Cuentan las buenas y las malas lenguas, que a William Webb Ellis (1806-1872) no le gustaban nada las reglas del futbol. Importante el matiz: “las reglas”. Porque el futbol sí le gustaba. Como el autor al que le encanta escribir, pero preferiría hacerlo sin tener que poner tildes. William iba al colegio en la localidad de Rugby, en las West Midlands inglesas. Una tarde, mientras jugaba al futbol con sus compañeros, y preso de las contradicciones propias de la edad, decidió tomarse la justicia por su mano: agarró el balón del suelo. No contento con el gesto, se echó a correr, dejando claro que aquello no era un simple impulso pasajero, sino un acto revolucionario. El rugby había nacido.
El rugby football (rugby) y el ejército fueron, en sus orígenes, de la mano. William Ellis era hijo de James, un oficial del ejército británico que murió en la Guerra de la Independencia española. El primer partido de rugby que aparece en los registros se jugó en 1855, en Balaclava, Crimea. En él se enfrentaron 11 soldados de Caballería y 11 soldados de Infantería. Representantes de regimientos británicos destacados en Irlanda, se enfrentaron en Dublín a clubes como Landsdowne, en la década de los 70 del mismo siglo. Allí donde viajaba el ejército británico, se jugaba al rugby.
Doblamos el mapa y nos vamos a la joya de la Corona del Imperio Británico: la India. Allí los ingleses pastaron durante más de 3 siglos, hasta 1947. Durante su estancia, introdujeron el rugby. Corría el año 1872. Ese año, el día de Navidad, se celebró el primer partido de rugby en Calcuta, en la región de Bengala, entre un combinado de estudiantes y colonos ingleses, y un grupo formado por escoceses, galeses e irlandeses. Poco tiempo después se formó el primer equipo de rugby en la región: el Calcutta Football Club.
El club prosperó en los meses inmediatamente posteriores: afluencia notable de espectadores (para el lugar y la época), 137 socios y, fundamental, cerveza gratis para los asistentes. Los partidos eran de lo más variopinto: Calcutta F.C. v. The Calcutta Volunteers; Calcutta F.C. v. The Military; Public Schools v. The Rest; Merchants and Brokers v. The Rest…
Cuatro años más tarde el club se vio obligado a cerrar, fundamentalmente por dos razones: la primera fue que el regimiento británico destinado en la región abandonó la zona, y con él la mayor parte de los seguidores que acudían a los partidos. La segunda, seguramente más significativa aún por su carácter transversal, fue el cierre del bar del club, en el que recordemos, se servía cerveza gratis. A todo lo anterior había que añadir las dificultades que entrañaba la organización de los partidos: los encuentros se tenían que jugar a primera hora de la mañana para evitar en lo posible el calor y la humedad, lo que complicaba la disponibilidad de muchos jugadores. Con el tiempo, el lugar que ocupaba el rugby lo iban ocupando deportes más ‘aptos’ para las condiciones climáticas de la zona, como el cricket, el tenis o el polo. Darwinismo deportivo.
Es importante señalar que el rugby fue introducido en la India pero su práctica estaba reservada exclusivamente al invasor. “Dogs and Indians Not Allowed” figuraba en la ‘club house’ de uno de los clubes fundados años más tarde. Más adelante únicamente miembros de la nobleza india tendrían permiso para asistir a los partidos.
Pero volvamos a Calcuta. Como decíamos, los miembros del Calcutta FC renunciaron a seguir adelante con el club. Era el año 1878. Acordada la disolución del club, quedaba por decidir qué hacer con las 270 rupias de plata que aún quedaban en la caja. Las opciones iban desde organizar una cena, hasta montar una gymkhana*. En un intento por mantener viva la memoria del club, y a modo de homenaje, decidieron fundir las rupias y crear un trofeo: la Calcutta Cup. Tres cobras haciendo de asas y un elefante sobre la tapa, adornarían el trofeo otorgándole un distintivo local.
Creado el trofeo, tocaba darle una función. El recuerdo se había materializado, pero ahora había que darle relevancia. Alguien tenía que ganárselo. Los ‘ideólogos’ entablaron correspondencia con la Federación (inglesa) de Rugby. Su idea era que el trofeo tuviera una finalidad similar a la de la FA Cup en futbol, es decir, querían que la copa se disputara en un torneo de carácter doméstico, en el que participarían clubes ingleses. La decisión final de la Federación fue, sin embargo, utilizar el trofeo para competiciones internacionales. Pensaban que la idea de promocionar una competición con eliminatorias entre clubes podría derivar en una ‘profesionalización’ del deporte.
Por aquel entonces Gales no tenía selección nacional y el nivel de Irlanda era muy inferior al de ingleses y escoceses, así que el primer partido en el que se disputaría el trofeo tendría que ser, inevitablemente, un Escocia – Inglaterra. Edimburgo fue el lugar elegido, ya en el año 1879. El resultado, empate. Pocos años después, casi a las puertas del siglo que nos parió, tanto Gales como Irlanda mejoraron su nivel considerablemente, así que lo lógico era que surgieran campañas que pidieran que el trofeo se entregara al ganador del torneo de las Home Nations (precursor del actual Seis Naciones). Así sucedió, pero ya era demasiado tarde. En las Islas las tradiciones se siguen con la inercia de un sonámbulo y como todos sabemos, a los sonámbulos no se les despierta. El trofeo y los colores de los actores, habían calado lo suficiente entre el público como para dejar de admitir nuevos socios. 122 partidos después, la inercia y la tradición continúan. Ojalá nunca despierten.
* Originariamente la Gymkhana era un lugar donde se reunían las élites en tiempo de la ocupación británica. Posteriormente a estas reuniones se les dieron fines más recreativos, convirtiéndose en lo que son hoy: un concurso de habilidades.
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5 Comments on "LA JOYA DE LA CORONA"
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Enhorabuena por tu primera y fantástica entrada. ¡Que sean muchas más!
En cuanto al contendio, desconocía el origen de la Calcutta Cup, tanto del nombre como del significado deportivo.
Destacaría lo habitual de los asentamientos europeos (o quizás solo británicos) transoceánicos: su desdén por los locales y el uso del deporte como medida elitista. En Sudáfrica hicieron lo mismo con la salvedad que la tribu blanca -los boer-, les aceptaron el deporte tras las guerras de 1880-81 y 1899-1902.
Enhorabuena por tu debut, Moshulu. Yo ni puta idea de rugby, esa es la verdad… Aunque lo cierto es que, de tanto leeros, algo de idea voy cogiendo.
Aún no he decidido cuáles son “mis colores”… Pero, supongo que, por simpatía y “oposición”, voy con Escocia. Y no le hago ascos a Inglaterra ni Gales… 😉
Estupendo articulo.
Desconocia el origen de la copa Calcutta.
Es lo que tiene leeros. Siempre se aprenden cosas interesantes…
Gracias señores, son ustedes demasiado generosos. Si el tiempo lo permite, prepararemos alguna cosita mas durante el VI Naciones.
A @livinginthepast le diria que si de verdad quiere hacer oposicion, siga a los ingleses… si es que el estomago le permite seguir a un equipo vestido de blanco…
Ameno y didáctico a la vez, como debe ser un buen artículo.
Enhorabuena por el desvirgamiento y que vengan mas.