El Real Madrid logró su cuarto título de Copa del Rey consecutivo, el quinto en los últimos seis años. Un periodo lleno de éxitos que ha enterrado en el olvido que el equipo blanco estuvo 19 años sin alzar este título hasta que llegó Laso. Desde entonces actúa como tirano en esta competición aunque ha bordeado el derrocamiento en muchas ocasiones esta edición. Sufrió hasta el extremo ante Andorra y Baskonia para llegar a la final. El duelo por el título no sería una excepción. No tuvo un solo momento para la relajación ante un soberbio Valencia Basket que compitió al máximo nivel. Probablemente el equipo valenciano haya disputado su mejor final de Copa, incluso por encima de la de 1998 donde logró su único título. Sólo le pudo apartar del título la mística madridista, la abrumadora calidad de la mayor colección de talento que se reúne en un mismo club en el baloncesto europeo. La inagotable clase de los puntales del Real Madrid mantuvo al equipo blanco por delante pese al continuo acoso de un rival vigoroso y que le mantuvo la mirada en todo momento. Sólo claudicó ante otro recital en los momentos decisivos de Llull, la gran bestia negra de Valencia Basket. Clave para que el Real Madrid logre su primer título copero en Vitoria desde la era ACB. Otro hito más para un equipo que está haciendo historia y también sabe llegar a lo más alto sufriendo como nunca.
Real Madrid 97 – Valencia Basket 95: El comienzo de la final fue el fiel reflejo del desarrollo que llevaría la final. No había cuartel en un toma y daca continuo entre dos equipos ofensivos hasta la médula. Valencia Basket lograba ventaja en los primeros minutos surtiendo de balones a Dubljevic, incontestable dentro de la zona. El Real Madrid respondió con Randolph (20 puntos, 7 rebotes, 26 de valoración) que ofreció un repertorio variadísimo de cualidades. Las alternativas en el marcador eran constantes hasta que se aproximaba el final del primer cuarto. El Madrid tuvo un momento de inspiración que pilló por sorpresa a Valencia Basket. Llull se dedicó a repartir asistencias para mayor gloria del ataque blanco. Un parcial de 8-0 le daba al equipo blanco su primera ventaja seria del encuentro (20-13, min 9). No se amedrentaría el equipo valenciano, dispuesto a enfrascarse en un festival anotador con el Real Madrid. Pocos se pueden atrever a tanto en Europa. El intercambio de canastas resultó espectacular. Durante minutos aquí no fallaba nadie, era un festival anotador. Valencia Basket resultaba muy eficaz en las penetraciones y el tiro de tres pero el Madrid siempre respondía. El conjunto de Laso no falló un solo lanzamiento en los primeros cuatro minutos del segundo cuarto. Disfrutaba del intercambio de golpes que le venía como anillo al dedo. A un duelo anotador resulta casi utópico ganarle la partida a los madridistas que acababan saliendo ganadores del duelo de talento (40-30, min 15). Su acierto en el tiro de tres le valía para hacer camino hacia el título. Valencia Basket necesitaba otra estrategia para inquietar a su rival. Optó por lanzarse por el rebote con el cuchillo entre los dientes. Cada disputa era una batalla. Casi siempre salía vencedor el equipo de Pedro Martínez. Oriola había entrado en pista para sembrar el caos en la zona rival. Su aportación en el rebote fue enorme, impagable. Fue una de las revelaciones de la Copa, sin duda. Los rebotes ofensivos siempre caían en manos de los jugadores de Valencia Basket. Le permitieron recortar mientras el Madrid se empeñaba en tirar demasiado de tres. La pesca fue muy fructífera. Tantas segundas oportunidades acercaron a Valencia Basket al descanso (47-45, min 20). El partido iba a ser muy duro y largo para cualquiera de los dos.
Fuente: europapress.es
El tercer cuarto llegó con otro intercambio de canastas. No había tregua ni cuartel. El Real Madrid se encargó de buscar a Ayón (18 puntos, 2 rebotes, 2 tapones, 24 de valoración) que fue muy efectivo durante todo el periodo en el juego interior. Pero mayor desequilibrio provocó Dubljevic (28 puntos, 5 rebotes, 31 de valoración) que estaba infalible, provocando numerosos dolores de cabeza en la defensa madridista. El montenegrino suele jugar muy bien por costumbre ante el Real Madrid pero en esta final se superó. Sin embargo el Real Madrid se mantenía por delante. Dos pérdidas de balón del equipo taronja dieron un margen a los de Laso (61-54, min 25) pero Pedro Martínez paró a tiempo el encuentro. El tiempo muerto no pudo ser más oportuno y efectivo. Sastre (12 puntos, 2 rebotes, 2 robos, 17 de valoración) levantó los ánimos con el mismo acierto que tuvo al comienzo del segundo cuarto. Su mejor partido de esta Copa, no hay lugar a la duda. Oriola volvió a la pista para pelear cada rebote. El sufrimiento del Madrid para cerrar su rebote fue tremendo. Valencia Basket siempre se adueñaba del balón. Podía atacar con tranquilidad, en cada posesión tenía dos o tres tiros. Una canasta de Will Thomas tras un error de Doncic en el saque de fondo permitió igualar el marcador a Valencia Basket (68-68, min 28). Aquí nadie se rinde. El Madrid recurrió a su tiro exterior para paliar el daño que le estaba haciendo el rival en el rebote ofensivo (13 al final del tercer cuarto). Carroll y Llull anotaron de tres para mantener al Madrid por delante pero era imposible quitarse de encima a Valencia Basket, siempre cerca de la mano de Dubljevic que continuaba castigando dentro de la zona del Madrid que se encontró muy pronto un problema serio en el último cuarto. A 7:34 del final entraba en bonus, un detalle importante en una final tan igualada. Valencia sólo tenía una falta, margen de sobra para defender con agresividad. El rebote ofensivo seguía siendo muy productivo. Comenzaba a acudir a los tiros libres pero estuvo más fallón de lo habitual en un aspecto que domina bien. Sin embargo las acciones individuales seguían sosteniendo al Real Madrid. Aparecían tres tiros libres de Doncic, un triple de Carroll, Randolph comiéndose el aro. Siempre llegaba algo que mantenía por delante al Real Madrid pero el final se presentaba de infarto. Momento para jugadores especiales. El momento de Llull.
Fuente: 20minutos.es
Sergio Llull es el habitual verdugo de Valencia Basket. Ya son incontables las ocasiones que ha mandado a la lona al equipo valenciano con una de sus genialidades. El Pirómano de Mahón no faltó a su cita. En pleno ataque atascado apareció con una de sus especialidades, el triple sobre la bocina rozando lo inverosímil. En la siguiente jugada interceptó un pase de Sikma y se lanzó a toda velocidad hacia la canasta valenciana. Nadie pudo pararle. Aún faltaba la guinda. Estaba en su momento, nadie más le iba a discutir los galones. A la mínima ocasión que tuvo lanzó otro triple en la siguiente jugada. Tres rivales fueron testigos próximos de otro duro golpe, casi definitivo. 95-87 a 1:22, una distancia casi insalvable. Las reverencias a Llull llegaban desde la grada madridista. Pero no dio su brazo a torcer Valencia Basket. Sikma y San Emeterio (17 puntos, 3 rebotes) acercaron al equipo de Pedro Martínez. Dubljevic sacó una personal para meter aún más presión. Sólo anotó el segundo tiro libre. Los fallos llegaban en el peor momento. A Llull no le tembló el pulso en los dos tiros libres que dispuso. 97-92 a 14 segundos y sin tiempos muertos. Situación desesperada. Un tapón de Ayón parecía resolver la final pero el balón le acabó llegando a la esquina a San Emeterio que anotó de tres. Un triple que se antojaba estéril, sólo faltaba 1.9 segundos. Pero Randolph se precipitó en el saque de fondo. Pase en largo a Llull que fue interceptado por Sastre. Los árbitros pitaron campo atrás. Enfado en los jugadores de Valencia Basket, bronca en la grada. De nuevo un campo atrás en el centro de la polémica. Se montó el concilio arbitral que dio marcha atrás en la decisión. Quedaban 9 décimas para que Valencia Basket buscara la gloria. Pase a Van Rossom en busca del triple pero el base belga ni pudo lanzar. No pillaron en un renuncio a la defensa del Real Madrid que se alzaba con su cuarta Copa consecutiva, un hito histórico e inédito en la era ACB.
Fuente: estadiodeportivo.com
Y DIGO YO…:
- Sergio Llull, MVP de la Copa. Había dudas sobre qué jugador madridista podía llevarse el galardón si el Real Madrid ganaba la Copa. A Doncic le apartó que no estuviera tan brillante en la final. Tanto Llull como Randolph hubieran sido merecedores del MVP pero acabó pesando los recitales del primero en los finales de encuentro ante Baskonia y Valencia Basket. El momento Llull por encima de todo.
- Valencia Basket arrastra desde hace años la sombra del vértigo al éxito y falta de competitividad en los partidos importantes. Hoy demostró que es capaz de competir con quien sea disputando la mejor final que se le recuerda. Sólo el gran talento del Madrid pudo con él en el tramo decisivo. Un gran paso para mirar hacia objetivos más ambiciosos.
- La batalla del juego interior se la llevó Valencia Basket de largo. 39-23 en rebotes, 19 de ellos ofensivos. Una superioridad aplastante bajo aros. Este dato suele bastar para ganar un partido si se está fino en ataque, algo que ocurrió en la final. Ni con esas mordió el polvo el Real Madrid que siempre encuentra la manera de salir airoso.
- Xavi Pascual ganó la Copa de Grecia con Panathinaikos. Tuvo su parte de responsabilidad en el declive del Barça y su cuadro de inferioridad ante el Real Madrid en los últimos años de su etapa en el equipo azulgrana pero creo que no era el principal culpable. Aún deben estar aposentados dentro del club vista la marcha actual del Barça.
- Probablemente se haya disputado la Copa del Rey más brillante y espectacular que se recuerda. Marcadores muy altos, eliminatorias que pasarán a la historia, juego alegre y atractivo en muchos partidos. No recuerdo en los últimos 30 años una edición así. Buena parte de ello le corresponde a un segundo escalón de equipos ilustres muy potente y una clase media competitiva. El nivel medio de los clubes en la ACB le da una competitividad a la competición digna de elogio.
- Por quinto año consecutivo la Minicopa fue a parar al Real Madrid que ganó cada uno de sus partidos con mucha solvencia. El búlgaro Kostadinov fue el jugador más destacado del equipo blanco, un pivot con muchos recursos en la zona y buena mano. Quizá la nueva perla de una cantera que no para de funcionar. De todos modos no hay que perder de vista a Pape Sow de Baskonia. Muy alto pero con fundamentos y aún muy delgado. Cuando gane corpulencia podemos estar ante un jugador muy interesante.
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