Portada

Si tuviera que confeccionar una lista con los grupos musicales más influyentes de la historia del rock no tengo duda alguna de que en el pelotón de cabeza se encontraría The Velvet Underground. La nómina de bandas y músicos que se reclaman herederos del grupo tutelado por Andy Warhol y liderado por Lou Reed y John Cale es casi infinita; del rock alternativo al hard, de la música experimental y de vanguardia a la electrónica, del punk al glam. Y eso que no hablamos de los “intangibles”: el “concepto musical”, “la fusión de artes”, “la relación entre moda, diseño y música”, etc, etc, en los que el grupo neoyorquino lleva  una ventaja significativa al resto de grupos importantes. Y todo ello por solo 5 años de trayectoria, los que van desde 1.965, año en el que se formó, hasta 1.970, en el que se publicó Loaded, tras la edición de The Velvet Underground  and Nico (1.967), White light/White heat (1.968) y The Velvet Underground (1.970); recorrido además que no fue muy plácido  ya que Nico dejó el grupo tras el primer disco, John Cale después del segundo, mientras que Sterling Morrison aguantó todo lo que pudo hasta el cuarto. Todavía hoy somos incapaces de encontrar un grupo o un músico que sepa hallar la piedra filosofal de combinar como ellos una música experimental, un pop delicado y sutil, el rock más clásico y  actitudes iconoclastas sin que parezca algo impostado o una mezcolanza indigerible (que se lo pregunten si no a Sonic Youth). Virtudes de los clásicos.

Tras la disolución del grupo Lou Reed inició su ascensión al Olimpo de los grandes mientras que Nico y John Cale mantenían una interesantísima carrera en solitario, Sterling Morrison se retiraba y la batería Maureen Tucker compaginaba una trayectoria musical irregular junto a sus proyectos personales. Nico, estuvo, pues, poco tiempo -apenas dos años- pero su figura siempre ha ejercido gran fascinación. Alemana de origen (se llamaba Christa Päfggen), se hizo un nombre como modelo en Europa. Emigrada a EEUU entró en contacto con Andy Warhol que la convirtió en una de las estrellas de su Factory. De gran belleza y porte enigmático fue el mismo Warhol quien,  subyugado por su voz gutural y algo lúgubre y una pronunciación del inglés un tanto dura y seca convenció a Reed y Cale para que entrara en la Velvet. Su participación en el primer disco es corta -tres canciones- pero intensa. Su fuerte carácter y determinación le llevaron a querer iniciar una carrera en solitario y el resto del grupo la apoyó.

En 1.967 salía a la venta el primer álbum en solitario de la alemana, Chelsea Girl (en homenaje al homónimo film de Warhol) con la producción de Tom Wilson (el productor de la primera época de Dylan hasta 1.966) y la inclusión de 5 canciones inéditas de sus antiguos compañeros, más tres de un jovencísimo Jackson Browne, su pareja por entonces, entre ellas “These Days”, y dos temas prestados por Bob Dylan (“I,ll keep it with mine” descarte de Blonde on Blonde) y Tim Hardin, un instrumental dedicado a Lenny Bruce. Como puede verse por los compositores a priori una extraña amalgama de música de vanguardia y folk, pero que, sorprendentemente, funciona. La parte central es claramente deudora de the Velvet Underground con apuntes experimentales (“It was a pleasure then”) o barrocos (“Chelsea girls”) y el resto una combinación de temas a medio tiempo en los que destaca la voz áspera de Nico   (escuchad la versión de Dylan o “These Days” ) y dos temas tan  folk  que hubieran firmado sin dudar Fairport Convention  o The Incredible String Band (“Little sister” y “Winter song”); todo ello arropado por una excelente orquestación. Un claro precedente de lo que hoy se llama Art Rock, y que ha influido en artistas de la talla de Patti Smith, Laurie Anderson, Kate Bush e incluso en trabajos de Joni Mitchell.

Demasiado adelantado a su tiempo, Chelsea Girl no tuvo el eco que merecía, pero Nico no se amilanó, ya os dije que era mujer de carácter, y prosiguió una carrera que fue acercándose progresivamente a territorios de vanguardia. 7 discos en 15 años más varios en directo hasta que en 1.988 un estúpido accidente de bicicleta en Ibiza mal curado derivó en una hemorragia cerebral que acabó con su vida. Después, el silencio. En 2.001, Wes Anderson incluyó “These Days” en una preciosa escena de The Royal Tenembauns que sirvió para un pequeño redescubrimiento de nuestra cantante. No es mucho, aunque sea algo, pero pienso que Christa Nico Päffgen merece bastante más.

Contraportada

John Cale (Wenant, Gales, 1.942) era un joven prodigio musical cuando a comienzos en 1.963 ganó una beca para ir a estudiar a EEUU con maestros como John Cage o La Monte Young. Lo hizo, efectivamente, pero en Nueva York cayó también atrapado por el lado oscuro de la cultura oficial y joven heterodoxo y radical como era finalizó enredado en la Factory de Andy Warhol, entrando a formar parte de The Velvet Underground en 1.965. Aunque el líder oficial del grupo era Lou Reed no puede entenderse a Velvet Underground sin la presencia de Cale. Suya es la responsabilidad del sonido de la banda, esa mezcla ya comentada entre rock y música experimental a la que Cale aportó su inmensa sabiduría musical. Los problemas surgieron pronto, dos egos superlativos en un grupo es algo difícil de sobrellevar. Las malas pulgas y la soberbia de Lou, algo bien conocido antes y después, chocaron con la actitud de un Cale que iba literalmente a su aire, y si a esto le añadimos gotas ( o mejor litros) de alcohol, drogas y sexo la crisis está servida. Y claro está, estalló bien pronto. Al finalizar la grabación de White Light/White en 1.967 los dos amigos-rivales se separaron y Cale inició su carrera en solitario.

Resulta complicado seguir al detalle los vericuetos de la trayectoria profesional de John Cale. Colaborador de numerosos artistas, productor, arreglista, músico de sesión aquí y allá y sobre todo creador independiente, cerca de 40 discos le contemplan en los que pasa casi sin solución de continuidad del clasicismo a la vanguardia, de la experimentación al pop y vuelta a empezar. Comenzó a finales de los 60 y primeros 70 en terrenos experimentales (colaboraciones con Terry Riley, discos como Academy in peril..) pero en 1.974 regresa al Reino Unido y sorprende a todo el mundo con un disco de pop, el más accesible quizás de su carrera y, en mi opinión, una de las cumbres musicales de la década,  Paris, 1919.

París, 1.919 es un viaje nostálgico de Cale por la cultura europea mediante el recurso a un pop medidamente orquestal: Segovia y Sebastopol, Shakespeare y Graham Greene, París y Andalucía, se dan de la mano en un sugerente trabajo lleno de matices con baladas perfectas (“Hanky panky nohow”, Andalucía”) temas a medio tiempo (“Child,s christmas in Wales”), y otros evocadores (“Half past France”). Dos canciones ponen el contrapunto a tanta delicadeza, el rockero “Macbeth” y  el enigmático y casi lúgubre “Antarctica starts here” que cierra el disco. Una obra extraordinaria que anticipa lo que ahora se denomina chamber pop.

Instalado en Inglaterra, Cale firma un contrato con Island, discográfica con la que editará una reconocida trilogía (Fear, 1.974, Slow dazzle y Helen of Troy, ambas de 1.975) con el apoyo de Roxy Music, que señala un perfil  más rockero y en algunos momentos, prepunk (escuchad por ejemplo su versión del “Heartbreak hotel” de Presley). Pero Cale no se queda quieto, a un disco experimental le puede suceder otro en directo para después regresar a los paisajes de París, 1.919 (el extraordinario Music for a new society de 1.982) o acompañarse de una orquesta para homenajear a su paisano Dylan Thomas (Words for the dying, 1.989), rendir un tributo a Andy Warhol junto a su viejo compinche Reed (Songs for Drella, 1.990), hacer oscuros discos en Francia a la vez que acompaña a Chrissie Hynde, Nick Lowe,Brian Eno, Nick Cave o Patti Smith en algún evento o recuperar a una episódica Velvet Underground. La versatilidad de este hombre orquesta es, como véis, total. Lo último que sé de él es que vive en Los Ángeles, que al parecer tiene bastante controlado sus excesos con el alcohol y que ha revisado a su manera (siempre actual y comprometida)  Music for a new society en un nuevo trabajo, M:Fans (2.015). Un clásico contemporáneo, sin duda. Ah, y una recomendación final: si vais a mandar a vuestros hijos a Nueva York con una beca, pensadlo bien antes de decidiros.

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