El Real Madrid se colocó a una sola victoria de repetir título liguero por segundo año consecutivo tras otra victoria por aplastamiento. Nocioni dijo el domingo que los 20 puntos de diferencia que sacó su equipo al Barça en el segundo encuentro eran una mentira. Palabras muy prudentes de un veterano que se las sabe todas pero cualquiera lo diría tras acabar el tercer partido. Lo peor para los azulgranas es la sensación de evidente inferioridad que está dejando en la final. Sólo ha sido mejor durante los primeros minutos del primer choque que acabó convertido en un intercambio de golpes del que salió airoso en el último segundo porque a los jugadores del Madrid se les escapó un rebote por la línea de fondo. El segundo partido fue una barrida antológica que se ha repetido en el tercer envite. El Palacio de los Deportes vibró con una avalancha de juego del Real Madrid, muy por encima de su eterno rival cuando circulaba por la cancha a tope de revoluciones. La diferencia de talento resulta abrumadora. Aún le queda un paso por dar al equipo de Laso para levantar el trofeo, todavía tiene margen para redimirse el conjunto de Xavi Pascual y no acabar en blanco dos temporadas consecutivas pero tendrá que recurrir a carácter y algo más para evitar un año más de hegemonía blanca en el baloncesto español.

Real Madrid 91 – Barça 74 (2-1): El Palacio de los Deportes recibía el primer duelo de la final que albergará esta temporada. Por su cancha pasan las opciones de retener el título del Real Madrid. Bien lo sabe la hinchada madridista que aún saboreaba la exhibición de su equipo el viernes en el Palau Blaugrana. El comienzo del tercer duelo entre los grandes futboleros parecía un calco de lo ocurrido en el segundo encuentro. Salida en tromba del equipo de Laso que se ponía 8-2 arriba para abrir boca y arengar a los aficionados madridistas pero el Barça paró el golpe recurriendo a Tomic y Satoransky, los únicos anotadores culés en los primeros minutos. Una torcedura de tobillo de Carroll nubló el ánimo local aunque no pasaría de un susto. Unos momentos de acierto del Barça le permitieron ponerse por delante (15-16, min 5). Sería la única vez que lo haría. No tardó en responder el equipo blanco desde la línea de tres. Lúcido desde el triple, el Real Madrid retomaba el mando del partido. A partir de ahí no paró de crecer su juego. Comenzaba a correr, impulsado por una buena labor en defensa. Ayón volvía a imponerse dentro de la zona, sus entradas a canasta no encontraban respuesta. Demasiado pronto se encontraba el Barça a rastras (29-19, min 9) que intentaba encontrar la estabilidad en medio de un concierto de pito durante los primeros minutos del segundo cuarto. Alimentándose exclusivamente desde el tiro libre los azulgrana lograban reducir la desventaja pero el Real Madrid ni se inmutó. Mantuvo el ritmo frenético que acabó descarrilando a su rival. Los Sergios campaban a sus anchas, en especial un Llull efervescente que dinamitaba la dinámica del choque. El tiro exterior seguía golpeando y los ataques a la carrera pillaban siempre en un renuncio a la defensa azulgrana. Incluso las apuestas de Laso le salían bien al técnico madridista. Usó a Doncic como alero. En Valencia ya utilizó en ese puesto al joven prodigio esloveno y San Emeterio le hizo un destrozo en apenas tres minutos. Esta vez no desentonó en absoluto. Sin miedo, sin rehuir el contacto o la lucha por el rebote, aportó respiro y minutos de calidad. No le falta carácter al chico. El Barça estaba a punto de caer en barrena. Le faltaba velocidad, ideas, circulación de balón. Los triples no sacaron de apuros a un equipo atascado y al borde del derrumbe. Su juego contrastaba con la pujanza y vigor de su rival (49-34, min 17). Ni siquiera aprovechaba los tiros libres. Un par de acciones de garra y exhuberancia física de Lawal en el último minuto valieron para que no se agravara aún más la herida pero la superioridad del Real Madrid en la primera parte resulta incuestionable.

Fuente: noticiasdenavarra.com

El descanso no le sentó demasiado bien al Madrid que salió dormido a pista. No estuvo fino en los primeros ataques y lo aprovechó para reducir distancias un Barça que salió tan acertado como en el tercer cuarto del anterior encuentro. 0-8 de parcial, contando la última canasta de Lawal en el segundo cuarto, liderado por Doellman (17 puntos, 8 rebotes, 21 de valoración) que podía cambiar el rumbo que llevaba el partido hasta entonces. La situación invitaba a un tiempo muerto de Laso. Como decía mi prima, para qué gritamos que lo pida si no lo va a hacer. No le hizo falta. Tres tiros libres de Rudy y un par de robos de balón sofocaban la rebelión. El Barça volvió a intentarlo en unos momentos de lucidez desde la línea de tres. Un triple de Perperoglou y otros dos de Navarro volvían a estrechar el marcador (62-56, min 25) pero la respuesta madridista no pudo ser más contundente. Despertó el que faltaba por unirse a la orquesta blanca. Apareció Rudy (18 puntos, 5 rebotes, 3 robos, 22 de valoración) en todo su esplendor. Agresivo en defensa, letal en el tiro. Puso en pie al Palacio de los Deportes con una racha de juego esplendorosa que provocó la avalancha de juego madridista. Diez puntos seguidos de Rudy que actuaron como un directo fulminante al mentón del Barça. Al Madrid le salía todo ante un rival entregado, al que le había abandonado el acierto. Incluso Thompkins ponía un soberano tapón. Las pérdidas de balón acababan en contraataques mortales de necesidad. 15-0 de parcial que destruía al Barça por completo (77-56, min 28). El intento de mate que salió despedido de Tomic al inicio del último cuarto era la mejor imagen del despropósito. Fiesta en el Palacio de los Deportes, la victoria no se debía escapar ya. Los 21 puntos de ventaja pusieron un punto de relajación en las filas madridistas. Xavi Pascual buscaba soluciones desesperada, una búsqueda de la heroica sin Satoransky ni Doellman en pista. Dispuso una defensa zonal que se atragantaría al Real Madrid. Demasiado centrado en jugar con el tiempo, buscó con demasiada insistencia el tiro de tres, sin mover lo necesario el balón o jugar por dentro. Cayó en una sequía anotadora que, sin embargo, no traería grandes consecuencias. Al Barça le faltaba consistencia para asustar. Tomic (18 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias, 19 de valoración) era el único recurso. Salvo alguna pincelada de Oleson los demás no aparecían. Al Real Madrid le bastaba el paso del tiempo para acercarse al triunfo. Aunque no hiciera falta Llull (21 puntos, 7 asistencias, 4 rebotes, 30 de valoración) pondría una brillante rúbrica. Se las apaña como nadie para arengar a las masas. Siete puntos en el último minuto del Pirómano de Mahón ponía en pie a un Palacio de los Deportes enfervorizado, rendido ante él. La diferencia volvía a ajustarse a lo visto en la cancha. Nueva demostración de fuerza de un Real Madrid que se encuentra a un triunfo del título. El recital del Palau Blaugrana no era ninguna mentira. En las filas azulgranas aún deben dar gracias a la canasta de Perperoglou en el primer partido que aún les mantiene con vida.

Fuente: acb.com

Y DIGO YO…:

• Tiros libres: Real Madrid 12 – Barça 27. IM-PRESIONANTE. Iker Jiménez debería pasarse más por el Palacio de los Deportes para explicar tanto hecho paranormal. Lo peor para el Barça es que no le sirvió ni para maquillar el destrozo.
• En la previa de la final señalé que la puesta a tono de Rudy podía ser un factor diferencial debido a su influencia en numerosas facetas. Parece que ha llegado a tiempo de coger la onda tras una temporada marcada por su lesión de espalda. Fundamental para destrozar el encuentro en el tercer cuarto. Su aportación es incuestionable cuando llega al nivel que se le espera.
• Ya lo comentó alomejor en la web pero no me resisto a remarcarlo. Situación casi calcada a aquella final de 2012 en la que el Real Madrid arrasó en el tercer partido a un Barça al límite físicamente y al borde del derribo. Yo también estuve presente en ese cuarto partido que se llevó el Barça en el que sólo aportó el quinteto inicial y Lorbek dio una clase magistral. Medio título culé se gestó esa noche. Claro que la diferencia de talento entre ese equipo y el actual es muy apreciable.
• De los creadores de CJ Wallace El congoleño, Jaycee Carroll de Azerbayán y Marcus Guineano Slaughter llega… ¡¡ Justin Doellman El kosovar !! Se riza el rizo de la charlotada de los pasaportes de conveniencia. Esta vez con el de un país que no está reconocido por España y con muchas posibilidades que el CSD pueda echar por tierra la ficha. Las medidas tomadas para evitar el sainete no surten efecto. Sinceramente prefiero que haya un cupo de seleccionables y se puedan fichar 6 o 7 jugadores de donde sea (aunque sean todos estadounidenses) antes que pasar por esta burla.
• Nacho ya apuntó en un comentario en la entrada anterior la delicada situación económica de Bilbao Basket, paliada por la llegada de un patrocinador, pero no es el único caso. CB Sevilla se encuentra paralizado por la falta de liquidez y al borde de la desaparición. Joventut y Estudiantes con un pufo cuantioso pendiente con Hacienda. Gipuzkoa Basket necesitado de desfibrilador para volver a ser repescado. Manresa y Obradoiro viviendo al día, con plantillas reconstruidas casi al completo cada año. Y la ACB que pone todo tipo de pegas a cualquier ascendido aunque lleven una gestión seria. Una asociación con aires de elitista con demasiados miembros vestidos de etiqueta mientras los calzoncillos se le caen a jirones.