El palo que supuso la canasta en el último segundo de Perperoglou no ha minado la moral del Real Madrid. Las derrotas sobre la bocina de esta temporada no han afectado a la enorme fortaleza mental del equipo blanco que volvió a sobreponerse con una entereza admirable. En el segundo partido toda la presión recaía en él, obligado a buscar la victoria para no afrontar un imposible en esta final cuando la lucho por el título se desplace al Palacio de los Deportes. Convirtió esa presión en motivación, en un acicate para una reacción fulminante que se llevó por delante al Barça, inferior desde el primer momento a los hombres de Laso que destaparon sus mejores esencias para conseguir una victoria contundente y sin vuelta de hoja. No sólo mostraron un catálogo de talento inagotable. Aparecieron la intensidad y el esfuerzo que se exigen en una situación como esta. La mezcla supuso una superioridad incuestionable que infligió la derrota más dura que haya sufrido el Barça ante su eterno rival en su propia cancha en una final. Pura impotencia la del equipo azulgrana que pierde el factor cancha. Ahora la presión está de su lado, obligado al menos a vencer un encuentro en el Palacio de los Deportes. Lo ha conseguido las dos veces que lo ha pisado esta temporada para enfrentarse al Real Madrid pero esto es una final y no hay comparación posible. Requiere la misma reacción que la del equipo blanco sobre la cancha del Palau Blaugrana en un partido inolvidable para el madridismo.

Barça 70 – Real Madrid 90 (1-1): El palo que supuso la canasta decisiva de Perperoglou en el primer encuentro estaba ya borrado de la mente de los jugadores del Real Madrid que comenzaron el encuentro de forma impecable. Desde el primer momento el sistema defensivo funcionó a la perfección. El Barça encontraba muchos problemas para mover el balón ante la intensidad y las ayudas de la defensa rival. En ataque las cosas le funcionaban igual de bien a los hombres de Laso. El ritmo frenético impuesto le beneficiaba claramente. Xavi Pascual pidió tiempo muerto tras un triple de Thompkins que suponía un 2-11 para abrir boca. Su equipo despertó en ataque durante unos instantes pero seguía incapaz de frenar el ataque madridista. Los pivots blancos anotaban con mucha facilidad dentro de la zona. Todo eran problemas para un Barça superado completamente. Tomic era el único que aportaba algo en ataque pero su aportación ofensiva era menor que el desaguisado que producían las facilidades que ofrecían los locales cerca del aro. Los problemas crecieron cuando Llull (20 puntos, 4 asistencias, 18 de valoración) entró en modo mítico. Apareció la versión irresistible e imparable del Pirómano de Mahón. Tres triples consecutivos del base madridista que colocaron al Barça al borde del precipicio sin haber terminado aún el primer cuarto. La situación empezaba a resultar desesperada porque no funcionaba nada en el lado culé. No espabiló el Barça en el segundo cuarto. Tampoco los hombres de banquillo ofrecían soluciones ante un rival que jugaba a placer. Felipe Reyes aumentó el castigo cerca del aro, inconmensurable en el juego interior. Un triple de Sergio Rodríguez completaba un parcial de 1-9 que suponía la máxima diferencia (16-37, min 14). La barrida madridista en el Palau Blaugrana estaba siendo colosal. Xavi Pascual solicitó otro tiempo muerto para evitar que sobrara toda la segunda mitad del encuentro. Esta vez sí sirvió para provocar una reacción. La enorme diferencia desconectó durante unos momentos al equipo blanco. Se empeñó sin motivo alguno en tirar de tres sin encontrar fruto de ello. El Barça aprovechó para asomar la cabeza con un parcial de 11-0 que despertó a la afición azulgrana. Laso dio entrada progresivamente a los titulares, no podía desperdiciar en pocos minutos todo lo conseguido hasta entonces. No había funcionado el tiempo muerto rápido que solicitó así que lo tenía que arreglar recurriendo al quinteto inicial. El regreso de Llull asentó de nuevo al equipo blanco que recibió una buena noticia con la tercera falta de Tomic pero aún había alguna pieza que no funcionaba en absoluto. Maciulis estuvo horrendo y tardó demasiado Laso en sentarle. No le daría un solo segundo en pista al lituano en los dos últimos cuartos. El parcial alcanzó el 16-4 y el Barça bajaba la diferencia por debajo de los diez puntos pero el Madrid consiguió arreglarlo un poco en el último minuto para acabar por encima de esta barrera psicológica al descanso (32-44, min 20). Pese a la seria amenaza de zozobra el Barça aún llegaba con vida al intermedio.

Fuente: kiaenzona.com

Un 2+1 de Taylor suponía un inmejorable arranque de segunda mitad para el Real Madrid pero el Barça salió de otra manera en el tercer cuarto. Los jugadores azulgranas veían el aro como una piscina, anotaban en cada jugada. Les ayudó a aplicar un mayor trabajo en labores defensivas que produjo una rápida bajada de la diferencia. Un triple de Navarro culminaba un parcial de 9-0 y forzaba el tiempo muerto de Laso (43-49, min 24). El Palau Blaugrana creía en la remontada, en asestar un golpe más duro y definitivo a la moral madridista. El Real Madrid respondió con la explosividad de Llull que sembró el pánico en cada jugada individual. Encontró la colaboración de un coloso bajo aros. Ayón (19 puntos, 6 rebotes, 2 tapones, 28 de valoración) se imponía como quería y cuando quería a todos los pivots del Barça. Ya fuera bajo el aro, entrando a canasta o luchando por el rebote, el pivot mexicano se convirtió en un problema irresoluble. Ya era lo que le faltaba al equipo blanco, encontrar ese jugador interior dominante en el que apoyarse dentro de la zona. Ambos fueron decisivos para resistir la reacción de un Barça infalible, que sólo erró un lanzamiento en los primeros siete minutos de cuarto. Se desvanecería la remontada cuando aparecieron las pérdidas de balón. Fueron un problema toda la primera parte y serían un lastre demasiado pesado cuando los azulgranas ya veían de cerca a su rival (52-57, min 26). El Real Madrid las castigó con todo rigor. Parcial de 0-9 que echaba al traste todo el trabajo del tercer periodo. Asomó de nuevo la cabeza el cuadro local de manos de Satoransky. Seis puntos consecutivos de los azulgranas en el último minuto devolvían la esperanza que se difuminó con un inicio de último periodo para olvidar. Las pérdidas de balón no cesaban. Los pivots del Madrid metían manos por todas partes y se adueñaron del rebote ofensivo. El equipo blanco sacó mucho provecho de las segundas oportunidades. El parcial inicial de 1-12 destrozaba definitivamente el choque (59-78, min 33). Xavi Pascual buscó soluciones desesperadas y extrañas como poner en pista a Vezenkov y Arroyo. La dirección del base portorriqueño era un disparate que contrastó con la tranquilidad y el dominio que impusieron los Sergios. El Madrid movía el balón con una rapidez asombrosa, siempre encontraba una buena opción de tiro. Además volvió el acierto en el tiro exterior en el momento justo para terminar de enterrar a un rival impotente (65-86, min 37). El pescado estaba todo vendido. El Real Madrid podía vivir los últimos minutos relajado, lejos de la emoción de unos finales igualados que no le han traído nada bueno. Doncic pudo disfrutar de sus primeros minutos en una final de Liga ACB. Le esperan muchas más. El Barça terminó entregado y recibiendo la paliza perfecta, la victoria predilecta de Fernando Martín. Por 20 puntos. El Palau Blaugrana acabó dedicando algunos pitos a su equipo al final del encuentro, molesto por la aplastante superioridad del eterno rival que tiene en sus manos retener el título en su propia cancha.

Fuente: latribunamadridista.com

Y DIGO YO…:

• Laso varió su planteamiento de inicio y colocó en el quinteto inicial a Llull y Carroll, los que mejor funcionaron el primer partido. A la vista está el resultado en el primer cuarto y eso que Carroll estuvo prácticamente desaparecido. Cuando juegan los que mejor están las cosas son más sencillas.
• Gustavo Ayón, el regalito de Creus al madridismo, terminó el partido con un asombroso 9/9 en tiros de dos. Dato raro de ver en una final y que antes repitieron unos tales Epi y Bodiroga. Poca cosa, vaya. Las peticiones de madridistas a Florentino Pérez para que suelte la pasta y le pague los dos millones de euros anuales que cuesta renovarle van en aumento cada día.
•  La victoria por 20 puntos en este segundo partido supone el triunfo más amplio del Real Madrid en el Palau Blaugrana en la era ACB. Una cancha que supone por tradición un potro de tortura para el equipo blanco acabó tomada al asalto sin miramientos en un encuentro en el que asumía una buena dosis de presión. Los hitos del Real Madrid en la etapa de Laso serán recordados durante muchos años por el madridismo.
• Pedro Martínez renueva su contrato hasta 2017 por Valencia Basket. Ha sido uno de los grandes responsables de una temporada brillante de Valencia Basket aunque se saldara sin trofeo alguno. Otra decisión hubiera resultado un disparate. El técnico catalán merece un proyecto prolongado y con aspiraciones, lo ha demostrado con creces durante años.
• La selección femenina estará presente en los JJOO de Río tras batir a Corea del Sur por 70-50. El Preolímpico supuso un trámite para un equipo lleno de talento y juventud que aspira muy seriamente a medalla en la cita olímpica. Lo mejor de todo es que los éxitos en categorías inferiores aseguran una lista muy amplia de jugadoras muy válidas para elegir. En cuanto al baloncesto femenino la gestión de la Federación resulta impecable.
• El mamoneo de los ascensos acabó con la renuncia definitiva de CB Ourense. De tres posibles equipos nuevos en la Liga ACB a terminar sin novedades y manteniendo a muertos vivientes en la competición. El colmo de los despropósitos.