El Real Madrid salió vencedor de una de las eliminatorias más brillantes y apasionantes que se han disputado en la historia de la Copa del Rey. Disputará su séptima final en ocho años para buscar su cuarto título consecutivo en esta competición. Volvió a triunfar por la vía del sufrimiento y saliendo de una situación casi desesperada. Remontó ocho puntos en tres minutos para forzar otra prórroga de la que salió triunfante como ocurriera ante Andorra. Numerosas dificultades está encontrando el equipo blanco para seguir avanzando en la Copa pero siempre acaba cayendo de pie. Una capacidad de supervivencia que caracteriza a un equipo competitivo hasta el extremo y al que jamás se le puede enterrar. Especialista en convertir posible lo imposible, de remontar cuando parece que no hay ni tiempo ni esperanzas, de voltear un encuentro con un toque súbito y mágico. Andorra vio esfumarse siete puntos de diferencia en minuto y medio. Baskonia ocho puntos en tres minutos. Si no le rematas el Madrid acaba contigo. Al igual que se dice de los gatos, los madridistas tienen muchas vidas. Nunca se puede algo por hecho ante un rival que está a un solo partido de seguir engrandeciendo una etapa histórica en el club.
Baskonia 99 – Real Madrid 103 (tras prórroga): Para algunos era la final anticipada, el duelo entre el anfitrión y el gran favorito que servía de revancha de la semifinal de 2016. Desde el comienzo se antojó un choque entre colosos. Baskonia creaba juego con un sorprendente asistente, Voigtmann (10 puntos, 11 rebotes, 6 asistencias, 18 de valoración). Realmente el alemán aportaba en todos los apartados. Asistía, reboteaba, anotaba. El gran sustento del equipo vitoriano durante los primeros minutos. El Real Madrid recurría a su poderío en el rebote ofensivo para atar en corto a los anfitriones. Como ocurrió en Euroliga, Taylor fue el encargado de la defensa de Larkin. Bien defendido, Baskonia buscó otros recursos para anotar. Bargnani entró a pista inspirado para anotar dos triples seguidos. Poco más se le vería, al menos para aportar algo positivo. El equipo vitoriano mantenía sus ventajas desde el tiro exterior (20-15, min 10). Al Madrid le faltaba chispa pero todo cambió con la entrada a pista de Doncic. No tardó el joven prodigio en comenzar su recital. Desde que entró en pista su equipo ganó en movilidad. Sacaba personales con frecuencia a defensores que acusaban su inferioridad física con el esloveno. La defensa madridista aumentaba su agresividad. El parcial de 2-10 que adelantaba al conjunto blanco hizo reaccionar a Sito Alonso. No quería cargar de minutos a Larkin pero no le quedaba otra que volver a ponerlo en pista. El base adelantó de nuevo a Baskonia pero poco le duró la alegría al equipo vitoriano. Doncic respondió para devolver el mando al Madrid que empezaba a sentir muy cómodo. Randolph (20 puntos, 4 rebotes, 25 de valoración) castigaba la endeble defensa de Bargnani, un clásico en el jugador italiano. Doncic (23 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias, 26 de valoración) hacía lo que quería y cuando quería. Entradas a canasta indefendibles, pases largos muy precisos que lanzaban al Madrid a la carrera. Se repetía el espectáculo del niño en Vitoria. El Real Madrid corría y eso era una pésima noticia para Baskonia que estaba a un tris de ser atropellado. En la primera parte ante Andorra el equipo blanco rozó el antibaloncesto. Ahora daba un clinic de baloncesto total. Baskonia agradeció que llegara el descanso porque necesitaba parar la marcha irrefrenable del equipo de Laso (33-44, min 19).
Fuente: vavel.com
El Madrid entró en el tercer cuarto con la misma intensidad y acierto. El 2-6 de inicio le daba la máxima ventaja del encuentro al equipo blanco (37-50, min 22) pero Baskonia reaccionó a tiempo. Larkin y Hanga (19 puntos, 4 rebotes, 22 de valoración) iniciaron el despertar de su equipo que logró atascar al Madrid con una buena defensa. Un parcial de 11-0 permitió a Baskonia meterse de lleno en apenas tres minutos. Volvió a pista Doncic para revitalizar al Madrid. Aunque cometió un par de errores el equipo blanco recuperó la inspiración. Volvió a abrir brecha con el tiro de tres pero los anfitriones aguantaban. Beaubois (27 puntos, 2 asistencias, 25 de valoración) tiraba del conjunto vitoriano para que se mantuviera cerca. Después lo haría para catapultarlo. Baskonia anotaba prácticamente todo y acabó dando la vuelta al marcador. El acierto en el tiro exterior llegó a resultar devastador. El Real Madrid no podía aguantar el ritmo anotador de Baskonia que recordó el bombardeo del tercer cuarto del encuentro de Liga ACB en esta cancha. Beaubois y Hanga estuvieron infalibles, los triples caían uno detrás de otro para euforia de la afición baskonista que acariciaba con los dedos el pase a la final (87-79, min 37). Pero jamás se puede dar por muerto al Real Madrid, siempre acaba regresando. Necesitaba defender como si no hubiera un mañana, no se podía ni permitir que lanzara Baskonia. Laso sacó a pista por primera vez a Nocioni. Ya se intuía lo que estaba por llegar. Una carga con bayonetas, una lucha cuerpo a cuerpo en busca de otra remontada al filo de lo imposible. Logró lo que buscaba, provocó el canguelo. Voigtmann estuvo hecho un flan en la recta final. Perdió tres balones que metieron de lleno en la pelea al Madrid, en plena estampida de Llull (23 puntos, 4 asistencias, 19 de valoración) en pos del triunfo. Una bandeja de Beaubois puso el 89-86 dentro del último minuto. Nocioni buscó empatar desde el triple. No acertó pero Doncic estuvo atento para hacerse con el rebote ofensivo. Balón hacia fuera para Llull, en posición idónea para lanzar un triple librado. Ni lo dudó. Tampoco nadie cuando se levantó el menorquín para lanzar. Eso tenía que entrar. Vaya si lo hizo. Otra vez Llull al rescate para empatar a 89 con sólo dos posesiones por jugarse.
Larkin amasó el balón, esperando que llegara su oportunidad para tirar de tres. Tras muchos aciertos consecutivos en el triple no quiso entrar el más importante. Le quedaban diez segundos al Real Madrid para decidir la semifinal. Era evidente que Llull se jugaría el tiro decisivo. Volvió a lanzar de tres pero el balón ni encontró el aro. Prórroga, la segunda para los madridistas en esta Copa del Rey. La prórroga se antojaba un enfrentamiento de poder a poder hasta el agotamiento. El Real Madrid cogió ventaja pero Baskonia se mantuvo al acecho hasta los dos últimos minutos. Voigtmann no se recuperó de su mal final del anterior periodo. Continuó impreciso y perdiendo balones. En cambio emergió la figura de Ayón para asestar un golpe incontestable. Dos acciones de 2+1 y un robo de cartera a Tillie del pivot mexicano construyeron un margen holgado para afrontar con tranquilidad el último minuto. A Baskonia le abandonó el acierto, ya no entraban los triples cuando buscaba el milagro. No supo gestionar el equipo vitoriano el final de encuentro. Tardó demasiado en cometer personal cuando debía buscar soluciones desesperadas. Para cuando lo hizo ya no quedaba tiempo para pensar siquiera en la heroica. Los hombres de Laso ya tenían el partido en su mano, no había espacio para un desenlace distinto. El Real Madrid superaba un ambiente adverso y otra situación límite para alcanzar una final más. El campeón alimentó un año más la maldición del anfitrión en un encuentro para la historia. Su cuarto título copero consecutivo está a un solo partido.
Fuente: eurosport.com
Barça 67 – Valencia Basket 76: Los primeros ataques estuvieron acaparados por Dubljevic y Eriksson, los dos puntales de ambos equipos en sus respectivas eliminatorias de cuartos de final. El acierto no les acompañó. Pero Valencia Basket encontró otro recurso mucho más fiable en San Emeterio que firmó un muy buen primer cuarto con diez puntos. Puso mucho de su parte para el 0-7 inicial. El farol de Bartzokas colocando de titular a Diagne sólo duró cuatro minutos. El senegalés ni volvería a aparecer por el partido. La solidez de la defensa valenciana frenaba a un Barça comenzó tan errático como en el partido ante Unicaja. Sólo anotó tres puntos en cinco minutos. No reaccionó hasta que Renfroe tomó mayor responsabilidad en las jugadas de ataque. Un 10-2 de parcial le dio la primera ventaja al equipo azulgrana pero la respuesta llegó de manos de San Emeterio (16 puntos, 4 rebotes, 18 de valoración) que devolvió el mando a los de Pedro Martínez. El Barça recurrió al perímetro para animar el juego ofensivo como ocurriera el viernes. Tres triples de Vezenkov confirmaron que la apuesta era acertada. El Barça iba adquiriendo mayor paciencia en cada jugada. La dirección de Renfroe resultaba más satisfactoria que la de Rice. Controló el ritmo de juego, lento y pausado. Al Barça le interesaba un partido de marcador corto, de baloncesto control. A Valencia Basket no le sentó nada bien este ritmo lento y cansino. Estuvo muy frío, sin chispa. En ataque encontraba numerosos problemas. No conseguía sacar nada cerca del aro y tenía serios apuros para anotar. Sólo consiguió dos puntos en los primeros cinco minutos y tardó seis minutos y medio en anotar su primer tiro de campo del cuarto. No se parecía en nada al equipo sólido y vigoroso que superó con claridad a Gran Canaria. En esos momentos rayaba la mediocridad absoluta (33-22, min 16). Logró reaccionar unos instantes en cuanto consiguió imprimir mayor velocidad. Parcial de 7-0 y tiempo muerto de Bartzonas pero Tomic (17 puntos, 15 rebotes, 3 asistencias, 33 de valoración) cortó la reacción en el tramo final del segundo cuarto para llevar al Barça al descanso con un margen tranquilizador (38-29, min 20). No desarrollaba un juego brillante pero el equipo azulgrana se imponía con comodidad a un rival desconocido. Después de todo lo que había caído alcanzar la final de Copa era una posibilidad muy palpable.
Fuente: lainformacion.com
Todo cayó en saco roto en la segunda parte. Valencia Basket necesitaba un revulsivo y lo encontró en Oriola. Anotó los seis primeros puntos del equipo de Pedro Martínez que cambió radicalmente de actitud. Impuso una defensa aguerrida y una velocidad mayor al juego. El escenario mutó por completo. Valencia Basket igualaba en apenas cuatro minutos con un 0-9 de inicio. Era el inicio de la pesadilla para el Barça. Quedó a merced de un rival que encontró el acierto en el tiro exterior. Tres triples consecutivos de Rafa Martínez impulsaban al conjunto taronja que había logrado llevar el partido a su terreno. Un Barça desacertado y perdido estaba en camino de ser arrollado. El parcial llegaba ya a 3-19, el duelo se iba poniendo en chino para los culés. No hacían más que aparecer síntomas negativos. Faverani entró en pista muy descentrado. Una antideportiva motivo de la frustración le llevó de nuevo al banquillo en apenas dos minutos. Valencia Basket disfrutaba sobre la pista, moviendo el balón con inteligencia y criterio. Ahora sí era el equipo que dejó tan buen sabor de boca contra Gran Canaria. Tenía tambaleándose al equipo de las dos caras, de la doble personalidad. En el tercer cuarto había llegado el rostro apocado y desesperante que conducía la temporada hacia el desastre (48-59, min 29). Los triples de Koponen (16 puntos, 4 asistencias, 17 de valoración) evitaban que el partido se rompiera pero cada vez tenía el Barça menos argumentos a los que agarrarse. Kravtsov iba imponiéndose por dentro y la renta seguía creciendo (56-68, min 33). Situación límite pero aún quedaba una ventana abierta. La precipitación y el despiste llevaron a Valencia Basket a no anotar durante casi cuatro minutos. Reaparecían los fantasmas de las numerosas oportunidades perdidas en situaciones favorables, el mal histórico del equipo valenciano, pero el Barça no lo supo aprovechar. Le faltó acierto, aplomo. Sin constancia no hay manera. Van Rossom (7 puntos, 6 asistencias, 4 rebotes, 16 de valoración) sacó a su equipo del atolladero y devolvió un margen tranquilizador para la recta final. La falta de acierto condenaba al Barça que lució su cara más mediocre en la segunda mitad. Contra un rival del poderío de Valencia Basket se paga muy caro. Con todo merecimiento el equipo de Pedro Martínez disputará su quinta final de Copa.
Fuente: plazadeportiva.com
PREVIA DE LA FINAL:
Tenemos final inédita en la Copa. Real Madrid y Valencia Basket nunca se han enfrentado en la final de competición alguna así que estamos ante un hecho sin precedentes. Si recurrimos a los antecedentes de esta temporada el panorama es muy halagüeño para el Madrid. El equipo entrenado por Laso disputó en la Fonteta uno de los mejores partidos que se le ha visto desde que el técnico llegó al banquillo madridista. También se impuso en el Palacio de los Deportes tras remontar en una fantástica segunda parte. Esta campaña los equipos grandes habían supuesto una asignatura pendiente que ha superado definitivamente ante el Barça. Será la quinta final de Copa para Valencia Basket. En 1998 logró su único título tras sorprender al Joventut en Valladolid. No tuvo fortuna en 2000, 2006 y 2013. Estudiantes, Baskonia y Barça le privaron de alzar la Copa del Rey en esas finales. Un quinto rival diferente para un nuevo intento, uno curtido al extremo en finales de esta competición. Ha disputado cuatro en los cinco últimos años y en todas ellas se impuso. Casi nada. Si nos remitimos a aspectos técnicos encontramos dos plantillas largas, sólidas y muy equilibradas. El Real Madrid arrastra más cansancio tras disputar la prórroga en cada una de las eliminatorias. A su favor, una mayor experiencia en este tipo de partidos. Se presenta muy interesante la batalla en el juego interior. En la primera mitad del Palacio de los Deportes los pivots de Valencia Basket dominaron con claridad. Cuando consiguieron atarles en corto los madridistas no dieron opción. Puede ser el punto desequilibrante entre dos equipos con un perímetro eficaz y contrastado y que les gusta jugar con velocidad. Atentos a los revulsivos desde el banquillo. Oriola y Van Rossom han revolucionado los partidos del equipo valenciano cuando era necesario un cambio. Pero cuando hablamos ya de Doncic o Randolph como alternativas pasamos a otro nivel. Esfuerzo y sacrificio contra talento ilimitado. Puede que sean las cualidades que se enfrentan mañana.
Y DIGO YO…:
- Si el Real Madrid logra la Copa del Rey va a estar reñida la lucha por el MVP. Entre Llull, Doncic y Randolph anda el juego. Vaya trío de talento ilimitado para elegir al mejor. De todas formas, si el título cae en manos madridistas apuesto por Doncic.
- Oleson tuvo que ser inscrito pese a que Bartzokas no podía contar con él por lesión. Perperoglou sufrió un esguince y el técnico heleno no pudo disponer de él ante Valencia Basket. El Barça lleva un año en el que se lesionan jugadores con sólo mirarlos.
- El 12º jugador de la plantilla de Valencia Basket es Pierre Oriola. Ejerció de revulsivo para comenzar a dar la vuelta a la semifinal. En el Barça ese papel lo ocupa Peno. De él nadie espera que haga algo así. A muchos aficionados azulgranas un dato así les debe doler en el alma. Cómo hemos cambiado…
- Eliminado en semifinales de la Copa, virtualmente sin opciones de clasificarse para cuartos de final en la Euroliga. Hasta los playoffs le espera al Barça una larga penitencia que se va a hacer eterna. Demasiado espacio muerto que da para ruido de sables en la sección. La convulsión no tiene pinta de amainar.
- El cántico creado por la afición de Baskonia a partir del campo atrás no pitado a Llull fue una ironía ingeniosa como fruto de una rivalidad deportiva. Sin embargo algunos no saben hacer la gracia en el momento oportuno. En el partido de Minicopa entre Real Madrid y Baskonia a algunos iluminados se le ocurrió cantarlo sin venir a cuento. Llevar algo así a un partido de infantiles raya el calificativo de patán. Hay un sector de aficionados de Baskonia a los que se les cruzan los cables en cuanto ven una camiseta del Madrid. Si alguien no sabe disfrutar del baloncesto se ha equivocado de lugar.
Leave a Reply
Be the First to Comment!
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.