Gracias al cine y a las, en exceso, exitosas películas basadas en sus historias, los súper-héroes están más de moda que nunca. O quizás siempre lo han estado, solo que sin que la brutal maquinaria propagandística que nos abruma hoy día. Y por eso parece que invaden nuestras vidas desde, quizás 2008, cuando Marvel inició su andadura en el cine con Iron Man, dirigida por Jon Favreau y con un resucitado Robert Downey Jr. bajo la armadura que mantiene con vida a Tony Stark. Pero el cine nunca ha sido ajeno a los cómics y sus protagonistas en mallas. Intentos ha habido casi en cada década: Spider-Man (Raimi, 2004), Capitán América (Pyun, 1990), Batman (Burton 1989), Superman (Donner, 1978). Incluso una ya olvidada serie del Capitán Marvel -hoy Shazam! por derechos de nomenclatura- estrenada en 1941: The Adventures of Captain Marvel, de English y Witney.
El paso del papel al cine muestra que ha habido y hay un público potencial y que los magnates de Hollywood estuvieron desde sus inicios al tanto de la mina de oro que tenían en los kioscos. Pero no siempre fue así, al menos no de cara al público mayoritario. Durante los años cincuenta, los cómics sufrieron lo que los videojuegos en los años 90: falta de comprensión y desconocimiento del medio por parte de padres y ‘especialistas’ pedagógicos. Fue en esa década cuando caló hondo la imagen del niño leyendo, a oscuras y bajo las sábanas, un cómic con la sola compañía de su linterna y con un ojo en la viñeta y otro en la puerta, no fuera a ser que su padre irrumpiera en la habitación y le enganchase de pleno. Tal vez ahí subyace el nacimiento de la imagen del ‘friki‘. Imagen de la cual no se separarían, ya fuese por voluntad propia o ajena, hasta que las generaciones actuales han reivindicado el término como algo positivo (aunque tal quizás se hayan pasado de frenada).
Aquellas historias estaban protagonizadas por auténticos adonis, seres de luz y de una bondad infinita que luchaban contra el mal para salvar a toda la humanidad. Bueno… tal vez solo a América. Porque al ser un producto típicamente americano, la estrechez de miras venía de serie. Pero a medida que crecía su popularidad en el país, esta comenzaba también a traspasar fronteras, al menos las occidentales. Y es que no ha sido hasta hace relativamente poco que se han sabido readaptar a las diferentes sensibilidades culturales del mundo, haciendo de ellos un fenómeno, ahora sí, global.
A escala puramente norteamericana, a partir de finales de los años 60 y durante los 70, los cómics se vieron influidos por la sociedad a la que decían defender y comenzaron a incorporar sensibilidades raciales y de género, siguiendo el curso de los cambios sociales. Es entonces cuando los súper-héroes empiezan verdaderamente a tomar una forma más cercana a la realidad, dejando progresivamente de representar modelos ideales para, a su vez, reflejar la esfera político-social e incluso tratar de cambiar algo. Luke Cage, Tormenta, Black Panther, John Stewart o Vixen son solo algunos ejemplos de la cantidad de súper-héroes afroamericanos cuyo origen data de esas dos décadas
No obstante, hay algo que apenas ha cambiado, la voluntad de presentar a los héroes como un ideal masculino. Son fuertes, musculados y sus acompañantes femeninas son extremadamente voluptuosas. La representación de la mujer en el mundo del cómic súper-heroico es un asunto que no se ha abordado desde la propia industria hasta hace una década o incluso menos. Precisamente, coincidente en el tiempo con cuando las casas editoriales han comenzado a contratar a mujeres como guionistas y dibujantes. Su punto de vista es no sólo un soplo de aire fresco, sino que era ya una necesidad imperiosa para desanclarse de viejos clichés machistas sobre el cuerpo (tanto masculino como femenino). Y aunque todavía persisten -y se trasladan al cine-, se empieza a ver un cambio.
Se podría defender que los súper-héroes son las nuevas mitologías del mundo occidental, viven aventuras extraordinarias, se enfrentan contra monstruos u otros seres igual de poderosos que ellos, los habitantes de sus mundos de ficción les veneran como a dioses y los lectores pueden sacar una lección moral de sus aventuras y desventuras. Hay panteones (Vengadores, Liga de la Justicia) y culturas (Marvel, DC) e incluso han vivido su propia desmitificación: A partir de la década de 1980, coincidiendo con la llegada al medio de escritores influenciados por el post-estructuralismo, hay un creciente interés por deconstruir al súper-héroe, mostrarlo débil, humanizarlo y bajarlo a nuestro nivel. Curiosamente, con su paso al universo cinematográfico, los héroes volvieron a sus orígenes más homéricos y menos transgresores. Pero este análisis sería mejor para otro momento u otro medio; la intención de todo esto era servir como introducción para presentar una selección con los 10 héroes más icónicos que nos ha dado el cómic americano desde sus inicios. Al menos en la humilde opinión de un servidor:
Comencemos con los diez que no pasaron el corte pero quedaron cerca: Flash, Green Lantern, Hulk, Iron Man, Deadpool, Tormenta, Shazam!, Dr. Manhattan, Hellboy y Daredevil.
10 – Las Tortugas Ninja
Estas tortugas antropomórficas fueron publicadas por primera vez en 1984 por Mirage studios. Pero su origen data de una divertida noche de 1983 en la cual Kevin Eastman y Peter Laird se entretuvieron mezclando conceptos de diferentes cómics –Daredevil y el Ronin de Frank Miller, entre otros- para crear un algo que fuese la suma de todos los clichés que el cómic súper-heroico había ido acumulando hasta entonces: dimensiones paralelas, ninjas, viajes en el tiempo, identidades secretas, mutantes, periodistas… Si se había hecho antes, iba a aparecer en el universo de estas tortugas con nombres de artistas del Renacimiento italiano. Estrafalarias, raras y sin tomarse muy en serio a sí mismas, Raphael, Leonardo, Donatello y Michelangelo pillaron al mundo por sorpresa y se convirtieron en un icono absoluto de la cultura pop de finales del siglo XX. No es criticable que sus creadores, sabiendo del caramelo que tenían entre manos y sospechando que no se volverían a ver en una de estas, exprimieron mercantilmente a las tortugas tanto como pudieron: videojuegos, películas, series, mochilas, muñecos… Incluso Eastman estuvo casado hasta 2007 con una Conejita del PlayBoy. Fama y dinero gracias a cuatro tortugas creadas casi para hacer la broma. Lectura recomendada: Teenage Mutant Ninja Turtles, vol. 1 (Peter Laird y Kevin Eastman, 1984-1993).
9- V
Este es el único héroe de la lista que proviene puramente del cómic británico. Su creador, el guionista Alan Moore, continuando con su pretensión de analizar y deconstruir el concepto de súper héroe, creó en 1988 un personaje profundamente ideologizado y de motivaciones lo suficientemente ambiguas para que el lector pudiese libremente decidir si estaba siguiendo una narración sobre un revolucionario o un loco iluminado. Sea cual sea la valoración de cada cual, la impronta de V como un súper-héroe vinculado ideológicamente al anarquismo, que pretende acabar con un sistema dictatorial y fascista ha marcado lo suficiente la historia del cómic como para que entre en esta lista; y eso a pesar de haber hecho una única aparición: su propia novela gráfica. Lectura recomendada: V for Vendetta (Alan Moore y David Lloyd, 1988-1989).
8- Rorschach
Otro héroe proveniente de la mente del genio británico Alan Moore, Rorschach representa en esta lista a los múltiples personajes de la serie limitada Watchmen (1986-1987), sin duda alguna la novela gráfica más importante hasta nuestros días. Rorschach no es un súper-héroe al uso, puesto que no tiene ningún tipo de poder extraordinario, pero sí que tiene unas excelentes habilidades detectivescas. No obstante, su elección viene designada por su radical y siniestra visión de la lucha contra el crimen: es un héroe que mata a aquellos a quienes considera criminales en una deconstrucción del mito fundacional del súper-héroe de cómic. Rorschach es un ser torturado cuya moralidad se rige por sus propias reglas de concepciones absolutas del bien y del mal, donde no hay espacio para el gris. Sí, llega a rayar el fascismo en sus alocuciones, pero precisamente esa es la confrontación que su personaje presenta al lector: un héroe que vea el mundo o blanco o negro e incitado por la venganza, acabará actuando en el mundo real tal como lo hace Rorschach. Lectura recomendada: Watchmen (Alan Moore y Dave Gibbons, 1986-1987).
7- Lobezno
Uno de los dos personajes más populares de Marvel Studios. El epítome de lo ‘cool‘ y ‘badass‘ de nuestra era. Creado por Len Wein y John Romita Sr. en 1974, su primera aparición fue en la viñeta final del Increíble Hulk #180 pero pronto se ganó un hueco en las historias de los X-Men, donde Chris Claremont y John Byrne acabarían de desarrollar la icónica personalidad de Logan. Un renegado sin pasado ni futuro que busca su lugar en el mundo y dar a su vida algo de sentido . El antihéroe por excelencia de Marvel define a la perfección a la generación que volvió de Vietnam: una pesada mochila en forma de traumas y un pasado que luchan por olvidar mientras se abren hueco en un mundo que no les comprende. Su actitud chulesca y exceso de ego hicieron el resto para acabar de encandilar al público masculino. Al femenino se lo ganó Hugh Jackman con sus interpretaciones del mutante de las garras de adamantium en la gran pantalla. Lectura recomendada: Old Man Logan (Mark Millar y Steve McNiven, 2008-2009).
6- Capitán América
La quintaesencia de lo americano. Con el rojo, azul y blanco por vestido y las estrellas como símbolo. Nacido en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, este personaje creado por Joe Simon y Jack Kirby sirvió para ensalzar el espíritu patriótico de los Estados Unidos meses antes de su entrada en la contienda. Tras ser denegado la entrada al ejército, el enclenque Steve Rogers se somete a un experimento que lo convertirá en un súper-soldado. Con su espíritu patriótico intacto pero con unas habilidades sobrehumanas, luchará en Europa contra el nazismo para defender los valores más puros de América. Tras 1945, los súper-héroes vivieron el fin de la Era Dorada de los cómics. Y con ella acabó el Capitán América, que no sería rescatado hasta 1963 de la mano de Stan Lee y, de nuevo, Jack Kirby. De todos modos, le costó desprenderse de esa aureola de símbolo político americano. Y no fue hasta pasados los años ochenta, con la deconstrucción de los mitos súper-heroicos, que varios artistas se atrevieron a darle un enfoque más psicológico a Steve Rogers y enfrentar al hombre con el mito y la propaganda política. Lectura recomendada: Civil War (Mark Millar y Steve McNiven, 2006-2007).
5- Wonder Woman
La primera mujer de la lista hizo su primera aparición en el número 8 de All Star Comics (1941). Creada por William Moulton Marston, la Princesa Diana de Themyscira pertenece a las Amazonas -las mismas de la mitología griega-. De hecho, su personaje y sus historias toman la mitología griega como certeza y realidad para su universo. En un círculo perfecto del cambio que han sufrido los mitos en 4000 años, Wonder Woman devuelve a la vida a Zeus y el resto del Olimpo. Pero su importancia en el universo de los cómics va más allá de eso: fue la primera mujer que capitaneó su propia serie mensual, demostrando que el medio no era una exclusiva del género masculino. En los últimos años, la propia DC Comics ha sido la que ha hecho mayor hincapié en presentar a Diana como una figura no solo importante dentro de su universo, sino como un modelo de independencia femenina y de la voluntad de las mujeres para hacer su propio camino sin tener que estar tras una figura masculina. Lectura recomendada: Wonder Woman vol. 3 #14-17 “The Circle” (Gail Simone y Terry y Rachel Dodson, 2008).
4-Cuatro Fantásticos
La Familia Real de Marvel. La piedra fundacional de Marvel Comics como icono de la cultura popular del siglo XX. Un grupo de súper-héroes donde todos cumplen su papel y es imposible escoger a uno, aunque cada lector tendrá su favorito. Creados en 1961 por Stan Lee y Jack Kirby, debutaron ese mismo año con su propia cabecera (Fantastic Four #1) y fue el primer lugar donde Kirby comenzó a dar rienda suelta a su imaginación cósmica, expandiendo el universo de papel más allá de Nueva York, alzando la mirada al cosmos, de donde provienen los poderes de Sue, Reed, Johnny y Ben. Cada uno de los miembros tiene sus habilidades y defectos, con unas personalidades bien definidas y que, pese a ser una familia un tanto disfuncional, han sabido evolucionar junto a la editorial que ayudaron a hacer grande. Su mayor pero: el problema de las licencias cinematográficas, que ha hecho que Marvel les elimine de las librerías para así boicotear la popularidad del grupo y provocar que Sony Pictures se vea obligada a devolverles la licencia. Lectura recomendada: Fantastic Four #48-50 “The Coming of Galactus” (Stan Lee y Jack Kirby, 1966).
3- Superman
Un mundo se apaga. Una civilización muere con él. Unos padres salvan a su hijo. El cohete despega mientras el planeta estalla. Aterriza en la Tierra. Unos padres sin hijos lo encuentran. Así de rápido se explica el origen más emblemático -con permiso de los dos siguientes en la lista- del súper-héroe por antonomasia, el que todo lo empezó en un lejano 1938 en un número 1 de una cabecera llamada Action Comics. Jerry Siegel y Joe Shuster crearon a Kal-El en 1933, pero cinco años después vendieron sus derechos a DC Comics. El resto, como se dice, es historia. Clark Kent sirvió como plantilla para todos los que vinieron después: historia de origen, descubrimiento de los súper-poderes, identidad secreta… Fue creado como el arquetipo sobre el que sustentar el canon súper-heroico, con una idea clara y prefijada del mal de la que no puede escapar. Tal vez esta característica sea la que le hizo tardar tanto en adaptarse a los tiempos modernos, puesto que la propia mitología del personaje impedía su deconstrucción moral. Aún así, este mesías venido de Krypton, logró readaptarse y encontrar su merecido lugar como patriarca de los demás héroes. Lectura recomendada: All-Star Superman (Grant Morrison y Frank Quitely, 2005-2008).
2- Spider-Man
El héroe más popular de Marvel sin duda alguna fue creado en 1962 por Stan Lee y Steve Ditko. Desde entonces su popularidad no ha dejado de crecer y, ni la guerra por sus derechos para la gran pantalla entre Marvel y Sony Pictures ha logrado acabar con él, ni la calidad de sus películas han logrado bajarle del pedestal desde donde observa al resto de súper-héroes de Marvel. Es la extremadamente bien elaborada historia de sus orígenes lo que da a Spider-Man un valor tan distintivo: nace de la trágica muerte de su tío y la desolación de un Peter Parker que cree firmemente que podía haber hecho más. Y es reconduciendo esa ira y frustración que se convierte, poco a poco, en un verdadero héroe, en el sentido más amplio del término. Tanto Stan Lee como Ditko supieron ver a quién se dirigían: niños y adolescentes que todavía leían los cómics a escondidas antes de dormir. Por eso Peter Parker es un adolescente tímido y de escasas habilidades sociales. Por eso cambia al ponerse la máscara. Pero en un cambio de guión nunca visto hasta ese 1962, la máscara hace que la persona bajo la misma evolucione, dándole seguridad en sí mismo y haciéndole ver quién es realmente y qué es lo que de verdad importa. Tal vez represente mejor que ningún otro héroe las intenciones de los cómics: coger al lector y hacer que lea la historia con su cara en lugar de la del personaje. Y es que en el colegio todos soñábamos con ser Spider-Man primero y Peter Parker después. Lectura recomendada: The Amazing Spider-Man #121-122 “The Night Gwen Stacy Died” (Gerry Conway y Gil Kane, 1973).
1-Batman
Y llegamos al súper-héroe que más ha trascendido su medio originario: Batman. Cómics, películas, series de televisión… es un icono más allá de las novelas gráficas. Si bien ha pasado por sus fases de revisión y reinvención, hay algo que el Caballero Oscuro lleva siempre consigo: su apego a los bajos fondos de Gotham y su oscuridad. Pero es que un héroe que nace con el trauma de presenciar el asesinato de sus progenitores no puede ser de otra manera -por mucho que los años sesenta tratasen de convertirlo en icono kitsch-. Bob Kane y Bill Finger -cuya autoría sólo ha sido reconocida recientemente-, crearon al cruzado enmascarado en el lejano 1939, haciendo su primera aparición en Detective Comics #27. Se adelantó más de 20 años a la moda de la década de los 70 de crear súper-héroes descarnados y atormentados por su pasado. Su álter ego, el multimillonario y playboy Bruce Wayne queda atrapado y absorbido bajo la máscara -justo al contrario que Peter Parker-, convirtiéndose, según a ojos de quien, en un vigilante psicópata. Batman, el súper-héroe sin súper poderes que, gracias a su inteligencia, a una voluntad inquebrantable y a unos recursos ilimitados, logra igualarse a Wonder Woman y Superman para conformar la Trinidad de DC Comics y fundar la Liga de la Justicia. Un mortal entre dioses. Será por eso que es el favorito de varias generaciones. Sin obviar de ninguna manera sus no menos memorables villanos. Y es que ya se sabe: no habría Batman sin el Joker. Lectura recomendada: Batman: The Killing Joke (Alan Moore y Brian Bolland, 1988).
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7 Comments on "DIOSES DE PAPEL: LOS SUPER-HÉROES MÁS ICÓNICOS"
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Mira por donde me he encontrado esto en mi periódico de hoy:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/cultura/2016/01/20/batman-superheroe-favorito/0003_201601E20P52991.htm
El mío siempre fue Estela Plateada y su continuo vagar por el espacio en busca de su amada Shalla Bal.
Buen repaso a la historia del comic super-heroico y buena lista de la cual, como es obvio, discrepo en el orden de los dos primeros. Spiderman, para mi, es UNTOUCHABLE.
Magnifica entrada, como siempre. Mi orden sería ligeramente diferente, aunque entiendo que hayas querido ser diplomatico e intercalar algun heroe de Marvel entre Superman y Batman, quienes son indudablemente los dos superheroes más iconicos de la historia, aparte de ser amigos y residentes en grandes urbes. Marvel está sobreexplotando su arsenal, con pingües resultados económicos hasta la fecha, pero me da la sensación de que después de una relativamente fallida Avengers II, el contraataque de DC si la esperada Superman vs Batman (que puede ser la polla en verso o el mayor truño de la historia) puede barrerles del mapa,… Read more »
Y también me ha gustado el homenaje revindicativo de los Cuatro Fantasticos, excesivamente maltratados por el septimo arte, pero que son sin duda los mejores superheros de Marvel tras Spiderman. Por cierto, muy aguda tu reflexión al respect, efectivamente el disfraz de Spiderman tiene mucho más éxito entre los niños que el de Superman, pese a ser mucho más molesto el tener que taparte el rostro. La sensación de que cualquiera puede ser Spiderman, pero Superman solo hay uno.
Peter Parker, Bruce Banner, Tony Stark, Reed, Susan, Jonny, Ben, …son algunos de los culpables de que mi inicio en el instituto no fuera tan brillante como en la EGB…y por ende…dejarme llevar. Eso sí, mi memoria no tiene a Lobezno como el icono que es hoy. Posiblemente porque ahora se difuminan en esa memoria la patrulla X con los vengadores; en cualquier caso sí que formaron parte de una preadolescencia absolutamente plena.
Obviamente la lista de cada uno seria diferente, pero me parece una estupenda entrada.