Ruido, estruendoso ruido, eso era lo único que el aficionado local podía expresar mientras esperaba la reacción del campeón en el quinto partido de la serie que les enfrentaba contra los Thunder. Y poco tardó en demostrar Golden State lo que quería del partido, con más paciencia en el ataque y más atención en la defensa amenazaba con tomar distancia desde el principio. Los vistantes contaban con su intensidad y el rebote ofensivo para mantener la igualdad en el marcador. Fue la salida de pista de Steven Adams por su segunda falta personal lo que descentró a Oklahoma y Donovan paraba el partido para reordenar las ideas de su equipo ahora que Dion Waiters estaba en pista. Pese a todo el ataque visitante no encontraba soluciones;  Westbrook se precipitaba y los Warriors se iban por nueve puntos con Bogut de referencia en el ataque. Habían dejado tres minutos sin anotar a los Thunder y el tiempo muerto era inexcusable. Tras el parón sólo su magnífica defensa impedía la escapada local y dejaba una corta renta alos de la bahía de San Francisco. El segundo arrancaba con otro pivot local de protagonista, Marreese Speights salía a comerse el mundo y, de no ser por el acierto exterior de Anthony Morrow, lo hubiese conseguido. Vista la situación Donovan recurría a Adams, pero Steve Kerr encontraba respuesta recuperando a su pivot titular. Con el australiano  protegiendo las cercanías del aro y Curry encendido Golden State se iba por ocho puntos, una ventaja que se mantendría al descanso pese a los intentos de Westbrook y Durant. Y los vestuarios le sentaron mal a los Warriors; en una jugada Draymond Green se cargaba la mitad de la ventaja por un mal gesto (castigado con técnica) tras hacer falta en un triple, luego llegaba la precipitación y Steve Kerr pedía un parón con noventa segundos jugados porque Oklahoma estaba a un punto. Pese al intento del técnico local el partido se volvía loco pero la ventaja era local porque nadie podía anotar bajo su canasta. El partido se ponía en la variable del punto arriba punto abajo hasta que, faltando cinco minutos, apareció la mejor versión de Green. El dinamismo del pivot le hacía ganador en medio del descontrol y permitió a los locales llegar al último cuarto con cuatro puntos a su favor. Un cuarto que se abría con Golden State realizando un parcial de cinco a cero en un minuto. Kerr había sorprendido sacando a Harrison Barnes con los suplentes, así el enorme trabajo en defensa sobre las líneas de pase daba recompensa a los locales. La charla de Donovan no calmaba a sus chicos puesto que Adams soltaba un codo que los árbitros no vieron. Durant y Westbrook lo intentaban pero, o aparecía Shaun Livingston, o Speights. Con el equipo trece puntos arriba Kerr ponía a su quinteto titular salvo Barnes, que era sustituido por Iguodala. Ibaka, a golpe de triple, y Durant acercaban a los Thunder a cinco puntos restando cuatro minutos. Y querían acercarse más haciendo faltas a Bogut. Sin embargo los Warriors encontraron entonces a su MVP en plena forma. Curry no es que estuviese muy acertado, es que se implicaba en defensa (hasta robar dos balones claves a Durant) y su inteligencia en ataque daba los puntos necesarios a su equipo para llegar al minuto final con once puntos de ventaja. El tres a dos en la eliminatoria subía al macador, Oklahoma tenía la oportunidad de cerrar en casa.  Invitado inesperado: Marreese Speights (Warriors)

OKC se repetía estruendosamente en el Chesapeake Energy Arena cuando iba a dar comienzo el sexto partido de la serie en Oklahoma. Como era de esperar los locales salieron a por todas, ganando cada balón dividido como si les fuese la vida en ello. Al otro lado se veía a unos contemplativos Warriors que iban sacando puntos con cabeza a sus ataques. Así poco a poco los visitantes entraban en el ritmo del partido y tomaban el mando en el partido. Tras la instrucciones recibidas en el banquillo Westbrook salía más agresivo y en noventa segundos un parcial de siete obligaba a Steve Kerr a calmar a su jugadores. Así el primer cuarto finalizaba con una mínima ventaja local pero el segundo cambiaría el panorama. Golden State salía forzando tiros y los locales se aprovechaban con los puntos en la zona de Enes Kanter. Los visitantes estaban a nueve puntos y parar el partido era una necesidad. Pese a ello el ataque estático estaba totalmente colapsado por la gran defensa local y la diferencia crecía. Con cuatro minutos disputados los Warriors hacía su primera canasta en juego del segundo acto, y lo hacían corriendo. Como nada funcionaba el técnico visitante solicitaba un corrillo con sus chicos para aclarar más las cosas. Curry metía su primera canasta, un triple por supuesto, pero la mala dinámica continuaba porque su equipo ni defendía ni atacaba. El partido amenazaba con romperse pero surgieron Thompson y Curry para, a golpe de triple, dejar la ventaja de los Thunder en cinco puntos. El paso de los vestuario no paraba el ritmo del escolta de Golden State, los nervios crecían y el partido se aceleraba por parte de ambos equipos. Donovan ponía a Waiters para abrir espacios y que fuese más fácil anotar bajo el aro, los campeones respondían desde el exterior. Roberson cometía su quinta falta personal, Curry se aprovechaba de la entrada de Morrow y nadie se despegaba hasta que Green cometeía su cuarta falta personal. Al último cuarto se llegaba con Oklahoma mandando por ocho puntos. Un cuarto que nacía con el rebote ofensivo y el recital de tiro de Klay Thompson para acercar a Golden State. Donovan ponía su quinteto más agresivo con Roberson y los dos pivots titulares. Sin embargo el problema local era la circulación de balón y a mitad de cuarto, cuando Draymond Green cometía su quinta falta personal, la ventaja era de siete puntos porque los Warriors no encontraban anotación fuera de su escolta. Por suerte Thompson estaba tan inspirado que batía el récord de triples en la postemporada NBA. Los ataques locales se jugaban cada vez más individualmente mientras Curry despertaba para empatar el partido con dos triples. Durant no podía con Iguodala, Westbrook se precipitaba y los Thunder no volverían a anotar en los dos minutos finales. Thompson y Curry no desaprovechaban la ocasión y ponían el empate a tres en la eliminatoria. Invitado inesperado: Andre Iguodala (Warriors)

La marea amarilla rodeaba la cancha ansiosa porque empezase el séptimo partido de la serie. La novedad con respecto a partidos anteriores la presentaba Golden State en el quinteto titular, Barnes era sustituido por Iguodala y eso daba intensidad al juego local. Gracias a ello podía sobrevivir a los nervios del inicio y mantener el partido igualado pese a reglar el rebote bajo su aro. Poco a poco los Thunder tomaban distancia; el ritmo era alto, nadie frenaba y Curry conseguía dos triples consecutivos para meter el partido de nuevo en unas diferencias mínimas. Steve Kerr decidía jugar sin referencia de pivot grande y los visitantes sacaban partido jugando con inteligencia. Viendo que la diferencia llegaba a los seis puntos deshacía su apuesta y, con Ezeli en pista, se lograba contener la escapada. La salida de los suplentes en la salida del segundo cuarto mostró algo sorprendente.  Oklahoma compartía el balón  y Kanter castigaba el individualismo local. Kerr tenía que para el partido tras dos minutos de juego, la diferencia llegaba a los dobles dígitos. El intento local de volver al partido no funcionaba y cuando regresaba a la cancha el MVP de este año el equipo estaba a trece puntos. Despertó la muñeca de Klay Thompson y Westbrook empezó un recital de malos tiros, el amago de escapada se quedaba reducido a cuatro puntos de ventaja. Donovan calmaba a su base, el equipo visitante volvía a escaparse y Green decidía practicar judo con Adams. Curiosamente todo acababa con una falta doble que alteraba a los Thunder y permitía a los Warriors situarse a seis puntos al descanso tras una bandeja contra lo alto del tablero de Curry. El miedo local pese a ello aumentaba, su base estrella se había tocado la rodilla antes de levantarse. El paso por los vesutarios volvió a mostrar al equipo local más tímido y desacertado. De este modo los visitantes, pese a no acertar, mantenían las distancias con el rebote ofensivo. Viendo poca agresividad en el juego de Bogut, Kerr lo retiraba para poner en pista a Ezeli. Los triples locales volvían a entrar, el rebote se cerraba mejor y Donovan paraba el partido. Lo Sin embargo las bases para Golden State estaban asentadas, la defensa de Ezeli y los triples de Curry ponían por delante a los locales. Donovan veía grietas importantes en su equipo y llamaba a sus jugadores. El problema era que los visitantes no tenían soluciones ofensivas, Green se iba al banquillo con cuatro faltas y Livingston disparaba el calor ambiental con dos canastas seguidas. Los secundarios locales despertaban y cuatro minutos sin anotar en juego dejaban a los visitantes a once puntos con un cuarto por jugar. Esto obligaba a Donovan a ir con todo de salida, el recorte de puntos no tardaba en llegar y Kerr frenaba. Ibaka ponía el partido a cuatro puntos pero Curry salía a pista con siete puntos consecutivos para dar alivio a los suyos. Green y Thompson se sumaban ala fiesta del base y la diferencia volvía a superar la decena de puntos restando tres minutos. Llegaba el arreón visitante comandado por Durant un siete a cero de parcial en noventa segundos dejaba la distancia reducida a dos canastas. Green rescataba la primera posesión tras el tiempo muerto obligado y dejaba cinco segundos de posesión para resolver la posesión. Curry sacaba tres tiros libres a Ibaka, Durant ya no podía más y Curry finiquitaba la eliminatoria con un triple. Invitado inesperado: Festus Ezeli, Shaun Livingston (Warriors)

ELIMINATORIA CERRADA: WARRIORS GANAN CUATRO A TRES