. Vidmar, muy rocoso en la zona, consiguió sacar del partido a los hermanos Gasol. Empujó a España a buscar el tiro exterior, que no funcionó en ningún momento. La diferencia aumentaba de forma preocupante. Eslovenia atacaba con una comodidad asombrosa. Dragic controlaba el partido. Doncic hacía cuanto quería con apenas 18 años. Randolph aumentó las miserias saliendo hacia la zona de tres. La zozobra apuntaba a naufragio sin remedio. La precipitación se unió a la falta de acierto desde fuera. Acabó tornando en un individualismo desconocido en esta selección. El fracaso de los bases fue absoluto. Dragic bajó el telón de una obra convertida en tragedia. 72-92, la derrota más dolorosa de esta generación. El fin de una época, el relevo había llegado. Aún le quedaba a España el consuelo del bronce. Premio escaso para lo que está acostumbrado este equipo pero no falta humildad para buscarlo. Una renacida Rusia era el obstáculo para una nueva medalla. Acabó convertida en un equipo menor en la primera mitad, sumida en las pérdidas de balón y dependiente en exclusiva de Shved, capaz de lo mejor y lo peor. Destrozada por Pau Gasol que volvió a ser el coco en la pintura. La segunda mitad apuntaba a trámite pero Rusia reaccionó con los suplentes y sin Shved en pista. Llegó a ponerse a dos puntos a tres minutos del final pero los hermanos Gasol se encargaron de evitar que la remontada llegara a término. España sentenció al contraataque para vencer por 93-85. Un triunfo que vale un bronce, la última medalla de Navarro. ¿La última de Pau Gasol? Quien lo sabe. No ha descartado estar al frente en el Mundobasket 2019 si las fuerzas le acompañan.

España gana la medalla de bronce

Fuente: eurosport.com

La final tuvo puro sabor balcánico. Eslovenia se medía a Serbia, mermada por un número ingente de bajas pero competitiva hasta el extremo. Tuvo que soportar la misma tormenta que asoló a España en semifinales. Pese a no comenzar tan certera en el triple como en el encuentro anterior la aparición de Prepelic revolucionó el ataque, que alcanzó su máxima expresión en la muñeca de Dragic. El base esloveno realizó el mayor recital anotador que se ha visto en el Eurobasket en muchos años. 26 puntos al descanso de un jugador desatado y al que le salía todo, cuyos compañeros juegan al son que él toca. Serbia tuvo suficiente con sobrevivir a la tormenta desatada por Goran Dragic. Sin embargo salió adelante. Echó mano de su inquebrantable fe en sus posibilidades y en su poderío físico para llevar el partido a una fase de juego más físico y aguerrido. El nuevo escenario le permitió cambiar la dinámica. Incluso se puso delante a cinco minutos del final. Con Doncic fuera de combate por un esguince de tobillo y Dragic agotado, tuvo que ser Randolph el que tirara de talento para levantar a Eslovenia. Prepelic, la sensación del Eurobasket y cuyo futuro se viste de blanco madridista, resultó decisivo en los momentos calientes con su muñeca prodigiosa. 93-85 final que convierte a Eslovenia en campeona de Europa por primera vez. El futuro ya está aquí. El nuevo orden europeo está listo para formarse. El Mundobasket de 2019 puede ser la confirmación si no lo impiden las dichosas ventanas FIBA de la discordia.

Eslovenia campeona Eurobasket 2017

A nivel de clubes volvió a quedar en evidencia que las castañas se juegan a partir de abril. Hasta entonces el protagonismo lo había tenido el Real Madrid que se erigía como máximo aspirante a todo. Por el camino se habría proclamado por cuarta vez consecutiva campeón de Copa, de forma muy sufrida en la edición que se recordara como la del campo atrás por la acción de campo atrás no pitada a Llull en los cuartos de final contra Andorra. Sirvió para la creación de un popular cántico y una camiseta con la que una mente iluminada se ha forrado, amén de forzar una prórroga que evitó una eliminación a las primeras de cambio. Ni un solo momento de respiro tuvo el equipo blanco que sufrió en cada encuentro pero el desenlace acabó siendo el mismo. Ni Andorra ni Baskonia ni Valencia Basket pudieron doblegar a los de Laso. Siempre se levantaron, incluso para lograr remontadas al borde del imposible. Pero todo se torció para los madridistas a mediados de mayo, en la Final Four de Estambul. Una cita a medida para Fenerbahçe, el rival de los de Laso en semifinales. Nunca estuvo en el partido, arrollado por el vigor y poderío físico de Fenerbahçe que hizo trizas a un juego interior acobardado por la imponente presencia de Vesely y Udoh. Sólo Llull, con la compañía de Carroll en el segundo tiempo, estuvo a la altura. El 75-84 final se quedó corto para describir la diferencia entre ambos equipos. Se le unió a esta dolorosa derrota la pobre imagen en el intrascendente partido contra CSKA por el tercer puesto. Parecía que el equipo se había hecho viejo de repente. El palo anímico tuvo consecuencias para varios jugadores, que no levantaron cabeza el resto de la temporada. La gloria europa estaba reservada para el gran cazador. Obradovic volvió a subir a los cielos del baloncesto tras conseguir la primera Euroliga para un equipo turco. Fenerbahçe no falló en casa. Era su oportunidad y no la desaprovechó. De la mano de un Udoh imperial y arrollador, un soberbio Bogdanovic y un Kalinic que se confirmó como uno de los mejores aleros europeos, el conjunto turco justificó su potencial y presupuesto consiguiendo el objeto del deseo, el cetro europeo que al fin llega al baloncesto turco. Hasta abril había dado tumbos pero cuando llegó la hora de la verdad Fenerbahçe no titubeó.

Fenerbahçe campeón Euroliga 2017

Con el doloroso trance en tierras turcas aún en el cuerpo el Real Madrid aún podía completar una temporada exitosa con un nuevo título de Liga. Afrontó unos playoffs que dejaron patentes la enorme dureza de la Liga ACB. Todos los equipos contaban con ocho o nueve jugadores de nivel y asaltar sus canchas suponía un desafío de envergadura. Nadie venció a domicilio en cuartos de final. Eliminatorias muy sufridas que pusieron a los favoritos contra las cuerdas, sin excepción, pero la ventaja campo se hizo valer finalmente. Supuso el final del calvario del Barça, que cayó a las primeras de cambio para cerrar su temporada más oscura de la historia reciente. Más sencilla le supuso la semifinal al Madrid que derrotó por la vía rápida a Unicaja. Se notó que el equipo malagueño no poseía un pivot que le amargara la existencia, como hizo Shermadini en la ronda anterior. En la final esperaba Valencia Basket, que había dejado por el camino a los otros dos equipos de Euroliga, Barça y Baskonia. El Real Madrid golpeó primero pero el conjunto valenciano dejó patente que sería un hueso muy duro de roer. El acierto en el tiro exterior y los fallos de Valencia Basket en los últimos instantes permitieron al equipo blanco apuntarse el primer partido pero en el segundo el dominio casi siempre estuvo en manos de un Valencia Basket muy equilibrado que contaba con un Dubljevic en estado de gracia. Sólo pudo dar la vuelta en el tercer cuarto, con un Llull frenético que volvió loco el encuentro, pero los de Pedro Martínez supieron resistir al arrebato del base madridista para recuperar el mando en el último cuarto. Una canasta con fortuna de Dubljevic en el último minuto resultó decisiva para igualar la eliminatoria. El Real Madrid debía ganar alguno de los dos partidos en la Fonteta para recuperar el factor campo. Salió con aire más aguerrido para dominar gran parte del primer tiempo en el tercer choque pero en unos pocos minutos de frenesí los locales lograron dar la vuelta al encuentro. Si fueron inferiores y se marchaban por delante al descanso le debía bastar con elevar el tono de juego para ganar con holgura. Así fue, superioridad manifiesta de Valencia Basket que dominó a placer con un equilibrio interior-exterior ejemplar y dejó al desnudo los problemas y carencias del Madrid en el final de temporada. Agotado y con demasiados jugadores a un nivel bajo, la dependencia en Llull resultaba excesiva. Valencia Basket se encontraba a un paso de lograr su mayor hito. En su historia se ha caracterizado por fallar una y otra vez cuando tenía el éxito al alcance. Le pasó dos meses antes en su propia cancha en la final de la Eurocup ante Unicaja tras un desplome inexplicable en el último cuarto. Pero no iba a dejar pasar la gloria una vez más. Avalancha de juego de la más alta calidad en un primer tiempo para el recuerdo en Valencia. Borró del mapa a un Real Madrid desdibujado y a merced de un rival al que le salía todo. Sólo la cabezonería y el talento de Llull dio una pequeña esperanza en el último cuarto pero él solo no pudo contra un bloque bien armado y dirigido por el mejor entrenador actual del baloncesto español, Pedro Martínez. Valencia Basket lograba el título de Liga ACB con todo merecimiento. Ya tenía su lugar entre los grandes.

Valencia Basket campeón Liga ACB 2017

En el baloncesto femenino se repitió el duelo que llevan librando varias temporadas Perfumerías Avenida y Girona por la hegemonía del baloncesto español. La fortuna favoreció al equipo salmantino que firmó un doblete que le consolida como el dominador del baloncesto nacional. El título de Euroliga volvió a recaer en manos rusas. El Dinamo Kursk logró su primer título continental tras derrotar en la final al Galatasaray por 77-63. Equipos rusos y turcos siguen llevando la voz cantante en la élite del baloncesto femenino europeo de clubes un año más.

Mejor equipo baloncesto FIBA 2017

  • Selección Eslovenia masculina (29%, 2 Votes)
  • Selección España femenina (29%, 2 Votes)
  • Valencia Basket (29%, 2 Votes)
  • Fenerbahçe (14%, 1 Votes)
  • Dinamo Kursk (0%, 0 Votes)

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