El primer Clásico de la temporada 2016-17 acabó en manos azulgranas. El Barça se impuso al Real Madrid en la semifinal estrella de la Supercopa tras un encuentro ofensivo, atractivo y con mucho ritmo para encontrarnos a estas alturas, en pretemporada como quien dice. Dio motivos para pensar a sus aficionados que las numerosas dudas con las que afrontaba el Barça esta temporada pueden acabar esfumándose aunque es muy pronto para saberlo. Hizo valer un mayor rodaje ante un Real Madrid que se va a presentar algo corto de forma al inicio liguero. Los fichajes se han acoplado con mucha rapidez. Claver ya está aportando en abundancia, incluso en el aspecto ofensivo donde se espera menor producción del jugador internacional. Pero sobre todo ha impresionado Tyrese Rice. Ya se contaba con el enorme talento que atesora pero no ha tardado demasiado en ofrecer un soberbio recital que provocó pesadillas en un Madrid que volvió a sufrir todo su repertorio de acciones individuales. Ofició de verdugo como hace dos años en la infausta final europea de Milán para el madridismo. Aún no es momento de valorar la aportación que puede dar Bartzokas desde el banquillo pero se ve a su equipo muy preparado en el aspecto físico. El Real Madrid fue competitivo y obstinado hasta el final pero se nota que debe encajar algunas piezas. Randolph aún no se ha dado cuenta del rol que debe desempeñar y quiénes llevan los galones en el equipo. El trabajo defensivo es mejorable, aún falta intensidad. Por no hablar de el colapso ofensivo del tercer cuarto que torció el partido. Varios a puntos a resolver aunque el primer examen importante no llegue hasta febrero. De momento la primera opción de título queda para el Barça tras salir vencedor del primer asalto.

Baskonia 80 – Gran Canaria 84: El telón de la competición oficial se abrió en el Buesa Arena con mucha intensidad para lo que llevamos recorrido. Baskonia aprovechó el fulgor de los minutos iniciales para conseguir las primeras ventajas sacando tajada de un par de pérdidas de balón de Gran Canaria. Un parcial de 9-0 significó el primer amago de escapada del equipo vitoriano (11-5, min 5) pero los de Luis Casimiro no se amedrentaron por su discreto comienzo de encuentro. Reaccionó con agresividad atrás. Gran Canaria se encontró cómodo en un escenario muy físico. Luis Casimiro no se cortó en meter centímetros y kilos en pista. Puso juntos a Planinic y Pasecniks, dos auténticas torres que imponían autoridad dentro de la zona. Gran Canaria controlaba el rebote de manera abrumadora. El rebote ofensivo le concedía muchas oportunidades extra aunque no las aprovechaba todo lo que debería. Baskonia veía como el partido cambiaba radicalmente. 2-12 de parcial que ponía por delante al equipo grancanario. Shengelia (16 puntos) tomó la responsabilidad para sacar a Baskonia del atolladero. El ala-pivot georgiano igualó el marcador al inicio del segundo cuarto pero le faltaba constancia a su equipo. Larkin, que llegaba tocado al partido, estaba demasiado desacertado. Un problema cuando se trata de un jugador que acapara mucho el balón. El desconcierto ofensivo puso de nuevo por delante a Gran Canaria que encontraría un filón en Kuric. El alero amargó la existencia a la defensa rival durante el segundo cuarto. Cuatro triples de Kuric (24 puntos, 4 robos, 3 rebotes, 22 de valoración) propiciaron que su equipo abriera una pequeña brecha en el marcador (19-27, min 16). A Baskonia le faltaban argumentos para reaccionar, se empeñó en pegarse tiros en el pie con malos pases que acababan en pérdidas de balón. Tampoco funcionaba el tiro exterior, no entraban los triples. Demasiados regalos que permitieron a Gran Canaria mantenerse cómodamente por delante hasta el descanso (25-32, min 20). El equipo vitoriano necesitaba unos minutos de reposo para asentar ideas. Le vino muy bien el intermedio puesto que salió de vestuarios con ánimos renovados. Le bastaron un par de minutos para cambiar la situación. Tres triples seguidos, dos de Cooley y otro de Rafa Luz Freire, devolvían la delantera en el marcador a Baskonia aunque su rival se aferró acudiendo a la línea de tiros libres. Un par de robos de balón permitieron al conjunto canario activarse de nuevo en un encuentro que parecía una montaña rusa. Las alternativas eran una constante. Dos acciones individuales de Larkin adelantaban a Baskonia pero Oliver se empeñó en mantener el marcador igualado. Nadie imponía un marcado dominio en el choque.

Fuente: lainformacion.com

La cuarta falta de Hanga (15 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias, 3 robos, 16 de valoración) a un minuto del final del tercer cuarto fue un contratiempo importante para Baskonia que echaría de menos su intensidad en los instantes que pasó en el banquillo el alero húngaro. La agresividad defensiva de Gran Canaria nubló las ideas a Baskonia que no encontraba un referente para salir del paso. El dominio en el rebote ofensivo del equipo canario seguía siendo inapelable. Si hubiera sacado buen provecho de esta circunstancia la distancia podía ser ya muy preocupante para Sito Alonso que se vio obligado a volver a contar con Hanga a cinco minutos y medio del final. Ya no le quedaba otra opción que gastar todos los cartuchos. El partido entró en un intercambio de canastas que benefició a Baskonia. Un 2+1 de Shengelia empataba el partido pero Salin respondía con un triple. Gran Canaria mantenía una ventaja casi inapreciable pero no era garantía en un partido que se iba a resolver por detalles. Era momento para tener cabeza. Del duelo de bases salió vencedor McCalebb. Ya no es el jugador explosivo e irrefrenable de hace un lustro pero tuvo las ideas claras y el acierto necesario en los minutos finales para que su equipo no cediera el mando. Un robo y contraataque de Kuric a un minuto del final puso el 73-78 y medio encuentro en la mano a Gran Canaria. Resultó una acción decisiva. Pese a empeñarse en fallar tiros libres, Gran Canaria mantenía una ventaja valiosa. Un rebote ofensivo de Eulis Báez, el 22º del equipo canario, puso la sentencia. Por primera vez, Gran Canaria disputará la final de la Supercopa. Por tercer año consecutivo se encuentra a las puertas de su primer título oficial. A Baskonia le pesaron mucho las bajas de Bargnani y Beaubois ante un rival que no cesa de darle disgustos en las últimas temporadas.

Fuente: noticanarias.com

Real Madrid 93 – Barça 99: El primer Clásico de la temporada se inició con un desenfreno ofensivo que presagiaba un duelo muy entretenido. Llull (27 puntos) debutaba esta temporada pero cualquiera diría que estaba de estreno. Comenzó el encuentro inmenso, tan desatado como en sus mejores momentos. El Real Madrid se mostraba letal desde el perímetro, la seña de identidad del Madrid de Laso. Llull y Rudy estaban muy certeros desde la línea de tres pero lo que conseguía el equipo blanco en ataque se esfumaba por la displicencia en defensa. Rice encontraba enormes facilidades para anotar. La defensa de Taylor era un puro chiste. A Rice sólo le faltaba soltar una carcajada cada vez que encaraba el aro. El Barça disfrutaba de muchos tiros cómodos. No fue casualidad que anotara 9 de sus primeros diez tiros de dos, que rondara el 70% de acierto en tiros de campo. La defensa madridista le facilitó mucho las cosas. La buena noticia para el equipo blanco era que Llull seguía de dulce y mantenía un precioso duelo con Rice. Ambos anotaron once puntos en el primer cuarto. Los grandes protagonistas de un primer periodo de vértigo en el apartado anotador. Como ocurre muchas veces en estos caso en el segundo cuarto llegaba el bajón. Se detenía la producción ofensiva y Laso pidió tiempo muerto para reconducir el juego en ataque. Al reanudarse el juego volvió el intercambio de canastas pero se veía al Madrid más suelto. Doncic había aparecido en las postrimerías del primer cuarto y nadie tardó en darse cuenta lo que ha progresado el chaval este verano. Físicamente ha sufrido una evolución muy notoria. Capaz de defender casi a cualquiera sin arrugarse. El arrojo nunca le ha faltado. No dudaba en buscar el aro con fuerza estuviera quien estuviera enfrente. Rocoso y peleón Doncic (8 puntos, 8 rebotes, 16 de valoración) que realizó un trabajo muy valioso. Va a gozar de minutos de sobra esta temporada, se los gana a pulso. El tiro exterior seguía a lo suyo. Dos triples, anotados por Llull y Rudy, culminaron un 10-1 de parcial en unos instantes de pequeña zozobra en el equipo azulgrana. Tuvo la oportunidad el Real Madrid de hacer mucho daño (48-39, min 17) pero acabó despilfarrando la ventaja en un final de cuarto delirante. Un mal pase de Doncic a nadie puesto que nadie había a quien doblar el balón. Un triple de Nocioni que no venía a cuento. Un penoso saque de fondo acabó en balón perdido de forma cochambrosa. 0-8 de parcial hasta el descanso que echó por tierra la ventaja conseguida. Incluso el Barça pudo llegar al intermedio por delante si Tomic (14 puntos, 8 rebotes, 23 de valoración) no hubiera errado en el último segundo un tiro factible para él.

Fuente: estadiodeportivo.com

La segunda mitad comenzó con el mismo acierto extraordinario del juego exterior madridista. Llull y Rudy eran incontenibles desde el triple. Un parcial de 11-2 colocaba otra vez al Real Madrid en una situación inmejorable para asestar un duro golpe (59-51, min 23). Jugaba con velocidad y mucha confianza pero, de repente, cayó en una laguna mental que le causaría muchos problemas. A Llull y Rudy se les acabó el acierto y el equipo blanco dilapidó nuevamente su ventaja. El abuso del triple de Rudy bloqueó un ataque cada vez más errático. Laso tardó en parar la dinámica negativa. El tiempo muerto llegó cuando el Barça había dado la vuelta al marcador tras un parcial de 0-10 que no se cerraría con este parón. El Madrid estaba fuera de onda, no le entraba nada. El Barça iba sumando aportaciones. Dos triples desde la esquina de Claver (16 puntos, 7 rebotes, 21 de valoración) aumentaron la diferencia. El ala-pivot generó muchos problemas a la defensa del Real Madrid durante todo el tercer cuarto. Los cuatro minutos sin anotar colocaban al equipo de Laso en una situación complicada (61-68, min 28). Ni siquiera la ausencia momentánea de Rice tras dañarse en una entrada a canasta servía de estímulo. Tuvo que aparecer al rescate un personaje inesperado. Draper salió en auxilio con una aportación ofensiva poco frecuente en su anterior etapa en el club. La aparición de Carroll, con tres tiros libres anotados y un triple, en el inicio del último cuarto dejaba el marcador en tablas. El rebote ofensivo le daba vida al Real Madrid. Las alternativas en el marcador dejaban el desenlace muy abierto. El Barça entró en bonus a los tres minutos del último periodo pero no fue obstáculo para mantener la intensidad. Rice acaparaba el juego ofensivo del Barça, una característica inmutable de su estilo de juego. No podía ser más adecuado el recurso. Rice (30 puntos, 6 asistencias, 32 de valoración) sembró el pánico en la defensa rival, incontenible. Una pesadilla que devolvía a la vida el fantasma de la final europea de Milán en 2014. También el arbitraje pidió su cuota de protagonismo. Una falta de Llull fue castigada como antideportiva cuando dos similares del Barça en la primera mitad fueron consideradas faltas normales. Las protestas le costaron una técnica a Laso. Sin embargo el Madrid mantuvo una obcecada resistencia. Llull se empeñó en mantener la emoción con sus triples. Incluso el equipo blanco se pudo adelantar ya dentro del último minuto. Rudy tuvo un triple para poner uno arriba a los madridistas pero le había abandonado el acierto hacía rato. En cambio Doellman repitió la canasta al filo de lo imposible que logró minutos antes para poner el 91-95 a 33 segundos del final. Ayón reducía diferencias tras una canasta fácil después de un rápido movimiento de balón pero Doellman respondió de la misma manera tras una mala ayuda de Randolph. Sólo le quedaban 18 segundos a los hombres de Laso para dar la vuelta a una situación que se tornó irreversible al precipitarse Carroll en un tiro de tres. Rice certificó anotando dos tiros libres el primer triunfo del Barça ante el eterno rival esta temporada.

Fuente: eurosport.com

PREVIA DE LA FINAL:

Barça y Gran Canaria disputarán la final de la Supercopa 2016. Es la octava final consecutiva en este torneo del equipo azulgrana que defenderá el título ante un novato en estas lides pero que se está acostumbrando a disputar finales en las últimas temporadas. Hace dos años disputó la final de la Eurocup y el curso pasado alcanzó el duelo decisivo en la Copa del Rey. Nada más empezar esta temporada se encuentra ante la tercera oportunidad de estrenar su palmarés. Como es de suponer la presión recae en el equipo azulgrana que carga con todo el favoritismo. La victoria ante el Real Madrid resulta un respaldo moral para un equipo que inicia una nueva etapa aunque aún estemos en pretemporada. Salió vencedor en un duelo a tumba abierta ante un rival que se maneja como nadie en estas lides pero, probablemente, disputará un choque muy diferente ante Gran Canaria que tratará de llevar la final a un duelo físico. Esta temporada el equipo de Luis Casimiro cuenta con un potencial físico destacable dentro de la zona así que los pivots azulgranas ya pueden estar dispuestos a salir con el cuchillo entre los dientes. Ya demostró Gran Canaria en semifinales la facilidad que posee para dominar el rebote. Tampoco puede descuidar Bartzokas el potencial del perímetro rival, muy peligroso por la cantidad de buenos tiradores que posee. Luis Casimiro, en cambio, estará exprimiendo el cerebro para encontrar un remedio que minimice a Rice tras su recital en el Clásico. Un peligro permanente ya que la ausencia de un segundo base le mantendrá en pista casi todo el partido. Ante el Real Madrid jugó 33 minutos y no creo que la cifra baje si la final está igualada. Una tónica que se va a repetir con frecuencia esta temporada pero al base no le pilla de nuevas puesto que le ocurrió igual en Khimki. Se antoja la clave su rendimiento. Acapara gran parte del juego ofensivo por lo que el destino del Barça estará en buena medida en sus manos. Le espera una tarde dura a los veteranos McCalebb y Oliver que tendrán muchos problemas en el uno contra uno con la explosividad de Rice. Claver, que también destacó ante el Real Madrid, lo tendrá más complicado ante un hombre como Eulis Báez de características parecidas y que puede defenderle bien. Haría bien en no descuidarse el Barça ante un rival sólido que ya no puede alegar inexperiencia en finales.

Y DIGO YO…:

• Tyrese Rice se ha convertido en una bestia negra para el madridismo. Verdugo en la final de Milán hace dos años, tormento en los duelos contra Khimki la pasada temporada y 30 puntos en esta semifinal para alimentar aún más el pánico. Ya se le puede ocurrir algo a Laso o el club blanco podría experimentar síntomas de trauma parecidos a los que ocasionó Pete Mickael en su etapa en el Barça.
• Llull se estrenaba en esta nueva campaña pero cualquiera lo diría. Parece como si no se hubiera tomado vacaciones y mantuviera el estado de gracia de la final de la pasada temporada. Increíble que pudiera mantener el tipo en el duelo con un Rice desatado y con mayor número de días de rodaje. El enfrentamiento entre ambos es digno de comparar con lo que se ve al otro lado del Atlántico.
• Desde que comenzó la era ACB, Real Madrid y Barça se han visto en nueve semifinales en competiciones nacionales y siempre ha salido vencedor el equipo azulgrana. Aunque en competiciones europeas el saldo es más favorable para los blancos en el último año resulta un dato demoledor que torna en maleficio. Para encontrarle explicación habría que recurrir a Iker Jiménez.
• Hace unos meses Kyle Kuric luchaba por su vida en un quirófano donde le intervenían para extraerle un tumor cerebral maligno. En estos momentos se encuentra en un momento dulce de su carrera deportiva como pudo sufrir en sus carnes Baskonia en semifinales. Ni rastro felizmente de la terrible enfermedad. Kuric sí que es El Renacido.
• Gran Canaria ha mostrado un potencial considerable en el juego interior en semifinales pero que la diferencia en tiros libres fuera 41-16 escama lo suyo. Y más aún en Vitoria. Caso paranormal para estudiar.
• Siempre se afirma que la condición de anfitrión supone una ventaja. En trece años de Supercopa ningún equipo anfitrión se alzó con el triunfo. Otro caso para Iker Jiménez.