BALONCESTO CODIFICADO (III): Esplendor en Vitoria

Nocioni y Scola celebran el doblete

La final de la recién creada Euroliga que alcanzó Baskonia no fue una sorpresa puntual. Significó el punto de partida para la irrupción del equipo vitoriano entre la élite del baloncesto nacional, consolidada la campaña siguiente. La temporada 2001-02 quedaría para siempre en el recuerdo de los aficionados de Vitoria como la más brillante y laureada de la historia del club. Puso las bases de una etapa inolvidable que cambió las estructuras del baloncesto español. El entonces Tau Cerámica no sólo se presentó como una alternativa de poder sino que se scivolo gonfiabile incrustó entre los grandes para ser considerado un candidato a todo, incluso en busca del trono europeo. El carácter Baskonia cobraba forma para moldear la personalidad del equipo vitoriano que se convirtió en una referencia de trabajo y planificación que elevó a Josean Querejeta a la categoría de gurú de los despachos. En este capítulo recordaremos el inicio de la era de esplendor de Baskonia, del que se cumplió recientemente quince años y cuyos integrantes recibieron su merecido homenaje en el Buesa Arena.

El relevo imposible.

La marcha de Pau Gasol para comenzar su aventura en la NBA dejó un hueco imposible de cubrir en la plantilla del Barça. La inesperada explosión y súbita dimensión que adquirió del jugador de Sant Boi provocaron que su fichaje por los Memphis Grizzlies arrojara una sensación orfandad en el equipo azulgrana. Los 500 millones de pesetas que pagó Gasol para abandonar el Barça suponían un importante botín pero no servían para encontrar sustituto. Simplemente no existía en Europa. El papel de sustituto era una herencia envenenada. Acabó recayendo en Okulaja. Un buen jugador pero el alero alemán no se parecía en nada a Pau Gasol. Ni ocupaba la misma posición ni desarrollaba el mismo juego ni generaba el mismo impacto. Más parecido era el perfil de Ekonomou, el otro fichaje veraniego del Barça. Un ala-pivot experimentado en Panathinaikos y la selección griega. Nada más llegar reconoció en la presentación que el tapón de Vrankovic a Montero fue ilegal. Un figura, sólo había necesitado cinco años para decirlo. Ambos eran los únicos refuerzos para una plantilla que mantenía casi toda la estructura salvo el gran referente.

okulaja barcelona

Fuente: retroacb.blogspot.com

El Real Madrid necesitaba reforzarse a conciencia para superar la incontestable inferioridad de su plantilla hacia su eterno rival la pasada campaña. Salvo Raúl López, todos los fichajes realizados un año antes abandonaron el club. Scariolo no escatimó en nombres importantes para cambiar las tornas. La prioridad fue reforzar el juego interior para acabar con la superioridad física azulgrana. Llegaron dos pivots del primer nivel europeo. Tabak y Tarlac eran dos jugadores contrastados, con una brillante carrera en Europa y pasado NBA. Tabak era un fiel reflejo del baloncesto de los últimos años de Yugoslavia, un pivot alto pero repleto de fundamentos y recursos en la zona, con un buen movimiento de pies. Tarlac encarnaba la intimidación y el poderío físico bajo el aro. Como refuerzo en la línea exterior llegó Vukcevic desde Olympiakos, donde despuntó como un tirador fiable en el perímetro. Para completar la plantilla Scariolo tomó una decisión extravagante al incluir como tercer base a Toñín Llorente, que estaba jugando en el equipo de veteranos. Casi rozando el esperpento. Pero la plantilla del equipo blanco colmaba las expectativas de la afición madridista. Más aún cuando su gran rival ya no contaba con el factor desequilibrante que suponía Pau Gasol.

Plantilla Real Madrid 2001-02

Fuente: corazonblanco.com

Entre los otros dos equipos españoles que disputaban la Euroliga los cambios no fueron numerosos. Tau Cerámica presentaba como mayor novedad el fichaje de Tomasevic, uno de los pivots más destacados de Europa. También añadía como jugadores de rotación al veterano Ferrán López y a Nocioni, repescado tras un año en la Liga LEB en las filas del Manresa. Unicaja incorporaba al pivot nacionalizado Kornegay, flamante medalla de bronce con la selección española en el Eurobasket de Estambul, y le ofrecía una segunda oportunidad en la ACB a Gurovic. Fichajes importantes para el equipo malagueño en su estreno en la Euroliga, ya convertida en la única primera competición europea por clubes. Tras meses de negociaciones entre FIBA y ULEB para llegar a un acuerdo de fusión de sus competiciones todo terminó en un renuncio de la primera para dejar todo el control de la organización en manos de la ULEB. Esta derrota supuso el principio del fin del mandato de Boris Stankovic en la FIBA. Se cerraba una larga etapa en el baloncesto europeo y se abría la puerta al futuro.

En busca de liderazgo.

Pese a la resolución de la temporada anterior no estaba cerrado el tema de los comunitarios B. Volvió a estallar antes de comenzar la Liga ACB. El CSD enmendó la plana a la ACB y volvió a considerar a estos jugadores como extracomunitarios. Tau Cerámica hizo caso omiso y alineó en su primer partido a Timinskas, contando con tres extracomunitarios. Gran Canaria impugnó el partido y se le acabó dando por perdido el encuentro al equipo vitoriano por alineación indebida. Este hecho significó el final de la estancia del alero lituano en Vitoria. Un problema para Dusko Ivanovic que no contaba con un banquillo demasiado extenso y fiable. Sin embargo el Tau se repuso rápidamente a este varapalo. Nocioni ocupó el puesto de alero titular y apenas tardó en asentarse en el quinteto inicial. Su progresión sería meteórica. Los resultados acompañaron, venciendo incluso a domicilio al Real Madrid (63-71) tras otro recital anotador de, como no, Foirest. El equipo vitoriano sería uno de los miembros de un nutrido grupo que aspiraba al liderato. El Barça fue el primer dominador pero no mostraba la autoridad de la temporada anterior. Su primera prueba de fuego, el Clásico en el Raimundo Saporta, acabó en un absoluto naufragio. Sólo Navarro y Okulaja escaparon de la mediocridad de un equipo azulgrana superado, arrollado por el poderío de una plantilla muy potente, impotente ante un recital madridista. Las técnicas señaladas reflejaron el hundimiento. La diferencia llegó a los 30 puntos, una cifra humillante que apenas pudo maquillar el Barça en los últimos minutos (98-76). Sin el factor diferencial que suponía Gasol las tornas habían cambiado. El viento soplaba de cara para el Real Madrid pero sólo tardó una semana en torcerse un escenario tan idílico. En una jugada desafortunada Raúl López se hacía ciscos la rodilla en el Pabellón Pisuerga. Rotura de ligamento cruzado que alejaba seis meses de las canchas al base de Vic que comenzaba su calvario con las lesiones de rodilla. La baja de Raúl López dejó en evidencia la frivolidad de Scariolo de contar como tercer base con Toñín Llorente, fuera de nivel para el baloncesto profesional. Djordjevic debió afrontar un número excesivo de minutos, una carga pesada para un jugador al que ya le iba fallando el físico. Hubo que buscar un sustituto fiable. Llegó el veterano belga Jaumin, que demostró ser un base competente en su etapa en Unicaja.

Lesión de Raúl López en Valladolid

Fuente: acb.com

No acusaría en un principio estos cambios el equipo blanco, que sólo tropezó en Badalona ante Joventut en un partido muy polémico con arbitraje casero. Incluso reforzó su posición en otro duelo trascendente en casa ante Unicaja, otro de los equipos fuertes en los primeros meses de competición gracias a un Gurovic renacido. En un partido perro, muy bronco y lleno de errores el Real Madrid remontó once puntos en el último cuarto para vencer 62-60 de la mano de un recital individual de Djordjevic. Pero la victoria ante Unicaja significó el punto final a la tranquilidad en el Real Madrid. Las Navidades no serían nada felices para el equipo de Scariolo. Las derrotas a domicilio ante Caja San Fernando y Breogán arrojaron las primeras dudas. El equipo blanco dependía demasiado de individualidades y muchos jugadores estaban por debajo de su nivel. Jaumin estaba pasado de rosca y Djordjevic tuvo que acumular demasiados minutos en pista. Estos tropiezos provocaron que perdiera terreno con Barça y Unicaja. A estas derrotas en Liga se sumó la sufrida en el tradicional torneo de Navidad contra el Ural Great ruso. En la Euroliga también se torcieron las cosas. Pasó de discutir el liderato de grupo a Panathinaikos a perder comba tras tres derrotas consecutivas recién comenzado el año 2002. Tuvo que sudar para amarrar el segundo puesto. Continuaron los cambios para frenar la dinámica negativa. El flojo rendimiento ofrecido por Jaumin llevó al club a sustituirle por el italiano Steffano Attruia. El nuevo base llamó más la atención por su aspecto a lo Lenny Kravitz que por su juego, mediocre y en ocasiones desesperante. Las sensaciones no eran positivas y se añadían a los problemas físicos de algunos jugadores, sobre todo en el juego interior. Scariolo empezó a reservar hombres de cara a la Copa del Rey que se celebraba en marzo, en lo que se llamó desde la prensa Operación balneario, aunque fuera a costa de hipotecar sus opciones en el Top 16, segunda fase europea en la que sólo el primer clasificado de los cuatros equipos de cada grupo disputaría accedía a la Final Four. La derrota en casa ante Ural Great en la primera jornada dejaba tocado desde el comienzo al Real Madrid que estaba obligado a superar al temible Virtus Bolonia, actual campeón, después de la Copa para mantener sus opciones en Europa.

Tomasevic pugna con Kornegay

Fuente: endesabasketlover.com

El Barça tampoco era una balsa de aceite. El comienzo de la segunda vuelta supuso el inicio de una debilidad acuciante fuera de casa. El bajo rendimiento de Ekonomou motivó que el club le cortara en febrero y empezara a buscar en el mercado un sustituto. Jasikevicius sufrió una lesión ese mismo mes que ponía en duda su participación en la Copa un mes más tarde. El Barça contrató a Overton como sustituto temporal, que poco aportó al equipo azulgrana. La baja del genio lituano supuso un quebradero de cabeza para Aíto puesto que el juego del Barça giraba en gran medida alrededor de Saras. Si en Liga iba perdiendo pie tampoco la situación era idílica en Euroliga. Encuadrado en el grupo italiano del Top 16 (sus tres rivales eran transalpinos), estuvo cerca de quedar pronto noqueado. Tras caer en Bolonia con la Fortitudo, se salvo in extremis en Pésaro tras remontar diez puntos a Scavolini en el último cuarto y vencer en los últimos segundos. Con Jasikevicius fuera de combate tuvo que ser Rentzias quien tirara del carro. Su nombre estaba en la agenda de los Sixers para dar el salto a la NBA. Quién sí llegaba en buen momento era Tau Cerámica. El equipo vitoriano se asentaba con un perfil muy reconocible, moldeado por el fuerte carácter y enorme exigencia que acompañaban a Dusko Ivanovic. El técnico montenegrino era capaz de ordenar al conductor del autocar que no parara ni para que los jugadores fueran al baño cuando se producía una derrota fuera de casa. Así las gastaba Ivanovic, cuyo estilo dejó prendado a Josean Querejeta que adoptó su perfil como el del técnico ideal. Se estaba gestando el carácter Baskonia. Un estilo de juego físico, agresivo y de enorme competitividad. Un equipo que se adaptaba a lo que pedía cada partido y que contaba con numerosos registros. Tanto igual le daba librar la batalla en la zona (donde Oberto y Tomasevic formaban una sociedad muy fructífera) como poner velocidad al contraataque o esperar que un pase mágico de Bennett aclarara la jugada. Su profundidad de banquillo aumentó con el paso de la temporada. Nocioni, Corchiani y Sergi Vidal ofrecían minutos de calidad e intensidad como hombres de refresco. Y de lo que no se disponía en la plantilla Querejeta lo buscaba fuera. No dudaba el máximo dirigente de Baskonia en acudir al mercado siempre que era preciso. Las novedades llegaban constantemente, no importaba que no cuajaran como en el caso de Petruska. Si faltaba algo se fichaba y si no funcionaba de inmediato no importaba cambiarlo rápidamente. Bennett, lesionado mes y medio al comenzar el año, tuvo hasta dos sustitutos temporales (Charles Byrd y Carlos Arroyo). Querejeta impuso el sello de equipo multinacional cuyo mercado era el mundo, sin reparar en las nacionalidades, aunque fijó su mirada en el baloncesto argentino. Las incorporaciones de Sconochini y Gabi Fernández elevaron a cinco el número de jugadores de Argentina que formaban parte de la plantilla. Las dos victorias en las dos primeras jornadas del Top 16 y el abrumador triunfo ante el Barça (96-82) en la víspera de la Copa despertaron el optimismo sobre las opciones de los hombres de Ivanovic en la primera gran cita de la temporada. Además se disputaba en casa, en el Buesa Arena.

Fiesta en casa.

El pronóstico se presentaba muy abierto en la Copa del Rey que se celebraba en Vitoria del 14 al 17 de marzo. No había favorito claro aunque algunos analistas, como Pepe Laso, otorgaban cierta ventaja al Real Madrid tras recuperar jugadores acabada la Operación balneario. El equipo blanco afrontaba la exigencia de un derbi madrileño con Estudiantes en cuartos de final que seguía al partido inaugural en el que el Barça se impuso al Caja San Fernando (73-66) de Marco Crespi el histerias. El reaparecido Jasikevicius y Rentzias se encargaron de convertir en estéril el individualismo de Corey Brewer y Antonio Granger. Estudiantes se había metido por los pelos en la Copa tras un pésimo inicio de temporada que le costó el puesto a Charly Sáiz de Aja, el seleccionador en el inolvidable Mundial junior de Lisboa. Pepu Hernández regresó al banquillo colegial para revertir una situación muy complicada, con los del Ramiro en los puestos bajos de la tabla. Pese a la evidente mejoría de Estudiantes  el Real Madrid era claro favorito. Y el equipo blanco dominaba pero no era capaz de romper el partido. Mientras a Djordjevic le duró el fuelle el Madrid jugó con cierta solvencia pero el cansancio y los problemas de personales obligaron a darle más minutos de la cuenta a un inoperante Attruia. Scariolo acabó pidiendo a Lucio Angulo que subiera el balón ante el esperpento protagonizado por el base italiano. Estudiantes siempre se mantuvo en el partido a base de garra, de cargar el rebote ofensivo como si no hubiera un mañana. Tabak estaba demasiado solo para frenar a los hermanos Reyes. Carlos Jiménez dejó en evidencia la ausencia de un alero capacitado para frenarle. Incluso Felipe Reyes se mostró como un seguro de vida en el tiro libre, faceta que suponía su punto flaco. Los robos de balón de una defensa muy agresiva y el rebote ofensivo le permitieron igualar a los del Ramiro en el último minuto. Un triple de Marlon Garnett, tras otro rebote ofensivo, supuso el golpe definitivo. Los toreros asentaban una estocada profunda al corazón del madridismo, aún herido tras la dolorosa derrota del equipo de fútbol en la final de Copa en el Bernabeu contra el Deportivo, el famoso Centenariazo. El 75-78 final condenaba a un equipo cabizbajo y cuyas fisuras se agrandaban tras el primer gran fracaso de la temporada. La situación tornaba a irreversible.

El Tau vivió un estreno mucho más duro de lo que pensaba. El Joventut presentó mucha batalla. Manel Comas supo frenar los puntos fuertes del equipo vitoriano. El poderío físico de Maceo Baston y Tanoka Beard puso en serios aprietos a Tomasevic y Oberto. Sólo Nocioni conseguía escapar al férreo control con su facilidad para tirar desde fuera. Comas exprimió su quinteto titular hasta la última gota pero consiguió que los verdinegros llegaran con vida a los instantes finales. Rafa Jofresa sacó una personal a falta de nueve segundos que le permitieron igualar a 72 tras anotar los dos tiros libres. Comas insistió en una defensa individual. Foirest penetró hacia canasta para buscar una bandeja pero sorprendió asistiendo a Scola, libre a dos metros de canasta. El ala-pivot argentino no perdonó y clasificó al conjunto vitoriano sobre la bocina. Menos emoción tuvo la última eliminatoria de cuartos de final. Unicaja no sufrió ante un Pamesa Valencia negado en el tiro exterior. Maljkovic volvió a tender una de sus exitosas emboscadas para alcanzar las semifinales (73-59). Sin embargo el maestro Boza sería superado por completo por un discípulo aventajado. Ivanovic, que jugó a los órdenes de Maljkovic en la mítica Jugoplastika, planteó un partido casi perfecto. Tau superó en agresividad a Unicaja en una segunda mitad asombrosa. Bennett ofreció una clase magistral gratuita de dirección al joven Cabezas. Tomasevic fue imparable dentro de la zona. Oberto le complementó en el juego interior. Ambos formaban la mejor pareja de pivots de la Liga ACB. Scola daba descanso a cualquiera de ellos con un rendimiento sensacional. El equipo malagueño fue borrado del mapa tras un demoledor parcial de 20-0. Ni Gurovic pudo hacer nada para frenar a un Tau que marchó imparable hacia la final (83-72). Su rival sería el vigente campeón, el Barça, que tomó noto de lo ocurrido a su eterno rival y no se dejó sorprender por un Estudiantes que aguantó el tipo en la primera mitad pero que cayó en barrena cuando Dueñas paró en corto a los hermanos Reyes. La victoria no le saldría gratis al Barça que perdió a Navarro, lesionado en el tobillo.

Aíto era consciente de la enorme superioridad del Tau en el juego interior. Los pivots del equipo vitoriano destrozaron al juego interior azulgrana en el partido liguero disputado una semana antes en el mismo escenario. El técnico azulgrana buscó sorprender con una de sus habituales decisiones arriesgadas, alineando de inicio a Alzamora. Un farol en toda regla que no tardó en destapar Baskonia. Oberto hizo trizas al pivot azulgrana y Aíto no tardó en cambiar a un plan más ortodoxo, con Dueñas en pista. Sin embargo el dominio inicial del Tau se vino abajo en cuanto Jasikevicius tomó el mando de la situación. El lituano se bastó para cambiar el guion del encuentro él solito, llevando al Barça a mandar en el marcador al descanso. Un inicio fulgurante del Barça en el tercer cuarto, un parcial de inicio de 2-10, puso diez puntos arriba a los azulgranas. El Tau buscó el tiro exterior para cambiar un rumbo que le llevaba al desastre. Dos triples de Nocioni cortaron la hemorragia. Rentzias mantenía al Barça por delante pero los anfitriones regresaban al partido con un trabajo colectivo impecable. El inicio del último cuarto contempló en todo su esplendor la figura de Jasikevicius, explosivo e indetectable. El verso libre del Báltico que sublima el baloncesto de talento más fino y fascinante. Fue una continua pesadilla hasta que Aíto sufrió un ataque de entrenador. Sentó a Saras tras fallar un triple que provocó las airadas quejas de Okulaja, solo al otro lado de la línea de tres. Don Alejandro nunca fue amigos de los individualismos pero sentar a su gran baluarte le costó caro. El bloque granítico del Tau se levantó para asomar de nuevo la cabeza. Tomasevic siempre estaba ahí, al acecho cerca del aro. Un triple de Foirest ponía por delante al Tau a tres minutos del final, desatando el delirio en el Buesa Arena. Jasikevicius regresó a pista pero su acierto era contestado por otro base de época, Elmer Bennett. El duelo entre los dos bases en los últimos minutos resultó espectacular, delicioso para el paladar del buen aficionado. Dos jugadores estelares y con gran capacidad para decidir partidos. La final estaba en manos de uno de los dos. Sería Bennett quien se llevara la gloria. Se fue de todos los defensores para anotar contra tabla desde cinco metros. Una canasta que valía el título. Se desató la euforia entre la afición baskonista. Uno de sus mayores símbolos anotaba el 85-83 que acababa con la maldición del anfitrión. El Tau Cerámica lograba en casa la Copa del Rey. Se había ganado un sitio entre los grandes. No sólo resultaba un rival duro para los grandes futboleros. Ahora era consciente que podía batirlos. La alternativa había llegado.

Jugadores de Baskonia con la Copa del Rey 2002

Fuente: baskonistas.com

Europa, tierra de hiel.

Con lo sucedido en Vitoria durante la Copa aún muy reciente, los equipos presentes en el Top 16 afrontaban la fase decisiva en la segunda fase de la Euroliga. El Real Madrid estaba obligado a vencer en el Raimundo Saporta a la todopoderosa Virtus Bolonia para mantener sus opciones de clasificación. La afición aún estaba dolida por la temprana eliminación en Copa. Llovió sobre mojado. Mejor dicho, diluvió. El equipo blanco fue arrollado ,pisoteado, sepultado, destruido por el conjunto dirigido por Messina. Una carnicería (58-86) que levantó ampollas en el madridismo. La afición blanca estalló en una enorme bronca tras tamaña muestra de mediocridad e inferioridad. No perdonaba la falta de orgullo y arrestos de un equipo en descomposición pero su dedo acusador ya tenía a donde dirigirse. Scariolo estaba en el punto de mira del madridismo. Se le atribuían todo tipo de desavenencias. Se aireaban problemas internos con el vestuario. Algunos jugadores no soportaban la rígida disciplina del técnico italiano. Como ejemplo, Tabak se llevó una bronca y una amenaza de apertura de expediente por cambiarse el traje oficial al llegar al hotel de concentración en un partido fuera de casa. La relación de Scariolo con los grupos más fieles de aficionados distaba de ser la ideal. Sus desencuentros con la peña Los ojos del tigre eran habituales. También se puso en cuestión su trabajo en la dirección deportiva en comparación con los refuerzos que realizaban otros equipos. Mientras al Real Madrid llegaron elementos bajo sospecha como Jaumin y Attruia, Unicaja fichaba a Louis Bullock, un excelso anotador que ofreció un rendimiento fabuloso en Málaga desde el primer momento. Resultaba sangrante contrastarlo. El técnico volvería a reservar jugadores tras perder el equipo blanco todas sus opciones de clasificación. Dio oportunidades a dos pivots de la cantera, el polaco Maciej Lampe y Edu Hernández Sonseca. Sorprendió las prestaciones de este último que supo aprovechar su oportunidad. En pretemporada Scariolo afirmó que no tenía futuro alguno en el baloncesto. Ahora se convertía en uno de los pocos motivos para la ilusión. El resurgir de una cantera estéril y de estructura deficiente. El propio Scariolo sólo tenía fe en el futuro del equipo cadete, en el que despuntaban los prometedores Antelo y Aspe. El equipo blanco cerraría su participación de forma triste pese a conseguir meritorias victorias a domicilio ante Ural Great y Virtus Bolonia. Otro serio traspiés ante Efes Pilsen supuso otra demostración del estado de nervios de la plantilla (Djordjevic fue expulsado por protestar airadamente) y una nueva pitada de un pabellón que no llegaba ni a la media entrada.

Doble marcaje a Ginobili

Fuente: basketinside.com

El Barça enderezó, no sin sufrimiento, su trayectoria en el grupo italiano. Las victorias en casa ante Benneton y Fortitudo le dieron la oportunidad de jugarse su presencia en la Final Four a una carta en Treviso. La victoria era obligada puesto que sólo venció de uno en el Palau Blaugrana en la ida. La temporada anterior había encontrado el final del camino en la Euroliga en el Palaverde. La historia se repitió. Un año más tarde Treviso fue escenario de un nuevo naufragio azulgrana. Lección de bloque y juego colectivo del equipo de Mike D’Antoni ante un rival timorato y sin brillo. Okulaja y los destellos de Navarro fueron lo único salvable de una derrota rotunda y sin paliativos (89-75) que dejaba fuera de Europa al Barça. Tau Cerámica era el tercer equipo español presente en el Top 16. El más fiable incluso. La resaca del título copero duró más de la cuenta y le llevó a caer por sorpresa en casa ante CSKA (73-87), lejos todavía de ser el gran millonario del baloncesto europeo de la actualidad. Se repuso para conseguir jugarse su billete para la Final Four en casa en la última jornada contra Maccabi. Ya había vencido en La mano de Elías al conjunto macabeo así que el objetivo estaba al alcance de la mano. Pero el Buesa Arena sería testigo de una de las noches más tristes del equipo vitoriano en Europa. Irreconocible y desconocido, el Tau fue hecho añicos por el equipo israelí (65-94). Ni siquiera le hizo falta Nate Huffmann, que pasó completamente inadvertido. Los Anthony Parker, Arriel McDonald y Derrick Sharp borraron del mapa al actual subcampeón que se despidió de sus opciones de una forma muy amarga. David Blatt asestaba uno de los primeros golpes de mano en los banquillos del Viejo Continente. La Final Four no tendría equipos españoles. Europa se convirtió en terreno de sinsabores para el baloncesto nacional esta temporada.

Bodiroga bota el balón marcado por Herreros

Fuente: aspontesenfemenino.wordpress.com

La cita final de la Euroliga reuniría en Bolonia a Virtus Bolonia, Panathinaikos, Benneton Treviso y Maccabi. Parecía diseñada a medida para que el equipo de Messina repitiera título en casa. A los anfitriones les esperaba un duelo italiano en semifinales. Duro y muy igualado, con duelos individuales muy interesantes. Edney y Jaric libraron una bonita batalla en la dirección. Nachbar y Ginobili demostraban que eran el futuro en el puesto de alero. La NBA esperaba a ambos. Charlie Bell sacó a relucir su voracidad anotadora, como haría años después en Lugo en las filas del Breogán. Finalmente sería la mayor producción del poderoso banquillo de la Virtus la que decidiría el choque en el último cuarto (82-90). La otra semifinal era la revancha de la única edición de la Suproliga. Una primera parte igualada dio paso a la clase magistral de dominio del juego de Bodiroga en los dos últimos cuartos. Sublime el jugador serbio, absolutamente demoledor e imparable para la defensa de Maccabi. A David Blatt se le agotaron las ideas para frenarle. De la mano del mago de los Balcanes, Panathinaikos llegaba a la final (83-75). Frente a frente los dos mayores colosos del baloncesto europeo en esos momentos. Todo estaba preparado para la fiesta en el PalaMalaguti, el hogar de la Virtus. La avalancha de los hombres de Messina en los primeros veinte minutos fue incontestable. Ginobili destrozó la defensa helena en el primer cuarto aunque el conjunto ateniense mantuvo el tipo. El acierto en el perímetro de la Virtus empezó a demoler la moral de Panathinaikos, intimidado por la presencia bajo aros de Griffith y abrumado por la versatilidad de un infalible Smodis. La diferencia boloñesa llegó a los 13 puntos para dejar al equipo griego al borde del precipicio. Los triples de Kutluay y la clarividencia de Bodiroga permitieron a Panathinaikos llegar vivo al descanso. Entonces surgió la infinita sabiduría de Obradovic en el banquillo. Recurrió a un joven Papadopoulos para buscar las cosquillas a Griffith. Papadopoulos, conocido en el madridismo como Patatapoulos en su posterior etapa nefasta en el club blanco, sacó del partido al pivot estadounidense y cambió de bando el dominio de la zona. Con la dinámica en pleno cambio apareció el mago. Bodiroga impartió una lección de fundamentos pocas veces vista en Europa. Elegancia en el movimiento, efectividad en el tiro, dominio absoluto de la situación y el ritmo de juego. Siempre tomaba la decisión correcta. El tiempo parecía detenerse ante la pausa con la que ejecutaba sus acciones. Ningún otro jugador europeo resultaba tan desequilibrante y dominador. La Virtus aguantó como pudo el chaparrón de talento de Bodiroga. Se agarró al encuentro fiando todo a Ginobili. Manudo consiguió que su equipo diera guerra hasta el final. Becirovic dispuso de dos tiros libres para igualar a 82 a 1:09 del final pero se le aflojó la muñeca en el peor momento. Un triple de Kutluay en la siguiente jugada mandó a la lona a la Virtus. 89-83 que suponía el tercer título de Panathinaikos en la máxima competición europea. El quinto de Obradovic. El cazador continuaba escribiendo capítulos brillantes de su leyenda. El título en casa del gran coloso continental es, sin duda, uno de los más memorables.

Panathinaikos campeón Euroliga 2002

Fuente: piratasdelbasket.net

El golpe fue tremendo para la Virtus Bolonia. Su particular Maracanazo dejaría más que daños morales en el equipo boloñés, que no era consciente que iniciaba el principio del fin. Una lesión crónica de Sami Becirovic motivó que la Virtus le rescindiera el contrato a final de temporada. El jugador esloveno demandó al club, acusándole de despido improcedente. El triunfo de Becirovic en los tribunales obligó a la Virtus a afrontar una indemnización millonaria. Kinder no quiso asumir el gasto y retiró su patrocinio. La Virtus se encontró con sus arcas quebradas y una plantilla que ya no podía mantener. El hundimiento del acorazado de Bolonia era inevitable. Nunca más se repuso la Virtus, que desapareció del panorama del baloncesto europeo.

Ruido de sables en la Casa Blanca.

La recta final de la Liga Regular aún debía aclarar la clasificación definitiva de un grupo de cabeza muy igualado y resolver la dura pelea por las últimas plazas de los playoffs. La resaca copera afectó seriamente al Tau. Tres derrotas seguidas a domicilio (Pamesa, Estudiantes y Gijón) le descabalgaron en la lucha por el liderato demasiado pronto. El Real Madrid se fue recuperando progresivamente de unos meses muy convulsos para presentar una racha más regular de resultados. Apuró sus últimas opciones de luchar por el primer puesto en un encuentro muy duro y disputado en Málaga pero un tiro libre fallado por Vukcevic y la picardía de Mrsic para robarle el balón a Herreros en los últimos segundos las enterraron. La reaparición de Raúl López contra Breogán en la penúltima jornada suponía un rayo de esperanza. Parecía que la lesión de rodilla era cosa del pasado y que el base regresaba en buenas condiciones para los playoffs. La fase final era el último servicio del base de Vic en el equipo blanco, ya había tomado la decisión de marcharse a Utah Jazz, equipo que le seleccionó en el draft en 2001, al terminar la campaña. No había mejor master de dirección que aprender junto a John Stockton. Unicaja dependía de sí mismo para conseguir el primer puesto de la Liga Regular tras vencer al Madrid pero una derrota en el CID ante Gran Canaria echó por tierra su candidatura. Pese a la inseguridad y su rumbo titubeante el Barça acabaría en lo más alto al final de las 34 jornadas. Un logro muy valioso considerando la enorme influencia que tenía para el título liderar la Liga Regular. Finalmente los playoffs quedarían configurados de la siguiente forma: Barça-Lleida, Unicaja-Fuenlabrada, Real Madrid-Estudiantes y Tau Cerámica-Pamesa Valencia.

Jasikevicius pasa entre Corchiani y Oberto

Fuente: baskonistas.com

Los cuartos de final estrenaban un novedoso formato 1-1-1-1-1, en el que se alternaba un partido en cada pista. Se buscaba igualar la primera eliminatoria y dificultar un 2-0 que nunca se había remontado en los playoffs por el título. No le afectó a Unicaja, que despachó a Fuenlabrada por la vía rápida. Barça y Tau sí tuvieron que sudar más la clasificación tras caer en el primer encuentro a domicilio. El recién ascendido Lleida debutó en Liga ACB alcanzando los playoffs tras arrollar en casa en la última jornada a un Real Madrid que no se jugaba nada y reservó jugadores. La victoria en el segundo partido ya fue un buen premio para una plantilla veterana y muy experimentada. No pudo soñar más, Jasikevicius se encargó de cerrar cualquier puerta a la sorpresa liderando las tres solventes victorias de los azulgranas. Cambiaba el acompañante en el protagonismo (Rentzias y Navarro en el primero, el griego en el tercero, Karnisovas en el cuarto) pero siempre estaba Saras. Pamesa Valencia sólo fue capaz de dar la talla en el segundo partido. El resto de la eliminatoria fue un paseo para el equipo vitoriano que abrumó a los de Luis Casimiro con la sabiduría de Bennett y el poderío ilimitado de su juego interior. Juan Roig tomó buena nota de los pivots del Tau tras otra decepción más en el seno del equipo valenciano. Toda la emoción quedó reservada para el derbi madrileño. Ya el primer encuentro iba a deparar emociones fuertes. Un derbi en estado puro, tenso hasta el último segundo. El Real Madrid siempre mandó en el marcador pero Estudiantes siempre se las apañó para mantenerse cerca. Finalmente el acierto de Andre Patterson y el gran final de Azofra no sirvieron para dar el golpe en el último momento como ocurrió en la Copa. Una falta discutible de Carlos Jiménez en el último segundo decidió el choque. Le bastó a Raúl López anotar el segundo tiro libre para dar el primer punto al equipo blanco (79-78). Estudiantes igualaría la serie en el segundo partido tras salir triunfante del duelo de pistoleros que se desató desde la línea de tres (90-86). Otro gran final de encuentro de Azofra sí tuvo recompensa en esta ocasión. Otro veterano, Alberto Angulo, sería el gran protagonista del siguiente partido. El escolta maño había realizado una temporada muy gris pero en el tercer choque de la serie recordó al jugador que lideró al Real Madrid hacia el título de Liga ACB dos temporadas atrás en el inolvidable quinto partido en el Palau Blaugrana. Recital anotador del mayor de los Angulo para dejar al Madrid a un triunfo de las semifinales (98-87). Sin embargo los del Ramiro no tenían pensado sacar la bandera blanca. Menos aún ante su rival más encarnizado.

Portada Real Madrid-Estudiantes

Fuente: forum.rojadirecta.es

Un pabellón de Vistalegre repleto llevó en volandas al equipo colegial, que superó el dominio inicial del Real Madrid en el primer cuarto para borrarlo del mapa. Un parcial de 21-3 en el segundo cuarto destrozó al equipo blanco que sólo pudo resistir mientras le duró el acierto a Alberto Angulo. Marlon Garnett, que llevaba una eliminatoria sensacional, acribilló desde el perímetro al conjunto de Scariolo. Azofra superó a todos los bases del Madrid juntos. Ni siquiera sirvió de acicate la reaparición de Djordjevic, inédito en la serie por una problemas en la clavícula. El Madrid ofrecía síntomas de debilidad mental, de inferior intensidad ante las ganas y entrega ilimitada del Estu. Especialmente esclarecedor era el desempeño en la zona. Los hermanos Reyes eran los amos y señores de la pintura, superiores a unos pivots rivales en los que sólo Tabak daba la talla. Sangrante era el caso de Tarlac. Blando, apático y pasota. Eran los calificativos que le dedicaban Sixto Miguel Serrano y Epi en la retransmisión de Canal +. El 95-84 forzaba el quinto y definitivo partido. La imagen no era buena pero en el Madrid confiaban en resolver la situación en el Raimundo Saporta. No contemplaban que el equipo pudiera fallar en casa. Pero las peores pesadillas del madridismo aparecieron en aquella mañana de 26 de mayo. Desde el primer momento el equipo blanco pareció nervioso, atenazado por la responsabilidad. Funcionaba a tirones, contrastando con la calma de Estudiantes que no tardó en darse cuenta de la histeria que transmitía el banquillo local. Azofra manejó el ritmo a su antojo. Los hermanos Reyes volvieron a dejar en evidencia a Tarlac que seguía con la cabeza en otra parte. Se le atribuyó a Scariolo la siguiente frase en la víspera: “Tarlac, eres un pedazo de mierda pero me vas a ganar el quinto partido”. Apenas jugó cinco minutos el serbio, tiempo suficiente para darse cuenta que el encuentro no iba con él. Contraste con la intachable profesionalidad de Tabak, el clavo al que se agarró el equipo blanco en momentos muy complicados. No era bastante ante otro recital anotador de Garnett que elevaba la diferencia por encima de los diez puntos al final del tercer cuarto. La tragedia se mascaba entre la afición madridista. Scariolo se la jugó con Djordjevic y Raúl López juntos en pista. Con los dos bases y Azofra tomando aire en el banquillo el Madrid logró una reacción explosiva que igualó el marcador en apenas dos minutos y medio. Fue el canto del cisne. El regreso de Azofra devolvió el dominio a los del Ramiro. Garnett recuperó la inspiración y Patterson apareció en los últimos minutos para ganarle la partida al juego interior madridista. Los hombres de Scariolo se dejaron llevar por los nervios y la precipitación. El hundimiento era inevitable. La afición colegial saboreaba otro duro golpe a su eterno rival. El segundo en la misma temporada, ahora en territorio enemigo.

Marlon Garnett arrodillado

Fuente: robertorico.es

El 74-86 final consumaba el gran fracaso del Real Madrid. La eliminación abrió la caja de los truenos en el Raimundo Saporta. Bronca y pañolada de la afición madridista que había rebasado su paciencia tras meses de sonoras debacles. El divorcio entre equipo y aficionados era un hecho. El Real Madrid era un equipo roto, sin compromiso, agotado. Todos los dedos señalaban a Scariolo como principal culpable del desastre, cuestionando tanto su labor en la planificación de la plantilla como sus decisiones como técnico. Se avecinaba una revolución llena de decisiones drásticas en el club.

Baskonia sube a los altares.

La sorpresa que supuso la presencia de Estudiantes en semifinales no tendría continuación en la siguiente ronda. Unicaja no se dejó sorprender por el equipo de Pepu Hernández y, como hizo en cuartos de final, resolvió la eliminatoria en tres partidos. El pétreo bloque que había formado Maljkovic nada tenía que ver con la escasa conjunción del Real Madrid. Apenas presentaba fisuras el equipo malagueño, moldeado al gusto del técnico serbio por la disciplina, el trabajo y las buenas decisiones en el ataque estático. Un equipo coral en el que los roles estaban bien definidos. Cabezas ya se había convertido en un director de juego reputado pese a su juventud. Su compañero de generación, Berni Rodríguez, aportaba tiro y una buena labor de intendencia junto a Sonko. Kornegay, Weis y Darren Phillip formaban un juego interior duro y rocoso. Abrams complementaba el juego interior con su versatilidad. Gurovic y Bullock se encargaban de ejecutar con sus muñecas privilegiadas. Un conjunto bien trabajado que esperaba rival en la final a Barça o Tau. La revancha de la final de Copa. El Barça contaba con el factor cancha para perpetrar su venganza pero se encontró con una sonora bofetada de primeras. Los problemas físicos mermaban su potencial. Sin Dueñas y con Navarro y Digbeu renqueantes se vieron a merced de un rival vigoroso. Los pivots de Baskonia hicieron cuanto quisieron en la zona azulgrana. A Rentzias le faltaba cintura para frenar a Scola. Camata, pivot muy rocoso fichado en abril, era demasiado tosco y pesado para defender a un Tomasevic más ágil de movimientos. Dominio inapelable del Tau que arrebataba el factor campo a los azulgranas (71-80). Aunque el Barça igualó la eliminatoria con una victoria solvente en el segundo partido (91-75) el equipo vitoriano había conseguido lo que quería, dejar la eliminatoria en manos del Buesa Arena. El ambiente cargado de pasión y entrega llevó en volandas a los de Dusko Ivanovic. El Barça se veía superado por el derroche de facultades de un rival con una confianza ilimitada en sí mismo. El mismo guion se repetía en ambos partidos en Vitoria. Los azulgranas eran barridos hasta bien entrado el tercer cuarto, derrotados en todas las facetas. Los pivots del Tau se imponían en los duelos a un juego interior del Barça mermado y renqueante. Bennett impartía lecciones de inmensa sabiduría en el puesto de base. El trabajo colectivo del Tau era sensiblemente más efectivo. Sólo un rebelde se alzó contra el destino. Jasikevicius se echó a su equipo a la espalda en todos los momentos difíciles. El genio lituano afrontaba una lucha en solitario en busca de una remontada heroica. Era un duelo de Jasikevicius contra el mundo. No amilanó a Saras, factor desequilibrante para romper la defensa de Baskonia. Logró que el Barça llegara con vida hasta el final pero sus dos exhibiciones resultaron estériles. Nadó para ahogarse en la orilla. El 3-1 definitivo significó más que el pase del Tau a la final. Aíto se sentó aquel 6 de junio por última vez en el banquillo del Barça. Se cerraba una etapa llena de triunfos de uno de los mitos del barcelonismo.

Por segunda vez en la historia de la Liga ACB en la final no estaría presente ninguno de los grandes futboleros. La anterior ocasión era de ingrato recuerdo para el Tau, sorprendido por el humilde TDK Manresa en 1998. Estaba ante su segunda oportunidad, al igual que Unicaja. Llegaba el desquite de aquel tiro de Ansley que escupió el aro siete años antes. Ahora los de Maljkovic disfrutaban del factor campo para dejar atrás el mal recuerdo pero les pudo la presión en el primer encuentro. Siempre estuvo por debajo en el marcador, haciendo la goma desesperadamente. El Tau supo frenar las vías de anotación de Unicaja. Una intensa defensa secó completamente a Bullock. Tomasevic y Scola eran dueños y señores de la zona. El acierto de Sonko y una defensa agresiva en el último cuarto lograron cambiar la dinámica y meter en el partido a los locales en el último minuto pero un triple errado por Gurovic para empatar tiró por tierra todas las esperanzas. Nocioni daría la puntilla con un mate en la siguiente jugada. 73-80, el Tau daba de nuevo el golpe de primeras y a domicilio. Ya tenía su premio pero no iba a parar ahí. La importancia capital del segundo partido deparó un duelo de poder a poder. Unicaja se empleó para frenar la sangría que generaron los pivots visitantes en el primer choque pero su claro dominio inicial se fue al garete cuando Bennett tomó el mando de las operaciones. El base estadounidense enjugó la diferencia y llevó el partido a una tónica de alternativas constantes. Gurovic mantuvo con vida a un equipo malagueño que desperdiciaba demasiados tiros libres y llegaba con el gancho a los instantes decisivos. Dos triples de Unicaja en el último minuto forzaron la prórroga pero la fortuna le dio definitivamente la espalda a los de Maljkovic. Bullock falló el triple que podía forzar el segundo tiempo extra y el Tau se marchaba a Vitoria con un 0-2 en el zurrón, un sinónimo de éxito asegurado. Sólo quedaba rematar la faena en casa, en un Buesa Arena engalanado para una fiesta inolvidable. Unicaja trató de aguarla por todos los medios. Cabezas se empleó en defensa para dejar sin ideas a Bennett. Bullock pudo por fin sacudirse los pegajosos marcajes y lució su muñeca demoledora. Los pivots visitantes se dejaron la piel para igualar las fuerzas con el poderoso juego interior del Tau. Un claro dominio controlado a cierta distancia por el acierto espectacular de Foirest. Pero el duro y eficaz trabajo de Unicaja se cobró el peaje de las personales. Los problemas de faltas de los pivots obligaron a Maljkovic a poner en pista a un bisoño Fran Vázquez. Nada pudo hacer ante la avalancha que desató el juego interior local. La defensa vitoriana subió el nivel para bloquear completamente el ataque de Unicaja. Se repitió la historia de la semifinal de Copa. Un Nocioni pletórico conducía al Tau hacia el título. El parcial de 20-2 hizo añicos el partido. El 91-81 final cambiaba la historia del Baskonia. La fiesta podía comenzar.

Tau Cerámica campeón Liga ACB 2001-02

Fuente: baskonistas.com

El doblete de Tau Cerámica supuso un antes y un después en el club que entraba en una etapa dorada plagada de éxitos. El Olimpo del baloncesto español debía hacer hueco a un nuevo integrante que llegaba para quedarse. Ya no se trataba de un equipo animador sino de un aspirante a todo cada temporada. Baskonia iba a transmitir un carácter y un estilo de trabajo que le haría célebre en toda Europa.

Próximo capítulo: Triplete para la historia.

Leave a Reply

Be the First to Comment!

Notify of

wpDiscuz